—Bienvenido León — lo saluda Izan caminando hacia su amigo que llegaba, para luego estrecharle la mano, Noah contempló aquella imagen permitiéndose ver por segunda vez en su vida al legendario León ruso; aquel hombre del que todos hablaban para bien o para mal, si hablábamos del mundo legal Nikolay Kozlov, era un hombre muy importante en los negocios a nivel nacional dentro de su querida Rusia e internacional a través de todo el mundo se decía que era implacable en los negocios con un fuerte sentido para los negocios, no en vano había amasado una enorme fortuna legal, conocido dentro del mundo ilegal como el gran León ruso, decían que era un hombre fuerte, despiadado, implacable y que no ofrecía segundas oportunidades. Noah, lo observó y se sintió un poco intimidado, el ruso era un hombre grande, muy alto y con un aura imponente y oscura. —Aquí me tienes, lobo americano— sonrío estrechando la mano de Izan— es bueno verte en persona después de tanto tiempo. —Lo mismo digo. ¿Rec
Si todo lo que Spencer le había dicho era cierto, si ellos habían sido amantes, quizás, sólo quizás, aquella fuese una oportunidad de oro para dejar atrás una vida de adulterio... sin embargo, si todo aquello era cierto, solo confirmaba también todo lo malo que él le había dicho de Izan y aquello... realmente le entristecía, porque quería creer que tenía un buen matrimonio. —Spencer...— pero él no esperó, se lanzó contra su boca, Grace se vio prisionera de aquella boca que la reclamaba, Spencer presionó todo su gran cuerpo contra ella arrancándole el aliento, no sabía como responder a aquel beso, y se sentia aun peor alli de pie, con las manos a los lados incapaz de sentir algo a traves de aquel beso. Spencer se alejó y la miró con ojos llenos de dolor. —Siento que ya no me amas, tú... ni siquiera respondes a mi beso y... ¿Qué pasa mi amor? —Estoy confundida — dijo con frustración, sintiendo las lágrimas bailar en sus ojos, era realmente desesperante no entender nada de su vi
Llegó a su habitación corriendo, angustiada se subió a la cama, las lágrimas se agolparon en sus ojos, se sintió mal al descubrir que efectivamente era una mujer infiel. ¿Por qué? ¿Realmente había planeado irse con Spencer?, ¿si era así, debía retomar esos planes con él? Sentía que su corazón, un presentimiento o algo le decía que estaba equivocada, que aquello no era lo correcto, y sin embargo, su cabeza no hacia más que reproducir una y otra vez, aquel recuerdo. Tenía un incipiente dolor de cabeza, como si su organismo reconociera que aquel recuerdo la atormentaba. Se quedó allí, acostada, intentando no pensar, deseando con todas sus fuerzas recobrar sus recuerdos. Mucho más tarde, la puerta se abrió dándole paso a Izan. Izan llegó a la casa, después de todo un día fuera, era realmente agotador, sin embargo era su rutina así que podía decir que estaba acostumbrado a ello. —Buenas noches señor, bienvenido a casa. —Buenas noches. ¿donde esta Dylan? —En su habitación
Candace y Noah estaban abrazados en la cama, después de una larga jornada de amor y pasión sus cuerpos desnudos permanecían entrelazados en un amasijo de absoluto éxtasis, el dedo índice de Noah jugueteaba trazando dibujos en la espalda de Candace, mientras ella permanecía con la cabeza reposando en el pecho de su amado y sus pensamientos divagaban en la conversación que había tenido con su hermana. —Noah, cariño —le dijo mientras sus manos se deslizaba por el abdomen marcado de él— he conversado con Grace y me ha dicho algo que ha logrado convencerme. —¿De qué se trata, cariño? —De nuestra boda, hace mucho que íbamos a celebrarla pero por los distintos eventos tuvimos que postergar nuestra felicidad a la espera de que todo el ambiente familiar cambiara. Ahora todo está mejor, Dylan está bien y Grace aunque sigue sin recobrar su memoria está en casa y se encuentra bien de salud. ¿No crees que es hora de ponerle fecha a nuestra boda?— le preguntó con ternura— quiero estar conti
—¿De qué estás hablando, Spencer?— le preguntó asustada mientras intentaba cubrirse con las sábanas, ante la visión de su ligera pijama de seda de dos piezas, una pequeña camisa que cubria hasta su cintura y unos diminutos short. —¿De que estoy hablando?— preguntó como si sus palabras hubiesen sido las más tontas y obvias del mundo— estoy hablando de que Izan no está en casa, es la oportunidad perfecta para amarnos— Grace Lo miró aterrorizada. ¿Qué rayos?, ¿ acaso pretendía que se acostaran, pretendía que se entregara a él y lo que era peor aún, pretendía hacerlo en la cama que ella compartía con su esposo? —No puedes estar hablando en serio Spencer, lo mejor será que te vayas, alguien puede verte. —¿Quién podría verme mi amor?, no es la primera vez que hacemos esto— ella lo miró con ojos enormes, sintiendo asco y repulsión de su pasado. —¿No es la primera vez que te metes en mi cama?— preguntó con dolor. —Obviamente no— admitió sin ningún tipo de vergüenza— en ocasiones
—Amor...—le dijo mientras le tomaba de sus manos y tiraba con un poco de fuerza haciendo que Grace se inclinara hacia adelante, la tomó en la cintura y la elevó arrastrandola hasta colocarla sobre sus regazo— lamento si soy brusco, solo estoy necesitado de ti, solías ser tan cariñosa siempre atenta mis necesidades, llena de afecto siempre para mí y de la noche a la mañana te has vuelto un témpano de hielo y sí todo fue a causa de ese maldito accidente y del hecho que has perdido la memoria, pero eso no hace menos doloroso esta situación para mí. Izan, quién te había perdido absolutamente, quien había perdido tu amor, tu confianza y tu cariño, ahora se pavonea por allí disfrutando de tus atenciones... y yo, quién era el amor de tu vida, el dueño de tu deseo, el hombre con quien querías escapar para reiniciar tu vida, para comenzar desde cero y formar el futuro que deseabas, el hombre con el cual querías disfrutar de un amor bueno, limpio y sincero... ahora me he convertido en nada par
La desesperación de Spencer crecía sentía plena satisfacción de poder acariciar a Grace de aquella manera tan íntima, estaba extasiado por la textura de su piel y el enloquecedor aroma que desprendía su cuerpo, era como si solo como si ella estuviese emanando una serie de feromonas destinadas únicamente a enloquecerlo, si bien era cierto que lo principal era su venganza, no era menos cierto que Grace era encantadora y le gustaba mucho. Presionó sus senos a su antojo, disfrutando de la redondez que llenaba sus manos y el calor de su tibio cuerpo... Su propio cuerpo reaccionó ansioso de sumergirse en ella. Ella se removió un poco inquieta intentando alejar su cuerpo del toque de sus manos, pero Spencer tomó con firmeza la redondez de aquellos senos y los acarició, jugueteó con los pezones intentando despertar en ella la pasión, en un rápido movimiento la giró colocándola sobre la cama, Grace gimió de sorpresa y quiso por un momento levantarse de la cama y salir corriendo. Las mano
—¡NO ME HAGAS ÉSTO!— le dijo furioso tirando de las piernas de ella arrastrándola a la cama, se posicionó sobre ella mientras Grace, peleaba y luchaba retorciéndose debajo de él— Sé que lo que necesitas es que volvamos a unirnos, hacer el amor te hará entender. —¡No lo hagas, Spencer!, detente, ¿ es que acaso piensa forzarme?, ¿te has vuelto loco?— le dijo aterrorizada. —Claro que me vuelto loco, me he vuelto loco de angustia, de celos de rabia— le tomó las muñecas y le inmovilizó contra la cama— no entiendo cómo puedes hacerme esto, ¿cómo puedes tirar por la borda todo el amor y todos nuestros planes?. —¡Con un demonio, Spencer suéltame ahora o comenzaré a gritar! —¿Me estás amenazando?— le dijo enojado—¿ acaso me estás amenazando Grace?, ¿qué crees que ocurrirá cuando comiences a gritar y todos aparezcan por esa puerta y le diga que tú me invitaste a tu habitación, que tenemos meses siendo amantes?, créeme ciertamente mi hermano me matará, pero no ser el único que salga si