El corazón de Grace se detuvo por un segundo para luego comenzar a golpear con fuerza. El rostro de la niñera era pálido y los ojos llenos de lágrimas, su corazón volvió a latir con fuerza, sus manos temblaron y un gemido ahogado escapó de su boca y las piernas le temblaron y amenazaron con no sostenerla. —¡Dios mío, mi hijo!— exclamó con voz ahogada. —¡¿Qué demonios estás diciendo?!— gruñó Izan dando dos pasos adelante y tomando a la mujer con fuerza de uno de sus brazos mientras la zarandeaba. La mujer gritó de dolor —¡¿Cómo que no está?!, ¡¿Dónde está mi hijo?! —No... no lo sé... yo... —¿COMO QUE NO LO SABES?— gritó Grace—¡Eres su niñera!— caminó hasta quedar junto a Izan. —¡Por amor a Dios!— gimió horrorizada— ¿Dónde está Dylan, dónde está mi hijo? —¡No lo sé, señora!, ¡el bebé no está en la cuna, y la enfermera tampoco está en ningún lado, no la encuentro, la he buscado por todas partes y no la encuentro!— dijo la mujer llorando. —¿Y tú, dónde demonios se supone qu
Nathalie, manejó con los ojos llenos de lágrimas, el día había llegado y al fin ella lo había hecho, había secuestrado a aquel pequeño niño arrancando lo de los brazos de sus padres, el bebé estaba dormido en el asiento trasero, su presencia había sido bien disimulada con algunos paquetes que ella llevaba, le había ayudado mucho que el niño estuviese dormido e inmóvil. Ahora manejaba con destino al primer lugar que aquel desconocido le había indicado, sentía un terrible peso en su corazón y es que para esas alturas suponía que ya todos en la mansión se habían dado cuenta de la ausencia del bebé y aquello no hacía más que torturarla porque ella era madre y no quería imaginarse el profundo dolor que debía estar experimentando Grace, si alguien le quitara a su pequeño hijo, ella seguramente enloquecería de dolor y ahora, por presión de otra persona era ella quien se había convertido en la secuestradora de un menor. Después de manejar por largo rato llegó al lugar indicado, que no era
La mañana llega y en la casa O'Farrell, reina la tristeza y la oscuridad, Izan ha querido salir y percatarse personalmente de que la búsqueda se esté efectuando, sin embargo se ha negado a dejar sola a Grace, quién está hecha un mar de lágrimas y evidentemente desconsolada, la joven madre no entiende cómo esa mujer ha sido tan infeliz y sin escrúpulo como para arrebatarle a su pequeño hijo, ha llorado tanto como para llenar el mar y cuando sospecha que no hay ni una lágrima más dentro de su ser, nuevamente la tristeza la golpea y es como si abriese una fuente, pues las lágrimas comienzan a surgir nuevamente. Fue petición de Grace que esperaran a que amaneciera para poder avisar a sus padres, no quería torturarlos a media noche y quería tener fe de que encontrarían a su hijo pronto y que antes de que saliera el sol ella podría estar abrazando nuevamente a su pequeño Dylan. Pero aquello no ocurrió y cuando el sol salió dándole la bienvenida a un nuevo día, el alma de Grace estaba a
Noah cortó la comunicación en su teléfono celular y de inmediato fue hasta el vestidor de su habitación de hotel y colocó las tres grandes maletas sobre la cama, sin perder tiempo empezó a arrojar dentro de ella todo el contenido; prendas, zapatos, vestidos, todo sin clasificación. las prendas volaban hacia la maleta sin ningún tipo de cuidado llevado por la desesperación de estar lejos de su familia en un momento como ese. Su hermano... su pequeño hermano... alguien se había llevado a su hermano, esa mujer... ¿ es que no tenía corazón, no tenía escrúpulo?, ¿cómo se atrevía a robarse a un bebé?, ¡Ni ellos que se movían en el bajo mundo se atrevían a algo tan vil! Candace, quién estaba tomando una ducha, salió a la habitación envuelta en una toalla mientras que su cabello estaba suelto y húmedo, al observar lo que su esposo estaba haciendo, sus cejas se hundieron profundamente logrando así fruncir el ceño en una expresión de gran confusión. —¿Qué se supone que está sucediendo?—
Nathalie observó a la hermosa rubia frente a ella, miraba al pequeño Dylan como si fuese solo un trofeo, no como un pequeño bebé sino como aquello de que de lo que podía alardear. El instinto de Nathalie la llevó a acercar más a el pequeño contra su pecho, buscando darle protección. La mujer sonrío maliciosamente. —Bien, dame al bebé, es hora de que conozca al fruto de la traición— Nathalie se quedó aturdida ante las palabras de aquella mujer, ¿Fruto de la traición?, pensó descolocada, ¿Cómo podría ser Dylan el fruto de una traición? . La rubia dio dos pasos hacia el frente con las manos extendidas, Nathalie a su vez dio dos pasos atrás como intentando proteger al pequeño de la sonrisa maliciosa de la mujer. —¡Oh!, No me digas que intentas mantenerme alejada del pequeño, pero si está aquí por mí, es mi invitado Yo pedí que le trajeran— los ojos de Nathalie, se abrieron llenos de sorpresa. ¿ Así que detrás de todo aquel plan no estaba aquel hombre misterioso sino esa rubia descoraz
—¿Hola?— volvió a repetir Izan de mala manera.—¿ estás allí, Nathalie?— pregunto frustrado. —Sí señor, aquí estoy — dijo ella intentando que su voz sonará natural, pero no pudo evitar el quiebre de dolor en ella. Levantó los ojos y la hermosa rubia tenía la mirada fija en ella, con una ceja enarcada, como un claro recordatorio de sus amenazas, además después de eso relajo su expresión y le regaló una amplia sonrisa, lo cual le causaba escalofrios. —¿Cómo está mi hijo?— preguntó de inmediato. —Dylan está bien —respondió con voz temblorosa. —¿Qué demonios es lo que quieres, Natalie?, ¡devuélveme a mi hijo!— dijo enojado— no sé por qué estás haciendo todo esto y no sé por qué precisamente tuviste que escoger a Dylan, te encargamos que lo cuidaras y lo protegieras, pero resultaste secuestrando a mi hijo maldit4 traidora. ¡Confiamos en ti!— gruñó— ¿es que acaso no tienes alma?— le preguntó frustrado— ¿cómo eres capaz de arrancar a un niño del lado de su madre? —Señor... —Di
Candace y Noah, llegaron en su vuelo después de largas horas en el avión, decidieron no esperar más y salir apresuradamente a la mansión rogando que todo hubiese mejorado y que tuviesen alguna noticia del niño, mientras iban en el vehículo con dirección a la mansión O'Farrell , Candace no podía dejar de llorar, sus ojos producían constantes lágrimas, producto de la angustia que sentía al saber que su sobrino no estaba en brazos de su madre. Noah, se percató de su estado de ánimo y extendió su mano para tomar la mano de ella y entrelazar sus dedos, Candace lo miró a través de las lágrimas y se inclinó hacia él colocando su cabeza en el hombro de su esposo. —Odio que esta situación me haga sentir tan débil— declaró Candace— porque necesito ser fuerte en este momento y más que nunca, necesito tener toda la fortaleza de la que he hecho alarde toda la vida Noah, Dylan me necesita, mi hermana me necesita y yo necesito estar más fuerte que nunca para poder darle el ánimo y mantenerla en
—Recuerda que solo tienes un minuto para saber de ella, nada más —Nathalie asintió sintiéndose frustrada por las limitaciones de aquel hombre. La rubia se había ido completamente feliz porque según ella todo estaba marchando como lo había planeado, era triste descubrir que la mente maestra detrás de todo aquel aquello que estaba ocurriendo no era un hombre sin escrúpulos, sino una mujer sin corazón. El hombre le pasó el teléfono y ella marcó ansiosa los números que le llevarían a comunicarse directamente a Francia, el teléfono repicó tres veces y ella pensó que no tendría respuesta de su madre, pero pronto escuchó la voz de su tío al otro lado de la linea. —Hola tío, soy Nathalie —Oh mi querida niña, cuánto tiempo sin saber de ti. ¿Cómo estás?. —Estoy muy bien tío, en el trabajo no me da mucho tiempo libre así que solo tengo un minuto para llamar, ¿ podría pasarme a mi madre? —Por supuesto que sí hija, dame un segundo y ya la pongo el teléfono— estaba ansiosa escuchar la voz