El día estaba caluroso y el traje le estaba tallando la espalda, odiaba tener que ir a la oficina y de allí tener que hacer otras cosas, ofuscado se sacó la chaqueta y la colgó en su brazo mientras que con su otra mano secaba el sudor de su frente.Recorrer el centro de la ciudad no fue la mejor idea, debía averiguar una novedad, noto un descuadre en su inventario, le reportaron un número no existente en bodega, revisando todo vio que le estaban faltando algunas piezas que necesitaba para un nuevo proyecto, para su suerte el dinero hace maravillas y por medio de un informante se le aclaro el panorama, este le indico donde había visto unas con características muy similares a lo que él estaba buscando.Hacer de detective en medio de este sol abrazador lo tenía sin paciencia, estaba a punto de perder los estribos, pero luchaba por mantenerse bajo control, su actitud apacible duro hasta que el propietario se negó a su petición de mostrarle los artículos y negar la verificación de las cáma
Luego de lidiar con la sangre, sus heridas y lograr colocarse ropa sin mancharla, sabia a donde debía dirigirse, pero no se decidía en si buscaría la localización del canal de noticias o buscar a los pocos amigos de Ann, pero primero debía buscar algo de comer, su cabeza y estomago lo estaba matando.Salió de la casa en su motocicleta, necesitaba mantenerse enfocado ya que tendría que mantenerse ceñido a un plan bien elaborado para lograr su objetivo, reflexiono un poco sobre a qué lugar ir, seguía indeciso, pero si quería información de Ann debía recorrer los pasos que había hecho la mujer, esa podía ser su mejor apuesta.El día lucía como el típico en Alberta, soleado con una leve ventisca fría que en su condición de despechado le calaba hasta los huesos, haciendo que tiritara sujetado al manubrio de la motocicleta.Esos escalofríos no auguraban nada bueno, eran el presagio de algo malo estaba a punto de ocurrir, se detuvo en la cafetería más cercana a su unidad, allí solo pidió un
Se sentía en el cielo, no pensaba en nada mas que no fuera que no se detuviera, mordía su labio inferior tratando de controlar el sonido de su cuerpo envuelto en placer emitía, sintió como Nicolae la acomodaba y se colocaba a su espalda, sosteniéndola firmemente mientras su mano se aventuró dentro de su braga, abriendo sus pliegues y tomando el control en su clítoris.Estaba presa de la lascivia que le causaba este hombre, todos sus puntos erógenos estaban cubiertos, en un ágil movimiento la mano del hombre se acercó a sus labios.-Deberías soltarlo, déjame escucharte, alimenta mis oídos con tu sonora melodía- Susurro mientras liberaba el labio que Ann estaba mordiendo.Casi como una orden su cuerpo respondió con gemidos mas fuertes, esto causo que Nicolae se apegara a su cuello besándolo y ocasionalmente subía a su oreja a exhalar sobre ella.-Buenas tardes niño Nicolae y niña Ann-Nicolae se impulsó alejándose de ella y cayendo con su trasero en el suelo, en un acto reflejo lanzo su
Toques y llamados la invitaron a volver al mundo de los vivos, las voces eran lejanas, pero intentaba analizar que decía, no había despegado su cuerpo de la cama y era que en verdad estaba disfrutando ese momento, era una liberación para su mente que se mantenía atribulada.Talvez el mecanismo de defensa de su cuerpo la mantenía adormilada para no tener que enfrentar su realidad, o como si quien la llamaba tuviera malas noticias que no deseaba escuchar, solo quería dormir eternamente, desprenderse de todo.En algún punto los toques le sirvieron como hipnoterapia, su mente viajo a años pasados en donde su vida era más triste y sola, en donde se sentía amada pero descuidada, la sensación era extraña ¿Cómo podría sentirse amada y ser un estorbo al mismo tiempo?Pero esa era la realidad de su vida, los días de ser una niña no fueron exactamente buenos, ella era un estorbo al que cuando estaban separados el uno de la otra le consentía, la llevaban a comer, habían paseos a los juegos infant
Poco o nada Ann recordaba de cómo había llegado al hotel, los recuerdos eran vagos de cómo había ido el vuelo, como era que había aterrizado a su destino y de paso a esta nueva cama que la envolvía delicadamente. Su mente estaba completamente aturdida y no estaba haciendo tampoco ningún esfuerzo por enfocarla.La suavidad de las colchas, el olor a perfume de la almohada y los leves roces en su cabeza parecían no dejarla despertar sus neuronas, amaba la sensación de recibir mimos que su boca soltó suaves gemidos de placer que no pasaron desapercibidos a los oídos del hombre quien se encontraba propinándole las suaves caricias a todo su cuerpo de forma estimulante.Nicolae se sorprendió al encontrarla profundamente dormida y recordó las pocas antes de ellos llegar allí,Nonna había sido la encargada de terminar las maletas con las cosas que había dejado regadas por la habitación, decidió que, si algo falto por empacar la comprarían juntos al llegar a su destino. Era así de simple. El e
El lugar era precioso, bien iluminado, plantas por aquí y por allá de diversos tipos y algunas tan exóticas que impresionaban con su forma tan peculiar, pero la vista era lo mejor.Era una ensoñación hecha realidad, el mar lucía precioso, con el sol en su punto más alto pero su brillo anunciaba la proximidad del ocaso, así cuando bajaba y se fundía en el horizonte con las flamantes aguas.Decir que las islas Canarias era un paraíso tropical al verlo en fotos era poco frente a verlo y experimentarlo en persona, las aves, el aroma a sal y arena que se impregnaba en la piel con la fresca brisa marina, las olas creaban una orquesta con sus ires y venires que se calaban profundamente en tu ser, llevándote a una paz deseaba.La mesa se encontraba decorada con vino, frutas de temporada y una exquisita tabla de quesos extranjeros, además de un gran boquete de flores amarillas, a las cuales Ann se sorprendió gratamente, no supo cómo lo adivino, pero su instinto la impulso a pensar que Jame ten
Una botella se volvió dos, tres, cuatro y no se sumó una quinta porque el bartender se negó a abrir la siguiente. La cabeza del hombre parecía separada de su cuerpo, ya no podía controlar sus manos ni mucho menos coordinar sus piernas. Su propia ida al baño la veía imposible y analizaba seriamente la idea de hacerse encima ante la urgencia que le pudiera aquejar.El labio le temblaba, no se podía saber si de la ira o de la intoxicación de su sistema, pero a pesar del remolino de sensaciones que lo estaba destrozando por dentro su rostro continuaba estoico, serio y amargado.Rememoraba el viaje a la mansión de los Keith, para su mala suerte se encontraba vacía, nadie había respondido y aunque el guarda de la unidad le había indicado que habían salido, además ante ver su insistencia le había amenazado con llamar a la policía, el no temía a nada, corrió y busco la vivienda con rapidez, al ubicarla entro y para su sorpresa lo golpearon fuertemente con un bate, el ama de llaves de esta cas
Lucca no pudo evitar reírse ante la escena, no estaba loco, esta mujer llegó y se sentó al lado de Jonathan con toda la seguridad del mundo, y no tuvo que sumar dos mas dos para saber que su amigo había quedado colado por ella porque su mente le estaba jugando una mala pasada. Le estaba devotando la boca en ese mismo momento y había notado la erección en sus pantalones con solo el roce de la desconocida.De lejos ella podía lucir idéntica a Anastasia, pero de cerca era otra historia, esta mujer no tenia el encanto, la jovialidad ni la personalidad abrazadora que se cargaba esa mujer que su amigo había perdido por creerse el todo poderoso y poner en juego una de las cosas que más le importaba. Ni siquiera un poco del toque de elegancia de Ann que donde se parase llamaba la atención de cualquiera que pasara por su lado. Incluso él se había visto tentado por ella y no era por gusto. Digno el hombre que pudiese casarse con ella y estúpido el que la había perdido así sin más, como el que e