Suspiró y miró en el rostro del hombre la misma tristeza que ella cargaba en su rostro.Casi podía leer lo que sentía basada en sus movimientos, lo conocía bien, sabía que estaba allí por su impulsividad, que la busco con prisa y premura apenas supo su ubicación, casi parecía su único fin era poder liberar la tensión que el hombre cargaba en su cuerpo y hasta cierto punto evitar sobrecargarla o traspasarla a ella, la seguía cuidando aun en su tribulación.-Créeme, que te ocultaras, que me mintieras y te mintieras negando tus sentimientos no daña la imagen que yo tengo de ti. Eres lo más preciado que tengo, no lo olvides- Le Indico aclarando de inmediato su punto -Sólo duele saber que pasamos tanto tiempo juntos siendo… nada--Éramos novios, éramos pareja, éramos uno para el otro -Contrastó Ann queriendo trasmitirle como se sentía -Somos… importantes. Tú eres importante para mí, pero me perdí en mis propios sentimientos--Lo sé…- Le dijo con suavidad -Sólo hazme un favor, habla con Nic
Los meses seguían corriendo, su vida en los negocios brillaba, pero la privada era un desastre. Si alguna vez había pensado que el desamor lo llevaría a la desgracia, no tenía un mejor panorama que este, se sentía miserable, abandonado, solo y vacío.Sumado a eso estaba que ya su hermano se había deslindado casi por completo de la empresa familiar, llevaba su negocio a su manera y de una u otra forma triunfaba, Jonathan en su trabajo personal se había encargado de desarrollar un nuevo software de medición que él mismo se había encargado de poder incluir esta mejora como parte del nuevo contrato que había cerrado.Jonathan lo miraba con ira, desidia e incomodidad, había sido pocas sus interacciones, pero habían chocado más seguido que nunca, luego de la última vez que regreso de un viaje de negocios que había notificado, llego a la oficina, interrumpiendo una de sus reuniones, y le lanzo un puñetazo a la cara, este recuerdo venía a su mente mientras se sobaba la mejilla, que aún tenía
Los días eran fríos, aunque todo a su alrededor era relajante, otra cosa era lo que vivía en su interior, su cuerpo se había rendido a todo lo que estaba atravesando.De los paisajes blancos que vio al llegar a este lugar, poco quedaba... La soledad reinaba, y aunque escucha una o dos voces, se recordaba que no había compañía más real que la que crecía en su vientre.Su panza lucia hinchada, el movimiento de la criatura la enternecía de formas inimaginables, adoraba sentirle, no había imaginado como la haría sentir y cualquier especulación era falsa.Había pasado por momentos muy duros, pero estaba próxima a lograr su milagro, lo que nunca creyó posible, es que, muy a su pesar, este embarazo fue muy inesperado, justo ahora, justo cuando había renunciado a él, llegaba algo a atarla de por vida a su lado.-Ann, es hora de tomarnos el té- Escucho detrás de ella – Vamos, de una también te tomas las vitaminas, te acompañare a disfrutar el ultimo rato de sol en estas tierras--Ya voy- Respo
Su mano derecha, su apoyo, a quien le hablo de los planes, y ahora todo tenía sentido, el sentado allí le dejaba aún más claro, que no solo había sido su hermano...-Javier, estas sentado en este lugar como parte del estrado para corroborar la información que presenta el estado- Pregunto la Abogada.-Sí, estoy buscando darle verdad a toda esta situación--Entonces, entiende que debe decir siempre toda la verdad, y nada más que la verdad de las pruebas que vamos a enseñar-Lo comprendo, si--Entonces señor Javier, quiero saber porque estaba usted presente en la oficina de la señora Anastasia de Muster--Yo no he pisado esa oficina por mi propia voluntad, siempre fui guiado por mi jefe Nicolae para hacer algún recado- Lo conocía, y la voz nerviosa lo delataba.-Pero este video no muestra eso- Replico Indira ante su cara incrédula, reproduciendo el video - Aquí se ve como entra por su propio pie, y tenemos la voz en donde niega que fue allá por un “Recado” que le fuera encargado--Eso es
Afuera de los juzgados, había centenares de personas, reporteros cubrían la escena de la liberación de uno de los magnates más importantes de la tecnología, y pudo vislumbrar a su familia en un lado, pero Jhonathan no les acompañaba, su madre seguía llorando, y casi como un espejismo, puso ver a su padre en el fondo de todos, haciéndole un gesto con su mano.-Hijo, me alegra tanto, tanto- Menciono la mujer al llegar donde el, empapándole su chaqueta.-Ya imaginaba que no podía ser verdad- Menciono su abuela, quien procedió a alejar a su madre de encima de él.-¿De qué hablas abuela?, casi pensé que te referías a ti mismo, me diste la espalda, y ahora con tu cara bien lavada te atreves a mencionarme eso...-Se apartó de ellas, caminando entre la montaña de reporteros, hasta alcanzar a Martin, y no dudo, en tomarlo entre sus brazos.-Gracias, amigo--De nada Amigo, hermano, colega, tienes tu libertad nuevamente... Eres un ciudadano ejemplar que no merecía vivir lo que vivió--Ya no impo
-Ni en mis peores pesadillas imagine esto, ¡No lo puedo creer! - lanzó al aire con evidente disgusto -Confiaba en ti, di todo de mí en esta relación para que funcionara ¡Maldita sea!, soy tan… tan estúpida. Esto me pasa por no ver que era lo que estaba pasando- -No es lo que imaginas, ¡Nada de lo que tus ojos ven es cierto!, Estas equivocada, solo déjame explicarte- pidió desesperado frente a la mirada atónita de la mujer ante la situación que se desarrollaba -Una conversación resolverá todo esto, siempre lo hace, dame un momento te pido por favor- Pero nada de lo que pudiera salir de su boca podría ni mínimamente explicar tal escena, ninguna palabra podría reflejar la situación a la perfección. Él, recostado en su cama, junto a una delgada y pequeña mujer de cabello castaño y ojos oscuros como la noche, ambos desnudos torpemente cubiertos por su edredón suizo. El hombre se levantó trastabillando de la cama, intentando recoger algunas de sus prendas para tapar su desnudez y a la vez
Se había jurado años atrás no llorar si esta situación se presentara en su vida. Lo tenía tan claro que su ira subió a los cielos cuando sintió como algo frío recorría su mejilla deslizándose lentamente, mojando su ropa.Sabía que se había saltado varios semáforos en rojo y esperaba que los peatones a los que estuvo a punto de arrollar tuvieran corazón fuerte para reponerse de casi morir. Pero… realmente no le importaba, nada lo hacía en estos momentos.¿De qué le servía ser reconocida? ¿De que servía saberse importante para muchos? Ella, una arquitecta de profesión. Todos sabían que era el referente a seguir para el diseño y maquetación con respecto a las estructuras modernas y futuristas. Faltaban dedos para contar las edificaciones construidas con aires revolucionarios y ni qué decir de los premios que ostentaba lucir en su oficina.Para que profesar amor, a ella, Anastacia Banes, donde todos habían llevado su nombre al simple diminutivo de Ann. Alta, esbelta, de personalidad arrol
Pocas veces en su vida James había visto a su amiga perder los estribos de aquella manera. Era alguien bastante seria y medida, pero percibir las miles de emociones cruzar por su rostro en cuestiones de segundos no era algo que pudiera presenciar todos los días.-Ann, no sé qué rayos te haya pasado, ni porque estas tan alterada, pero te pido te calmes primero para poder hablar como personas civilizadas que somos- se impuso bloqueando con su cuerpo el camino hacia su compañero.Anastacia devolvió su mirada indignada a su amigo ¿Cómo James se atrevía a defender a aquel bastardo?-De todos los que podías tener de compañía hoy ¿Le elegiste precisamente a él? ¿Desde cuándo se conocen tan bien? ¿Por qué no me lo dijiste? Nunca mencionaste que eran amigos- estaba tan cegada de la furia y dolor que apenas podía pensar.El joven aparte miraba expectante la escena, no entendía la actitud de la mujer menuda de cabello negro algo despeinado, con ojos brillantes que destilaban rabia, ni mucho meno