¿Eres mi madre?

Deegal Rodríguez, no se quitó los lentes, tampoco dejó que la chica se diera cuenta de su discapacidad.

— Siéntate y no me veas directamente — se escuchó la órden de la fuerte y varonil voz del CEO ciego.

Alejandra tomó asiento obediente, más su cuerpo temblaba ligeramente por el miedo, hacia frío, pero eso no lo sentía, solo deseaba salir corriendo de ese lugar.

— ¿Como te llamas? — preguntó el hombre.

— Yo... me llamo Alejandra Alvarez... !señor, esto debe ser un error, yo solamente soy una estudiante de finanzas, no le debo nada a nadie, no le he hecho daño a nadie, por favor, déjenme ir!

— ¡Silencio! limitate a responder solo lo que te pregunto, de lo contrario te daré un castigo, ¿tienes familia?

— No, no tengo a nadie, solo a mi tío Harold y a... mi novio de la escuela.

Deegal odiaba las relaciones, desde que fué abandonado, solo tenía encuentros casuales que su amigo y su asistente le conseguía, estaba ciego pero seguía siendo un hombre.

El hombre frío y cruel como solía ser, no tuvo problema con que esa joven fuera su donante, después de todo parecía ser irrelevante en este mundo.

— Te quedarás aquí un tiempo, tu serás la persona indicada para mis planes... Jhon, sácala de aquí, mantenla alejada de mi presencia — la voz de Deegal era como un rugido.

Vamos señorita Alvarez, la llevaré a la que será su habitación — el asistente personal, llevó a Ale, a uno de los cuartos para huéspedes, apenas la dejó allí, la rubia se metió a la cama a llorar su mala suerte, se le venían a la cabeza todas las cosas que podrían hacerle, ser abusada o ser vendida a la trata de blancas o peor aún ser abusada y asesinada.

— ¿Por qué a mí? ¿de que planes habla ese hombre tan aterrador? la bella joven no dejaba de preguntarse.

Un par de horas más tarde, Ale se moría de sed, salió de la habitación a buscar la cocina, en el camino tenía cuidado de no encontrarse con el hombre que la había hecho estremecer de miedo.

En la cocina, una señora mayor, estaba muy atareada haciendo unas preparaciones cuando la vió entrar.

— Adelante cariño, ¿necesitabas algo?

—Yo... tengo mucha sed, buscaba un vaso de agua.

— Claro, aquí tienes, puedes venir a pedir lo que quieras, no tengas pena.

— No le digas eso, Caty, el amo no ha dicho que sea su invitada y que debemos tratarla con cortesía, así que yo no pienso servirle — una de las mucamas, Alicia, llegaba con unas verduras de la despensa.

— No seas grosera, Alicia, el amo Rodríguez, la ha traído y eso es suficiente para mí, en una hora estará la comida, te avisaré para que vengas al comedor, querida, mientras tanto puedes ir al jardín a esperar.

— ¿Ustedes... ustedes saben por qué me han traído aquí? juro que no he hecho nada malo.

— ¿Por qué más va a ser? el CEO Rodríguez necesita un donador de córneas, lo más probable es que tú hayas sido elegida con donante, ¿acaso pensaste que te trajeron para ser su esposa o algo más? jajajaja, ¡pero que ilusa eres! — la mucama reía con malicia, Ale, era muy hermosa, la empleada quería destrozarla, su belleza le causaba envidia.

— ¡Cállate, Alicia, eso no lo podemos asegurar todavía, el señor Rodriguez, no ha dicho nada aún!... querida, por qué no vas a tomar un poco de aire fresco, el jardín es muy relajante.

— El está.... ciego... ¿Mis... mis ojos? ¿me han traído aquí por qué me quieren quitar los ojos? ¡dios, ese hombre es un monstruo! — Alejandra, estaba confundida, las palabras de la joven mucama la habían aterrado, no sabía que hacer, si encerrarse en su habitación o tomar la sugerencia de la amable mujer, encaminó sus pasos sin siquiera notarlo al hermoso jardín, ella prácticamente corrió hacia donde la salida, sus ojos estaban húmedos y gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.

En una de las habitaciones del segundo piso donde Deegal hacía ejercicio, Jhonatan pudo ver a la chica, ella tenía un aura especial, su belleza era impresionante, su sonrisa podía iluminarte la vida, se quedó en silencio por unos momentos.

— ¿Por qué te quedaste callado? no me digas que estás admirando el jardín — El CEO como ya era costumbre, estaba malhumorado, ese parecía ser su estado permanente.

— Si, Pero no a las flores, es a la chica, la que será su donante, ella está ahí en medio de las flores que palidecen ante su belleza.

— Exageras, ¿qué tiene de sobresaliente esa mujercita? es como cualquier otra mujer y ya.

— Está mujer no lo es, tiene un aura inocente, es tan hermosa, sus cabellos rubios brillan al sol, sus verdes ojos son su combinación perfecta, pero parece un ciervo asustado, ella está aterrada y ni siquiera sabe lo que le va a pasar.

— Ella es solo una mercancía, un pago al Rey Black, no es para que te encariñes con ella, una vez que me done sus ojos, le entregarás el suficiente dinero para que viva una vida sin problemas, es ganar, ganar, deja de ser tan dramático.

— Tendré todo listo en cuestión de unos días para la cirugía, no creo que haya ningún inconveniente, pronto podrá recuperar la vista y así evitar que nuestros enemigos se den cuenta de este.... inconveniente.

Deegal y Jhonatan, habían tenido mucho cuidado de que algunos familiares ambiciosos y enemigos comerciales, no se dieran cuenta de que había quedado ciego en aquel accidente de coche que tuvo cuando era perseguido para darle muerte, eso le había permitido seguir en su puesto, sobre todo se lo habían ocultado a su medio hermano, David Rodríguez, ambicionaba dirigir el imperio de la familia más que nada en el mundo.

David, era inteligente, capaz, pero no era el siguiente en la línea de sucesión, eso y el padre de ambos que siempre los habia enfrentado para demostrar quién era el mejor, los habia distanciado para siempre como hermanos.

En el jardín, unos pasos llamaron la atención de Ale, ella buscó entre las flores hasta que se encontró con un pequeño y regordeto niño de unos grandes ojos verdes más oscuros que los de ella, él venía acompañado de un gato de angora de pelaje blanco y ojos azules.

— ¿Quien eres tú? ¿eres mi mami? — al pequeño no se le había hablado nunca de su madre, el CEO estaba demasiado dolido por el abandono de Kara que no quiso tocar el tema con su hijo, era por eso que él estaba confundiendo a la dulce Alejandra Alvarez, con su madre ausente.

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