Su pene no tenía espinas como el de los gatos, lo que era una preocupación menos para lo que planeaba hacer.El primer toque de mi lengua hizo que diera un pequeño respingo antes de hacer algo muy parecido a un maullido con la garganta.-Principessa, no tienes que...-Lo sé. - Dije antes de abrir por completo mi boca y tratar de que al menos un trozo de todo eso entrara a mi boca.No sé quién de los dos estuvo más sorprendido cuando, ni diez segundos después, comencé a ahogarme con la repentina salida de su esencia.-Lo siento. - Dijo con algo parecido a un rubor mientras yo parpadeaba. - Yo... tú... bueno, yo nunca... Comencé a reír divertida antes de volver a bajar mi cabeza y recorrer con mi lengua el tronco de su pene.-No importa. Haremos que eso pase de nuevo, gran gatito. - Dije cuando un repentino deseo por seguir se apoderó de mí. Era como si fuera una marioneta.Una sexual.Comenzó a balbucear palabras pero se detuvo en cuanto volví a tomarlo con mi boca.En segundos volvía
En algún momento me quedé dormida.Era uno de esos sueños tranquilos en los que simplemente todo está en negro. De hecho lo estaba disfrutando bastante.No recordaba haber dormido así desde antes de la muerte de mi familia.Me había costado algunos años de autoterapia y algunos libros el pensar en ellos sin llorar y maldecir a la vida por arrebatármelos. Sin Stella y su abuela... realmente no sé qué hubiera hecho.Suspiré cuando la tranquilidad de mi sueño se vió interrumpida por algunos ruidos del exterior. Me desperté lentamente a regañadientes.-... Megan.Yo apreté los ojos. Por lo que a mí concierne, el dueño de la molesta voz podía irse al carajo por querer despertarme.Escuché el claro sonido de una risa masculina. Profunda y atractiva.-Lo recordaré. Prometo no volver a intentar despertarte si tu deseo es dormir.Bien.Estaba a punto de caer en la inconsciencia cuando la molesta voz volvió a hablar.-Llevas prácticamente un día sin comer, principessa. ¿Quisieras levantarte pa
-¿A qué te refieres? - Pregunté estrechando los ojos. - ¿Tiene algo que ver con las orgías salvajes que dejamos en la fiesta de Stella?-No, Megan. - DIjo sorprendido. - Me refería a que tengo que hablarte sobre un detalle en nuestra copulación. Uno importante.Lo miré sin parpadear.-¿No ha sido satisfactorio para ti? Sé que te viniste al menos unas...Me tensé. Protección. No usamos jodida protección.-Si, fue inmensamente placentero para mí. Y aunque no tenía experiencia previa con la que compararlo, soy honesto al decirte que ha sido algo que recordaré para toda mi vida...Mis pensamientos sobre protección se esfumaron. Mi boca cayó abierta.-Espera, espera, espera... - Dije mientras volvía a reunir palabras coherentes. - ¿Tú... nunca habías tenido sexo?-No. - Dijo con orgullo. - Me estaba guardando en caso de que conociera a mi verdadera pareja.Mierda. Le quité la jodida inocencia por accidente.Aunque... ¿Podía decir que era un accidente?Algo como: "Ups, tu pene encontró mi m
El ruido de un cristal al romperse perturbó mi sueño. Luego escuché algo subir a toda velocidad por mi escalera.Otra cosa de cristal se había roto, pero no sabía qué era. Joder, ¿Los mapaches habían regresado? Pensé que Stella y yo los habíamos asustado la última vez con la ayuda de los osos.Aunque sin ellos, supongo que decidieron regresar y vengarse.-Pequeñas bestias inmundas. -Murmuré.Algo parecido a las garras de un perro sobre mi suelo de madera se escuchaban por sobre algunos gruñidos salvajes.Estaba un tanto confundida sobre de dónde mierda venían o quién era el dueño de esos gruñidos.Espera un segundo. ¿Gruñidos?Sonidos de desgarres y solo dios sabía qué más se escucharon directamente en mi habitación.Abrí uno de mis ojos y me encontré recostada sobre un pecho que me hacía de almohada. Quizá en circunstancias normales solo me daría un par de palmaditas en la espalda felicitándome por haber pasado la noche con un buen espécimen como éste, pero los enormes gatos a nu
La limpieza solo de mi cuarto me llevó al rededor de veinte minutos.Veinte minutos en la que me dediqué a planear cómo quitarle los pelos a cada uno de esos pumas de la forma más dolorosa posible. Se habían metido con mis pocas y valiosas posesiones.Después de que terminé de colocar en bolsas de basura los destrozos, las lágrimas comenzaron a brotar sin control.Esta era una casa llena de recuerdos. Por eso que me resistía a siquiera cambiar el color de las paredes.Mi familia aún vivía a través de ese armario, de esa lámpara, de esa ventana... y me los arrebataron. Era como si hubieran muerto de nuevo mientras yo lo presenciaba.Y a pesar de que, como bien había dicho el tipo de traje, sus asuntos no eran conmigo, no culpé de ninguna manera a Esteban. Ni siquiera lo resentí cuando simplemente se quedó en mi cama siendo espectador de la destrucción.Si era racional conmigo misma, no es como si él los hubiera llamado. O como si él tuviera problemas con los pumas porque los había busc
La pantera que acampaba en mi jardín se llamaba Colin.Se presentó con cierto recelo porque tenía órdenes de no hablar conmigo o molestarme.De hecho, sentí un pinchazo de calidez al saber que solo me había enviado a sus Betas más fuertes a vigilarme porque estaba preocupado.- Nos ordenó que te diéramos tu espacio y que solo nos entrometiéramos si tratabas de usar tu auto. - Dijo mientras conducía a su manada. Seguía sin dejarme tocar el volante de MI auto, lo que era irónico. - Fuera de eso, a menos de que algo, alguien o tú misma amenazara tu seguridad, debíamos solo de ser espectadores. -¿Es por eso que dejaste que se llevaran a tu Alfa o que se acercaran los pumas a mi casa sin siquiera una advertencia? - Pregunté matándolo con la mirada.-No es así. - Dijo a la defensiva. - Me envió a que alertara a la manada, regresé y mi siguiente misión fue la de localizar a la señorita Ema. Después de eso fuí enviado a oler todo el pueblo para ver si había algún otro cambiaformas cerca. Est
Resulta que el Alfa escoria (como será conocido de ahora en adelante) era su jodido padre. Vió que había sido muy lucrativo hacer tratos con otras manadas, así que pensó que después de vender la cereza de Esteban, también podía vender la cereza de su otra hija. La escoria no empezaba y terminaba con el tipo. No, sus anteriores Betas y miembros más viejos de la manada estaban de acuerdo con la retorcida mente maestra, así que prácticamente planearon una subasta para la adolescente. Esteban y sus actuales Betas se enteraron solo porque el padre de uno de ellos llegó borracho a casa hablando sobre el dinero que les daría el Alfa cuando alguien la comprara. -La situación era urgente. Nuestro Alfa Esteban no se encontraba en ese momento en la manada ya que entró en una universidad humana. Tuvimos que correr para sacarlo de ahí y luego correr detrás del vehículo que transportaba a Ema. La habían drogado. - Dijo Devlin con voz oscura. - Los bastardos que iban acompañando el auto sol
La abuela no se andaba con rodeos. En este momento habían abarrotado la recepción del edificio con pumas. Ni siquiera sabría decir que esto era lo más surrealista que había vivido; Stella tenía la facultad de meterme en cosas aún más extrañas. -Muy bien pequeña. - Dijo la abuela tomando una de mis manos para acariciarla. - Estamos listos para tomar esa manada. -Con nuestra fuerza y las panteras que pueda aportar esta manada, estoy seguro de que terminaremos esto muy rápido. - Dijo Linden acercándose también. -Gracias por este favor, señor Linden. - Dije estirando mi mano para un apretón. Él solo me jaló en un medio abrazo. -La familia de mi caramelito es también mi familia. No seas tan formal, no es un favor así que no lo tienes que devolver. Me da gusto que no estés herida después del par de días que has tenido. Pagarán con sangre, ya lo verás. -Gracias. - Dije conmovida. - Lo aprecio. -Entonces, en marcha. Lidera el camino. - Dijo la abuela dando algunos aplausos para llamar