Queridos lectores, espero se encuentren muy bien, que dicha poder dirigirme a ustedes. La presente nota es porque quiero informarles de algo, como podrán notar, el día de hoy he publicado muchos capítulos, y eso se debe a que estaré está semana fuera de mi casa, iré a un viaje familiar a los llanos, y allá no tengo cobertura telefónica, ni señal de wifi, en consecuencia, los siguientes días no podré actualizar, sin embargo, sepan que seguiré trabajando para que al volver el fin de semana, puedan tener muchos capítulos nuevos. Agradezco mucho su comprensión y apoyo, por favor hagamos crecer la historia, si te gusta no dudes en comentar y en dejar tu reseña, fuera en el libro, dónde pueden ser visto por otros lectores y puedan animarse a leer. Eso mes ayuda muchísimo, siempre me motiva leerlos, saber sus diferentes opiniones y puntos de vista, así que no duden en opinar por favor. En fin, nuevas actualizaciones el fin de semana, cuando tenga internet y pueda ponerme al dia. Les dejo
Grace, se encontraba en el jardín sobre una manta extendida sobre la verde grama, junto a ella el pequeño Dylan disfrutaba de una mañana soleada, ella contemplaba maravillada como su hijo crecía, era un bebé fuerte, sano y muy hermoso. Sin duda alguna jamás llegó a imaginar que podría amar tanto a alguien, su hijo había llegado para demostrarle cuan equivocada estaba. Pensar que en el pasado había pensado en no tenerlo, le ocasionaba un vacío en el estómago. Al recuperar sus recuerdos, también había recuperado el momento de duda que Izan tuvo, y aunque entendía que era bastante normal que él dudara de su paternidad después de haber tenido tres meses sin saber de ella, no era menos doloroso ver a su hijo y saber que en el primer momento estuvo lleno de rechazo. Bastaba con verlo, para descubrir el enorme parecido del pequeño Dylan a los O'Farrell. El pequeño bebé balbució algo como queriendo reclamar la atención de su madre, Grace le regaló una enorme sonrisa y lo tomó en braz
—Veo que tú rostro se ha recuperado.— le dijo con una sonrisa burlona. — te ves mucho mejor que antes— dicho aquello se acomodó en el asiento tomando una posición despreocupada. —Borra esa estúpida sonrisa de tu rostro, porque no estoy de humor. —respondió casi con un gruñido. —Nunca lo estás desde que abandonaste la mansión. Mira nada más, tu en tu apartamento y tú hermano disfrutando de todo lo que debería ser de ambos. aún no entiendo por qué tu padre pensó que no serías adecuado para manejar la fortuna familiar. Es una pena, amigo mío. —Has silencio que me desesperas, no me hagas perder la paciencia— le dijo enojado. — ¿Averiguaste lo que te pedí? —Absolutamente todo. Ella es una mujer bastante sencilla, tiene un hijo en condiciones especiales y su madre está un poco enferma. El dinero qué ganaba en sus antiguos trabajos a penas y le alcanzaba para sus gastos, así que llegar a casa de O'Farrell fue como... un alivio para ella. —Bien. ¿Entonces que haremos?, ¿la madre ó
La mujer llegó a casa angustiada por la inquietante llamada de su madre, si bien era cierto que aquel no constituía un día libre y que debería estar en sus labores, gracias a la premura y a la angustia en la voz de su progenitora, solicitó a su jefe que le fuese otorgada la tarde libre, prometió volver y estar disponible para el día siguiente con la finalidad de seguir cumpliendo su misión de cuidar la salud del pequeño bebé. Pero bastó cruzar la puerta de su casa y cerrarla tras de sí para darse cuenta que algo andaba mal, muy mal, en cuanto cerró la puerta y se giró hacia la sala se encontró con su madre sentada en el pequeño sofá, su hijo junto a ella jugaba tranquilamente como si no se percatara de la amenaza que se cernía sobre ellos, en el lugar también estaban cinco hombres, todos vestidos de traje elegante y negro, parecía que asistirían a un funeral y aquel pensamiento solo le generó escalofríos a la mujer. —¿Qué se supone que está ocurriendo aquí?— preguntó con horror m
—En ese caso, ¿pueden irse de mi casa? —Claro que no— respondió el hombre sonriendo— todo se llevará a cabo el fin de semana. Para mañana trasladaremos a tu madre y tu hijo a un nuevo lugar, pasado mañana saldran en su viaje a Francia segun tu solicitud. Pero hasta que eso ocurra no se quedarán solos, dos de mis hombres se quedarán aquí, con la clara indicación de disparar si intentas algo tonto, y está de más advertirte que si O'Farrell se entera de algo... tu y tu familia se mueren. —Ha quedado bastante claro para mi— lo miró con odio— no arriesgaré la vida de los míos. —Eso es perfecto. Media hora más tarde los hombres se habían marchado, pero tal como lo indicó aquel desconocido dos de sus subordinados se quedaron en casa, se aseguraron de cerrar bien las ventanas y la puerta, restándole así posibilidades de escapar, mientras que Nathalie decidió que lo mejor era que los tres durmieran en la misma habitación. Preparó la cena y alimentó a su hijo mientras la madre no dej
El corazón de Grace se detuvo por un segundo para luego comenzar a golpear con fuerza. El rostro de la niñera era pálido y los ojos llenos de lágrimas, su corazón volvió a latir con fuerza, sus manos temblaron y un gemido ahogado escapó de su boca y las piernas le temblaron y amenazaron con no sostenerla. —¡Dios mío, mi hijo!— exclamó con voz ahogada. —¡¿Qué demonios estás diciendo?!— gruñó Izan dando dos pasos adelante y tomando a la mujer con fuerza de uno de sus brazos mientras la zarandeaba. La mujer gritó de dolor —¡¿Cómo que no está?!, ¡¿Dónde está mi hijo?! —No... no lo sé... yo... —¿COMO QUE NO LO SABES?— gritó Grace—¡Eres su niñera!— caminó hasta quedar junto a Izan. —¡Por amor a Dios!— gimió horrorizada— ¿Dónde está Dylan, dónde está mi hijo? —¡No lo sé, señora!, ¡el bebé no está en la cuna, y la enfermera tampoco está en ningún lado, no la encuentro, la he buscado por todas partes y no la encuentro!— dijo la mujer llorando. —¿Y tú, dónde demonios se supone qu
Nathalie, manejó con los ojos llenos de lágrimas, el día había llegado y al fin ella lo había hecho, había secuestrado a aquel pequeño niño arrancando lo de los brazos de sus padres, el bebé estaba dormido en el asiento trasero, su presencia había sido bien disimulada con algunos paquetes que ella llevaba, le había ayudado mucho que el niño estuviese dormido e inmóvil. Ahora manejaba con destino al primer lugar que aquel desconocido le había indicado, sentía un terrible peso en su corazón y es que para esas alturas suponía que ya todos en la mansión se habían dado cuenta de la ausencia del bebé y aquello no hacía más que torturarla porque ella era madre y no quería imaginarse el profundo dolor que debía estar experimentando Grace, si alguien le quitara a su pequeño hijo, ella seguramente enloquecería de dolor y ahora, por presión de otra persona era ella quien se había convertido en la secuestradora de un menor. Después de manejar por largo rato llegó al lugar indicado, que no era
La mañana llega y en la casa O'Farrell, reina la tristeza y la oscuridad, Izan ha querido salir y percatarse personalmente de que la búsqueda se esté efectuando, sin embargo se ha negado a dejar sola a Grace, quién está hecha un mar de lágrimas y evidentemente desconsolada, la joven madre no entiende cómo esa mujer ha sido tan infeliz y sin escrúpulo como para arrebatarle a su pequeño hijo, ha llorado tanto como para llenar el mar y cuando sospecha que no hay ni una lágrima más dentro de su ser, nuevamente la tristeza la golpea y es como si abriese una fuente, pues las lágrimas comienzan a surgir nuevamente. Fue petición de Grace que esperaran a que amaneciera para poder avisar a sus padres, no quería torturarlos a media noche y quería tener fe de que encontrarían a su hijo pronto y que antes de que saliera el sol ella podría estar abrazando nuevamente a su pequeño Dylan. Pero aquello no ocurrió y cuando el sol salió dándole la bienvenida a un nuevo día, el alma de Grace estaba a