El toque la volvía loca y verle el hambre reflejado en su cara la incito a seguir adelante, ahora también quería esto por parte de él, ahora también lo quería todo.Introdujo un dedo profundo, buscando tocar su punto g desde ese ángulo, y lo consiguió, la cabeza de la mujer se desplomo en su hombro haciéndole saber con sus suaves gruñidos y sus manos vueltas puños arrugando su traje lo mucho que lo estaba disfrutando.Pero parecía que necesitaban acostumbrarse a las intromisiones, la secretaria de Jhonathan había irrumpido el espacio haciendo que se enderezaran la espalda, levantando la vista.-Lo siento señor, deseaba venir avisarle que está programado una cena de reintegro a la empresa- Indico la mujer.Ann solo atino a asentir porque el castaño jugaba sucio, su mano no había abandonado su entrepierna.Su dedo hurgaba en su cavidad, sus mejillas se encendieron dejando ver su calentura con sus cachetes brillando como la nariz del reno Rudolf, Nicolae tocaba ese punto que la estaba gu
El baile la tomó por sorpresa, sí que a pesar de que vio todo muy extravagante, no espero confirmar sus suposiciones, y menos de esta manera.Allí, frente a ella estaba Jhonatan agarrando su mano, entrelazando sus dedos, y fijando su mano en el bajo su espalda.Ann llevaba un vestido largo con escote profundo, el tacto frio de la piel del hombre contra la suya la hizo temblar, no podía estar ahora en esta situación, Jonathan la estaba presionando más de lo que ella deseaba.-Te quiero lejos de mí- Le dijo a la cara dejándose llevar por el baile cuando inicio la pieza.-No siempre se tiene lo que se quiere ¿Sabes?- Respondió cínico.Estrujo sus manos más profundas en su piel, y busco tenerla más cerca, estrujarla fuerte.Deseaba ser mantequilla para deslizarse lejos de él, para escurrirse entre sus brazos, le molestaba con gran incomodidad.Ella se estaba desconociendo, ¿Por qué se incomodaba ante el toque? ¿Por qué su cuerpo le rechazaba y me daba algo de repulsión? Estás eran mil int
La victoria se plasmó en su rostro, sí que lo estaba disfrutando, y lo que faltaba aun, ya que la lastima no funciono, pues que sirviera ahora su presencia, su dominio y su imposición.Él era, estuvo y estaría a su lado, él era quien estaba dejando huella, marcando su territorio y si su gemelo se metió en la contienda sabía bien a quien se enfrentaría.La fuerza de la rubia lo molestaba, porque sabía que quería huir de allí, del momento, del ahora, y eso era algo que no permitiría, porque veía en sus ojos el brillo de huir tras su hermano.-¿Qué pasa señora Muster?--Eres un gran idiota, un inmaduro, bazofia de mierda- Gruño pegada a sus labios, el no dejaba que ella tomara espacio entre ellos.-No entiendes cuanto te odio, no lo llegas a comprender con tu pequeño cerebro de pájaro-Pero a pesar de su molestia, él estaba extasiado, verla a la mujer sonrojada, con sus marcas en su piel, lo hizo palmearse, poco le importaba la gente a su alrededor, él no estaba dispuesto a dejarla pasar
Entonces aplaudieron hasta verlo acercarse a las escaleras, pero algo sin duda lo dejó helado. -El trabajo en realidad es obra tuya, solo fui una cómplice en tus planes- Escuchó a Ann hablar. Sus ojos se conmovieron al verla ahí de manera hechizante y segura. No tenía la menor duda, ese era su lugar, seguía avergonzada de lo que tuvo que presenciar, pero no podía solo dejar pasar lo que el hombre estaba haciendo por ella.Con mucha gracia sonrió y tomó su mano antes de caminar entre todos los invitados.Su cuerpo tembló, y su cara se arrugo frente al color morado que pintaba su nívea piel, Jonathan lo hizo con la clara intención de darle celos, pero jamás permitiría dejarla a ella en ridículo.Se ingenió el anticipar su proyecto para distraer la atención de la penosa situación, sus ojos solo lograron captar a un par murmurando cosas por lo bajo, pero no tendría mayor trascendencia.Los flashes en cambio, fueron dirigidos a él, y ahora a ellos, mientras sostenía su mano en la suya.
El recorrido al carro fue silencioso, no se hablaron o miraron demasiado, pero Nicolae le tomaba la mano a cada rato, apoyándola, especialmente cuando la notaba más dispersa, dándole un suave toque para hacerla volver a su normal ser.El sueño los tomo rápidamente al estar en el apartamento, al despertar tenía leves recuerdos de él sacándole los zapatos, el abrigo, arropándola y dándole un suave beso en su frente, pero no recordaba haber llegado a su cama.Y pues... No lo recordaba, porque no lo hizo. Había despertado al pie de la cama de Ann, acostado boca arriba, mirando al techo, tendido en la alfombra al pie de la cama.Esto era nuevo y era muy probable que le augurara un buen día, al final, la noche termino silenciosa, sin muchas revelaciones.No se iba a negar en este instante, cuando vio a Jonathan acercándose y besando a Ann contra su voluntad, por un momento la culpó también, porque ella no se negaba a pesar de que a él si le recrimino el acercamiento de Berlín, pero ella no
-¿De verdad eres tu otra vez Berlin?.- Habló con total extrañeza, tenía días sin verla y que luego de la escena en el hospital apareciera como si nada hubiese pasado, como si todo estuviera bien no hizo más que dejarlo extrañado. Sin embargo, la confrontación en esta oportunidad no estaba dirigida al hombre, no se limitó solamente contra el menor de los Muster, ella tenía otro objetivo en mente, en especial porque sabía que la vez pasada la había quebrado, ahora su plan incluía con más fuerza Ann, con quien la rubia mujer hacia más contacto visual. -Para mis ojos es una muy grata sorpresa encontrarme con la pareja del momento, son un par de tortolos enamorados besándose en el centro comercial. - Pronunció con evidente sarcasmo. Ann sonrió con superioridad ante su proclamada rival en el juego del amor. Ella se había anticipado a los hechos, besando fugazmente los labios del hombre, rozando su mejilla y desacomodando su cabello, por supuesto esto tenía una razón, la había visto desd
La visita en su casa fue repentina, que le dijeran que el padre de su amiga se encontraba esperándole en la puerta o en dado caso la autorización para el ingreso a su espacio. Si, esto estaba mal, algo raro estaba pasando y no quería encararlo el, bastante tenía con tener que atender los asuntos de su propia familia como para sumar los problemas de la ajena. -Díganle que pase, que lo espero en el estudio, por favor, pregúntenle también que desea tomar, así nos traen prontamente las bebidas, yo quiero agua gasificada con unas gotas de limón- Ordeno el mayor de la familia. Tenía algo de ansiedad, pero todo se fue disipando poco a poco para dejar paso a una sonrisa tranquilizadora. Espera con fuerza no encontrarse con el ¿Qué le iba a decir? Rogaba porque la silueta e imagen que vislumbraba no fuera la de Arturo, su amiga no se llevaba bien con él y prácticamente lo ignoro el día de su boda, no quería dar las explicaciones que no le correspondían. Para su mala suerte, se trataba del
Pensó que hablar con ella seria caótico para el pero Berlin se lo ponía fácil, había pensado ideas fatalistas que se estaban desarmando en el aire con la actitud avariciosa y de gran codicia, en especial porque hablar con Berlín era confirmar que estaba dispuesta a todo lo que fuera necesario por dinero, ella no era pobre pero el impulso económico que le daba la familia Muster era otro nivel. -Nicolae, de verdad, de verdad estoy muy arrepentida- Inicio su discurso con tono dulce y gentil. Verla a la cara lo hizo pensar que su nobleza le hacía tomar decisiones estúpidas. -De verdad lo lamento Berlin, pero creo que esto de verdad que no vale la pena- Habló con convicción -No creo ni una sola palabra de lo que dices, solo me quede para dejártelo en claro- -No soy una mentirosa, nunca he mentido, de verdad te amo, siempre te he amado. Pero molesta que quieras seguir adelante con Ann, odio tu obstinación, tu gusto por esa estúpida insípida mujer ¡No te detendré, pero estás en un grave e