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═∘◦✧◦∘═Los suaves rayos del sol que se filtraban por los vidrios de la ventana, acariciaron con su calidez el rostro de Cara para despertarla. Dio una larga respiración, mientras se estiraba lentamente sin abrir los ojos todavía, la noche anterior fue un poco extraña. Porque aunque estaba claro de que no pertenecía a la familia de Astrid, se sentía cómoda con ellos. Algo que jamás ocurrió con los padres de Walter, su mamá era muy religiosa y siempre les recordaba que vivían en pecado por mudarse juntos, sin haberse casado. En cuanto a su padre, un militar retirado que era tan exigente que no le permitía ningún tipo de error a su propio hijo. A veces se preguntaba si el hombre era tan perfecto que no tenía fallas, pero ahora se moriría por ver su rostro tan tieso como un palo si se enterara de la vida sexual de su hijo. Sintió unos suaves pasos, y cuando la puerta se abrió suavemente. Pero se puso el brazo sobre la frente, iba a disfrutar un rato más de la comodidad de aquel colchón
═∘◦✧◦∘═Cara se sintió decepcionada, ya que por un momento pensó que Bastiaan les acompañaría por unos días más. Se terminó de acomodar en la mesa y se sirvió una taza de café, quizás se le despejaría la mente y pensaría con total claridad. «¿Cómo pude pretender que un hombre como Bastiaan Karagiannis detenga su agenda de trabajo por mí?»Se reprochó, el sentirse por un momento importante para él. —Es la verdad, sabes que él es asfixiante —replicó Astrid. Cara volvió a la realidad, sabía perfectamente que se estaba refiriendo a Leander. Por más que su amiga quisiera ocultarlo, era obvio que sentía algo más que amistad de infancia. Él lo demostraba, sin importarle el que dirán, y solo por eso a ella le caía muy bien. —Si tú lo dices… Neo se encogió de hombros, tomando un trago de su café y sin mirarla. Esa clase de camaradería era lo que extrañaba, de esa manera se comportaban a la hora de comer su abuela, Jonas y ella. A pesar de que él era menor, y siempre lo vería como el niño
═∘◦✧◦∘═—¡Te amo! —exclamó acercándose a ella para besarla. Ella en ese momento sintió asco, se levantó de golpe y lo miró como si estuviera completamente loco.—Tú no estás bien, no puedes decirme tal estupidez después de todo lo que me has hecho pasar —lo miró dolida.—Cara…—Recuerdo el día que me dejaste que no querías tener una familia conmigo, parece que olvidaste esa parte —le acusó—. Pero yo no, permitiste que ese hombre entrara en nuestras vidas, casi me matas a golpes y luego en el hospital —estrechó los ojos hacia él—. Lo que sea que quieras obtener de mí, la respuesta es no. Tomó los zapatos en la mano, y se preparaba para irse. —Nunca más te vuelvas a acercar a mí… nunca… —alzó la barbilla gritando—. Si no haces lo que te pido, le diré a todo el mundo tu secreto. Y esta vez no me va a importar si me matas o no, porque lo haría con gusto. Aprovechó que Walter quedó aturdido con aquellas palabras, y estaban en un lugar público para prácticamente salir lo más rápido que s
═∘◦✧◦∘═En el instante en que Neo llamó a Bastiaan para contarle lo que había pasado, la furia emergió en su cuerpo como una tormenta. Quiso en ese instante dejarlo todo y correr hasta donde Cara se encontraba, pero le era imposible por el momento. Estaba proponiendo una fusión al dueño de una cadena de hoteles que tenía una sucursal en Mónaco, y llevaba más de dos meses tratando de persuadir al hombre, no podía dejar pasar la oportunidad tan fácilmente. Sin embargo; quedó conforme con el reporte que Neo había conseguido. Solo para estar seguro, le pidió que buscara información de todo lo sucedido en el tiempo en que Cara puso un pie en el centro comercial, hasta que aquel vehículo trató de arrollarla. Neo le dio la grabación para que viera por sí mismo. Muy claramente se demostró a través de las cámaras de seguridad de la tienda que Walter fue en busca de Cara. Era obvio que mantuvieron una breve conversación, y en el minuto en que observó que él trató de besarla sintió una emoció
═∘◦✧◦∘═Cara abrió los ojos de golpe, y lo primero que vio fue el techo blanco de la habitación que ocupaba. Despertaba luego de una larga siesta causada por el medicamento que le suministró Astrid. Aunque su mente estaba relajada, su cuerpo todavía se mantenía en un estado de alerta. Porque era consiente de que todavía el peligro la acechaba. Dio una respiración profunda, y se preguntó cuantas veces iba a salvarse de la muerte. «¡Todo por tu m*****a negación, Walter!», pensó apretando los dientes. Tampoco era justo que la familia de Astrid tuviera que vivir aquel episodio, sintió en ese momento que estaba abusando de ellos. No quería causarles más inconvenientes, buscó su teléfono celular que estaba en la mesita de noche. Chasqueó los dientes al recordar que toda su documentación importante estaba en el apartamento que había compartido con Walter. Se incorporó de manera lenta, para sentarse en la cama y que de esa forma el aporreo que todavía tenía en el cuerpo no le reclamara. Agr
═∘◦✧◦∘═Bastiaan había despejado su agenda, y solo le quedaba una última reunión para ir de manera inmediata a Brooksprings. Aunque Neo le dio todos los detalles acerca del suceso, quería comprobar que Cara estaba sana y salva con sus propios ojos. El vuelo solo duraba cuarenta minutos, pero todavía se encontraba escuchando a uno de sus empleados exponiendo una gráfica de proyecciones de ingresos. Los cuales solo quería corroborar, ya que él ya tenía los resultados desde hacía un día. Pero el hombre se estaba tardando más de la cuenta, y comenzaba a incomodarse. Su teléfono celular comenzó a vibrar encima de la mesa de juntas, lo que le pareció extraño, porque se trataba de un número desconocido, y el código de área era de Grecia. Anteriormente, apagaba el aparato cuando entraba a una junta, pero desde la muerte de su padre se deshizo de esa costumbre. Lamentablemente, se había enterado de que Cosmo Karagiannis falleció dos horas después que había terminado su reunión. Todo por dar e
═∘◦✧◦∘═Era un día hermoso con el sol radiante en lo alto del cielo, el cielo claro. Al igual que las nubes tan blancas como algodones. Sentía la mirada de Bastiaan a lo lejos como un cazador a su presa. Cara sonrió para sus adentros, era un cazador, cazado. No lo había visto por más de siete días, lo suficiente para aceptar que lo extrañaba más de la cuenta, y que eso solo tenía un nombre: atracción.Por más que se había regañado, por pensar tal cosa. Lo había aceptado, pero como saber si él sentía lo mismo. Bastiaan era un hombre de mundo, ella apenas estaba descubriendo el lado oscuro de las personas. ¿Estaría confundiendo su cercanía?Ya no se preocupa por Walter, cada quien tenía lo que merecía. Y estaba muy segura de que ella se había ganado muchas cosas buenas a pulso. Era el momento perfecto para reclamar su premio. Tenía puesto un bikini blanco, su piel estaba bronceada. Gracias al delicioso clima del Mediterráneo, y en ese momento estaba jugando con el cazador, a que no sabía
═∘◦✧◦∘═«¡¿Qué demonios pasó?!»Se preguntó Bastiaan, sin repuesta alguna. Mientras permitía que el agua fría en la pequeña ducha del avión le despejara la mente. El cansancio se había apoderado de él, al punto de dormir prácticamente todo el viaje, solo faltaban noventa minutos para llegar a Atenas. Estaba descansado, sí. Pero también muy excitado, quizás como no lo había estado en mucho tiempo. Todo se debía a que se había despertado con una erección, producto de un sueño que había tenido con Cara, en el cual casi tenían sexo en su casa en Grecia. «¡Esto no puede seguir así!»Si no hubiese sido, porque en ese momento pasaron por una turbulencia. Se hubiese corrido ahí mismo, apretó los dientes. Se sintió como un adolescente, porque no tenía esa clase de sueños húmedos desde que tenía dieciséis años. Tuvo que levantarse de manera rápida e ir a su habitación, para que los empleados no lo vieran en ese estado, eso sería una total vergüenza para él. Lo peor fue que al cerrar la puert