Juls

Veo en estado de shock como Malcom vistiendo totalmente de negro, con un pantalon de jean y una sudadera informal, se acerca en toda su altura a mi madre luciendo más intimidante que el infierno.

Mi madre aunque retrocede, al igual que el pastor, se niega a soltarme y por el contrario me jala con fuerza para llevarme con ella lo que hace que suelte por fin un grito de dolor.

Todo en el rostro de Malcom se transforma al escucharme. Sus ojos se oscurecen, su mandíbula se aprieta y amado señor celestial, incluso podría decir que parece haber crecido, pero supongo que eso es solo por la manera intimidante en que está situado.

Margot vuelve a intentar avanzar hacia mi, pero está vez es Malcom quien se lo impide, su mano la toma gentilmente del brazo y la posiciona detrás de él.

Los ojos del principito no se habían alejado ni un segundo de mi madre hasta ahora cuando esas hermosas joyas azules llevan todo su peso hacia mi y como si de una compresa se tratara, al verlo, puedo sentir