-¿Este tampoco? - Pregunté bajando por las escaleras por quinta vez en la última media hora. -Denme un respiro, tengo que estar lista en media hora o no llegaré a tiempo.¿Qué hicieron los osos?Me gruñeron con desaprobación.¿Y por qué mierda tenía a los osos como mis asesores de moda en busca del vestido perfecto para mi cita de negocios? Porque Megan y Duncan aún se encontraban en el Were café. Al parecer, Megan pudo convencer al dueño que pagaba nuestros cheques de abrir el local por la noche también. Se estaban arriesgando a un encuentro con Esteban el vampiro, pero los intereses en esa tarjeta de crédito eran más grandes que su miedo a ser la comida del chico pre pago dos.Así que aquí estaba yo pidiéndole consejo a la mitad de los osos que se habían quedado en casa porque eran unos jodidos golosos que no podían estar sin pastelillos por mucho tiempo.Por supuesto, mientras ellos inflaban sus cachetes como ardillas gracias a mis productos horneados, tenían tiempo suficiente p
-Compañera. - Dijo una voz en la oscuridad. - ¿Estás bien?-¿Me hablas a mí? - Pregunté deteniendo el movimiento que había estado haciendo durante el último minuto. -... si. -Oh, bueno si, estoy bien.-Entonces, ¿Qué haces?- Preguntó con curiosidad.-Tengo comezón. ¿Algunas vez has intentado rascar tu espalda con manos y piernas atadas?-No.Yo suspiré. La pared de nuestra celda compartida era de una superficie lisa, no estaba logrando nada de todas formas, así que me detuve.Había abierto los ojos más temprano cuando nos arrojaron a esa celda. Era un lugar bastante iluminado, de hecho parecía ser una especie de bodega trasera con varias luces artificiales para iluminarla. No era muy grande. Solo habían algunas cajas en un rincón y el espacio suficiente para albergar quizá unos cinco prisioneros aquí dentro.-No te preocupes, te sacaré de aquí. - Dijo con solemnidad. -Gracias. - Dije imitando su tono solemne pero sin creerle nada. - Ahora, ¿Crees que podrías decirme qué es lo que e
Los primeros minutos después de su declaración, nos dedicamos a mirarnos fijamente sin querer romper ese momento de tensión. Bueno, creo que nos mirábamos fijamente ya que estaba mirando hacia el sitio en el que había estado su cara cuando había luz y tenía la sensación de que él no había dejado de mirarme.Me repitió palabra por palabra pero creo que mi mente se esfumó cerca de la parte de la fecundación. No sabía si no había dicho nada más porque estaba midiendo mi reacción o porque se estaba concentrando en inhalar y exhalar como si hubiera corrido una maratón.Bien, yo no sabía qué decir. ¿Que le respondías a un chico esculpido por el mejor de los artistas cuando te dice claramente que quiere usar tu cuerpo de mil formas diferentes para satisfacerte y embarazarte?Si, por favor.Claramente, estaba en Villa Locura y mi taxi a casa se había ido hacía mucho.Él solo pensar en sus labios le hacía cosas graciosas a mis partes de chica... y le daba más comezón al resto de mi cuerpo.Es
-Lo que faltaba. ¿También los drogaron? - Preguntó el vampiro a Jeremiah.-No. - Dijo después de pensarlo. - Y realmente no sé por qué piensa que vienes por nuestra sangre. - Dijo y luego estrechó los ojos. - ¿Por qué m****a te conoce?-Larga historia. Podemos discutir los detalles cuando salgamos. - Dijo antes de transformar en garras sus manos como en una película de terror. - Joder, ¿Puedes callarla? Puede que para ese momento yo estuviera gritando. Un montón. Mi frágilmente estaba colapsando, demándenme. Eso no salía en las películas.El vampiro de manos mutantes cortó las cuerdas de manos y pies de Jeremiah y se alejó hacia la puerta. -Stella, por favor. Yo estoy aquí, no hay nada que temer. - Dijo haciendo el mismo truco de las garras.Yo chillé más histéricamente. -¡Dijiste que no eras vampiro!-Nos encontramos en los suburbios de una ciudad humana, no podemos salir con ella así. - Dijo el vampiro por encima de mis lamentos, chillidos y súplicas por no ser el plato principal
No podía creer lo que estaba pasando ahora mismo. Me encontraba en un cuarto de un extraño, en solo Dios sabía dónde, con un hombre al que había visto unas tres veces y ahora mismo le suplicaba que me tomara como si no hubiera un mañana.-Lo haré, compañera. - Gimió mientras me sacaba mi ropa interior. - Dulce Madre, eres aún más hermosa de lo que imaginaba. - Dijo cuando extendió mis muslos escandalosamente a los lados de mi cuerpo.Lo vi lamerse los labios y la temperatura del lugar aumentó a niveles desproporcionales. Él gruñó una maldición.-Tan lista para mí. - Dijo acariciando suavemente mis pliegues.Yo asentí una y otra vez con la cabeza bastante entusiasmada y él se rió un poco.-Espero que nuestros cachorros saquen tu belleza y tú sentido del humor. Ahora, quédate quieta. Quiero probar lo que es mío al menos una vez esta noche antes de que pierda el control.Yo volví a mover la cabeza afirmativamente.Acababa de descubrir que yo era una chica de pocas palabras durante la a
Abrí mis ojos y me encontré momentáneamente confundida.No por la habitación que no conocía ni el por qué no había luz en la habitación, sino porque unas manos deliciosamente firmes se encontraban masajeando mi estómago mientras alguien gruñía en mi oído.-Regresaste, compañera. - Dijo sin dejar de masajear.Yo parpadeé porque había algo que estaba untando en mi piel.Giré mi cabeza y lo vi con la mano en su poderosa herramienta. Luego vi mi estómago y al menos la mitad de la situación tenía sentido.-¿Esto es algún raro fetiche tuyo? - Pregunté mientras sus caricias comenzaban a ponerme la piel de gallina. -No lo sé, es la primera vez que lo hago. - Dijo entre gemidos. - A mi lobo le gusta especialmente que lleves nuestro aroma.-¿Y a tus bebés? - Dije divertida. - Dile a tu lobo que los bebés van dentro, no fuera.Él se encogió de hombros.Siguió con ese maravilloso ritmo lento hasta que le supliqué que me tomara nuevamente.Tenía muy poca experiencia con qué compararlo ya que solo
-¿Puedes alejar a tu personal de aquí? Interrumpen mi arte y no cantan mis canciones. - Dije distraídamente mientras sacaba una bandeja para mi último piso del pastel. Jeremiah había conseguido que el dueño del lugar nos prestara su cocina, pero durante la última hora habían estado llegando algunos chicos que miraban fijamente el horno. No importaba cuánto Jeremiah les gruñera, ellos no se iban, así que simplemente se resignó a ser mi ayudante y a sacar sus garras cuando su personal ponía un pie en la cocina. -Tu manada está molestando a mi pareja. - Dijo Jeremiah al chico vampiro que, ¡Sorpresa! no era un vampiro. Solo era una tierna y para nada peligrosa pantera negra. ¿Qué hacía yo con todo el conocimiento con el que me había bombardeado Jeremiah en la última hora? Nada. Como que dejé de prestar atención cuando comenzó a enumerar la lista de todas las manadas que habitaban en América. Batir siempre ha distraído mi mente, así que actualmente estaba felizmente ignorante de las tr
Los gritos asustados de mis amigos y una fuerte sacudida me hicieron abrir los ojos. -¿Qué? - Pregunté levantando mi cabeza de un muy buen pecho que olía divino. -Tu amiga casi hace que nos salgamos de la carretera. - Dijo Jeremiah con voz tranquila. -¿Yo? ¡¿Yo?! ¡Hay jodidos coyotes siguiéndonos! - Gritó Megan. -Los coyotes no son tan grandes, Megs. - Dijo Duncan con tono agudo. - Joder, mujer. Creo que me quedaré calvo a este paso. Yo miré a Jeremiah. -¿Ellos son tus lobos? -Nuestros. - Dijo asintiendo. - Nos escoltan. Duncan giró su cabeza desde su asiento de copiloto y estrechó los ojos. -No sé por qué no me sorprende. Un tipo amigo del hombre de los osos solo podría ser igual de excéntrico. ¿Estás segura de que quieres seguir involucrándote con éste, Stella? Jeremiah gruñó y yo le di algunas palmaditas en el pecho mientras terminaba un enorme bostezo. -Como dije, larga historia. Si Megan nos lleva vivos a su casa podría darles un resumen. -Eres tan graciosa. - Dijo ell