Sus ojos no le respondían al querer abrirlo, los parpados le pesaban, y su mente estaba nublada y atribulada, su cuerpo dolía y no podía identificar en que punto exactamente se encontraba el malestar.Despertaba lentamente de su letargo, sus ojos pasearon su alrededor, encontrándose en una habitación vacía, muy blanca y con la luz muy brillante que solo le termino de herir sus ojos haciendo que los cerrara y volviera a abrir en repetidas ocasiones hasta que se acostumbraran al ambiente.Saco los pies de la casa, sentándose en ella y dejando colgar libremente sus piernas en el borde de la cama.Se sentía ajena a su cuerpo, no podía recordar cómo había llegado a este lugar.Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una enfermera entro a la estancia, cuando al vio despierta se sorprendió y luego salió de nuevo sin mediar palabra.-Si que hay gente rara en este mundo- Expreso en voz alta.Intento ponerse en pie, pero su cuerpo no respondió, al apoyar su pie sintió que se iba de bruc
Seguía tendida boca arriba en el suelo, le dolía todo, hasta la vida si así se pudiera decir, la presencia de Jonathan en la oficina la dejo sorprendida y desubicada.Su actitud había sobrepasado los límites, seguía sin poder creer lo atarban que se podía comportar.Se tocaba los golpes y los maltratos, no merecía este trato, en especial porque solo cumplía órdenes, solo estaba sacando adelante las peticiones de su jefa. Pero le salió caro obedecer y seguir los lineamientos que la pelinegra le había impuesto.Su mente divagaba en que hacer, si lo mejor sería caer en el juego y volverse enemiga publica de Jonathan, sacando todos los tratos sucios y como había usado la empresa para sus propios fines, o si debía seguir mansa y esperar lo mejor, al final ella también se estaba enriqueciendo por medio de las compañías.Su celular sonó un par de veces antes que decidiera levantarse del piso donde había quedado tendida luego del violento round.- ¿Que necesitas Lucca? - Respondió el teléfono
Las llamas inundaron el lugar, así como también el humo de los artículos que estaban siendo consumidos por el calor abrazador.Sus ojos se centraron en lo alto que llegaron las flamas que desprendían el apartamento, pronto las ventanas estallaron ruidosamente, la espesa nube gris nublaba la vista y desorientaba al único residente de la casa.De pie, en el porche, al lado de la entrada del garaje, se encontraba a la expectativa de la situación, sabia que lo que estaba por hacer era arriesgado, pero estaba seguro que valía la pena.Su impulso lo llevo a ponerse a si mismo en peligro, a buscar cualquier medio para hacerla doblegar, y claro que necesitaba seguirla teniendo de su lado.Con mil pensamientos en su cabeza, escucho el sonido de las sirenas cada vez mas cercanos, hasta que alcanzo a ver como se habían adentrado en la unidad, allí le dio inicio a la etapa dos.Entro a la casa y como su ropa estaba previamente humedecida en el liquido inflamable, puso un pie dentro del fuego, en
Lo sabía, lo había confirmado, lo vio con sus propios ojos, estaba bien, estaba vivo, el parte medico fue claro que no hubo nada de gran importancia, más allá de leves quemaduras que se asemejaban a cuando tocabas una superficie caliente.Se harían unas ampollas, se llenarían de líquido que luego cicatrizarían sin dejar mayor rastro, sin embargo, estaba en observación por si presentaba alguna otra complicación en pulmones, corazón o cerebro, pero algo estaba muy claro, el no moriría.Haber entrado a su habitación había sido mas un impulso que no pudo controlar, fue una imprudencia de su parte, esa parte irracional que vive dentro de nosotros, esa que nos hace actuar.Luego de despertar nuevamente en cama, sola y con el respirador puesto, solo podía pensar en saber de Jonathan, ya poco le importaba lo que la señora Kim Muster le había hecho, luego atendería esa situación, por ahora, Jonathan era lo primero.Así que, aun tambaleándose por las drogas suministradas, camino sin rumbo fijo,
Allí sentado en su cama estaba el hombre, tranquilo, con unas cuantas vendas y muy despierto, sentía que había pasado nada desde haberlo visto por ultima vez cuando le ingresaron a esa sala.Verlo fue como brisa fresca en un día caluroso, como cuando bebes agua para hidratarte en un desierto, así de refrescante era.La sonrisa del hombre los recibió, no era tan grande ni brillante como siempre, iba marcada con algunos pequeños tintes de dolor que surcaban su rostro cuando intentaba moverse.-Me alegra verlos- Dijo con voz pastosa y lenta.-Hermano – Inicio Martin -A nosotros nos alegra verte, estuviste a un paso de morir- Dijo evidentemente afligido.La respuesta de Nicolae fue rascarse su cabeza y sonreír tontamente.-No quise preocuparles- Dijo mirando a Ann.Estaba vuelta un desastre y no le hubiera gustado que el hombre la viera así, pero era mas importante saber que estaba bien, sano y vivo, aunque con un gran proceso de recuperación por delante.- ¿Cómo te sientes Nicolae? - Pre
Aunque los hombres estuvieran enfermos en el hospital, su vida ni deberes se paralizarían, ella debía seguir haciéndole frente a todo, especialmente su propia empresa, antes de casarse había dejado un par de contratos pendientes de revisión y firmarlos por su parte, no se extrañaría que ya no estuvieran disponibles.Este último mes había sido de perdidas, mientras antes lograba facturar un promedio de 80.000 dólares al mes, ahora sus ingresos se limitaban a los pasivos de la administración de algunos bienes.Seguía aun en cama respirando el aroma del castaño a su lado, olía a lavanda y menta, un olor fresco, con él, su vida era tranquilidad, era ese toque de paz, el freno que necesitaba sentir en su vida tan acelerada, por su parte su acompañante tuvo una muy mala noche, se quejaba de la herida, el dolor era mucho mas de lo que él podía soportar, caso contrario era lo que creía el personal, el equipo médico lo obligaba a permanecer calmado además de negarse a darle más medicación,
La sensación de estar siendo quemado vivo le acompaño en sus pesadillas, y sí que tenía malos sueños, las cosas malas que hacía le pasaban factura de esta forma, nunca había sido un santo, hacia sus tratos sucios y nunca le importó quitar a quien tuviera en medio, solo que esta situación tenia un tinte nuevo, su estorbo era su hermano.La visita de Ann el día anterior lo dejo atribulado, no aprovecho la situación que se le puso en bandeja de plata, solo tenia que tomarla, ¿Pero que había hecho?, lanzarla de la cama con gran ira y fuerza.Se sentía acorralado por todos los lados, Jonathan estaba en su limite de desesperación, no podía contenerse más, sus actos no estaban ayudando a despegar su plan, porque si analizaba bien, había logrado atraer la atención de la pelinegra.¿El problema? Desaprovechó la oportunidad, lastimándola otra vez, en esta oportunidad, físicamente.Se sentó en la cama, allí pudo notar que ya había logrado recuperar la movilidad por completo, pero se sentía aun m
Verla allí, frente a todos lo hacía querer abalanzarse sobre ella y raptarla solo para él, al fin de cuentas había estado colado por la pelinegra desde que la vio, los gestos que la mujer hacía, la forma en como posicionaba la boca cuando estaba pensando que decir a continuación, como agarraba sus manos y como organizaba el mechón rebelde que se ponía en su frente cada que movía la cabeza en un gesto de nerviosismo. No podía más que admirarla, ella no se imaginaba el gran fan que era el de ella, cuando ella lograba sus metas, cuando cerraba un contrato, cuando termino su especialización, cuando abrió su local, cuando fue acumulando sueños alcanzados, su cara de abandono se volvió una de resiliencia.Pero ahora se hallaba mirando el rostro de una mujer diferente, pensó verla rota, recordaba su cara tal cual el día que lo encontró en la cama con Berlín, pero esta no era aquella mujer, era una totalmente diferente.Deseaba convertirla a su anterior yo, este pensamiento hizo detener su