Me desperté desorientada, tenía la intravenosa puesta nuevamente, pero en la mano y apenas podía abrir los ojos.Cuando todo lo que ocurrió vino a mi mente, abrí los ojos de desmesuradamente y la realidad me golpeó. Estaba sola en la habitación y empecé a llorar como niña pequeña. No podía calmarme, quería saber de Edward. Tomé mi teléfono y lo llamé, pero no contestó, de la impotencia que sentía tiré el teléfono lejos, me sentía inútil y a la vez preocupada por mi amor. Rápidamente la puerta se abrió y entonces pude ver a mi esposo y su cara era de preocupación. —Amor, ¿qué ocurre? ¿Por qué lloras? Está preocupado, lo siento en su voz. Llega rápidamente en mi dirección, me abraza y me permito llorar abiertamente en sus brazos. —Estaba preocupada por ti, no quería que nada te pasara, cuando desperté no estabas a mi lado y me asusté. Y-yo…—Tranquila, mi cielo. Aquí estoy.—Pensé que te habían llevado preso.—Solo era para que no nos agarráramos a golpes nuevamente cariño. Estuvi
Un año después.Jamás pensé que sería el hombre más feliz del planeta teniendo a mi lado a la mujer más maravillosa del mundo. Aunque en su momento no podía parar de estar preocupado por ella, enfrentamos juntos la prueba más grande de amor, y la que titulé la espera. Sí, la espera. Esperar que el cuerpo de Letty asimilara bien el trasplante de médula ósea, esperar la aceptación al darle la noticia de que Lucy resultó ser su hermana paterna, pues nos hubiéramos ahorrado todo el suspenso si le hubiéramos preguntado a Lucy al menos el nombre de sus padres y ahí nos hubiéramos enterado de todo. Esperar el crecimiento lento de su cabello, cejas y pestañas, todo ha sido un largo proceso y que hoy podemos decir; lo logramos.Fue un choque de emociones fuertes para mi amada esposa, me complace verla cada día más viva, plena, segura de sí misma. Letty es una hermosa chica, además me quito el sombrero ante ella y sus ganas de seguir adelante, ella es toda una guerrera que pudo surgir de l
—Letty, ¿qué te parece si vamos al Starbucks por un buen café?—Brenda preguntó muy animada.Siempre que llegan las 3:00 pm la hora se pone pesada, no tenemos pacientes y la pereza se adueña de nuestros cuerpos. Literal, parecemos dos ventiladores viendo de un lado al otro.—Me encanta la idea—contesté rápidamente.Fascinadas de la vida, salimos de la clínica y caminamos solo una cuadra hasta llegar al Starbucks más cercano. Al llegar notamos que el lugar está a reventar y hay una cola enorme para ordenar, siempre que venimos es lo mismo, así que nos llenamos de paciencia y esperamos nuestro turno.«Que se caiga el mundo, pero de aquí no me muevo sin mi Frappuccino»—pensé. Entonces me dispongo a observar el lugar con detenimiento, personas salen, otras entran y cuando veo al frente nuevamente me doy cuenta de que la gran fila avanza y, Brenda que está detrás de mí, me mueve para que reaccione. Es reaccionar y quedarme de piedra nuevamente al ver a semejante hombre, sin poder evitarl
Cuando ese hombre que acompaña al director Carl Johnson, gira sobre sus talones y ambos caminan en nuestra dirección, juro que morí. Es él, el espectacular hombre del Starbucks. No sé como disimular que lo he visto, dudé en girarme e irme, pero es imposible que deje de observarlo. Además, ya me vieron así que no tiene caso que me esconda. Él es como un imán para mí, me arrastra sin el más mínimo esfuerzo y siento que no puedo apartar los ojos de su bella sonrisa. Se siente como observar el mar con las olas en calma, como apreciar un maravilloso atardecer que no puedes dejar de admirar, se siente la paz, la magia, pero en su boca. Me encantaría que me mirara en algún momento con otros ojos, pero, ¿para qué va a hacerlo? Si no voy a poder corresponderle.¡Qué vida tan complicada la mía! Cada vez me convenzo más de que moriré sola.—Qué bueno que las encuentro juntas—dice Carl llegando a nosotras—, déjenme presentarles a mi buen amigo y colega Edward Collins, es médico cirujano y nue
Caminé con el doctor Collins de regreso a la clínica en completo silencio, al llegar fui directo a mi casillero, saqué mi bolso y me encaminé al baño, arreglé un poco mi desastroso cabello y me miré en el espejo. No sé porqué mi corazón late tan rápido, me siento nerviosa, mi sexto sentido me advierte que lo que tiene mi madre qué decirme no me va a gustar. Entonces sin perder más tiempo caminé en dirección a la salida de la clínica, no quise buscar al doctor Collins para que no piense que me quiero aprovechar de él. Cuando llegué a la parada del bus estaba sola como siempre, pero no me dió tiempo de hacer nada cuando un espectacular auto frenó enfrente de mí. Juro que los intestinos me llegaron a la garganta, pensé lo peor, enseguida a mi mente vinieron imágenes que no quisiera recordar nunca más y comencé a temblar sin control. La puerta del conductor se abrió y, el doctor Collins bajó de su auto para abrirme la puerta del copiloto con galantería.—Te dije que te llevaría—me dic
Cuando desperté al día siguiente me sentía en extremo cansada. Tenía meses sin tener esas terribles pesadillas, vuelvo a sentirme observada, insegura, aterrada.¡Hasta cuándo tengo que vivir así! Trato de calmarme y decirme que no pasa nada, pronto me iré de aquí. Camino en dirección al baño para hacer mis necesidades, tomar un baño y cepillar mis dientes. No reparo en mi aspecto hasta que estoy frente al espejo, noto que tengo unas tremendas ojeras, estoy más pálida que de costumbre y el estómago me ruge, tengo hambre. Con la bomba que me soltó la que se hace llamar mi madre hasta el apetito se me fue. Me visto rápidamente con el uniforme, recojo mi cabello en una cola alta, no lo dejo suelto porque el cabello se me está cayendo demasiado, si antes estaba preocupada por mi situación, ahora lo estoy el doble y me estreso por querer encontrar una solución rápida. Todavía faltan doce días para mí próximo pago, si Brenda no puede ayudarme tendré que tocar los ahorros que tengo para la
Mi amigo y colega Carl Johnson me pidió el favor de trabajar en su clínica unos meses. Acepté, porque tenía pensado abandonar Los Ángeles y viajar por un tiempo, ya había dejado todo listo y en orden en la clínica de la cual soy dueño, mi hermana mayor que es ginecóloga y obstetra quedará al frente mientras estoy ausente. Quería tomarme unas vacaciones, explorar en otro lugar y tener una nueva clínica, quería un cambio de entorno, de personas y aunque aquí tengo a mi familia, tengo que perseguir mis sueños, lo que quiero hacer y alcanzar.De pronto se escuchó en el interior del departamento el timbre, caminé en dirección a la puerta y abrí. Ya sabía que Stella vendría.—Hola—me saluda con una cándida sonrisa y un beso en la mejilla—,pero, ¡qué guapo estás! Me río por lo que me dice. —Gracias, aunque tú no te quedas atrás, estás muy hermosa.—Qué galante. Le hago seña para que entre y toma asiento en el mueble de la sala. —¿Quieres algo de tomar?—El exquisito café que preparas es
Cuando les di la noticia de que me iría un tiempo a Nueva York, sus caras palidecieron. Adriana se soltó a llorar al igual que mi madre, ellas son muy sentimentales y por todo lloran.—Hijo, si ya la decisión está tomada no nos queda más que apoyarte y desearte lo mejor.—Gracias papá —lo abrazo y camino en dirección a mi madre—, mamá no llores, podrás ir a visitarme las veces que quieras y yo vendré también, recuerda que no puedo dejarle la responsabilidad de la clínica a Vanessa en su estado. Solo serán unos meses, lo necesito. —Lo sé mi bebé, es solo que te amo tanto que no quiero que te vayas de mi lado. No me gusta tener a mis hijos lejos de mí, pero entiendo que tienen que luchar por sus sueños y si necesitas estar un tiempo alejado lo entiendo. Prométeme que te vas a cuidar y me vas a llamar.—Lo prometo, te amo madre.—Y yo a ti mi cielo. Cuando vuelvas espero que lo hagas con una bella chica, quiero nietos, aunque Vanessa ya te ganó la partida quiero verlos a todos con una