Jonathan analizaba el mejor escenario, aun no salía del apartamento, quizás en el fondo de su ser esperaba que ella volviera de alguna forma, que algo necesitara de sus pertenencias y regresara asumiendo que él ya había abandonado la estancia.Los golpes en la puerta se habían detenido hace ya más de una hora y desconocía el paradero de aquella mujer.Una sonrisa socarrona atravesó su rostro, hubiera disfrutado verla forcejear desnuda con la seguridad, además que imaginaba cual sería el transporte que se atrevió a tomar carente de ropa.–Pobre Berlín, la condescendencia no va conmigo- Lanzó al aire mientras daba otra calada a su cigarrillo – Berlín, Berlín… no supiste elegir, te dejaste engañar, porque para volar te hacen falta alas, pero a ti Ann, te las cortaría de ser necesario, no estoy listo para dejarte, te quiero conmigo, este es tu lugar- Expresó mientras miraba una foto colgada en la pared de ambos sentados en un jardín.En el bolsillo de su pantalón algo comenzó a vibrar, no
Nicolae sintió una corriente de aire que se filtraba de algún espacio de la habitación, recordaba haber cerrado las ventanas y la puerta al ingresar, pero no podía evitar sentir que alguna se le había olvidado.Decidido a encontrar su error, cerró el paso de la regadera y salió de la ducha, ubicó a su mano derecha la toalla y procedió a eliminar el exceso de agua que su cabello y piel destilaba. Giró la perilla de la puerta notando que no la había cerrado así que la jaló hacia sí y al atravesar el umbral notó una sombra, si sus ojos no lo engañando, esta sombra tenía silueta femenina.Ann había invadido su habitación, lo afirmaba porque en este momento ya no dudaba de quien se atrevió a entrar a hurtadillas, su rostro fue claro para él cuándo ella se giró y con destreza ajustó la puerta en su lugar.¿Qué estaría buscando? Paseó sus ojos por el espacio mirando, analizando que podría querer ella que él tuviera en su poder.Después de pensar varios segundos mejor retiró la idea de su cab
Ann estaba disfrutando la vista, sentía su mente despejada y es que la descarga de emociones que experimentaba contribuía a su sensación de bienestar, se sentía plena, libre.El viento hacía volar su cabello y golpeaba su rostro con fuerza haciéndola sentir viva, fresca. Nuevos horizontes se mostraban en su vida, así como el sol caía en el atardecer. Tenía la seguridad que el día de mañana volvería a brillar con intensidad, esas eran las promesas del futuro.Al cambiar el semáforo a verde pisó el acelerador a fondo. Su apartamento se ubicaba en toda la interestatal y lo que menos deseaba en estos momentos era tener que rememorar el tamaño de los cuernos que cargaba gracias a cierta persona.Su pensamiento la distrajo de unos ojos que la miraban con sorpresa, no pudo percibir como su presencia en aquel lugar y en aquel auto causaba estragos en la persona que estaba atenta a sus movimientos.Así que Ann siguió su ruta en tranquilidad, dejándose absorber por la vegetación que ostentaba a
Luego de perder al vehículo en la vía principal, Jonathan asumió su ubicación, así puso sus esfuerzos en llegar pronto al distrito central de Alberta. Tomó el estacionamiento bajo la sombra del gran ciprés sembrado a dos locales del Heaven Lights, la compañía de Ann.Al bajarse del vehículo notó como alguien cerraba la entrada principal de la empresa, en manos de esa persona yacía el control remoto que se encargaba de ajustar el encendido de las alarmas y sensores de movimientos dentro del local.Sus facciones demostraban la intriga que estaba sintiendo, no podía sentirse más extrañado por las acciones de la que reconoció como la secretaria de Ann, así que corrió a su encuentro, aún faltaba más de un par de horas para la salida del personal, algo estaba ocurriendo y él lo averiguaría.Lola sintió unos pasos acercándose de forma veloz, se giró a la defensiva, en su mente era un blanco fácil, una mujer sola cerrando uno de los emporios de arquitectura y diseño más destacados del contin
-Nicolae ¿Todo está bien? ¿Puedo entrar?- Preguntó James al pie de la puerta de la habitación de huéspedes.-Puedes pasar- Indicó el gemelo desde el fondo de la alcoba- Justo necesitaba tu ayuda-James empujó la puerta y acomodó en la cama lo que traía en sus manos.-Te traje ambos porque no tengo claro que color te gustaría usar, así lo puedes elegir- Comentó mientras tomaba asiento en el sillón.Nicolae analizaba los trajes que habían planchado para él, uno era color gris y otro azul marino, ambos muy formales. Seguían siendo de su talla así que decidió probárselos frente al espejo.Su amigo divagaba mientras Nicolae hacia mil preguntas de cómo se veía, pero la inseguridad ocupó el rostro de James, miles de dudas embargaban su mente, no quería verlos infelices, porque ambos merecían disfrutar de muchas cosas buenas, pero la palabra “Poca cordura” no salía de sus pensamientos.-James, ¡Tierra a James!- Hablaba Nicolae frente a la cara del joven, le chasqueaba los dedos lo más cerca p
Jonathan no borraba su sonrisa sínica de su boca.-¡Oh vamos!, ríete asistente de presidencia ¿Una pequeña broma te puso así?- Dijo soltándole una risilla, acercándose de nueva cuenta acomodando su cara en su hombro –Y eso que los papales con tu sello, huella y firma registrada siguen en mi poder, desconozco lo que sería de ti si accidentalmente salen a la luz…-Lola sintió sus fuerzas irse y abandonar su cuerpo, el hombre no la tocaba, pero sí pudo sentir el peso de sus palabras, no había broma bajo ningún concepto.-¡No te atreverías! Eres un maldito injusto y manipulador- Gritó la mujer en tono moderado, tampoco deseaba armar un escándalo, no les convenía a ninguno de los dos.Jonathan la miraba serio, exponerla era fácil, ella tenía mucho que perder. Los secretos se pueden ver a través de las grietas y lola tenía muchas.-¡No sé dónde está Ann! Desconozco su ubicación desde que indicó que dejaba la oficina, no ha vuelto, no ha llamado, no tenía una cita programada ni tampoco asist
La mañana abrió soleada, radiante y brillante, los rayos de luz se colaban a través de las cortinas color crema de la habitación, sobrecalentando la piel de la mujer que yacía a medio cubrir en la cama.-Ann, ¿Ya estas despierta?- Preguntaron desde la puerta –Me gustaría hablar contigo un momento, por favor- Ann estiró su cuerpo con el suave llamado que venía de detrás de la puerta, notaba en el tono de voz que respetaban su sueño, pero a la vez logró percibir la urgencia implícita en su tono.Acomodó su cabello y arreglo su ropa, doblo la sabana con la que no recordaba haberse cubierto.-Adelante- Índico viendo entrar a su amigo James plantándose en la entrada de la habitación.-Ann, iré directo al punto, no vale la pena darle rodeos a lo que quiero decirte- Enfatizo -No quiero presionarte, ni tampoco quiero que me veas como tu enemigo, porque no lo soy y nunca lo seré, pero quiero que comprendas que necesito entender que encuentres segura de lo que estás haciendo- Manifestó James b
Ann y Nicolae procedieron a acompañar al ministro por la otra entrada de la vivienda, necesitaban con urgencia que él se fuera de la casa lo más pronto posible, porque su fachada de “amantes perfectos” se caería en un abrir y cerrar de ojos.-Señor, ha sido un gran placer conocerle y estaremos honrados de saber que será usted quien nos una en matrimonio- Halago Nicolae-Señor Makeba, su trayectoria como ministro nos ha impresionado, además que conocerlo en persona nos dejó evidenciar su gran amabilidad, actitud de servicio y respeto, no podemos más que agradecer que sea usted quien oficialice nuestra unión- Secundo Ann.El hombre evidentemente satisfecho por sus palabras, subió a su auto despidiéndose del par con un gesto efusivo de su mano.Al verlo de conducir la propiedad, soltaron el aire que no sabía que llevaban reprimidos en sus pechos, el problema que se avecinaba era grande. Jonathan era testarudo y no imaginaban que llegara tan rápido a la conclusión de donde se encontraría