Nicolae dice aquello con total seguridad, mientras se oye el sonido de su boca chocar contra la de una bruja, porque el molesto olor dulzón de la mujer me llega hasta aquí y puedo corroborar que se trata de una bruja joven. —¿Y cómo lo harás? —La voz de ella es tan frágil, como la de una delicada adolescente.—Hay unas bestias que están prisioneras desde hace mucho, tienen un veneno tan letal, que enviarían a cualquier dios a un profundo sueño. La única manera de despertar, es que el alma gemela intercambie su vida por la de la persona. En este caso debemos asesinar a Dean esta misma noche. A partir de ahí, podré hacer lo que me plazca, los padres de Amelie me han dado la completa potestad sobre Nidum hace poco.—Entonces así me convertirás en tu reina.—Así es. Para mí ella era mi reina, pero te encontré a ti y todo cambió...Pensar en perder a Dean me hace sentir terrible, un vacío en el pecho y en el alma, no lo soportaría. Jamás pensé que Nicolae fuera a ser un traidor tan de
Abro los ojos despacio, la luz que entra por las ventanas es muy fuerte, por lo que me cubro el rostro con la mano. Siento la boca seca y pastosa.—¿Amelie? —Es la voz de mi padre Blake.Me incorporo sobre la mullida cama y lo abrazo de inmediato.—¡Papá! —Sonrío al observar sus profundos ojos azules.—Oh hija... ¡Qué dicha que al fin despiertas! —Mi madre Airi se acerca a mí para abrazarme también.—Los extrañé. —Atraigo el cuerpo de ambos hacia el mío—. ¿Cómo me rescataron de esos aparatos autómatas?—Llegamos ayer en la mañana, te tenían prisionera en una celda. Ordenamos la destrucción de esas máquinas de inmediato y te tragimos al palacio. También supimos lo que hiciste con Loan. —Papá interviene.—Nicolae, él prácticamente ya no era Loan. Creció en una familia perversa, no era para menos... Pretendía asesinarme utilizando a los Tenebris, yo tenía que hacer algo para defenderme. —Me encojo de hombros.Ambos se miran las caras.—Los Tenebris, llevan siglos bajo encierro porque
—Ya todos están llegando. ¡Te van a encantar tus pretendientes! —Da unas cuantas palmadas, su cabello rojizo se agita.—El único pretendiente que quiero es a Dean, ¿no lo entiendes? —Me planto frente a ella, de repente sus ojos celestes parecen centellear.—¿Qué me estás diciendo, muchacha? Sabes que está prohibido mezclarse con otras razas, solo debes casarte con un hombre que no se transforme en ningún tipo de bestia, ni siquiera está permitido que entre bestias se mezclen. ¡Ni licántropos con vampiros, ni elfos con brujas y mucho menos nobles de esta ciudad con alguno de ellos! En Circon no se admiten híbridos de ningún tipo. —Voltea la mirada hacia el otro lado, con altivez. Me acerco más a ella, conteniendo la ira. —No te olvides que mi padre es un hombre-lobo y que aún así lo amas siendo una bestia. Y sobre mí, no te olvides que soy hija de esa bestia y de ti, una diosa perfecta... Soy una híbrida, como esos que tanto odias. No creas que por ser tú, tienes más derechos que los
—¿Por qué no volviste hace días? ¿Qué ha pasado? —Suri se cruza de brazos.—Mis padres... —Trato de recuperar el aliento—, mis padres no me lo permitían, pero he renunciado a todo y me quedaré con Dean.—Muy bien, vayan a cambiarse y descansen. Se ven agotados. —Raphael nos indica que vayamos a quitarnos estas ropas raídas.Suri me dedica una leve sonrisita y asiente mirándome con cariño, mientras abraza a Raphael.—Ve por todos, que no se despeguen ni un momento de las rejas, quizá vengan hasta aquí —Dean le pide aquello a su beta.Sin embargo, yo sé que eso no va a pasar, porque mis padres saben que soy más fuerte que ellos, saben que puedo destruirlo todo si tratan de quitarme lo que más amo.Me toma de la mano y nos dirigimos a su habitación, cuando entramos no hacemos otra cosa que besarnos y fundirnos en un profundo abrazo.—Repite lo que me dijiste en el palacio —susurra sobre mis labios.—Te amo, te amo Dean Crown —respondo entre besos.Caemos sobre la cama, él rompe mi vestid
"Esos ojos azules tan malvados me vigilan día y noche, no puedo escapar de ellos. Son como dos faroles siniestros que se posan sobre mi cuerpo delgado y no me dejan respirar. Ese hombre se abalanza hacia mí con sus manos listas para desgarrar. Trato de huir, pero no logro hacerlo, me tiene inmóvil y susurra mi nombre. Este es mi fin..."Despierta sobresaltada y sudorosa en la cama, son las tres de la madrugada. Siempre tiene pesadillas a esa hora, aunque lo más curioso es que aparecen esos ojos que tanto le atemorizan al recordarlos. Son siniestros y están llenos de oscuridad... Ese día ha quedado en salir a cenar con su hermana a un restaurante italiano que recientemente ha sido inaugurado y dicen que la comida es deliciosa. Han tenido que esperar dos semanas para obtener un cupo, y obviamente no iban a perder esa oportunidad. Cuando cae la noche se encaminan hacia el lugar que no está muy lejos de la casa, se identifican en la entrada y pasan a la mesa, siendo bastante educadas, ya
Amelie lo observa con duda. —Yo lo único que deseo es protegerte y nada más... —Nicolae se gira y camina hacia la salida, esbozando una sonrisa en los labios. —¡Espera! —Lo llama al verlo alejarse. —¿Necesitas algo? —responde con sarcasmo.—¿Esa mujer de hace un momento, es tu madre? —inquiere la joven.—Sí, es mi madre. Normalmente es un tanto... especial. —La observa de forma socarrona.—¿Tu madre?, no lo parece, se ve tan, ¿joven e inocente? —Hace esa pregunta más para ella que para él.—Por ahora descansa. Puedes bajar y salir cuando quieras, esta es también tu casa. —Sale de la habitación con prisa. Suspira rendida y notablemente agotada. No entiende cómo es posible que haya terminado dando tumbos en una casa con personas desconocidas. Siente en su fuero interno una emoción extraña, como si algo muy malo fuera a suceder y no puede estar tranquila por más que se mienta y se diga a sí misma que todo estará bien. Baja los escalones con duda y llega a una sala pequeña y muy bien
—¿No, cómo que no? —Da pasos hacia atrás, buscando con su mano algo que se encuentre en el camino para defenderse. —Ven aquí, no seas grosera, eso no te conviene ahora. —Se acerca rápidamente a ella, quien maldice al no tener nada en mano para evitar que le haga daño. La toma por ambas manos y empuja contra la pared con fiereza, ahora siseando para besarla en la boca, a lo que ella se niega. Siente la saliva secarse en la piel de su cuello, donde segundos atrás Nicolae se había empeñado en chupar. —¡Suéltame! ¡Me das asco! —Trata de golpear con sus piernas al abusivo pelinegro—. ¡Déjame maldito! —¡Cierra la m*****a boca! No me obligues a golpear tu lindo rostro de muñeca, por favor... En realidad vine a decirte algo distinto, pero mira cómo me haces enojar y perder el control. —Sostiene el pequeño rostro de la joven entre su mano y hunde los dedos en sus mejillas con rudeza, haciendo que ella jadee de dolor.Amelie puede ver esa mirada endemoniada de sus sueños en él también, así q
Se acerca a ella, quien luce como petrificada.—Dame el anillo, ¿dónde lo tienes? —Le pregunta con enojo. —Lo perdí... Créeme que no sé donde está. —Ella niega una y otra vez. —¿De verdad? Vamos a comprobarlo. —Se acerca tanto hasta oler su cuello y rozar con sus dedos las marcas en sus delgados brazos. No puede evitar darle una terrible mirada amenazante a su hermano, ya que no le gusta para nada que la haya vuelto a ultrajar. —¿Qué? Ella se lo merecía por desobediente. —Natán se encoge de hombros. —Has vuelto ahora todo más difícil para los dos... Pensaba enseñarte a usar el anillo y extraer los poderes, pero tenías que salir corriendo. Esa patada en los huevos fue certera... —Nicolae susurra sobre el oído de la muchacha, mientras busca en los bolsillos y otros lugares de su cuerpo, fingiendo que no hay nada—. ¿No te lo habrás tragado, o sí? Amelie traga en seco, está muy asustada. No entiende el porqué él no encontró el anillo, si ella lo tiene en el bolsillo trasero, puede se