Dos Destinos de una Venganza
Dos Destinos de una Venganza
Por: Lilith Romero
Capítulo 1

No puedo más, todo mi cuerpo esta destrozado, el dolor es insoportable pero aún así no me rindo, sigo conciente mirando a los ojos al hombre que tanto he amado.

- Nunca me lo confesaras con tu propia boca — se agacha poniéndose a mi nivel — ¿Verdad? — pregunta en un tono secó.

Yo no respondo, solo obcervo atraves de su frío semblante que este es el final.

— Bueno, ya no importa — dice y sin más saca su arma apuntandome directamente.

- ¡Te odio! — exclamo con desprecio — Con todo mi ser... te odio Tobias Salvatore — hablo sintiendo como la sangre se desliza por mis labios.

Pero aún así sus ojos grises solo me obcervan apagados he inexpresivos sin mostrar ni una pisca de remordimiento ante mi inminente muerte.

《 Nunca debi amarte... nunca debi confiar en ti 》

El frío acero del cañón baja hasta mi pecho y cuando estoy por bajar mi mirada a punto de quebrarme, Tobias sostiene mi rostro con dureza para que lo siga viendo a los ojos.

- Te dije que solo serías mía — quita el seguro —Tú sacrificio será en vano, ese niño al que tanto trataste de proteger ya está muerto — me confiesa con una sonrisa siniestra, lo último que termina por destruir todas mis esperanzas.

- ¡¡¡NOOO!!! — me quiebro incapaz de soportar la noticia de su muerte.

Lo miro rogando que sea mentira, pero su sonrisa se hace más grande ante mi desesperación, confirmando que me ha quitado todo lo que una vez consideré valioso.

— ¡¡¡MALDITO!!! — grito con todas mis fuerzas desgarrando mi garganta, mientras siento como me hundo en un abismo.

《 ¡NO! ¡NO! ¡NO PUEDE SER! ¡¡ÉL NO!!.. 》

Ya no me queda nada, solo un amargo dolor que me mata lentamente mientras me reprochó una y otra vez por no haber sido más fuerte, por no haber podido cumplir mi promesa.

- Adiós amor mío - susurra suavemente viendo mis lágrimas cubrir mi rostro.

Envuelta en el dolor siento como su asquerosa boca rosa mis labios antes de los disparos que acaban con mi sufrimiento.

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No siento el peso de mi cuerpo, ni las heridas en ella, mi alma ya no pertenece aquí, nada más me ata a este mundo.

Pero aun asi... sigo aquí.

Aunque este lugar no es el infierno, tampoco es el cielo.

No se en donde estoy, todo es oscuro, no veo la luz, no siento paz y menos resignación.

Mi alma grita desconsolada, llena ira y dolor mientras sigo atrapada en este limbo clamando por venganza, por una nueva oportunidad, para volver y acabar con todos...

— TE DARE VIDA A CAMBIO DE TU DOLOR — una imponente voz se escucha resonar en esta inmensa oscuridad.

— TU TRAZAS LOS HILOS DE TU DESTINO —¿qué?

No entiendo nada de lo que dice...

— ESTE ES MI ULTIMO REGALO —

Siento que me arrastran afuera de la oscuridad llevándome a la luz, no me resisto, solo me dejo llevar y antes de poder tocar esa luz escucho otra vez esa voz.

— SE FELIZ —

Toco la luz que me envuelve por completo.

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WASHINGTON, D. C.

CLÍNICA DE MATERNIDAD

— ¡Solo un intento más! — el grito del doctor resuena en la sala de partos.

— ¡¡¡AAAAH!!! — pero el grito desesperado de la mujer retumba por todo el lugar.

— ¡Veo la cabeza! — alertan a las enfermeras.

Unas de ellas corre a buscar una tijeras y otras una manta.

— Wuaaaah — el fuerte llanto de un bebé hace llorar a la mujer que acaba de dar a luz.

— Es una niña — les dice el doctor a los nuevos padres.

El hombre que sostenía la mano de su esposa tiemblan con lágrimas en los ojos viendo como cortan el cordón umbilical de su pequeña hija.

— Felicidades señora Valentine — la enfermera le entrega envuelta a una pequeña bebé.

La mujer llorando sosteniendo sobre su pecho a su hija recién nacida junto a su esposo que se aferra a ella.

— Gracias mi amor — la voz grave del hombre hace que la bebe habra los ojos sorprendiendo a los nuevos padres.

Los hermosos ojos azules eran tan claros como un cristal que atrapó con su belleza a todos los presentes, menos al hombre que noto lo que en ellos se reflejaba.

《 ...esto no puede ser real 》

HORAS DESPUÉS

El hombre rubio de unos 38 años camina nervioso por la habitacion del hospital mientras me obcerva siendo sostenidad en los brazos de su esposa.

《 ¿¡Qué me vez!? ¿¡Nunca viste a un bebé!? 》

Le reprochó mentalmente porque no puedo hablar mientras la hermosa castaña de unos 30 años, que derrocha dulzura, me acurruca en sus cálidos brazos.

— Sebastian — dice su nombre en un largo suspiro — Por favor quédate quieto que me pones nerviosa — se queja su mujer haciendo que el hombre la mire con ojos de cachorro regañado.

— Amor lo siento, es solo que nunca vi una niña así en mi vida — se notaba preocupado por lo peculiar que soy.

— Lo se cariño, pero no hay de que preocuparse el médico dijo que estaba totalmente sana — baja la vista hacia mi un momento pero vuelve a mirar a su esposo rápidamente.

— No escuchaste que aunque no era normal que algunos bebes sean tan callados los estudios que le realizaron demuestran que no tiene ningúna anomalía — hace una pequeña pausa — ¿Qué acaso no la quieres? — lo mira con dolor.

《 Bueno es entendible que piense que soy defectuosa 》

— ¡Pero que dices Cecilia! YO AMO AMI HIJA CON TODO MI CORAZÓN — grita indignado asustandome de golpe.

《 ¿¡Qué le pasa a éste lunático!? 》

Mi mente apenas puede procesar que volví a nacer como un bebé y ahora viene éste a declarar su amor paternal que solo me incomoda aún más.

— No grites animal que asustas a la bebe — le reprocha enojada viendo como me muevo incomoda en sus brazos.

— Lo siento amor es solo que me preocupa lo hermosa que será cuando crezca si se parece a ti — la mira poniendo una sonrisa divertida — Por eso ¡CONSTRUIRE UN CASTILLO PARA MI HERMOSA HIJA DONDE NO TENGA QUE VER A LOS ASQUEROSOS HOMBRES! — termina diciendo algo vergonzoso, tratando de hacer reír a su esposa.

《 ...es un idiota 》

— Jajaja entonces nunca seremos abuelos mi amor — su esposa cae en su chiste barato, rompiendo en carcajadas por lo gracioso de sus gestos pero yo me quedo asqueada por lo que estoy viendo.

— Amor mira la bebe nos mira — Sebastian se acerca a tocar mis mejillas regordetas.

Miro incrédula a este hombre mientras busco el defecto de esta escena familiar que es demasiado cursi para ser real.

— Hola mi amada Cristal te asustaste con nuestras voces — me habla con dulzura la mujer que ahora se que se llama Cecilia mientras también se queda observándome junto a su esposo.

Los dos permanecen en silencio viendo mis penetrantes ojos, que siguen fríos ante sus dulces sentimientos.

《 No existe el afecto u amor, sin un interés de por medio 》

— Toc... toc... toc —

Se escucha unos toques en la puerta que los saca de esa burbuja en la que se encontraban mientras trataban de entender mi misteriosa mirada.

El hombre se dirige a ver de quien se trata, pero antes de poder abrir la puerta, se abre abruptamente y entran dos niños corriendo casi tirandolo.

- MAMI, MAMI, MAMI - gritan los niños al unísono.

Mis los ojos se empiezan a abrir cada vez más contemplando como el mundo oscuro en el que había vivido, cambia drásticamente.

Veo en silencio como todos ellos trasmiten un amor tan profundo, tan real, algo que nunca conocí en mi vida anterior.

《 ¿acaso este es un cruel chiste? 》

Niego resentida este juego retorcido en donde me muestran lo que tanto he deseado, ahora que ya lo he perdido todo, y me reuso a caer denuevo en esta trampa, que solo me llenará de esperanzas para luego tirarte a lo más profundo del abismo.

《 Una vez soñe con una familia... Una vida junto a Tobias 》

Su nombre retumba en mi mente, llenándome de todos los recuerdos dolorosos que viví a su lado.

《 ¡Destrruiste todo lo que amaba! ¡¡Me quitaste todo!! 》

Me es inevitable no llorar mientras siento mi corazón quemarse recordando al hombre que juro amarme y termino por matarme de la forma más despiadada.

— No llores mi bebé mamá esta aquí no tengas miedo — la mujer de ojos verdes me acurruca en sus brazos con tanto cuidado que me da más impotencia.

《 Siento tanta rabia... soy tan debil 》

— ¡¡Traigan al médico ahora!! — grita su esposo viendome llorar desconsoladamente, pero ya no me puedo contener, los sentimientos me sobrepasan, haciendo que se desespere peor.

Asustado viene hacia mi y me toma de los brazos de su esposa, resguardandome en su pecho con temor, donde siento como gotas de agua caen sobre mi, sacándome de mi transe.

Alzó mi mirada y al verlo me sorprendo.

No era agua lo que caia en mi rostro, eran sus lágrimas que caen de sus ojos mientras me mira desconcertado por no saber que me sucede.

《 ¿Por qué? 》

Sus grandes manos limpian mis lágrimas con tanto miedo de lastimarme que me dan cosquilla su delicado rose.

— Mi hermosa hija ya no llores — su llanto no cesa — Por favor — su voz se quiebra abrazándome sin percatarse de que ya no estoy llorando.

《 es muy raro... pero tan reconfortante a la vez 》

Como puedo, toco su mejilla, y lo acaricio limpiando sus lágrimas para intentar consolarlo como el lo hizo conmigo.

《 ...ya no llores 》

Al lograrlo se queda impactado al verme acariciandolo mientras enfoco mis ojos con los suyos tratando de que sienta que no es su culpa y que ya no llore por mi.

— Hija — dice con felicidad al verme consolarlo.

《 ¿Eso te hace feliz...? 》

— ¡Dios mío! ¿ella acaba de limpiar tus lágrimas amor? — exclama su esposa sorprendida por lo que acaba de ver.

Ninguno dice nada más y yo bajo mi mano volteando a mirar a otro lado.

《 M****a... No debí hacer eso 》

— Papi yo también quiero que ella me acaricie — se queja el niño rompiendo el silencio.

Se incorporan a la realidad y se miran con los ojos bien abiertos mientras entra corriendo un doctor a la habitacion.

— ¿¡Que sucedio!? ¿ Cual es la emergencia? — pregunta asustado por los gritos del hombre que aún me tiene entre sus brazos.

— Doctor — dice la mujer con duda al no saber que decir.

El hombre lo nota y vuelve a preguntar.

— ¿Que paso señora Valentine? — pregunta otra vez el médico.

Lo duda otro segundo más mientras mira a su esposo, como buscando las palabras correctas, y vuelve a mirar al doctor.

— Me asuste porque la bebé lloro, y no sabía que hacer, pido disculpas si lo asustamos — le miente al médico.

《 ¿No quieren contar lo que sucedio?... es lo mejor, al menos para mi 》

— Oh señora eso es normal al ser una recién nacida porque es su única manera de expresarse — dice amablemente el médico y ellos asienten fingiendo calma.

Todo termina con normalidad al salir el hombre pero ellos vuelven a mirarse con preocupación.

— Amor nues — quiere hablar la mujer pero su esposo la detiene.

— Nuestra hija es muy especial y el más hermoso regalo que Dios nos dio — termina la oración para su esposa, la cual sonríe ante sus dulces sentimientos.

— Si, es cierto mi amor ella es un regalo de Dios — reafirma sus palabras mientras se miran con amor.

Yo obcervo todo mientras sus hijos se unen a nosotros y un extraño sentimiento me envuelve en una calida sensación de seguridad que nunca he sentido en el pasado, asta que caigo profundamente dormida por el cansancio sin poder evitarlo.

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