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Sus ojos no le respondían al querer abrirlo, los parpados le pesaban, y su mente estaba nublada y atribulada, su cuerpo dolía y no podía identificar en que punto exactamente se encontraba el malestar.

Despertaba lentamente de su letargo, sus ojos pasearon su alrededor, encontrándose en una habitación vacía, muy blanca y con la luz muy brillante que solo le termino de herir sus ojos haciendo que los cerrara y volviera a abrir en repetidas ocasiones hasta que se acostumbraran al ambiente.

Saco los pies de la casa, sentándose en ella y dejando colgar libremente sus piernas en el borde de la cama.

Se sentía ajena a su cuerpo, no podía recordar cómo había llegado a este lugar.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una enfermera entro a la estancia, cuando al vio despierta se sorprendió y luego salió de nuevo sin mediar palabra.

-Si que hay gente rara en este mundo- Expreso en voz alta.

Intento ponerse en pie, pero su cuerpo no respondió, al apoyar su pie sintió que se iba de bruc
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