Louis se queda sorprendido ante esa información, no recordaba que Evan tuviera otra hija. Entonces su cerebro comienza a funcionar, intentando recordar las miles de veces que sus familias han estado juntas antes. Recuerda a una bella rubia que solía ser su amiga, tenían unos cortos seis años, pero luego de eso, su mente no recuerda mucho más. —¿Magnolia? —Louis mira a Evan con el ceño fruncido, con la cabeza totalmente en otra parte — ¿Es ella? ¿La niña rubia que estaba contigo? —¿Aún te acuerdas de ella? —Evan le da una sonrisa triste —. Ustedes no se ven desde hace mucho tiempo, no recuerdo la última vez que realmente estuvimos todos juntos —suspira —. Esto es demasiado difícil de explicar. Louis apoya su espalda sobre el respaldo de la silla y masajea su cabeza, hay cosas que están viniendo a su mente que todavía no puede entender. Recordaba a la hija de Evan, hasta ahora había creído que la niña con la que jugaba de pequeño era Jane, pero se dio cuenta de que realmente había dos
Bella traga saliva y decide tomar las riendas de la situación, por más de que dentro de su cabeza tenga mil preguntas. El hombre tiene sus ojos fijos en ella, sin embargo, no hace ni una sola mueca hasta que está cerca del mostrador. —Buenos días, ¿Qué se le ofrece? —la sonrisa fingida de Bella no es captada por el hombre —¿Usted es la dueña del lugar? —pregunta con su rostro serio —Sí, señor. —¿Es la única dueña? —Bella frunce el ceño —Disculpe, ¿Por qué necesita esa información? —En realidad estoy buscando a una vieja amiga, y por lo que me informaron era la dueña de este lugar. Verá, no la encuentro hace mucho tiempo y por un momento pensé que podría tener información sobre ella, ¿La conoce? —No, no a conozco, lo siento. He comprado este lugar hace poco tiempo, pero no tengo información sobre ella. —¿Tampoco sabe dónde puedo encontrarla? —el hombre hace una mueca—. No se da una idea lo mucho que me ayudaría, es muy importante saber su paradero. —Siento mucho no poder ayudar
Logro atrapar un pedazo de su piel y la muerdo, antes de separarme y mirarla. Ella está jadeante al igual que yo, puedo notar su deseo latente allí y solo espero que acepte mi petición.Me contengo de no bajar mis manos y apretar su trasero, es lo que más deseo en este momento pero también la respeto y no quiero hacerlo frente a los demás, por lo que mantengo mis manos firmes en la bajo de la cintura, justo en la curva de su culo.—Primero tenemos que hacer algo—ahora es ella quien se acerca a mi, siento su aliento caliente y cierro los ojos.—Dime qué.—Mis amigos. Tengo que avisarle a mis amigos que me voy.Ella se aleja y me mira, por lo que le sonrío y asiento, soltando el agarre de su cintura para tomar su mano y comenzar a sacarla de la pista. Ella se pone adelante y lleva mi mano ha
—¿Qué diablos haces aquí? —responde Michelle con furia—. Voy a llamar a la policía, Robert.—Espera, espera. Tengo algo para ti, es una noticia importante.—Me importa un carajo. Vete de aquí o todo va a terminar realmente mal.—¿No entiendes lo que está pasando? ¡Estás en peligro! —la mira con su mejor cara de preocupación—. Hay alguien buscándote en el barrio y no sé por qué es, pero estoy preocupado.—¿Piensas que puedo creer algo sobre lo que me dices? —lo mira—. No necesito tu ayuda, Robert. De ti es de quien tengo que cuidarme, estás comportándote como un psicótico. ¿Qué m****a haces siguiéndome?—Solo quería asegurarme de que llegaras a casa —Michelle golpea con su mano abierta la puerta del auto—. No quiero volver a verte, tengo muy en claro que tienes pedido de captura, solo intenta salvar tu trasero y persiguiéndome no conseguirás nada.—Estás siendo injusta.—¿Si? —se ríe— ¿Quieres que sea justa? ¿Realmente quieres que te b baje de ese auto y rompa tus piernas? —lo mira desa
Tengo muchos sentimientos encontrados. Temor y excitación, algo que no estoy segura de que fuera bueno en este momento.Siento miedo porque sé que ella ha sido la única persona capaz de sacar aquel lado de mi, ese lado irracional del cual intenté huir durante mucho tiempo. No me importó una mierda aquella noche en la que la conocí pensar en que alguien podría reconocerme, en que estaba casada y en que mi familia era una de las más reconocidas.No, no iba a alejarme de ella por eso. La deseaba, y necesita, por primera vez en mi vida, saber lo que se sentía estar en aquel mundo en donde nadie te juzgaba. Cuando ella me besó, sentí ese fuego en mi interior aumentando, las llamas me quemaban por dentro y hacían que me cuestione mi manera de vivir, ¿Porqué no sentía eso con el hombre del que supuestamente estaba enamorada?Quitando el hecho de que omití mi
Miro al chico, que hasta ahora no ha dicho nada y le muestro lo que el otro acaba de ofrecerme, el exclusivo.—Supongo que este, suena bien.—¿Y de beber?—Cervezas, de seguro.—Bien. —miro al otro chico—. Por favor, también suma la cena y una docena de cervezas. ¿Hay heladeras en las cabañas?—Si, señorita. La cocina está completa, incluso se puede cocinar allí y afuera hay una parrilla.—Perfecto. Lo pagaré en efectivo.—Ya mismo le doy el total —el hombre comienza a sumar—. ¿Cuántos días?—¿Cuántos días pensabas quedarte tu?—Por ahora, unos 30 días—Por 30 días, incluyendo todo lo
Las horas pasaron, me entretuve leyendo un libro fantástico que compré hace años y nunca tuve la oportunidad de leer.Lo bueno es que en la cabaña hay un pequeño baño, no tiene ducha pero sirve. Supongo que eso es para cuando vas a la playa y no quieres caminar hacia la cabaña principal que por cierto, está a unos cuantos metros de aquí.Eso es bueno, tengo privacidad, y ellos también la tienen. Lo único que necesito es ducharme allí, pero luego es como si estuviera por mí cuenta.Siento que mis ojos pesan, el sueño acumulado por el viaje termina venciendo.Siento mi cuerpo frío, estoy en aquella habitación oscura, puedo reconocerla como la mía. Me siento vacía, me abrazo a mi misma mientras me acuesto de lado, las lágrimas no dejan de brotar por mi rostro
Octavia la mira con curiosidad, pudo notar desde que la vio por primera vez que esa mujer esconde algo. Su cabeza comienza a pensar en miles de posibilidades.—¿Tengo derecho a hacer una pregunta luego? —levanta una ceja y hace sonreír a la castaña—Depende. ¿Puedo evadirla si no quiero responderla? —Octavia se ríe cuando ella arruga la nariz.—Puedes. —la castaña levanta las cejas, esperando la respuesta anterior—. ¿Sabes porqué estamos aquí?—¿Tus amigos y tú? —Octavia asiente—Nosotros nos sentimos atrapados todo el tiempo, en la ciudad. Mi padre tiene una empresa, él me dio un empleo allí y soy buena en ello, pero no siento que sea lo mío. he convertido en directora del lugar, imagina