-¿Qué es? - Preguntó Duncan con los ojos fijos en la carretera.Enseguida aparté la mirada.Era lo que había estado haciendo desde que salimos del granero más temprano. No podía evitar mirar su perfil.Con mis hormonas en control (o algo así) y siendo de día, podía fijarme bien en el rostro del hombre con el que estuve toda la noche. O noches. Era bastante bien parecido, me gustaba su cuerpo y olía increíble; sin embargo eso no era lo que hacía que no pudiera evitar mirarlo mientras conducía de forma... muy varonil.Él disminuyó la velocidad y me miró por fin con una media sonrisa.-Oye, yo no muerdo. Puedes hablar, se ve que hay algo en tu mente.Suspiré y volví a mirarlo.-Yo tenía una fantasía. - Dije por fin.-¿Oh? - Dijo completando su sonrisa a una maliciosa. - ¿Acaso no te complací por completo?-No ese tipo de fantasía. - DIje dándole una mala mirada. - Y mira hacia el frente, no quiero morir hoy.Él se rió pero me hizo caso obedientemente.-Entonces ilústrame, gatita.-Cuand
-Oh, eso. Volví a acomodar mis pies y me senté recta. Era un humano decente, hasta donde yo sabía, así que supongo que merecía saber por qué no lo marqué durante mi celo. -No es una regla marcar a un compañero durante nuestro celo, pero pasa durante uno de nuestros primeros. Quizá papá te dijo algo al respecto. -Solo dijo que era una lástima que no lo huberas hecho, pero que tenemos muchos celos por delante. - Dijo encogiéndose de hombros. Si, sonaba como a algo que diría papá. -Mira, no digo que esté esperándolo ni nada de eso, solo tengo curiosidad de saber por qué si prácticamente masticaste mi cuello, no hay una marca. Yo le sonreí. -La marca quizá en otras especies es sencilla de realizar debido a que no importa a quién elijan, si planean o no tener cachorros, o si siquiera les importa si lo hacen o no. Para nosotros, que nos enfrentamos a la extinción, nuestro principal instinto es el de solo marcar a los mejores genes. Al ser humano, mi instinto me dijo que no lo hiciera
Duncan.Por fuera podría parecer que me estaba tomando éstos últimos días con calma, pero por dentro... no era así.Paternidad.¿Qué m****a sabía yo de eso?No por nada era un tipo soltero. Mi madre y mi trabajo consumían la mayor parte de mi tiempo, el resto lo utilizaba para comer, dormir y ver alguna serie de televisión de la cual no recordaría nada al día siguiente.Era mi rutina al menos hasta que el departamento que rentaba se inundó y mi televisor junto al resto de mis pertenencias, que no eran muchas para el caso, se perdieron.Ahora mi "nueva normalidad" consistía en vampiros, lobos, osos y un montón de confusión entre el trabajo y dormir en el cuarto de huéspedes de mi segunda mejor amiga.Aquí estaba yo, un tipo promedio filosofando sobre las ventajas de una nueva responsabilidad. O dos. O cinco.M****a, ¿Y si eran ocho de una sola vez? Adiós a mis días tranquilos.Casi me rio cuando aparqué el auto frente al salón de eventos del que había salido pitando hace... no sé cuánto
Lilian.El cuello de Duncan era un asco para cuando me tranquilicé lo suficiente como para dejar de moquear. -¿Te encuentras mejor? - Preguntó él y yo me sentí culpable.Duncan solo había sido amable desde que lo conocí y ahora estaba yo aquí, sin importarme que me cargara y viera mi berrinche monumental de ¡¿Por qué a mí?! -Si. - Dije en voz baja cerrando los ojos.Se sentía extraño que otro macho que no fuera de mi familia me consolara, pero no era una sensación desagradable.-Eso es bueno. Ahora, ¿Quieres hablar sobre una manada de pumas llevándote? - Preguntó él acariciando mi espalda. Yo me incliné hacia sus caricias y quise ronronear ya que se sentía increíble. - No sé qué tiene que ver con tus sillas rotas y el par de autos quemados de allá afuera, pero quizá te sirva desahogarte.-Es un problema de mi especie. - Dije lentamente. - No quisiera cargarte con mis lloriqueos. Prefiero encargarme de esto yo sola.-Serías la primer chica que no quiere usarme como pañuelo de lágrima
Aparcamos justo a un lado de la carretera y luego tuvimos que caminar un rato. Era fácil saber hacia dónde ir ya que el bosque apestaba a oso; y ya que Duncan se veía un poco perdido respecto a la dirección, me encargué de llevarlo directo a la entrada de una cueva en donde dos enormes osos en forma humana nos miraron sin pestañear.-Buenas tardes. Mi nombre es Duncan y yo...-Amigo de Stella. - Dijo uno de ellos y luego lo miró con curiosidad. - ¿Qué haces en nuestro territorio y por qué traes contigo a una were gato?-Quisiéramos hablar con tu líder... uh... Alfa. -¿Qué asunto? - Preguntó el otro con un gruñido en la voz.-Vinimos a devolver algo y a preguntar educadamente sobre los destrozos a mi salón de eventos. - Respondí dando un paso al frente. - Si conocen a Stella, entonces sabrán que hace unos días festejó su boda humana en mis instalaciones.Ellos se miraron antes de hablar.-Me temo que no podrá recibirlos en este momento. Y eso fue todo. Miraron al frente como si ya h
Lilian.La puerta se abrió justo cuando estábamos por llegar y de ahí una chica nos miró de arriba a abajo antes de hacernos una seña para que entráramos rápidamente.Eso hicimos y nos sentamos frente a un escritorio mientras ella se sentaba y nos miraba fijamente. Comenzó a ser incómodo después de un minuto, así que me aclaré la garganta.-Hola. Mi nombre es Lilian y él es Duncan, estamos aquí por dos asuntos. El primero es... uh... debido a una emergencia tuvimos que tomar el auto de uno de ustedes en un evento hace un par de noches y hemos venido a devolverlo. No ha sufrido ningún daño y el tanque de gasolina ha sido repuesto.Me interrumpí porque ella cerró los ojos y comenzó a maldecir furiosamente...Duncan me miró y yo solo me encogí de hombros.-¿Se refieren a la boda de Stella con el Alfa lobo? - Preguntó cuando terminó de mandar a un montón de especies al diablo.-Si. -Entonces, ¿Me están diciendo que el dueño del auto no viene con ustedes? - Preguntó con cuidado.-No. Des
Lilian. La muerte. Solo así podría describir lo que pasó una vez que salimos de ahí. Después de aceptar el amable aventón de uno de los guardias de la entrada a la carretera principal más cercana, me declaré enemiga de los viajes en caballo. O en el lomo de cualquier animal. Mi estómago aún se sentía como si siguiera rebotando en la espalda del oso. Me había mareado desde el primer minuto, así que los siguientes quince no fueron divertidos. Quizá si para Duncan ya que él se encontraba disfrutando de la carrera con una sonrisa tonta en el rostro. Cuando el oso se marchó, Duncan habló. -¿Acaso es no fue divertido? Siempre quise aprender a montar, pero un caballo era demasiado dinero así que... Por toda respuesta, vomité a sus pies. Y que su expresión cambiara fue extrañamente satisfactorio. Me detuve en mi siguiente arcada y me horroricé por lo que acababa de pensar. -¿Estás mejor? ¿Por qué no me dijiste que te encontrabas mal? No me hubiera importado bajarme del oso contig
El Alfa puma tomaba tranquilamente de la mano a la señora mayor mientras ella con la otra manejaba. De vez en cuando bajaba el vidrio y abandonaba el volante para gritar obscenidades a los otros conductores que iban a, y cito, "velocidad de abuela". Yo miré de reojo a Duncan. Él tampoco parecía perturbado por la conducta agresiva de la señora, por su vocabulario o por casi salirnos de la carretera. ¿Cómo es que había terminado aquí? No tengo idea. La señora me dió la mano para saludar y de pronto ya estaba aquí. Todo pasó muy rápido. -Entonces, querida Lilian, ¿Cómo has estado y por qué te encuentras en medio del bosque con mi nieto? - Preguntó de buen humor. Me aclaré la garganta. -Fuimos a ver al Alfa oso de la región y Duncan necesitaba un aventón a casa. Cómo ya le he dicho cuando me negué cortésmente a su oferta de un viaje rápido, yo puedo transformarme y regresar a casa. -Tonterías, pequeña. ¿Para qué correr cuando puedes ir cómodamente en la parte trasera de un