No podía salir de mi asombro. ¿Qué hacía Lucy aquí? No podía entenderlo, pero supongo que después me podría enterar de eso, por los momentos en mis planes solo está atender a Letty. Lucy no ha caído en cuenta de la cantidad de personas que hay a su alrededor, solo está tratando de alejar a Jake de ella. Mi madre le hace señas a mis hermanas y ellas se retiran. Solo quedamos Letty, Carl, Brenda, Jake y yo. —Señor estoy bien. No se preocupe, esto no es nada—expresó Lucy mientras trataba de detener las inquietas manos de Jake.—¿Cómo vas a decir que no es nada?—gruñó Jake irritado y me sorprendió que reaccionara de esa manera—. Te has hecho daño. —Es lo de menos. No es como si me fuera a morir por estos rasguños. Déjeme hacer mi trabajo por favor. —Definitivamente estás loca.—Con todo respeto…—lucy miró a Jake directamente a los ojos y le dijo—: No es su problema. Jake sonrió, conocía perfectamente esa sonrisa y mirada, no dejaría que se pasara de listo con ella. No sabía porqué
Tres meses después. El tiempo ha pasado demasiado rápido, me parece que fue ayer cuando firmé el documento de matrimonio donde dejé plasmado mi amor por Letty.Observar mientras duerme, velar por sus sueños y por su bienestar siempre será mi mayor trabajo. Es gratificante para mi estar al pendiente de ella, me he dedicado en cuerpo y alma en cuidar de mi esposa en lo que va de tratamiento y, no me arrepiento haberme dado de baja unos meses mientras se recupera. El tratamiento de Letty avanza, pero Jake quedó en hablar conmigo de algo importante referente a la enfermedad de mi esposa. Me preocupa porque lo que más quiero es que se recupere pronto y supere todo este proceso por el que está pasando. Después de la cuarta sesión de quimioterapia perdió el cabello y entró en crisis, recuerdo como la apreté contra mi pecho fuertemente para darle tranquilidad y seguridad. Ella quería que la dejara y me fuera, pero… ¿cómo podría hacerlo cuando aun viéndola de esa manera me parecía la mujer
Estaba ansioso por saber los resultados de la prueba de compatibilidad de Lucy con Letty. Estábamos haciendo todo a escondidas de Letty porque no quiero preocuparla y mucho menos darle una falsa esperanza, prefería cargar con todo y llevarme el golpe solo. —Tranquilo Edward. Todo va a salir muy bien, ya verás. —Es lo que más deseo Lucy, quiero hacerle caso a mi intuición y darme cuenta de que no estuve equivocado. —Esperemos, eso solo lo sabremos con las pruebas. No pudimos continuar conversando porque Jake hizo acto de presencia y nuestra atención se centró en él. —Colega—me saluda Jake y estrechamos las manos—. Señorita Lucy—sonrió con picardía y ella solo rodó los ojos con fastidio—, las pruebas serán tratadas con rapidez. Ahora bien, la que he pedido que tengan cuanto antes y me hagan llegar a la brevedad posible es la de médula ósea; necesitamos iniciar con el trasplante cuanto antes en caso de que sean compatibles. —Me parece perfecto hermano, gracias. —Hago mi trabajo
Me desperté desorientada, tenía la intravenosa puesta nuevamente, pero en la mano y apenas podía abrir los ojos.Cuando todo lo que ocurrió vino a mi mente, abrí los ojos de desmesuradamente y la realidad me golpeó. Estaba sola en la habitación y empecé a llorar como niña pequeña. No podía calmarme, quería saber de Edward. Tomé mi teléfono y lo llamé, pero no contestó, de la impotencia que sentía tiré el teléfono lejos, me sentía inútil y a la vez preocupada por mi amor. Rápidamente la puerta se abrió y entonces pude ver a mi esposo y su cara era de preocupación. —Amor, ¿qué ocurre? ¿Por qué lloras? Está preocupado, lo siento en su voz. Llega rápidamente en mi dirección, me abraza y me permito llorar abiertamente en sus brazos. —Estaba preocupada por ti, no quería que nada te pasara, cuando desperté no estabas a mi lado y me asusté. Y-yo…—Tranquila, mi cielo. Aquí estoy.—Pensé que te habían llevado preso.—Solo era para que no nos agarráramos a golpes nuevamente cariño. Estuvi
Un año después.Jamás pensé que sería el hombre más feliz del planeta teniendo a mi lado a la mujer más maravillosa del mundo. Aunque en su momento no podía parar de estar preocupado por ella, enfrentamos juntos la prueba más grande de amor, y la que titulé la espera. Sí, la espera. Esperar que el cuerpo de Letty asimilara bien el trasplante de médula ósea, esperar la aceptación al darle la noticia de que Lucy resultó ser su hermana paterna, pues nos hubiéramos ahorrado todo el suspenso si le hubiéramos preguntado a Lucy al menos el nombre de sus padres y ahí nos hubiéramos enterado de todo. Esperar el crecimiento lento de su cabello, cejas y pestañas, todo ha sido un largo proceso y que hoy podemos decir; lo logramos.Fue un choque de emociones fuertes para mi amada esposa, me complace verla cada día más viva, plena, segura de sí misma. Letty es una hermosa chica, además me quito el sombrero ante ella y sus ganas de seguir adelante, ella es toda una guerrera que pudo surgir de l
—Letty, ¿qué te parece si vamos al Starbucks por un buen café?—Brenda preguntó muy animada.Siempre que llegan las 3:00 pm la hora se pone pesada, no tenemos pacientes y la pereza se adueña de nuestros cuerpos. Literal, parecemos dos ventiladores viendo de un lado al otro.—Me encanta la idea—contesté rápidamente.Fascinadas de la vida, salimos de la clínica y caminamos solo una cuadra hasta llegar al Starbucks más cercano. Al llegar notamos que el lugar está a reventar y hay una cola enorme para ordenar, siempre que venimos es lo mismo, así que nos llenamos de paciencia y esperamos nuestro turno.«Que se caiga el mundo, pero de aquí no me muevo sin mi Frappuccino»—pensé. Entonces me dispongo a observar el lugar con detenimiento, personas salen, otras entran y cuando veo al frente nuevamente me doy cuenta de que la gran fila avanza y, Brenda que está detrás de mí, me mueve para que reaccione. Es reaccionar y quedarme de piedra nuevamente al ver a semejante hombre, sin poder evitarl
Cuando ese hombre que acompaña al director Carl Johnson, gira sobre sus talones y ambos caminan en nuestra dirección, juro que morí. Es él, el espectacular hombre del Starbucks. No sé como disimular que lo he visto, dudé en girarme e irme, pero es imposible que deje de observarlo. Además, ya me vieron así que no tiene caso que me esconda. Él es como un imán para mí, me arrastra sin el más mínimo esfuerzo y siento que no puedo apartar los ojos de su bella sonrisa. Se siente como observar el mar con las olas en calma, como apreciar un maravilloso atardecer que no puedes dejar de admirar, se siente la paz, la magia, pero en su boca. Me encantaría que me mirara en algún momento con otros ojos, pero, ¿para qué va a hacerlo? Si no voy a poder corresponderle.¡Qué vida tan complicada la mía! Cada vez me convenzo más de que moriré sola.—Qué bueno que las encuentro juntas—dice Carl llegando a nosotras—, déjenme presentarles a mi buen amigo y colega Edward Collins, es médico cirujano y nue
Caminé con el doctor Collins de regreso a la clínica en completo silencio, al llegar fui directo a mi casillero, saqué mi bolso y me encaminé al baño, arreglé un poco mi desastroso cabello y me miré en el espejo. No sé porqué mi corazón late tan rápido, me siento nerviosa, mi sexto sentido me advierte que lo que tiene mi madre qué decirme no me va a gustar. Entonces sin perder más tiempo caminé en dirección a la salida de la clínica, no quise buscar al doctor Collins para que no piense que me quiero aprovechar de él. Cuando llegué a la parada del bus estaba sola como siempre, pero no me dió tiempo de hacer nada cuando un espectacular auto frenó enfrente de mí. Juro que los intestinos me llegaron a la garganta, pensé lo peor, enseguida a mi mente vinieron imágenes que no quisiera recordar nunca más y comencé a temblar sin control. La puerta del conductor se abrió y, el doctor Collins bajó de su auto para abrirme la puerta del copiloto con galantería.—Te dije que te llevaría—me dic