La visita en su casa fue repentina, que le dijeran que el padre de su amiga se encontraba esperándole en la puerta o en dado caso la autorización para el ingreso a su espacio. Si, esto estaba mal, algo raro estaba pasando y no quería encararlo el, bastante tenía con tener que atender los asuntos de su propia familia como para sumar los problemas de la ajena. -Díganle que pase, que lo espero en el estudio, por favor, pregúntenle también que desea tomar, así nos traen prontamente las bebidas, yo quiero agua gasificada con unas gotas de limón- Ordeno el mayor de la familia. Tenía algo de ansiedad, pero todo se fue disipando poco a poco para dejar paso a una sonrisa tranquilizadora. Espera con fuerza no encontrarse con el ¿Qué le iba a decir? Rogaba porque la silueta e imagen que vislumbraba no fuera la de Arturo, su amiga no se llevaba bien con él y prácticamente lo ignoro el día de su boda, no quería dar las explicaciones que no le correspondían. Para su mala suerte, se trataba del
Pensó que hablar con ella seria caótico para el pero Berlin se lo ponía fácil, había pensado ideas fatalistas que se estaban desarmando en el aire con la actitud avariciosa y de gran codicia, en especial porque hablar con Berlín era confirmar que estaba dispuesta a todo lo que fuera necesario por dinero, ella no era pobre pero el impulso económico que le daba la familia Muster era otro nivel. -Nicolae, de verdad, de verdad estoy muy arrepentida- Inicio su discurso con tono dulce y gentil. Verla a la cara lo hizo pensar que su nobleza le hacía tomar decisiones estúpidas. -De verdad lo lamento Berlin, pero creo que esto de verdad que no vale la pena- Habló con convicción -No creo ni una sola palabra de lo que dices, solo me quede para dejártelo en claro- -No soy una mentirosa, nunca he mentido, de verdad te amo, siempre te he amado. Pero molesta que quieras seguir adelante con Ann, odio tu obstinación, tu gusto por esa estúpida insípida mujer ¡No te detendré, pero estás en un grave e
Jhonathan Muster tenía planes y los ejecutaría con gusto, aprovecharía la ausencia de su hermano para entrar a la oficina y poder ejecutar otra de sus ideas. Entraba con elegancia, y por supuesto con unos lentes oscuros, sabiendo bien como le lucían a sus facciones cuadradas, debía alimentar su ego. Caminó saludando a todos, pero su atención se centró principalmente en las secretarias y también a las recepcionistas que lo adulaban cada vez que entraba, reafirmando su encanto masculino. -Por mucho que seamos gemelos, es obvio que Nicolae nunca me va superar. - Se aduló a sí mismo Y entonces abrió su oficina, la oficina de presidencia, espero encontrarla vacía, pero contrario a lo pensado, que estaría vacía, ya que su hermano no estaba, se encontró con que era su mano derecha quien ocupaba con orgullo el lugar en la silla presidencial. -Javier, qué sorpresa verte aquí precisamente. - Expresó con altivez el Muster. -Lamento no haberle advertido antes señor, no sabía que vendría hoy
Ann y Jonathan giraron sus cuerpos inmediatamente movió su vista hacia la voz que retumbaba en el espacio.Allí de pie se encontraba Nicolae mirándolos serio, sus ojos lucían inexpresivos ante la escena de su hermano además la expareja de su ahora esposa, aprisionada entre sus brazos, tan cercanos que casi podían besarse, el ya llevaba unos cuantos minutos fuera, escondido en una esquina en donde alcanzaba a oír con claridad lo que cada uno expresaba.Aunque lo quería disimular, Nicolae estaba realmente molesto, no sólo por las condiciones en que se miraban, a sus ojos era más que notable que Ann estaba en un gran dilema, lucia incomoda, pero no lo suficiente para que su hermano no lograra convencerla de volver a su lado.Verlos juntos solo revivió las palabras dichas por Berlín, “Ella nunca se fijará en ti como hombre” Si algo nunca le había gustado, era sentir que estorbaba, así que su sensación ahora era que estaba separando a esta pareja que de verdad se quería, a diferencia de su
Ambos se miraban seriamente, Nicolae sentía que esta era su primera pelea matrimonial, muy diferente de otra discusión cualquiera que hayan tenido antes, lo cual le hacia sonreír, porque el motivo era totalmente descabellado.En medio de la situación sintió su cuerpo caliente contra el de él, ella lo abrazaba con fuerza, mientras también la abrazaba de regreso. -Te lo dejare claro por si no lo sabes, no eres ni nunca serás la sombra de tu gemelo, eres único, esa es una de las características que más me han gustado de ti, que ninguna persona tiene la vivacidad que tú tienes, la alegría por cosas pequeñas y la atención que pones en los sentimientos de los demás-Su cuerpo no pudo con la confesión, fue buscando donde sentarse, pero sin querer abandonar la cercanía con la mujer, la arrastro con el hasta la cama.-¿Estás segura que quieres seguir siendo mi esposa- Preguntó con miedo, sosteniéndole la mirada.-Eso ya es cuestión tuya, porque el que parece querer deshacerse de mi eres tu- L
Nicolae soltó una risita estúpida sin saber que hacer o que decir así que optó por seguir con lo que estaba haciendo. Acercó su boca a los finos labios de ella, los saboreó y besó a su antojo.Sentía como ella se dejaba llevar, Ann se había quedado quieta en todo el proceso, la miraba mientras ella se dedicó a analizar sus movimientos, en busca de una respuesta más contundente, él le propino un leve mordisco con el que se ganó una mirada matadora que la hizo salir de su trance de simple observadora comenzando a actuar.Se unieron en una danza suave y lenta que duro varios minutos hasta que el aliento se le acabó. Ambos se separaron a coger aire mientras se sonreían mutuamente, aunque no duro mucho pues en cuanto recuperaron el aire volvieron a acercar sus rostros.Sus labios se unieron nuevamente en una caricia más atrevida, como queriendo sentirse más. Totalmente extasiados, el castaño se saciado de sus labios, busco nuevos caminos, bajo su cabeza en busca de la piel expuestas, lu le
Separa su boca y el quejido fue inmediato.-¿Por qué te alejaste? Estaba pronta a venirme- Refunfuño mientras él la admiraba.Le siseo con gracia, no podía apartar la vista de su acompasado cuerpo, y su rosado coño en el cual se dejaría ir con total placer.Se ubicó entre sus piernas, primero buscando sus labios y masajeando su clítoris un poco más, la respuesta llegó muy pronto, estaba receptiva, dispuesta a el.-Vamos Nicolae, no más juegos, te quiero adentro- Le indico con una mirada suplicante.Si algo nunca le importo era quien tenía el poder, así que cedió ante las insinuaciones, acerco su pene a la entrada, agarrándolo y comenzó a frotarlo entre sus partes, haciéndola ansiar en anticipación.Así luego, ubico su gran glande en la entrada, punteando su vagina con un leve empujón, quiera grabar todo a fuerzas en su cerebro, se estaba tomando su tiempo para conocer todo, para conocer cuál era el sabor de su piel, a que olía su excitación, en un impulso, se introdujo dentro de ella
Verse en el espejo era uno de sus grandes pasiones, al final, este delataba el gusto que tenía por comenzar un nuevo día. Adoraba verse impecable, nadie podía negar el atractivo y el porte de rey que se cargaba, uno que siempre le había ayudado a ganar a cualquier mujer que deseaba, lastimosamente por ahora solo tenía ojos y pensamiento para una, su amada cuñada.A pesar de ser muy temprano en la mañana para ir a la oficina, se había preparado con esmero, quería verse impoluto, al final de cuentas se había redimido de una forma u otra con ella y tomaría un pequeño tiempo de trabajo en la oficina para arreglar su situación amorosa.Se había atrevido a manejar hasta el hogar de los recién casados, al final, la promesa había quedado en el aire, ella volvería a ser de él, y su hermano se quitaría del camino.Por los pasillos de la unidad se veían pasar atareados en las labores de limpieza al personal encargado de mantener el área limpia, y debía agradecer que el parecido con su hermano fu