Anastasia soltó un suspiro sintiéndose agotada. Su cabeza y pecho dolían. Se dejó caer en el butacón detrás de ella y agradeció que James le diera un vaso con un trago de wisky. Lo necesitaba en serio o exploraría. Aun le era difícil ver a ese hombre casi idéntico a su ahora ex y no tener pensamientos incorrectos o arden de rabia recordando la traición que le había hecho.
-Esos dos no se merecen ni siquiera que estemos hablando de ellos- Ann soltó después de bajar el pesado líquido por su garganta de un solo trago. Le ardió mas no lo mostró. El dolor en su pecho era aún más.
Ella había estado con su Jonathan por ya tiempo, habían planificado varias cosas. No habían tenido fallas en su relación y eran bastante compatibles tanto en la vida como en la cama. Entonces no comprendía por qué le la había traicionado de esa vulgar manera.
Jame y Nicolae se miraron entre ellos.
-Nosotros también fuimos muy estúpidos al creerles, al confiar en ellos- continuó con auténtico dolor Nicolae. Sus manos estaban fuertemente cerradas dentro de los bolsillos de su pantalón y en sus ojos estaba presente la frustración, aunque su rostro estaba serio -Tres largos años de relación, quería casarme con ella. Teníamos planes, sueños, ¿Y cómo me pago? Enredándose precisamente con mi hermano.
Ann hizo una mueca. Él hombre si era intenso, bueno… ella no se quedaba detrás. Cuando uno tenía sus edades era normal planificar una vida junto a las personas que tienes al lado compartiendo.
-Al menos puedes tener el consuelo que a tu ex pareja le gustaba tu rostro porque no fue muy creativa al elegir con quien engañarte. Saltó de ti para tu hermano- ella soltó
-ANN- James gritó a su lado al oír el comentario sarcástico de ella que le echaba más sal a la herida. Ella le respondió chasqueando la lengua y dándole el vaso para que el diera otro trago. Cosa que él negó. Ella, además, borracha sería indomable. La vio suspirar agotada y dejando caer sus hombros al no lograr su objetivo.
-Lo único que les importa es el dinero- dijo ella sin ganas –Ellos son iguales, su fidelidad siempre estará con los millones. Lo que al menos no será con los míos.
Por alguna extraña razón, se sintió más tranquila soltando su frustración con Nicolae, tal vez todo se debía a que ambos cargaban con la herida profunda de la traición. Si por momentos sentía que iba a explotar, él debía estar igual. Aunque en su interior había algo que se removía, después de todo tenía la misma cara que el imbécil que la había traicionado. Así que tenía que centrarse que ese hombre no era el desgraciado de su pareja y a la vez le salía tan natural hablar con él debido al tiempo que habían pasado juntos.
Mientras tanto, James tomó asiento de nuevo en el sillón, estaba atónito frente a la que sucedía ante sus ojos y a la situación de sus amigos. Tremenda historia tendría si fuera periodista, sus dos compañertos, con altos grados en la sociedad siendo engañados por sus parejas entre ellos mismos.
Hizo seña para que Nicolae se sentaran y este lo hizo. Una de las sirvientas les trajo rápido una bebida que los dos ofuscados la bajaron de una sola vez y ambos siguieron en su conversación donde a él lo habían dejado de lado.
-Yo le hubiera dado todo, el casarnos hubiera tenido lo que quisiese, mi fortuna hubiera sido más grande que la de Jonathan, pero eligió a mi hermano por encima de mí, por encima de todo lo que vivimos juntos- Nicolae se quejaba. No era el momento de hacerse el fuerte. La herida dolía. Si lo hubieran engañado con otra persona sería más fácil, pero no, había sido precisamente con su gemelo.
-¿A qué te refieres exactamente?- replicó Ann intrigada. Aquello le había llamado la atención
-¿Sabes a qué se dedica mi hermano?- indagó Nicolae -¿Sabes que es el gerente corporativo de la empresa familiar?
-Sí, eso lo sé bien, hellou, fui su novia- confirmó asintiendo.
-La empresa de la familia fue fundada por mi abuela, quien luego al casarse la compartió con mi abuelo y entre los dos dieron inicio al corporativo a escala internacional. Al fallecer el abuelo, quedó en el testamento especificado que el dinero y el manejo total de la compañía sería para el primero en casarse de nosotros dos que habíamos demostrados buenas dotes en la administración de empresas- Continuó Nicolae - Yo no escondí mi relación, toda la familia lo sabía, pero evidentemente Jonathan sí lo hizo-
Ann quedó pensativa después de escuchar aquello. Jonathan nunca le había contado sobre el testamento. Tampoco había tenido ningún interés con el matrimonio, al menos con ella. Sin embargo… su gemelo tenía razón, a pesar del tiempo que llevaban juntos no conocía a ningún miembro de la familia Muster. Según Jonathan, nunca sería aceptada por la familia, así que “¿Para qué perder el tiempo presentándote a ellos?”, la frase mencionada en meses anteriores daba vueltas en su cabeza, todo era un rompecabezas que iba encajando de forma perfecta.
Jonathan nunca dio un indicio de querer formalizar una relación con ella, casarse no estaba en los planes de su vida con él, pero si se lo hubiera pedido otra historia sería, al final todo la conducía a una misma dirección, ella era el juguete del momento, uno que usas y desechas. Y había sido una enamorada estúpida empedernida.
Tuvo que cerrar los ojos y respirar profundo. Su pecho se apretó. Reconocer el hecho que solo había sido el entretenimiento de él mientras ella entregaba todo de sí, era realmente doloroso. Por lo que no se contuvo cuando volvió a hablar.
-Me quiero vengar de Jonathan, por todo lo que me ha causado- Ann con un nudo en su garganta y haciendo todo lo posible por no dejar salir las lágrimas de importancia- Si sabes a que me refiero con lo que hay que hacer.
Tal vez en un impulso, o un arranque de adrenalina exteriorizó sus pensamientos, o tal vez… No. Sabía lo que quería, solo necesitaba tener a la otra parte dispuesta para tal fin, sus ojos se abrieron revelando quien podría complementar y hacer funcionar su plan.
Nicolae la miraba intensamente como intentando imaginar que cargaba la pelinegra en su mente al expresar tal frase. No había muchos caminos la verdad. Cualquiera llegaría a esa solución en aquella situación.
-Tú dispón lo que creas conveniente, tienes mi respaldo- replicó el pelirrojo con un brillo inusual en sus orbes azules. No conocía a esta mujer más de las palabras que habían compartido pero la conexión entre ellos era inminente.
James que no había querido interrumpir se sorprendió ante tales afirmaciones, Ann no solía tomar decisiones a la ligera y su amigo Nicolae era de corazón tranquilo y evitaba los pleitos si era posible, sobre todo si tenía que ver con la familia. De los dos gemelos era el más pasivo, no podía pensar en él involucrándose en un acto donde más de uno saldría herido.
-Ann, ¿Estás segura de querer vengarte? -preguntó James levantándose del sillón y poniéndose entre ambos- Tú no eres así. Reacciona.
-Solo si Nicolae estará conmigo en esto, por el momento- dijo cruzando mirada con el joven- Si no lo está, bueno, serviré la venganza en plato frío. Pero no me quedaré de brazos cruzados mientras soy humillada de esta forma. No me lo merezco.
James analizaba incrédulo la escena. No conocía a la mujer que tenía delante. Era alguien diferente a como Ann solía ser. Ya entendía que no era alguien a quien se podría provocar tan fácilmente y salir ileso.
-Anastacia, eres una mujer más racional que esto- él insistió.
Ella enarcó una ceja,
-Si, lo soy, pero hasta el ser más racional puede luchar cuando le hieren el alfa ¿no crees?
James cerró los ojos. Hablar con ella en ese momento era inútil. Ella estaba muy herida, se notaba por todos lados, aunque intentaba no llorar y hacerse la fuerte. Pero sabía que ella se desmoronaría cuando estuviera sola.
Nicolae se levantó de su asiento y caminó hacia donde estaba ella. Desde donde ella estaba sentada podía ver la similitud con Jonathan, sin embargo, a la vez se veía tan diferente.
-De acuerdo Ann- asintió Nicolae -Estamos juntos en esto. Creo que es lo que más los afectará a ambos y nos beneficiará a los dos
James miró de uno a otro.
-Esperen, de qué están hablando- su amigo en común no comprendía. Ellos habían hablado de venganza, pero no de nada más. ¿verdad? ¿Qué estaba pasando?
-Eres algo lento James, pero te lo aclaro con mucho gusto- por fin en toda la noche Ann sonrió, más no fue una sonrisa de alegría, sino una llena de segundas intenciones- Él y yo… vamos a casarnos.
La mente de James quedó completamente en blanco al escuchar aquellas palabras, ni media hora tenían de conocerse este par y… y… ¿Ya estaban pensando en casarse? A Doraline no le había alcanzado el tiempo para prepararles un café y ya hablaban de matrimonio.-¿Pero qué clase de locura es esta?- exclamó sorprendido casi gritando -A ver, se me sientan tranquilos los dos, se toman un calmante primero, respiran profundo, ponen la cabeza en orden, piensan bien lo que van a hacer, porque ninguno sale de esta habitación hasta que no recuperen la cordura- expresó James que parecía que era el que se iba a volver loco- Acaso se les tostó la única neurona que tienen.-Eh, sin ofender- Ann se recostó en el asiento como si lo que hubiera dicho fuera algo bien natural.James, se desplazó hasta la entrada de biblioteca cubriendo la puerta con su cuerpo, sabía que podían hacerlo a un lado y salir sin problemas, pero por lo menos deseaba dar ese toque de imposición, porque el momento así lo ameritaba,
Flashback-Hermano, quiero hablar contigo, no hay mejor consejero que tu propio gemelo- Expresó Nicolae con amabilidad.-¿Qué quieres ahora?- Indicó el mayor -¿Por qué siempre debo resolverte tus problemas?-Vamos Jonathan, solo vengo a decirte que quiero proponerle matrimonio a Berlín. Es la mujer de vida- Expresó Nicolae de forma directa.La mueca de disgusto no pudo ser disimulada, Nicolae imaginaba esta reacción. Estaba preparado para lo que se pudiera presentar.-No te preocupes hermano, no tengo interés en hacer efectivo el testamento, para la empresa estás tú, conoces el manejo y sabes cómo hacerla más eficiente, lo traes en tus venas. Yo tengo otra idea sobre qué hacer en mi futuro- respondió el más joven con sinceridad.-No te creo ni un gramo de tu amabilidad, pero sabes que, complácela en todo, cásate y disfruta con ella- replicó Jonathan – Cuando la tengas aprisionada entre tus brazos y debajo de tu cuerpo, ese será tu momento para sorprenderla- sonrió entre dientes por su
De verdad que rezaba por un milagro, uno muy grande. En su delirio, James esperaba que alguien atravesara la puerta para detener todo lo que se venía suscitando entre los presentes. Eso era una locura total.Mentiría si dijera que no estaba nervioso, su rostro de incredulidad no hacía más que aumentar con cada segundo que pasaba. Oh si, debía revisarles la presión, de seguro les debía faltar oxigeno porque no podía apartar la idea que sus cerebros no estaban funcionando correctamente.-¡Van a acabar con mi vida!- exclamó frustrado James - Si pensaba que perder el cabello era un problema ahora ustedes me van a dejar totalmente calvo con sus locuras. ¿De dónde sacaron esa idea? Se les tostaron las neuronas con tanto dinero a su alrededor-Ann y Nicolae rompieron su conexión y dirigieron su mirada al joven, ambos sabían que no era lo correcto, pero en esta situación ¡Que importaba lo correcto!, deseaban saborear con premura el dulce sabor de la venganza. Ann no debía permitirle a nadie q
Ann tomó las escaleras con premura, una característica que difería totalmente de su personalidad, la fría y calculadora ingeniera no estaba maquetando lo siguiente después de firmar los papeles que los declararían marido y mujer, por su mente no pasaba la idea de lo consecuente al finalizar la boda, pero estos pensamientos no turbaban la mente de la mujer.Muy distante del pensamiento de Ann, para Nicolae otra historia era, si bien estaba centrado en su venganza reconoció que había omitido detalles que poniéndolo en probabilidades, de seguro causarían un revuelo en la pelinegra, podría pedir el divorcio de forma inmediata.-¡Thyan! ¡Thyan!-Vocifero Anastasia al aire esperando ver salir a la mujer de alguno de los espacios de la casa, en su lugar se presentó asistiendo a su encuentro una jovencita menuda con la cabeza gacha.-Necesito salir con urgencia, puedes pedirle al valet que traiga mi vehículo por favor- Solicitó atentamente.-Claro señorita Ann, ya nos pondremos en comunicación
Jonathan analizaba el mejor escenario, aun no salía del apartamento, quizás en el fondo de su ser esperaba que ella volviera de alguna forma, que algo necesitara de sus pertenencias y regresara asumiendo que él ya había abandonado la estancia.Los golpes en la puerta se habían detenido hace ya más de una hora y desconocía el paradero de aquella mujer.Una sonrisa socarrona atravesó su rostro, hubiera disfrutado verla forcejear desnuda con la seguridad, además que imaginaba cual sería el transporte que se atrevió a tomar carente de ropa.–Pobre Berlín, la condescendencia no va conmigo- Lanzó al aire mientras daba otra calada a su cigarrillo – Berlín, Berlín… no supiste elegir, te dejaste engañar, porque para volar te hacen falta alas, pero a ti Ann, te las cortaría de ser necesario, no estoy listo para dejarte, te quiero conmigo, este es tu lugar- Expresó mientras miraba una foto colgada en la pared de ambos sentados en un jardín.En el bolsillo de su pantalón algo comenzó a vibrar, no
Nicolae sintió una corriente de aire que se filtraba de algún espacio de la habitación, recordaba haber cerrado las ventanas y la puerta al ingresar, pero no podía evitar sentir que alguna se le había olvidado.Decidido a encontrar su error, cerró el paso de la regadera y salió de la ducha, ubicó a su mano derecha la toalla y procedió a eliminar el exceso de agua que su cabello y piel destilaba. Giró la perilla de la puerta notando que no la había cerrado así que la jaló hacia sí y al atravesar el umbral notó una sombra, si sus ojos no lo engañando, esta sombra tenía silueta femenina.Ann había invadido su habitación, lo afirmaba porque en este momento ya no dudaba de quien se atrevió a entrar a hurtadillas, su rostro fue claro para él cuándo ella se giró y con destreza ajustó la puerta en su lugar.¿Qué estaría buscando? Paseó sus ojos por el espacio mirando, analizando que podría querer ella que él tuviera en su poder.Después de pensar varios segundos mejor retiró la idea de su cab
Ann estaba disfrutando la vista, sentía su mente despejada y es que la descarga de emociones que experimentaba contribuía a su sensación de bienestar, se sentía plena, libre.El viento hacía volar su cabello y golpeaba su rostro con fuerza haciéndola sentir viva, fresca. Nuevos horizontes se mostraban en su vida, así como el sol caía en el atardecer. Tenía la seguridad que el día de mañana volvería a brillar con intensidad, esas eran las promesas del futuro.Al cambiar el semáforo a verde pisó el acelerador a fondo. Su apartamento se ubicaba en toda la interestatal y lo que menos deseaba en estos momentos era tener que rememorar el tamaño de los cuernos que cargaba gracias a cierta persona.Su pensamiento la distrajo de unos ojos que la miraban con sorpresa, no pudo percibir como su presencia en aquel lugar y en aquel auto causaba estragos en la persona que estaba atenta a sus movimientos.Así que Ann siguió su ruta en tranquilidad, dejándose absorber por la vegetación que ostentaba a
Luego de perder al vehículo en la vía principal, Jonathan asumió su ubicación, así puso sus esfuerzos en llegar pronto al distrito central de Alberta. Tomó el estacionamiento bajo la sombra del gran ciprés sembrado a dos locales del Heaven Lights, la compañía de Ann.Al bajarse del vehículo notó como alguien cerraba la entrada principal de la empresa, en manos de esa persona yacía el control remoto que se encargaba de ajustar el encendido de las alarmas y sensores de movimientos dentro del local.Sus facciones demostraban la intriga que estaba sintiendo, no podía sentirse más extrañado por las acciones de la que reconoció como la secretaria de Ann, así que corrió a su encuentro, aún faltaba más de un par de horas para la salida del personal, algo estaba ocurriendo y él lo averiguaría.Lola sintió unos pasos acercándose de forma veloz, se giró a la defensiva, en su mente era un blanco fácil, una mujer sola cerrando uno de los emporios de arquitectura y diseño más destacados del contin