Esta novela es una historia de ficción. Sus personajes, como las locaciones y los hechos, son producto de mi imaginación. Pero están basados en hechos tristemente reales.
Desde los hijos del poder en el caso María Soledad Morales, hasta Marita Verón, pasando por cientos o miles de nombres en el medio, hemos visto como las mujeres han sufrido a manos de gente desalmada que lucra con su libertad, cuerpo y espíritu.
Haciéndose ricos a costas de vidas ajenas, vidas robadas. Pero de una forma u otra, todos somos partícipes de los crímenes, todos tenemos un poco de sangre en nuestras manos, ya sea por miedo, silencio, o por ser parte del problema al consumir lo que ofrecen.
No permitas que te callen, no guardes silencio, haz oír tu voz. Lucha por el derecho a que tu madre, hermana, hija, amiga, esposa puede salir a trabajar o pasear y volver a casa.
Lamentablemente vivimos en un mundo creado
—¡Eva, te olvidas las llaves! —grita mi madre desde el umbral de la puerta y me arroja el manojo con cuidado.—Gracias ma. Te veo luego. —me despido con una sonrisa y tirándole un beso que ella atrapa con la mano y se lo guarda en el corazón. Algo que hace desde que tengo memoria.Voy a llegar tarde otra vez, me quejo mientras espero que la combi llegue hasta donde la espero hace más de quince minutos. Me entretengo mirando mi página de Facebook y la imagen de mi amiga Flor, jugando con su gatita me saca una sonrisa.Por fin escucho el ruido inconfundible del motor de la combi. El conductor abre la puerta y saluda con una sonrisa. Respondo de igual manera.—¿Qué pasó con Sebastián? —pregunto extrañada. Es quien siempre conduce a esta hora.En los pequeños pueblos como el mío no suelen existir autobuses como los de la capit
La vuelta a casa se hace más larga que de costumbre y sé exactamente porqué. Sigo molesta desde que salí del trabajo, aún no puedo creer que, al bueno para nada de Guzmán, le hayan dado la primera plana con esa historia de mierda que se inventó sobre el acuerdo del gobierno con el FMI[1]. Un absurdo sin ningún fundamente, claro.Pero, como siempre, el imbécil de mi jefe prefiere una noticia llamativa, aunque de dudosa procedencia, antes que cualquier cosa que yo escriba.<<Para que aprendas que nada bueno sale de acostarse con el jefe>> me recrimina mi conciencia.Ni bien estaciono mi viejo y querido Fiat Uno[2] en la acera de la casa, me tomo unos segundos demás antes de apagar el motor y dejo que los acordes armoniosos de Divididos con Par Mil, me calmen. Dos o tres respiraciones después finalmente estoy lista para seguir adelan
La mañana se presenta demasiado tranquila en las oficinas de “El Informante”, el periódico en el que trabajo a tiempo completo.Mientras devoro mi barrita de cereal me dedico a buscar más información sobre Evangelina Durán. A medida que las noticias van creciendo, las mariposas en mi estómago se agigantan. Mi sexto sentido me dice que hay una buena historia allí.<<La joven, oriunda de Charjál, Chaco, llevaba más de cuatro meses desaparecida. La última vez que fue vista, iba de camino a la escuela de estilistas a la que asistía y a la que nunca llegó. Su madre, Elvira Durán, encabeza la marcha de pedido de justicia.>>Apunto algunos datos en mi anotador y sigo con la búsqueda de información. Pero soy interrumpida por el fuerte perfume masculino que rodea mi cubículo. Por el rab
Luego de instalarme en la pequeña habitación de “El Cóndor”, decido salir a ver la escena del crimen. O, mejor dicho, el lugar donde recuperaron el cuerpo, porque ni siquiera han dictaminado la causa de muerte, mucho menos han dicho algo sobre el presunto asesino, si es que lo hubo.Tomo mi bolso de mano y me dirijo a la salida cuando mi camino es interceptado por un viejo conocido.—Estaba seguro de que Reyes iba a mandarte a ti a cubrir esto. —dice a modo de saludo.—Hola para ti también ¿a quién más iba a mandar? Ambos sabemos que soy la persona indicada para el trabajo, Fabián. —respondo condescendiente he intento eludirlo para seguir mi rumbo, pero él se mueve en mi dirección cortándome el paso.—¿Puedo acompañarte?—No sabes a dónde voy.—Da igual, este pueblo fantasma es extre
Estuve solo un día más en Rincón Alto antes de volver a la ciudad con las manos vacías. Pues hasta el momento, no hay ninguna noticia sobre el caso. El comisario, como advirtió en nuestra reunión, envió un comunicado oficial a la prensa dando los escasos datos que tenía, que no eran más de lo que me había dicho.Aún no están los resultados definitivos de la autopsia de la NN [1]. Pero luego de comunicarme vía email con la oficina forense de Rosario, donde tengo un viejo conocido, recibo un informe preliminar.Los conocimientos e instintos del viejo comisario Ordoñez, no fallaron. La fecha de la muerte data de hace dos semanas. Al estar el cuerpo sumergido tanto tiempo ha dificultado la autopsia y no han podido rescatar material genético de él. Pero no se encontró agua en sus pulmones, la causa de muerte es asfixia por compresión mec&aac
Lourdes se sobresalta cuando abre la puerta y me encuentra sentada en la mesa comedor con mi ordenador en frente. Se toma el pecho artísticamente mientras escapa un grito de sus labios.—Mierda… ¿qué haces aquí? —pregunta tratando de recobrar la compostura.—Vine antes del trabajo. ¿recuerdas la niña del río?—Aún sigues con eso…—Sí, creo que van tres. Tres chicas diferentes, tres cadáveres, tres crímenes.—¿Estás segura de que es el mismo asesino? —cuestiona con la cara más pálida que de costumbre.Lou deja sus pertenencias al costado de la puerta, se quita las deportivas y se acomoda en la silla frente a mí. He logrado su atención, aunque el miedo se le refleja en la cara.—No estoy segura de nada. Es solo que… no creo en las casualidades
A medida que pasan los días todo parece ir de mal en peor, no tengo noticias de Lucas, tampoco ninguna respuesta de Elvira y para colmo, Lourdes sigue molesta conmigo. Apenas me dirige la palabra cuando nos vemos, ahora lo hacemos seguido ya que paso mucho tiempo en casa.Cansada de esperar sin nada que ocupe mi mente, decido que es momento de ir a visitar a mis padres. La última llamada con mamá me dejó intranquila. La salud de mi padre se deteriora rápidamente. Sus palabras aún me atormentan.<<Debes venir cuanto antes Vale, no sé cuánto tiempo más va a aguantar tu padre. Necesitas despedirte>>Visitar mi antiguo pueblo me llena de ansiedad, pero no puedo arriesgarme a no volver a ver a mi papá. Con la excusa de mi cumpleaños a la vuelta de la esquina, es buen momento para hacerlo y pasar un tiempo con ellos.—Voy a viajar a General Tala a visitar a m
Luego de la invitación de Elvira Durán a visitarla en Charjál, comienzo a preparar las cosas para emprender la travesía. Pero justo antes de irme, Lucas hace su gran aparición.—Había perdido la fe —confieso cuando abro la puerta.Por suerte, Lourdes se encuentra en el trabajo con lo que no tiene que estar aquí para verlo, no soportaría volver a ponerla en la situación incómoda y dolorosa de lidiar con él.—No fue nada fácil. No me dijiste que todas las víctimas eran de ciudades diferentes. ¿Tienes idea de lo mucho que me costó? —anuncia ingresando a la casa.Me hago a un lado para dejarlo entrar, con la mano lo invito a tomar asiento. Se acomoda en la silla y pone sobre la mesa tres carpetas en color madera. Resopla cansado.—Sabía que podrías hacerlo. Te lo agradezco. —respondo, mi mano queda e