Hacía semanas que Katherine, no tenía noticias de Fernando, estaba muy preocupada, sentía gran incertidumbre, la última vez que habían conversado vía telefónica ella le contó que su niña ya podía tomar el biberón con sus manos y que ya dormía la noche completa sin despertar a la madrugada.
El agente García se puso muy contento al escuchar eso, conversaron muy poco porque la comunicación no era buena, desde entonces no sabía nada de él.
Kate, terminaba de bañar a su pequeña le estaba colocando el pijama mientras escuchaba la televisión.
«Una noticia lamentable, tenemos un boletín especial en donde nos informan que un grupo de agentes del FBI que investigaban casos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito que comprometían a varios empresarios de nuestro país han sido víctimas d
Una ligera llovizna caía sobre suelo neoyorquino Katherine ni siquiera había dormido la noche anterior, pasó llorando y lamentando su suerte, para ella era tan difícil creer en que Fernando, no volvería a su lado.Con su pequeña hija, y junto a la familia de Fernando, que estaban devastados al igual que ella se dirigieron al FBI, en dónde habían montado una capilla ardiente en el coliseo, junto a los restos de cada miembro perecido en aquella misión estaba una fotografía, uno a uno les iba entregando la urna con las cenizas.Katherine no pudo pasar a recibir todo eso era muy fuerte para ella, por eso Ángel fue quién con mucho dolor en su corazón recibió la caja con las cenizas de su hijo.El Padre Fausto, muy consternado llegó al lugar, Katherine de inmediato lo abrazó, mientras amigos, familiares, conocidos de cada uno de los agentes iban llegan
Oficinas del FBI – NYC. Varios agentes reunidos en la oficina del director ingresaban con un expediente: —¿Qué resultados tienen sobre la investigación que realizaban nuestros hombres en el caso Blake? —indagó el jefe. —Señor estábamos a un paso de conseguir a esos testigos, pero con el atentado todo se echó a perder y toca empezar de cero —contestó uno de los agentes. —Ya no quiero más hombres en Colombia, necesito a todos de vuelta aquí. Vigilancia las veinte y cuatro horas del día a la casa de Blake y sus socios. En algún momento tiene que caer. —Señor en quince días se exhuma el cadáver de la esposa de Blake. Los abogados de él trataron de evitar ese pedido y retrasaron el proceso. No pudieron hacer más. —Perfecto de acuerdo a que se descubra ahí podremos presentar cargos. —Señor nos informaron que Blake tiene un infiltrado en nuestro equipo. No podemos confiar en todos los hombres. —Maldic
Un mes había pasado desde la muerte de Fernando, para Katherine el dolor aún seguía latente, no encontraba resignación para aquella terrible perdida, lo único que la mantenía con pie era su pequeña hija.Solía ir todas las tardes ante la tumba de su esposo y hablar con él como si lo tuviera presente:—Hay tantas cosas que quiero contarte —pronunció con la voz entrecortada acariciando la lápida con el nombre de él—. Me duele no tenerte conmigo, me duele tanto pensar en ti. ¿Cómo hago para sacarte de mi corazón? — preguntó ahogada en llanto—. Es tan difícil vivir porque no estás a mi lado— sollozó mientras el pecho le dolía y sangraba por dentro. —¿Por qué tenías que morirte? ¡Prometiste volver! —reclamó de rodillas ante la tumba de él, cer
Una semana despuésLaura habló con su padre sobre su deseo de independizarse con su esposo a Damián, no le pareció mala idea, él quería tener a Ariadna, sola en su casa, fue así que les regaló a los muchachos un elegante Penthouse.Ignacio se opuso él quería conseguir las cosas por sus propios medios, para evitar problemas con su esposa aceptó.A Nacho, no le agradó la idea de dejar a su madre y hermanos solos en la mansión y más ahora que su tío Alonzo, expresó que había inconsistencias entre el parte policial y las investigaciones de los hombres de Damián Blake.Alonzo estaba pidiendo que se esclarecieran todos los hechos, pero la policía estaba tardando demasiado, según él, existía alguien que no quería que la verdad saliera a la luz, sospechaba de Damián.
Gabriela, tenía miedo de que Katherine no estuviera de acuerdo con su relación con Ángel, pero no fue así, ella se alegró por ambos, estaba feliz de ver a su mamá enamorada como una adolescente, hasta mariposas aseguraba sentir cuando estaba cerca de su novio, estaba tan concentrada recordando los besos de Ángel, que se llevó un gran susto cuando alguien golpeó la puerta con desespero.Al abrir era Ariadna, agitada.—Señora, ¿Qué ocurre? ¿Damián, sabe que estoy aquí? —averiguó con preocupación.—No Gabriela tranquila, encontré estos documentos ocultos en un closet.Le pasó la carpeta a la mujer, quién se los llevó hasta la sala, tomó asiento y se los puso a leer.—¡Ariadna, son las pruebas de los negocios sucios que hace Damián! — exclam&oacut
Damián, se alistaba para salir en la noche a cenar con la señora Grimaldi.«Ariadna Rinaldi, esta noche tiene que ser inolvidable para ambos y es posible que hoy termines en mi cama como tanto lo sueño»—Señor —interrumpió uno de sus hombres en la habitación de Damián.—¿Qué sucede? ¿Por qué entras así? —cuestionó molesto.—Señor tenemos muy malas noticias, apresaron a sus socios en Colombia. El FBI no tardará en relacionarlos con usted —declaró el agente observando a Damián.—Adelanta todos los planes, quiero que tengan listo el avión, a Ariadna, y mi hija Laura, las quiero conmigo, con Katherine, ya saben lo que tienen que hacer mañana mismo partimos fuera del país —ordenó.«Maldita sea todos los planes que tení
Desde el día que Kate, tuvo el encuentro con ese anciano en el cementerio presentía que la estaban persiguiendo, a veces pensaba que todo era producto de su imaginación, en otras ocasiones percibía mucho temor. Se dirigió como todos los días a dejar a Ángel, con su madre en la casa de su suegro. Las tardes la pequeña, pasaba con su abuela porque los pequeños del centro comunitario a quien ella daba clases no la dejaban en paz, se le acercaba a cada instante despertándola distrayendo a todos. Kate dejó a su niña, condujo hasta el centro comunitario, de repente se le atravesaron varias camionetas, ella frenó de golpe, la joven se quedó paralizada al ver que de aquellos vehículos se bajaban muchos hombres armados apuntándola. «¡Dios me van a matar!» Exclamó en su mente. —Katherine Blake, no intentes nada, baja del auto —ordenó uno de aquellos sujetos. Katherine obedeció saliendo del auto, entonces uno de ellos, la tomó con fuerza del brazo y la
Laurita, no paraba de llorar también la tenían amarrada y sus ojos vendados, no sabía a donde la llevaban, ni cuál era el destino de su suegra.«Por favor que no me hagan daño» iba repitiendo en su mente, repitiendo todas las oraciones que el Padre Fausto, le había enseñado.Casi al anochecer el vehículo se detuvo en medio de un bosque, la obligaron a bajar de la camioneta, y después a la fuerza la llevaron a una cabaña abandonada. Le quitaron la venda de los ojos, fue grande la sorpresa de la muchacha al encontrarse con su esposo también amarrado a una silla, los condujeron a una habitación en donde los encerraron.—No llores Laura, encontraremos la forma de salir de esto no te preocupes —trató de tranquilizarla Ignacio.—Nos van a matar —exclamó ella con mucho temor.—No digas eso Laura, no nos van a