Mientras él deslizaba mi ropa interior lentamente y exclamaba algo sobre una vista preciosa, yo escuché en la distancia los gruñidos inconfundibles de mi hermano y de mi padre. Seguramente los machos de la manada ya se habían comenzado a acercar debido a mi celo y ellos los estaban reteniendo. Tendría que preguntarle por sus palabras sobre la salvación de la manada después. Por el momento voy a disfrutar de lo que Duncan está haciendo. Cuando mi ropa interior estuvo en el suelo, él me sonrió. -Era lindo, pero creo que esto es aún más hermoso. - Murmuró antes de poner su boca sobre mi rodilla. - Necesito prepararte para recibirme porque pareces un poco pequeña. Yo fruncí el ceño. -No parezco, soy pequeña. Él se rió. -Exactamente mi punto. Ahora, puedes relajarte y sentir, yo me encargaré de lo demás. Entonces tomó mis muslos con ambas manos y los separó todo lo que pudo. Soltó un gemido de apreciación que me hizo sonrojar. -Me gusta mucho una mujer elástica. Entonces comenzó
Escuché una breve pelea afuera, pero yo estaba bastante ocupada vigilando que Duncan siguiera respirando.Papá llegó en algún momento y ambos ignoramos el hecho de que habían dos adultos desnudos aquí.-¿Cuánto tiempo lleva así? - Preguntó demasiado tranquilo acercándose a la cama.-No lo sé, unos minutos. Yo SI estaba en pánico total.-Bien. Quizá dure una o dos horas más así. Bien hecho, hija mía. - Dijo dándome una sonrisa orgullosa y yo lo miré con incredulidad.-¿Qué está pasando? Él se echó a reír.-¿Qué pasa? Oh, pequeña. Acabas de salvar a nuestra especie de la extinción. Eso es lo que pasa.- Dijo dándome unas palmaditas en la cabeza que me dejaron aun más confundida.Yo tomé sus manos y le di mi mirada más feroz.-Vaya, gatita. No te enojes con tu viejo. - Dijo suavemente. - Es una historia muy larga y, por el momento, me temo que estoy ocupado manteniendo a raya a todos los machos de la manada. Te prometo que en un par de horas les explicaré a los dos - Miró hacia la cama d
El ruido de la puerta de mi habitación al ser aporreada me sacó de mi sueño semi profundo. -¿Hija? ¿Chico humano? ¿Se encuentran bien? Sentí una ligera sábana cubrir mi cuerpo, pero no tenía ni la voluntad ni las ganas de moverme ni un milímetro. -Muerta. - Gemí sin abrir los ojos. A mi lado, Duncan se rió un poco y luego sentí una tierna caricia en mi frente. -Eres hermosa. Medio sonreí. -Eso me parece estupendo, ahora... ¿Podrían abrir la puerta? Necesitan comida y agua. No en ese orden. - Dijo burlonamente papá. Sentí los labios de Duncan en uno de mis hombros desnudos antes de escuchar el susurro de ropa y sus pasos dirigiéndose hacia la puerta. En cuanto la abrió, papá se dirigió directamente a la cama y dejó caer algo sobre mis pies. -Arriba, pequeña. Necesitas un baño en la tina y comer un poco. Yo gruñí. Papá suspiró. -¿Disculpen? - Preguntó Duncan llamando nuestra atención. - ¿Creen que pueda...? -¡No! -Dije saltando de la cama irracionalmente. -
Yo fruncí el ceño. Era poco probable que al reproducirnos con los humanos nuestras crías sean parte de la especie... si es que acaso nos reproducíamos exitosamente. Duncan continuó. - La más pequeña de la manada sintió una atracción irresistible hacia el extraño en su época de apareamiento. El ardor del celo fue tan intenso que quiso marcar al humano como propio; fue entonces cuando descubrió que su sangre estaba llena de vida... Duncan dejó de leer y me dió una mirada rápida antes de preguntar. -Quisiera preguntar, ¿Son vampiros? -No. - Dijo mi hermano divertido. - Entiendo que mi hermana te diera esa impresión debido a las marcas en tu cuello. Duncan solo asintió y continuó leyendo. No me sonrojaría porque su cuello era la cosa más deliciosa del mundo y no estaba para nada arrepentida. Lo haría de nuevo. Muchas veces. - ... su sangre estaba llena de vida. Lo mordió sin parar hasta que el celo fue tan intenso que ambos se aparearon repetidamente. Luego, el humano
-¿Qué es? - Preguntó Duncan con los ojos fijos en la carretera.Enseguida aparté la mirada.Era lo que había estado haciendo desde que salimos del granero más temprano. No podía evitar mirar su perfil.Con mis hormonas en control (o algo así) y siendo de día, podía fijarme bien en el rostro del hombre con el que estuve toda la noche. O noches. Era bastante bien parecido, me gustaba su cuerpo y olía increíble; sin embargo eso no era lo que hacía que no pudiera evitar mirarlo mientras conducía de forma... muy varonil.Él disminuyó la velocidad y me miró por fin con una media sonrisa.-Oye, yo no muerdo. Puedes hablar, se ve que hay algo en tu mente.Suspiré y volví a mirarlo.-Yo tenía una fantasía. - Dije por fin.-¿Oh? - Dijo completando su sonrisa a una maliciosa. - ¿Acaso no te complací por completo?-No ese tipo de fantasía. - DIje dándole una mala mirada. - Y mira hacia el frente, no quiero morir hoy.Él se rió pero me hizo caso obedientemente.-Entonces ilústrame, gatita.-Cuand
-Oh, eso. Volví a acomodar mis pies y me senté recta. Era un humano decente, hasta donde yo sabía, así que supongo que merecía saber por qué no lo marqué durante mi celo. -No es una regla marcar a un compañero durante nuestro celo, pero pasa durante uno de nuestros primeros. Quizá papá te dijo algo al respecto. -Solo dijo que era una lástima que no lo huberas hecho, pero que tenemos muchos celos por delante. - Dijo encogiéndose de hombros. Si, sonaba como a algo que diría papá. -Mira, no digo que esté esperándolo ni nada de eso, solo tengo curiosidad de saber por qué si prácticamente masticaste mi cuello, no hay una marca. Yo le sonreí. -La marca quizá en otras especies es sencilla de realizar debido a que no importa a quién elijan, si planean o no tener cachorros, o si siquiera les importa si lo hacen o no. Para nosotros, que nos enfrentamos a la extinción, nuestro principal instinto es el de solo marcar a los mejores genes. Al ser humano, mi instinto me dijo que no lo hiciera
Duncan.Por fuera podría parecer que me estaba tomando éstos últimos días con calma, pero por dentro... no era así.Paternidad.¿Qué m****a sabía yo de eso?No por nada era un tipo soltero. Mi madre y mi trabajo consumían la mayor parte de mi tiempo, el resto lo utilizaba para comer, dormir y ver alguna serie de televisión de la cual no recordaría nada al día siguiente.Era mi rutina al menos hasta que el departamento que rentaba se inundó y mi televisor junto al resto de mis pertenencias, que no eran muchas para el caso, se perdieron.Ahora mi "nueva normalidad" consistía en vampiros, lobos, osos y un montón de confusión entre el trabajo y dormir en el cuarto de huéspedes de mi segunda mejor amiga.Aquí estaba yo, un tipo promedio filosofando sobre las ventajas de una nueva responsabilidad. O dos. O cinco.M****a, ¿Y si eran ocho de una sola vez? Adiós a mis días tranquilos.Casi me rio cuando aparqué el auto frente al salón de eventos del que había salido pitando hace... no sé cuánto
Lilian.El cuello de Duncan era un asco para cuando me tranquilicé lo suficiente como para dejar de moquear. -¿Te encuentras mejor? - Preguntó él y yo me sentí culpable.Duncan solo había sido amable desde que lo conocí y ahora estaba yo aquí, sin importarme que me cargara y viera mi berrinche monumental de ¡¿Por qué a mí?! -Si. - Dije en voz baja cerrando los ojos.Se sentía extraño que otro macho que no fuera de mi familia me consolara, pero no era una sensación desagradable.-Eso es bueno. Ahora, ¿Quieres hablar sobre una manada de pumas llevándote? - Preguntó él acariciando mi espalda. Yo me incliné hacia sus caricias y quise ronronear ya que se sentía increíble. - No sé qué tiene que ver con tus sillas rotas y el par de autos quemados de allá afuera, pero quizá te sirva desahogarte.-Es un problema de mi especie. - Dije lentamente. - No quisiera cargarte con mis lloriqueos. Prefiero encargarme de esto yo sola.-Serías la primer chica que no quiere usarme como pañuelo de lágrima