Cuando ese hombre que acompaña al director Carl Johnson, gira sobre sus talones y ambos caminan en nuestra dirección, juro que morí. Es él, el espectacular hombre del Starbucks.
No sé como disimular que lo he visto, dudé en girarme e irme, pero es imposible que deje de observarlo. Además, ya me vieron así que no tiene caso que me esconda.
Él es como un imán para mí, me arrastra sin el más mínimo esfuerzo y siento que no puedo apartar los ojos de su bella sonrisa. Se siente como observar el mar con las olas en calma, como apreciar un maravilloso atardecer que no puedes dejar de admirar, se siente la paz, la magia, pero en su boca.
Me encantaría que me mirara en algún momento con otros ojos, pero, ¿para qué va a hacerlo? Si no voy a poder corresponderle.
¡Qué vida tan complicada la mía! Cada vez me convenzo más de que moriré sola.
—Qué bueno que las encuentro juntas—dice Carl llegando a nosotras—, déjenme presentarles a mi buen amigo y colega Edward Collins, es médico cirujano y nuevo miembro en esta clínica. Espero que lo apoyen en todo lo que necesite.
Brenda no pierde el tiempo, extiende su mano y se presenta, eso hace que Carl la observe sorprendido. Entonces Brenda me codea por las costillas para que haga lo mismo.
—Un gusto doctor Collins, mi nombre es Letty Brown. Bienvenido.
Mis manos sudan, mi corazón late como loco y estoy en extremo nerviosa, tanto que hasta fría me he puesto. Le extiendo mi mano y cuando la toma, siento que no quiero despegarme de él, nuestras miradas toman fuerza y sus espectaculares ojos no se apartan de los míos.
Puedo sentir como el magnetismo de este hombre me hiela la sangre, la piel.
—Un placer srta. Brown—dice encantador y me hace suspirar.
Entonces como nada es perfecto y dura para siempre, Carl interviene y nuestra conexión de miradas se rompe.
—Letty, de ahora en adelante solo asistirás al doctor Collins, él será tu jefe inmediato. ¿Tienes algún problema con eso?
Aunque me emociona, al mismo tiempo me aterra estar siempre con él.
—Está bien. No tengo ningún problema—contesto rápidamente.
Entonces ese hombre con esa espléndida sonrisa se acerca un poco más a mí y con su voz ronca, me dice:
—Espero que podamos ser un gran equipo, señorita Brown.
—Lo mismo digo doctor Collins.
Esa pícara mirada que me está dando me deja claro que es todo un jugador, tengo que tener cuidado con él. Todas mis alarmas se activan y siento que estoy enfrente de un depredador muy guapo e interesante.
No debo dejarme engañar o más adelante lo lamentaré. Además, he construído por muchos años murallas tan fuertes alrededor de mí, que ahora me brindan protección y son mi lugar seguro.
—Entonces no se diga más, Letty enséñale los alrededores al doctor Collins y muéstrale su consultorio, por favor—me dice Carl y yo asiento—. Brenda, ven conmigo, por favor—le dice y se van juntos.
Para nadie es un secreto que Carl y Brenda mantienen una relación "abierta", lo que no puedo entender es porqué no formalizan su relación si tienen dos años juntos, se nota que se quieren. Ella me ha dicho que es mejor así, sin compromisos, sin celos, sin amor, pero ella no me engaña y sé que se muere por él. En esa relación ya no se trata nada más de satisfacer sus deseos carnales, allí ya hay algo más, solo que se hacen los tontos para no aceptar lo que sienten.
La voz del doctor Collins me saca de mis pensamientos.
—¿Qué te parece si me enseñas la clínica otro día?, muéstrame el consultorio y—se quedó pensativo—, quiero invitarte un café del Starbucks, pienso que el café de esta tarde no lo disfrutaste tanto como deseabas. ¿Aceptas?
Me está invitando un café y siento vergüenza porque nadie me ha invitado nada antes. No sé cómo sentirme al respecto, aunque debo reconocer que me agrada muchísimo su invitación.
—¿Qué dices?
—No sé que decir—contesto tímida.
Entonces acercándose un poco más, se inclina para estar a mi altura y susurra:
—Tal vez deberías empezar por aceptar y decir que sí.
Bastaron esas simples palabras para hacerme sonrojar. Entonces en esos microsegundos en los que sus ojos conectaron con los míos, sentí que su mirada perforó cada espacio de mi ser. ¿Cómo puede este hombre tener esos ojos tan expresivos?, el color azul de sus ojos hace que me pierda en ellos, son demasiado atrayentes.
—Como no he tenido respuesta de tu parte, lo tomaré como un sí y no se hable más.
—Doctor Collins yo…
—No aceptaré un no por respuesta.
No supe que decir, me quedé congelada en mi lugar. Jamás esperé una invitación de él.
Se cruzan por mi cabeza todo tipo de escenarios nada favorables para mí. ¿Acaso nunca dejaré de vivir con miedo y pensar mal de los demás?
Sacudí mi cabeza para dispersar esos pensamientos que me carcomen por dentro, no todo en la vida puede ser malo y él no se ve una mala persona, solo un jugador de primera. Debo irme por las ramas, conocerlo y tratar de descifrar qué quiere de mí. Fuimos directo al consultorio que le corresponde, es amplio, está limpio y ordenado.
—Está muy bien, ya sé dónde queda mi área de trabajo. Ahora, señorita Brown—camina en dirección a la puerta, la abre y me hace ademán con la mano para que salga del consultorio—,vayamos por ese café.
No sé porqué, pero su voz se me hace demasiado sexi, es música para mis oídos.
Caminamos en dirección al Starbucks, al llegar me doy cuenta de que no hay muchos clientes y es maravilloso que se sienta calmado el lugar. El doctor Collins me pide tomar asiento mientras él ordena, me parece curioso que no me pregunte cuál es el café que me gusta tomar. Después de unos minutos aparece con nuestros cafés.
—Aquí tiene señorita, Frappuccino de chocolate blanco sin café—me dice encantador y toma asiento enfrente de mí.
—Gracias, pero, ¿cómo sabe usted el café que me gusta?
—Simple, en la tarde cuando por accidente perdiste tu café, le dije a la chica que preparara uno igual—dice sonriente—, y ella me dijo el nombre del café que ordenaste.
—¡Oh, vaya! Usted tiene buena memoria.
Digo sin pensar y él inmediatamente responde:
—Recuerdo todo lo que es importante.
Dice más fresco que una lechuga y yo casi me ahogo con el café. ¿Acaso me está diciendo que saber lo que me gusta es importante para él?
—¿Cuánto tiempo tienes trabajando en la clínica?—me pregunta.
—Tengo dos años para ser exacta. Brenda es mi mejor amiga y gracias a ella pude obtener el empleo, yo no soy enfermera ni nada por el estilo, pero he tenido la disposición de aprender y he notado que me gusta mi trabajo.
—Interesante, entonces deberías estudiar enfermería, necesitarías la teoría porque ya tienes algo de práctica, ya lo demás lo irás aprendiendo sobre la marcha.
—Me encantaría, pero todo es poco a poco—digo desanimada.
—¿Qué te detiene?—me pregunta.
—Ahorrar no es tan fácil, pero no imposible—contesto.
De pronto mi teléfono empezó a vibrar en el interior del bolsillo de mi pantalón, me disculpé con el doctor Collins y observé la pantalla del celular, es mi madre la que me llama.
—Sí—contesté.
—Hija te llamo para decirte que estoy en casa preparando la cena, quisiera pedirte que vinieras en cuanto salieras del trabajo, tengo algo muy importante que hablar contigo.
—Esta bien. Nos vemos en casa.
No entiendo la actitud de mi madre, siempre me trata mal después de lo ocurrido y, de pronto es tan amable... que siento miedo. No puedo quedarme un segundo más aquí, tengo que saber qué es eso tan importante que tiene que decirme.
—Discúlpeme doctor Collins, pero debo irme.
—¿Pasa algo? Si quieres puedo llevarte a dónde tengas que ir.
—No se preocupe, no…
—Te llevaré y no se hable más del asunto.
Caminé con el doctor Collins de regreso a la clínica en completo silencio, al llegar fui directo a mi casillero, saqué mi bolso y me encaminé al baño, arreglé un poco mi desastroso cabello y me miré en el espejo. No sé porqué mi corazón late tan rápido, me siento nerviosa, mi sexto sentido me advierte que lo que tiene mi madre qué decirme no me va a gustar. Entonces sin perder más tiempo caminé en dirección a la salida de la clínica, no quise buscar al doctor Collins para que no piense que me quiero aprovechar de él. Cuando llegué a la parada del bus estaba sola como siempre, pero no me dió tiempo de hacer nada cuando un espectacular auto frenó enfrente de mí. Juro que los intestinos me llegaron a la garganta, pensé lo peor, enseguida a mi mente vinieron imágenes que no quisiera recordar nunca más y comencé a temblar sin control. La puerta del conductor se abrió y, el doctor Collins bajó de su auto para abrirme la puerta del copiloto con galantería.—Te dije que te llevaría—me dic
Cuando desperté al día siguiente me sentía en extremo cansada. Tenía meses sin tener esas terribles pesadillas, vuelvo a sentirme observada, insegura, aterrada.¡Hasta cuándo tengo que vivir así! Trato de calmarme y decirme que no pasa nada, pronto me iré de aquí. Camino en dirección al baño para hacer mis necesidades, tomar un baño y cepillar mis dientes. No reparo en mi aspecto hasta que estoy frente al espejo, noto que tengo unas tremendas ojeras, estoy más pálida que de costumbre y el estómago me ruge, tengo hambre. Con la bomba que me soltó la que se hace llamar mi madre hasta el apetito se me fue. Me visto rápidamente con el uniforme, recojo mi cabello en una cola alta, no lo dejo suelto porque el cabello se me está cayendo demasiado, si antes estaba preocupada por mi situación, ahora lo estoy el doble y me estreso por querer encontrar una solución rápida. Todavía faltan doce días para mí próximo pago, si Brenda no puede ayudarme tendré que tocar los ahorros que tengo para la
Mi amigo y colega Carl Johnson me pidió el favor de trabajar en su clínica unos meses. Acepté, porque tenía pensado abandonar Los Ángeles y viajar por un tiempo, ya había dejado todo listo y en orden en la clínica de la cual soy dueño, mi hermana mayor que es ginecóloga y obstetra quedará al frente mientras estoy ausente. Quería tomarme unas vacaciones, explorar en otro lugar y tener una nueva clínica, quería un cambio de entorno, de personas y aunque aquí tengo a mi familia, tengo que perseguir mis sueños, lo que quiero hacer y alcanzar.De pronto se escuchó en el interior del departamento el timbre, caminé en dirección a la puerta y abrí. Ya sabía que Stella vendría.—Hola—me saluda con una cándida sonrisa y un beso en la mejilla—,pero, ¡qué guapo estás! Me río por lo que me dice. —Gracias, aunque tú no te quedas atrás, estás muy hermosa.—Qué galante. Le hago seña para que entre y toma asiento en el mueble de la sala. —¿Quieres algo de tomar?—El exquisito café que preparas es
Cuando les di la noticia de que me iría un tiempo a Nueva York, sus caras palidecieron. Adriana se soltó a llorar al igual que mi madre, ellas son muy sentimentales y por todo lloran.—Hijo, si ya la decisión está tomada no nos queda más que apoyarte y desearte lo mejor.—Gracias papá —lo abrazo y camino en dirección a mi madre—, mamá no llores, podrás ir a visitarme las veces que quieras y yo vendré también, recuerda que no puedo dejarle la responsabilidad de la clínica a Vanessa en su estado. Solo serán unos meses, lo necesito. —Lo sé mi bebé, es solo que te amo tanto que no quiero que te vayas de mi lado. No me gusta tener a mis hijos lejos de mí, pero entiendo que tienen que luchar por sus sueños y si necesitas estar un tiempo alejado lo entiendo. Prométeme que te vas a cuidar y me vas a llamar.—Lo prometo, te amo madre.—Y yo a ti mi cielo. Cuando vuelvas espero que lo hagas con una bella chica, quiero nietos, aunque Vanessa ya te ganó la partida quiero verlos a todos con una
Al llegar a mi destino Carl me recibió y me dió alojamiento en su departamento unos días, mientras encontraba un buen lugar para mí, compré un espectacular departamento en Upper East Side de Manhattan, es una buena zona y de noche tiene una vista preciosa.Contraté a una persona capacitada que se encargará de remodelar el departamento, los colores no me gustan y quiero que lo deje impecable. Amo el blanco en todas sus tonalidades y ver el departamento así me dejó satisfecho, la diseñadora me sugirió colocar unas fotos familiares y unas plantas para que le den vida al lugar, dijo que se sentía tétrico, sin vida e impersonal. No me importa lo que los demás piensen, a mi me gusta la pulcritud, la sencillez y el minimalismo, me encanta el espacio que tengo y lo amplio que se ve el departamento.Teniendo el departamento en orden, decidí que era el momento de ir a la clínica para conocer al personal de trabajo y empezar de una vez con mi labor. También le conseguí un departamento a mi herm
Al día siguiente tras hacer mis necesidades, ducharme y cepillar mis dientes supe que en la mañana no tendría trabajo, no tenía ni siquiera un paciente como para tomarlo de excusa e ir a la clínica cuánto antes para ver a Letty, tendré que contener mis repentinas ganas de ir a verla.Entonces tomé mi teléfono y escribí un mensaje para ella de buenos días. Solo pasaron dos minutos cuando un mensaje de ella llegó en respuesta al mío y eso solo hizo que pasara una mañana estupenda, riendo como un puberto en cada espacio del departamento.Hice desayuno y al terminar busqué el ordenador, lo encendí y entré al correo. Tenía muchísimos mensajes sin contestar, así que me puse manos a la obra, así transcurrió toda mi mañana.Al mediodía cociné mi almuerzo escuchando esa música instrumental titulada "Autumn Leaves de Yenne Lee". La buena música siempre me ha encantado, sobre todo cuando está tan cargada de sentimiento y verdad. Incluso cuando solo es melodía, es perfecta. Las letras serían so
Dos días habían pasado desde que Edward me dejó esa noche en casa. Debo admitir que todo lo que me dijo me volvió loca, me encantó escuchar de su boca tales palabras.Siento miedo, inseguridad, terror de que se dé cuenta o descubra lo que tanto escondo. Que se decepcione, se aleje de mí y me vea como la peor plaga que pueda existir, por eso hice lo posible por tratar de que se dé cuenta y rectifique su error.Aunque me entristece, veo que funcionó, me trata de usted, solo se dirige a mí para lo puntual y no ha vuelto a decir que me lleva a casa. Me siento triste y la culpa es mía, él trató de ser amable conmigo siendo un caballero de verdad y yo solo lo traté a las patadas, soy una estúpida.Ahora me encuentro buscando mi bolso para irme a casa, pasado mañana recojo mis cosas y me voy de ese infierno. Mi madre cada vez se pone más pesada, está loca porque me vaya y ya no quiero estar un día más ahí, mucho menos encontrarme con el degenerado.Observé a Edward salir de la clínica en cam
Tener una oportunidad con ella era toda la ventaja que necesitaba para conquistarla.Sonreía como un idiota tan solo de pensar en ella, pero me inquietaba algo y quería descubrirlo cuánto antes, sus ojos me gritan, me imploran ayuda y no sé por qué, pero siento que Letty está sufriendo. Algo dentro de mí me dice que no me aparte, que no la deje sola porque me necesita y con ese abrazo que me dió me lo hizo saber. No sé cuáles sean sus problemas, pero me está preocupando su salud, el semblante y la palidez que tiene no es normal, además es sumamente delgada y eso me inquieta, no sé si se está alimentando bien. Tomo mi teléfono y escribí un mensaje para ella de buenas noches con una sonrisa de idiota en mi rostro.Edward—9:15pm.Hay algo en ti que me resulta adictivo, ¿sabes qué es?Lo envío y espero unos minutos, como no me llega respuesta de ella supongo que ya se debió quedar dormida. Entonces coloco el teléfono en la mesa de noche, me acuesto y de pronto mi celular vibra y lo tomo