Pov Selene.Desperté en una camilla de la guardia del hospital, lo conocía muy bien por las veces que había visitado a mi madre. Me dolía la cabeza, mis ojos me pesaban como la mierda y ni hablar del dolor de espalda que tenía.¿Que mierda me había pasado?Recuerdo haber estado hablando con Abi, después intenté levantarme y... todo se puso negro.Me quejé por el dolor de cabeza mientras intento enfocar mi vista en alguna parte de ahí, hasta que veo a mi madre. Ella me estaba revisando mientras que Milena estaba a un lado, mirando le celular.—¿Como te sientes? —siento la voz suave de mi madre y luego como Milena se acerca rápidamente.—Bien, solo me duele la cabeza y un poco la espalda —suspiré. Cerré los ojos al sentir a Milena acariciando mi rostro.—¿Puedes explicarme porque te has tomado tantas pastillas? —preguntó ésta vez en un tono más duro—Lo siento mamá, solo necesitaba mantenerme despierta.—Encima tomaste mucho alcohol Selene ¿Que creías que iba a pasar? ¿Hace cuanto que n
Jadeo sobre su boca, ayudando a ir más rápido mientra siento más presión sobre mi entrada, cerrándose contra nada. Selene dejó escapar un gemido alto mientras que apretaba la sábana entre mis manos, mientras liberaba todo el placer acumulado en mi vientre. Ella me sostuvo, haciendo movimientos suaves mientras que sentía el extasis. Me derrumbé contra se cuerpo, sintiendo el calor en mi sexo, ella había mojado su boxer y también mi pantalón.Y mierda, se sentía tan bien.Ambas nos abrazamos, intentando que nuestra respiración se regule. Hundo mi nariz en su cuello, cerrando los ojos mientras pienso en lo que acabamos de hacer.—Me encantas —susurró contra mi oído mientras acariciaba mi cabello.—Dios mio, Selene —suspiro y beso su cabello—. Me encantó lo que hiciste.—Creo que te arruiné el short, lo siento —dice avergonzada.—No me importa, fue lo más caliente que tuve en mi vida —reí contra su piel—. Y por cierto, te sientes tan bien.Ella gimió por lo bajo y nos quedamos en la misma
POV Milena.No había podido emitir ni una sola palabra camino a casa de Selene. Pero es que ¿Como se le había ocurrido a mi madre decirme una cosa como esa? ¡Ni siquiera me había preparado en lo más mínimo!Mis padres no tenían una mierda de idea de lo que era Ulises y sinceramente no sabía si podría soportarlo en estos meses que quedaban. La sola idea de tener que compartir el mismo techo era aberrante, sabía que en cuanto tuviera la oportunidad haría maldades y más aún si entraba a la escuela.¿Como es que permitían que un alumno termine el año estando a tres meses del fin?—¿Segura que te encuentras bien? —preguntó por tercera vez—Uhm si —suspiré— ¿Porque no repasamos un poco de español?—Mi examen es en tres días, aún tenemos tiempos —dijo sentándose en su cama—¿Puedes abrazarme? Quiero dormir un rato—¿Que sucede? —acarició mi cara—Luego te lo cuento, por favor —hice un puchero y ella me abrazó—Lo que sea que te haya pasado, todo estará bien —besó mis labios por última vez y
Lucas ni siquiera era consciente de lo que su aprobación significaba en la escuela. Según las chicas él era el más guapo de toda la secundaria, sin nombrar lo simpático y el dinero que poseía. Pero realmente él jamás aprovechó eso para tener a las chicas, incluso le parecía una estupidez, pero no le daba importancia.—Toma —dice Ulises con la voz ahogada mientras le ofrece un cigarrillo de marihuana—No, gracias —el moreno levanta una ceja y luego mira a Agustin—¿No? —lo mira desafiante—Juego al fútbol, no fumo —le dice mirándolo con la misma intensidad—.Pensé que Agustin te lo había dicho —Ulises levanta una ceja.—¿Tendrá qué?—¿No es tu vocero? Pensé que te mantenía al tanto de las noticias.—Y eso que te importa —escupe—Como sea, me voy.—¿Vas a la fiesta de Jonatan? —pregunta Agustin mientas le da una pitada.—No. Tengo cosas que hacer —responde antes de comenzar a irse del patio.—¿Y este quien se cree? —dice Ulises con odio.—Lucas nunca fumó, no le insistas.—Me parece que
Milena sonrió con ternura y se acercó su novia, tomándola por las mejillas para unir sus labios. Selene estaba intentando aceptar todo, incluso comenzó a psicóloga pero aún seguían dentro de ella ciertas inseguridades con respecto a su cuerpo. No era para nada fácil que las personas no supieran sobre eso y que pudieran juzgarla o mirarla mal. Agradecía el hecho de que Milena haya sido tan abierta para escucharla y comprenderlo, se sentía más cómoda con ella hablando sobre el tema.-Mi amor, me encantas -murmuró contra su boca-. Incluso quiero confesarte de que estoy un poco... curiosa.-¿Estás curiosa? -pregunta abrazando su cintura.-Si, lo estoy.-¿Quieres....verlo? -mordió su labio inferior nerviosa-Diría que en otro momento, ahora sería un desastre -Selene quitó su tensión y comenzó a reír-. No creo que sea una buena idea que Damian suba y lo vea.-Mierda, que vergüenza de solo pensarlo -dice riendo-. Igual no me refería ahora, sino a alguna vez...-Quizás podríamos tener más pri
Lucrecia le cerró la puerta en la cara, no quería escucharlo. Ella había escuchado una llamada telefónica y notó la voz de su padre, ella podía reconocer cuando un hombre hablaba con alguna persona que le gustaba.Quizás para ella sea un misterio por mucho tiempo, pero seguramente se sorprendería al darse cuenta.La rubia tomó un bolso grande y comenzó a meter toda la ropa que veía a su paso, al menos se quería ir por unos buenos días a la casa de su amiga, ya no soportaba que su padre intente meterse en su vida. Quizás Agustin no era un amigo prodigio, pero la quería y la cuidaba y nadie podía obligarla a dejar de verlo. Antes de salir miró por la ventana, notando como su padre estaba saliendo con ropa deportiva, él se iba a correr por el pueblo, como siempre lo hacía y esa era una buena oportunidad para largarse sin reproches.Tampoco es como si la casa de Tatiana quedara tan lejos, simplemente unos diez minutos en auto. Ella llegó, abriendo la puerta sin siquiera tocar, esa una cos
15 de abril del 2022El abrigo de piel es deslizado por sus hombros desnudos, dejando ver sus lunares y el tatuaje de su espalda. Los zapatos resuenan en el suelo de madera mientras entra al largo pasillo del club.Otra noche más, otra performance, dinero volando, miradas lujuriosas, sensualidad y excitación.Michelle estaba lista, ella estaba preparada para lo que venía el día de hoy.Un club exclusivo y sofisticado, las bailarinas de allí eran elegidas con mucho criterio, las mismas firmaban un contrato y mantenían su anonimato al bajar del escenario. Por eso mismo tenían acceso directo desde el estacionamiento al corredor privado para que solo ellas pudieran entrar sin ser vistas por los clientes.Al firmar el contrato de exclusividad, ellas estaban seguras, bien pagadas y su nombre no era develado a nadie, ni siquiera por toda la suma de dinero que los hombres de élite podrían pagar. Russel, el dueño del club, sabía muy bien cuánto dinero les traía esos espectáculos y por eso se pr
—Cariño, soy yo —el hombre la mira con una sonrisa divertida mientras frota su piel—¿Que carajo, Louis? ¿Porqué te apareces de esa manera?—Creí que sería lo mejor para que no nos vieran por las cámaras —sonríe—. Y no grites amor, Josh se dará cuenta —le dice refiriéndose al guardia que custodia la puerta que va desde el estacionamiento al pasillo privado de las strippers—. Conduce, ve hasta la otra calle.A pesar de tener el corazón acelerado, Michelle enciende el motor y comienza a salir de allí, mirando y saludando a Josh antes de alejarse. Una sonrisa se instala en su rostro cuando el hombre comienza a moverse hacia el asiento del copiloto, intentando no tocar nada que les provoque problemas. Ella se estaciona dos calles más adelante, fuera de la vista de Russell y se gira para r