Grace abrió los ojos lentamente acostumbrándose a la tenue luz que se colaba en la habitación, parpadeó para luego encontrarse con que Izan la miraba fijamente con una sonrisa dibujada en los labios. — Buenos días— lo saludó ella. —Buen día, hermosa— le respondió sonriendo—¿ cómo es posible que amanezcas siempre tan guapa?, debería ser ilegal— le regaló una gran sonrisa. —¿Quiere decir eso que acostumbras a vigilarme mientras duermo?— le preguntó con una sonrisa confundida. —Es un gusto que no siempre puedo darme, pero que cuando puedo hacerlo no desaprovecho la oportunidad, me encanta verte dormir. —Lo tomaré como un halago. —Lo es, no podría ser menos que eso, esposa mía. —Tomemos una ducha y dispongámonos para iniciar el día, hoy tengo unos asuntos que atender con Noah. —No te preocupes, no saldré de casa. Mucho tiempo más tarde después del desayuno, Noah e Izan se habían marchado, Spencer no parecía dar señales de vida y aquello tranquilizaba a Grace, cierta
—¿Qué?, ¿ lo dices en serio? —No me atrevería a jugar con algo como eso, Grace, padre estaba furioso de que hubieses arrastrado nuestro apellido, según sus propias palabras había te habías encargado de enlodar nuestro buen nombre, te echó a la calle sin piedad y he de decir que aunque sentí pena no hice mayor cosa por ayudarte y lo siento mucho pero, creo que de no haber sido así las cosas no se hubiesen dado como hasta ahora... terminaste buscando ayuda en Izan y él te apoyó por mucho tiempo, en vista de que ya no estabas disponible para casarte con Noah, Izan le exigió a padre que yo debería tomar tu lugar y aquello me hizo sentir muy triste porque aunque no lo recuerdas yo tenía un prometido en ese entonces; Ian, él había sido lo único real que yo tenía en mi vida y realmente estaba enamorada de él, por eso casarme con Noah era una tortura para mí y el día de la boda fue un desastre, mi ex prometido llegó y expuso que nuestro matrimonio era una farsa total y que solo me estaba ca
—Bienvenido León — lo saluda Izan caminando hacia su amigo que llegaba, para luego estrecharle la mano, Noah contempló aquella imagen permitiéndose ver por segunda vez en su vida al legendario León ruso; aquel hombre del que todos hablaban para bien o para mal, si hablábamos del mundo legal Nikolay Kozlov, era un hombre muy importante en los negocios a nivel nacional dentro de su querida Rusia e internacional a través de todo el mundo se decía que era implacable en los negocios con un fuerte sentido para los negocios, no en vano había amasado una enorme fortuna legal, conocido dentro del mundo ilegal como el gran León ruso, decían que era un hombre fuerte, despiadado, implacable y que no ofrecía segundas oportunidades. Noah, lo observó y se sintió un poco intimidado, el ruso era un hombre grande, muy alto y con un aura imponente y oscura. —Aquí me tienes, lobo americano— sonrío estrechando la mano de Izan— es bueno verte en persona después de tanto tiempo. —Lo mismo digo. ¿Rec
Si todo lo que Spencer le había dicho era cierto, si ellos habían sido amantes, quizás, sólo quizás, aquella fuese una oportunidad de oro para dejar atrás una vida de adulterio... sin embargo, si todo aquello era cierto, solo confirmaba también todo lo malo que él le había dicho de Izan y aquello... realmente le entristecía, porque quería creer que tenía un buen matrimonio. —Spencer...— pero él no esperó, se lanzó contra su boca, Grace se vio prisionera de aquella boca que la reclamaba, Spencer presionó todo su gran cuerpo contra ella arrancándole el aliento, no sabía como responder a aquel beso, y se sentia aun peor alli de pie, con las manos a los lados incapaz de sentir algo a traves de aquel beso. Spencer se alejó y la miró con ojos llenos de dolor. —Siento que ya no me amas, tú... ni siquiera respondes a mi beso y... ¿Qué pasa mi amor? —Estoy confundida — dijo con frustración, sintiendo las lágrimas bailar en sus ojos, era realmente desesperante no entender nada de su vi
Llegó a su habitación corriendo, angustiada se subió a la cama, las lágrimas se agolparon en sus ojos, se sintió mal al descubrir que efectivamente era una mujer infiel. ¿Por qué? ¿Realmente había planeado irse con Spencer?, ¿si era así, debía retomar esos planes con él? Sentía que su corazón, un presentimiento o algo le decía que estaba equivocada, que aquello no era lo correcto, y sin embargo, su cabeza no hacia más que reproducir una y otra vez, aquel recuerdo. Tenía un incipiente dolor de cabeza, como si su organismo reconociera que aquel recuerdo la atormentaba. Se quedó allí, acostada, intentando no pensar, deseando con todas sus fuerzas recobrar sus recuerdos. Mucho más tarde, la puerta se abrió dándole paso a Izan. Izan llegó a la casa, después de todo un día fuera, era realmente agotador, sin embargo era su rutina así que podía decir que estaba acostumbrado a ello. —Buenas noches señor, bienvenido a casa. —Buenas noches. ¿donde esta Dylan? —En su habitación
Candace y Noah estaban abrazados en la cama, después de una larga jornada de amor y pasión sus cuerpos desnudos permanecían entrelazados en un amasijo de absoluto éxtasis, el dedo índice de Noah jugueteaba trazando dibujos en la espalda de Candace, mientras ella permanecía con la cabeza reposando en el pecho de su amado y sus pensamientos divagaban en la conversación que había tenido con su hermana. —Noah, cariño —le dijo mientras sus manos se deslizaba por el abdomen marcado de él— he conversado con Grace y me ha dicho algo que ha logrado convencerme. —¿De qué se trata, cariño? —De nuestra boda, hace mucho que íbamos a celebrarla pero por los distintos eventos tuvimos que postergar nuestra felicidad a la espera de que todo el ambiente familiar cambiara. Ahora todo está mejor, Dylan está bien y Grace aunque sigue sin recobrar su memoria está en casa y se encuentra bien de salud. ¿No crees que es hora de ponerle fecha a nuestra boda?— le preguntó con ternura— quiero estar conti
—¿De qué estás hablando, Spencer?— le preguntó asustada mientras intentaba cubrirse con las sábanas, ante la visión de su ligera pijama de seda de dos piezas, una pequeña camisa que cubria hasta su cintura y unos diminutos short. —¿De que estoy hablando?— preguntó como si sus palabras hubiesen sido las más tontas y obvias del mundo— estoy hablando de que Izan no está en casa, es la oportunidad perfecta para amarnos— Grace Lo miró aterrorizada. ¿Qué rayos?, ¿ acaso pretendía que se acostaran, pretendía que se entregara a él y lo que era peor aún, pretendía hacerlo en la cama que ella compartía con su esposo? —No puedes estar hablando en serio Spencer, lo mejor será que te vayas, alguien puede verte. —¿Quién podría verme mi amor?, no es la primera vez que hacemos esto— ella lo miró con ojos enormes, sintiendo asco y repulsión de su pasado. —¿No es la primera vez que te metes en mi cama?— preguntó con dolor. —Obviamente no— admitió sin ningún tipo de vergüenza— en ocasiones
—Amor...—le dijo mientras le tomaba de sus manos y tiraba con un poco de fuerza haciendo que Grace se inclinara hacia adelante, la tomó en la cintura y la elevó arrastrandola hasta colocarla sobre sus regazo— lamento si soy brusco, solo estoy necesitado de ti, solías ser tan cariñosa siempre atenta mis necesidades, llena de afecto siempre para mí y de la noche a la mañana te has vuelto un témpano de hielo y sí todo fue a causa de ese maldito accidente y del hecho que has perdido la memoria, pero eso no hace menos doloroso esta situación para mí. Izan, quién te había perdido absolutamente, quien había perdido tu amor, tu confianza y tu cariño, ahora se pavonea por allí disfrutando de tus atenciones... y yo, quién era el amor de tu vida, el dueño de tu deseo, el hombre con quien querías escapar para reiniciar tu vida, para comenzar desde cero y formar el futuro que deseabas, el hombre con el cual querías disfrutar de un amor bueno, limpio y sincero... ahora me he convertido en nada par