Días después.
Kate fue dada de alta del hospital; Fernando con la ayuda de Ariadna le compró ropa a Katherine pues la que tenía no le quedaba aún.
La joven se sorprendió al ver llegar al agente García, con una hermosa silla para el auto, acolchonada, en tono rosado con varios muñequitos alrededor.
—¡Qué linda! —exclamó Kate. —¿Es segura?
—Por supuesto —respondió Fernando sonriendo—. Dame a Ángela —solicitó él, entonces con mucho cuidado la colocó en su silla, le puso los respectivos cinturones de seguridad—. Ella va a ir cómoda en el auto —afirmó.
—Hay que cubrirla con esta manta que nos regaló la señora Ariadna — indicó Kate, entonces ant
Kate miró a Laura, y ambas se observaron sin comprender. La joven Blake no sabía desde cuando el Padre Fausto y Ariadna, conocían a Damián, todo era muy extraño para ella, entonces él con su gran porte y personalidad se colocó en frente de ambas.—Lo que voy a confesar es muy duro para mí —declaró aclarándose la voz—. Yo no lo sabía, gracias a la señora Ariadna, me enteré de la verdad. —Observó a Laura con ternura, gesto que sorprendió a Katherine porque para ella solo tenía miradas llenas de odio—. Hace más de veinte años yo conocí a tu madre Laurita — confesó.Los ojos de Laura brillaron al escuchar que alguien sabía de su familia.—¿Usted conoció a mi mamá? —averiguó con la voz temblorosa, int
En el despacho parroquial, Laura estaba igual de conmovida, y perturbada que Kate. El enterarse de que su madre fue amante de Damián, fue muy doloroso, pero le dolió más escuchar a su padre decir que nunca amó a la mamá de su hermana. Lágrimas caían por el rostro de la joven, sentía una profunda tristeza al saber que tenía una hermana y que quizás ella no quisiera saber nada, al constatar que, por culpa de su madre, la mamá de Kate, y la propia Katherine, sufrieron mucho. —Mira hija, aquí tengo una foto de tu madre, tú eres su vivo retrato — afirmó Damián—. Lo único que las diferencia es el color de los ojos, tú los tienes igual que yo —aseveró, y se la mostró a la joven, la chica no pudo contener su llanto—. No puedo creer que Laura me haya dejado el mejor regalo de nuestro amor —declaró conmovido—. Si mi esposa no se hubiera interpuesto tu no habrías ido a parar en un orfanato. —Presionó sus puños, y su mirada oscureció al pensar en Gabriela. — ¡Perdóname hi
Después de aquella reunión en la cual Laura conoció a su verdadero padre, salió muy feliz del centro comunitario, sin embargo, cargaba consigo el peso de la culpa, sentía tristeza por Katherine.—¿Estás bien Laurita? —preguntó Ignacio.—¡Estoy feliz! —exclamó ella muy contenta—. Tengo una familia... ¿Te das cuenta? Kate es mi hermana —afirmó con la mirada iluminada—. Debo verla, necesito hablar con ella, salió corriendo muy triste —comentó entonces dejo a un lado la alegría, sus ojos se oscurecieron producto de la tristeza que sentía.— Quizás no sea un buen momento para ir a ver a Kate —comentó el joven tratando de convencer a su esposa, de no ir a visitarla, quizás ella no estaba en condiciones de recibirlos.
Con mucho temor Gabriela, obedeció las indicaciones de los médicos, le hicieron ese examen y también una tomografía.Después de varios minutos el psiquiatra volvió a hablar con ellos.—Señora Gabriela, usted debe haber sufrido alguna situación traumatizante —explicaba el médico mientras revisaba los estudios—. No tiene tumores cerebrales. Las neuronas están funcionando no en niveles normales, pero eso lo vamos a tratar —explicó—. Le voy a recetar unos tranquilizantes y unos medicamentos que le van a servir para reforzar la memoria, por favor trate de mantener la calma, no se esfuerce por recordar, ha estado sometida a demasiado estrés, eso no ayuda, si usted desea curarse la mayor parte del tratamiento depende de su fuerza de voluntad.Gabriela observó a su acompañante con sus ojos llenos
Dos días después.Kate luego de hacer dormir a su pequeña Ángela se puso a prepararla cena. Fernando se había reintegrado a su trabajo y ella después de haber convivido con las señoras que servían en su casa aprendió a cocinar muy bien, así se entretenía y pasaba sus días entre la escuela y la cocina, inhaló profundo evocando esos tristes recuerdos, pero observó a su alrededor y se dio cuenta de que aquellos días grises quedaron en el pasado y ahora tenía la oportunidad de ser feliz.Empezó a sacar de la nevera unas legumbres cuando el timbre del departamento sonó, entonces Kate fue a abrir la puerta, sus ojos se abrieron de par en par, el miedo se apoderó de ella, pero no iba a demostrar que la presencia de aquel hombre la atemorizaba.—¿Qu&eacu
El agente García también sentía cierto miedo al dejar a Ángela al cuidado de una desconocida, pero la señora era muy experimentada y para los planes que tenía era necesario estar a solas con Kate, estaba muy nervioso, mientras conducía no dejaba de contemplarla, trataba de decirle con la mirada todo lo que ella provocaba en él. Fernando utilizó ciertos recursos al ser parte del FBI, para solicitar que los únicos comensales en el exclusivo restaurante al que llevaba a Katherine, fueran solo ellos, claro que le costó una buena cantidad de dinero, pero consideraba que ella se merecía eso y más. Llegaron al lugar, la vista del restaurante era impresionante, podían apreciar la ciudad en todo su esplendor, la decoración estaba tal cual como él pidió: luz tenue que alumbraba el sitio y en las mesas velas y flores. Katherine se sorprendió al ver toda eso, no comprendía cuál era el motivo de la celebración, era consci
Días después.Fernando sostenía en una mano la silla del auto en la cual dormía Ángela, mientras que a su otro lado sostenía la mano de Katherine, ingresaban por los pasillos de la parroquia para hablar con el Padre Fausto y pedirle que los casara, mientras avanzaban el agente García se sorprendió al ver a su madre limpiando las baldosas de los corredores del centro comunitario.Eugenia levantó su mirada hacia su hijo, quien con indiferencia giró el rostro para no verla, mientras la mujer dejaba sus utensilios de limpieza y se acercaba a conocer a su nieta.—Buenos días —saludó con Katherine, ella se dio cuenta de que la presencia de Eugenia indisponía a Fernando, tal como le sucedía con Damián, con la diferencia que la madre de su novio no era tan ruin como su padre. 
Días después. Ignacio, y Laura, tomados de la mano llegaron a la elegante mansión Blake, al pararse frente a la entrada principal, quedaron impresionados por la imponente edificación. Los guardias de seguridad al saber que ella era hija del señor Blake, le permitieron el ingreso, y después le informaron a Damián. —Señor Blake, buenas tardes —saludó el joven observando la lujosa casa—. Laurita me comento que necesita hablar conmigo. Damián se acercó a abrazar a su hija con mucho cariño, a diferencia de cómo se comportaba con Kate. —Mi niña, qué gusto tenerte en esta casa. ¿Cómo vas con tu tratamiento? —Progresando papá —comentó la joven con mucha ilusión. —Estoy segura de que te vas a sanar y vamos a recuperar el tiempo perdido. —Si papá. —Sonrió Laurita, observando a su padre. —Siéntate por