Me gustas para mami

La joven se quedó por unos momentos observando al lindo niño que vestía de shorts y camisa de vestir, tirantes y unas botas cortas, era sin duda el ouffit de un niño millonario.

— Hola pequeño, ¿cómo te llamas?

— Mi nombre es Emill... Emill Rodríguez, soy hijo de Deeguel Rodriguez, pero respóndeme, ¿dime si tú eres mi mami? — los ojos del pequeño miraban a la mujer con los ojos húmedos, parecía que deseaba con todo su ser que ella le respondiera que sí

— No, no soy tu madre, lo siento mucho pequeño, no soy la mujer que buscas — Ale se agachó a la altura del niño.

— Oh... pero... ¿te gustaría serlo?... todos mis amiguitos del preescolar tienen una mami, solo yo no tengo una, ellos no quieren ser mis amigos, ¿por qué mamá me abandonó? — el niño se abalanzó a las piernas a Ale, se le abrazó tan fuerte que ella no pudo evitar cargarlo en sus brazos.

— Ya... ya... pequeño, todo está bien, te propongo algo, ¿qué te parece si nos hacemos compañía? — a Alejandra se le partía el corazón al escuchar sollozar a ese niño tan pequeño, sabía que se estaba metiendo en un lío, pero en esos momentos solo quería consolarlo.

Una vez que se calmó, el niño bajó de los brazos de la que quería fuera su madre, él le preguntó su nombre.

— Si, si quiero, ¿cómo te llamas? ¿por qué estás aquí? ¿eres novia de mi papi?

— Mi nombre es Alejandra Alvarez, no soy novia de tu padre, si él es quien me estoy imaginando, dudo mucho que le agrade que me acerque a ti, y él es bastante aterrador.

— Papá, no es tan malo como parece... a veces, solo hay que tenerle un poco de paciencia, se pone de mal humor porque no le funcionan bien los ojos, pero pronto se va a curar, él me lo dijo, le van donar unas córneas.

— Ahh, bueno, pues, creo que la donadora de las córneas soy yo, al menos eso escuché, me secuestraron y me trajeron aquí, yo... estoy muy asustada, me van a quitar los ojos, no voy a volver a ver nada por el resto de mi vida — la joven rubia no pudo evitar llorar, ella estaba aterrada.

— ¡No, no quiero que te quiten los ojos, son muy lindos, se parecen a los míos, le pediré a papá que busque otro donador, no tengas miedo, yo te voy a defender — ahora era Emill, quien secaba las lágrimas del rostro de Alejandra, él intentaba consolarla.

— Eres un niño muy amable, te agradezco mucho que quieras ayudarme, pero ese es el motivo de mi presencia aquí, no hay nada que se pueda hacer — Alejandra, pudo comprender al fin, el porque la habían llevado a ese lugar, la actitud del hombre escalofriante y las palabras de la mucama, ella era la donadora, quiso llorar de nuevo pero no quería asustar al pequeño niño.

— No estés triste, vamos a mí cuarto, te lo mostraré — Emill, le mostró su habitación, estaba muy limpia, con muchos juguetes, un enorme guardarropa, Ale estaba muy sorprendida, no es que viviera mal con su tío, pero los lujos de esa mansión, eran impresionantes, se notaba que el hombre de los lentes oscuros y Emill, vivían en la opulencia.

— ¿El gatito duerme aquí contigo?

— Claro que sí, no puedo sacarlo al jardín por las noches, moriría de frío, está educado para salir solo a hacer sus necesidades, Rodolfo es mi segundo mejor amigo.

— Hola Rodolfo, eres tan tierno y tan hermoso, que pelaje tan sedoso tienes — Ale, consintió al peludo minino.

— Ya, ya, bájate de mamá, apenas la encontré y ya me quieres robar su atención, búscate a tu propia madre, gato resbaloso — a pesar de que la bella joven rubia ya le habia dicho a Emill, que no era su madre, el niño la nombraba así, a ella no le molestaba, sentía mucha ternura por él, ella nunca había convivido de cerca con un niño, era tan adorable de ver cómo reñía por su atención con su peludo amigo.

— Oh... Emill, mi amor es muy abundante, alcanza también para Rodolfo — la chica sonrió por primera vez desde que llegó a la enorme mansión.

— ¿De verdad? entonces puede que alcance también para papá — al niño le salió natural, tomó la mano de Ale, y la llevó al comedor, era la hora del almuerzo.

— Joven amo Emill, señorita, enseguida les serviremos el menú — la cocinera Caty, siempre era amable.

— Mamá, se llama Alejandra Alvarez, llámala señorita Alvarez, eso hasta que se case con papá, es lo que hacen los padres, ¿no es así?

— Por supuesto, señorito, los padres se casan para darle una familia a sus hijos.

El niño sonrió, estaba en lo correcto, lo hablaría con su padre apenas tuviera oportunidad, ella le gustaba par que fuera su mami.

Alejandra y Emill degustaron una deliciosa comida mientras conversaban, el niño recién había entrado al jardín de niños, pero no tenía muchos amigos, lo rechazaban por qué se habían dado cuenta que no tenía madre, ya que a él lo llevaban sus guardaespaldas a la escuela, mientras que a sus compañeros los llevaban sus madres.

— ¡Si quieres yo puedo llevarte a la escuela, y también recogerte, le preguntaré al señor Jhon si puedo hacerlo! — La bella Alejandra se ofreció.

— Eso... sería... sería genial, mamá — ver tan contento a ese pequeño, le daba el valor a Alejandra para continuar con la farsa, solo esperaba no enfurecer a ese hombre de aura fría y no recibir un fuerte castigo.

Deegal había estado trabajando en su despacho con su asistente, Jhon era quien lo representaba en la compañía y con sus socios, no tenía idea del papel que estaba jugando la chica que le habían dado como pago.

— Dejemos el resto para mañana, pide que me traigan los alimentos aquí al despacho, seguro que Emill, ya comió, más tarde iré a darle una vuelta... ¡necesito que la cirugía se haga cuánto antes, ya estoy cansado de vivir en la oscuridad, ni siquiera he podido conocer el rostro de mi propio hijo, pero te aseguro que cuando llegue el momento, me vengaré de la familia Sorterra, ellos pagarán muy caro por el atentado de aquel día en el que me dejaron ciego!

— Llegará el momento, estamos más cerca que nunca de que pueda llevar a cabo su venganza, apenas recupere la vista podés mostrarse de nuevo ante el mundo, esas escorias van a saber quién es Deegal Rodríguez.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo