POV Milena.No había podido emitir ni una sola palabra camino a casa de Selene. Pero es que ¿Como se le había ocurrido a mi madre decirme una cosa como esa? ¡Ni siquiera me había preparado en lo más mínimo!Mis padres no tenían una mierda de idea de lo que era Ulises y sinceramente no sabía si podría soportarlo en estos meses que quedaban. La sola idea de tener que compartir el mismo techo era aberrante, sabía que en cuanto tuviera la oportunidad haría maldades y más aún si entraba a la escuela.¿Como es que permitían que un alumno termine el año estando a tres meses del fin?—¿Segura que te encuentras bien? —preguntó por tercera vez—Uhm si —suspiré— ¿Porque no repasamos un poco de español?—Mi examen es en tres días, aún tenemos tiempos —dijo sentándose en su cama—¿Puedes abrazarme? Quiero dormir un rato—¿Que sucede? —acarició mi cara—Luego te lo cuento, por favor —hice un puchero y ella me abrazó—Lo que sea que te haya pasado, todo estará bien —besó mis labios por última vez y
Lucas ni siquiera era consciente de lo que su aprobación significaba en la escuela. Según las chicas él era el más guapo de toda la secundaria, sin nombrar lo simpático y el dinero que poseía. Pero realmente él jamás aprovechó eso para tener a las chicas, incluso le parecía una estupidez, pero no le daba importancia.—Toma —dice Ulises con la voz ahogada mientras le ofrece un cigarrillo de marihuana—No, gracias —el moreno levanta una ceja y luego mira a Agustin—¿No? —lo mira desafiante—Juego al fútbol, no fumo —le dice mirándolo con la misma intensidad—.Pensé que Agustin te lo había dicho —Ulises levanta una ceja.—¿Tendrá qué?—¿No es tu vocero? Pensé que te mantenía al tanto de las noticias.—Y eso que te importa —escupe—Como sea, me voy.—¿Vas a la fiesta de Jonatan? —pregunta Agustin mientas le da una pitada.—No. Tengo cosas que hacer —responde antes de comenzar a irse del patio.—¿Y este quien se cree? —dice Ulises con odio.—Lucas nunca fumó, no le insistas.—Me parece que
Milena sonrió con ternura y se acercó su novia, tomándola por las mejillas para unir sus labios. Selene estaba intentando aceptar todo, incluso comenzó a psicóloga pero aún seguían dentro de ella ciertas inseguridades con respecto a su cuerpo. No era para nada fácil que las personas no supieran sobre eso y que pudieran juzgarla o mirarla mal. Agradecía el hecho de que Milena haya sido tan abierta para escucharla y comprenderlo, se sentía más cómoda con ella hablando sobre el tema.-Mi amor, me encantas -murmuró contra su boca-. Incluso quiero confesarte de que estoy un poco... curiosa.-¿Estás curiosa? -pregunta abrazando su cintura.-Si, lo estoy.-¿Quieres....verlo? -mordió su labio inferior nerviosa-Diría que en otro momento, ahora sería un desastre -Selene quitó su tensión y comenzó a reír-. No creo que sea una buena idea que Damian suba y lo vea.-Mierda, que vergüenza de solo pensarlo -dice riendo-. Igual no me refería ahora, sino a alguna vez...-Quizás podríamos tener más pri
Lucrecia le cerró la puerta en la cara, no quería escucharlo. Ella había escuchado una llamada telefónica y notó la voz de su padre, ella podía reconocer cuando un hombre hablaba con alguna persona que le gustaba.Quizás para ella sea un misterio por mucho tiempo, pero seguramente se sorprendería al darse cuenta.La rubia tomó un bolso grande y comenzó a meter toda la ropa que veía a su paso, al menos se quería ir por unos buenos días a la casa de su amiga, ya no soportaba que su padre intente meterse en su vida. Quizás Agustin no era un amigo prodigio, pero la quería y la cuidaba y nadie podía obligarla a dejar de verlo. Antes de salir miró por la ventana, notando como su padre estaba saliendo con ropa deportiva, él se iba a correr por el pueblo, como siempre lo hacía y esa era una buena oportunidad para largarse sin reproches.Tampoco es como si la casa de Tatiana quedara tan lejos, simplemente unos diez minutos en auto. Ella llegó, abriendo la puerta sin siquiera tocar, esa una cos
15 de abril del 2022El abrigo de piel es deslizado por sus hombros desnudos, dejando ver sus lunares y el tatuaje de su espalda. Los zapatos resuenan en el suelo de madera mientras entra al largo pasillo del club.Otra noche más, otra performance, dinero volando, miradas lujuriosas, sensualidad y excitación.Michelle estaba lista, ella estaba preparada para lo que venía el día de hoy.Un club exclusivo y sofisticado, las bailarinas de allí eran elegidas con mucho criterio, las mismas firmaban un contrato y mantenían su anonimato al bajar del escenario. Por eso mismo tenían acceso directo desde el estacionamiento al corredor privado para que solo ellas pudieran entrar sin ser vistas por los clientes.Al firmar el contrato de exclusividad, ellas estaban seguras, bien pagadas y su nombre no era develado a nadie, ni siquiera por toda la suma de dinero que los hombres de élite podrían pagar. Russel, el dueño del club, sabía muy bien cuánto dinero les traía esos espectáculos y por eso se pr
—Cariño, soy yo —el hombre la mira con una sonrisa divertida mientras frota su piel—¿Que carajo, Louis? ¿Porqué te apareces de esa manera?—Creí que sería lo mejor para que no nos vieran por las cámaras —sonríe—. Y no grites amor, Josh se dará cuenta —le dice refiriéndose al guardia que custodia la puerta que va desde el estacionamiento al pasillo privado de las strippers—. Conduce, ve hasta la otra calle.A pesar de tener el corazón acelerado, Michelle enciende el motor y comienza a salir de allí, mirando y saludando a Josh antes de alejarse. Una sonrisa se instala en su rostro cuando el hombre comienza a moverse hacia el asiento del copiloto, intentando no tocar nada que les provoque problemas. Ella se estaciona dos calles más adelante, fuera de la vista de Russell y se gira para r
13 de enero del 2022 El celular de Michelle suena en su bolsillo, de camino al club. Ella da un largo suspiro cuando detiene el auto en el estacionamiento y antes de bajar decide averiguar de quién se trata, quizás Olivia necesite algo. Se sorprende al saber que es Nick, hacía tiempo de que él no se contactaba y temía de que algo haya ocurrido. Inmediatamente le devuelve la llamada y espera a que él atienda, por lo que comienza a mover su pierna con nerviosismo. —Cielos, Mich. He intentado contactarme contigo toda la tarde. Y hola, por cierto. —Me asustas, Nick. ¿Sucedió algo? ¿Tu madre está bien? —Si, ella está perfecta. Se trata sobre ti —ella frunce el ceño —¿Sobre mi? ¿Que ocurrió? —Hubo alguien por el barrio que preguntaba por ti, tenía una foto algo vieja, pero sé que se trataba sobre ti —ella está aún más confundida —¿Estás segura de eso? —Hermana, nos conocemos desde hace muchos años, todavía recuerdo tu rostro cuando llegaste. Sé que se trataba sobre ti, pero no entie
La vida de Michelle no era como todo el mundo imagina, al menos como las personas que la miran arriba del escenario piensan. Ella no estaba siempre de fiestas, ni se sentía la reina del mundo dentro de su vida, ni tampoco le gustaba seducir hombres para obtener dinero. Michelle era una mujer común, de veintiséis años, una vida tranquila, quizás con un pasado alocado y misterioso, pero su vida actual es como la de cualquier otro. Ella no tenía compromisos con nadie, no porque odiará el amor y a las personas, sino porque estaba muy ocupada y ninguna pareja podría aceptar lo que ella hacía los jueves por la noche. Tenía grandes problemas a solucionar, no quería sumar otro más. Tenía un trabajo normal en la semana, su única amiga no tenía ni idea del club, ni de su nombre artístico, Michelle no tenía familia y la única persona en la que podía confiar era Olivia. No hay mucho que decir sobre ella, al menos dentro de lo que la bailarina quiere revelar por el momento. Aún hay un gran mis