Briana, al llegar a la oficina, se tocó el corazón. No había sentido algo así antes.—Ahora sí viste un fantasma —dijo divertida Melisa, dándole un codazo amistoso y después añadió:— dime que viste.—A... Eduardo.—¿Eduardo? Pero si lo vez todos los días y...—Teniendo sexo con alguien —comentó en forma monótona Melisa borró su sonrisa y la tomó del codo. Se desplazaron hasta llegar al baño y Briana aún no llegaba a la realidad. —¿Y qué tiene?, De igual forma es tu ex esposo. Tienes que golpear la puerta Briana, en serio te lo digo. Puedes meterte en varios problemas con...—Lo que ocurre es.... encontré más irregularidades de los números. Alguien se está robando el dinero de la empresa. —Oh, eso es grave.—Lo es. Por eso te estoy diciendo. No estoy bromeando. —Bueno... vas a tener que esperar a que termine —dijo divertida Melisa, se miró al espejo y se lavó la cara.—Ahora ni siquiera quiero ir —comentó apoyando la mitad de su cuerpo en el lavado.—¿Y eso por qué? —preguntó Melis
Aceleró el paso. Solamente quería estar con su hija, se preguntaba cómo la encontraría.La había anotado en esa misma mañana en un maternal. No había querido, pero pensaba que era lo mejor punta debería adaptarse tal cual ella lo hacía, a esa nueva vida. Eran buenos con la bebé, eso es lo que había sentido desde el primer momento.Era tan solo tres cuadras, llegó rápido. Con nerviosismo, estaba frente a la puerta junto con otros padres. Algunos hablaban entre sí, otros simplemente estaban de pie esperando a su hijo.Al Abrir la puerta... Ella ingresó con un poco de duda. Había muchos niños esperando, algunos llorando y otros jugando felices. Pudo ver en un rincón además, en los brazos de una maestra y otros sobre una bonita alfombra de peluche.—Hola, aquí está mi bebé.—Ella se ha portado muy bien. Es una niña muy buena, nosotros la cuidamos bien. —Gracias, es la primera vez que la traigo a un maternal. —Está bien, muchos padres lo hacen incluso desde los 45 días de vida.—Está
Frente a una gran casa, el portón ya se desplegaba. Mientras él manejaba hasta el interior.En cuanto estacionaron, él levantó la palanca de freno. Briana, salió por la puerta, y mientras desabrochaba a Emma, él tomaba la silla de ruedas que se encontraba en la parte de atrás, y con bastante agilidad sosteniéndose solamente de sus brazos, bajaba.Brianna lo miró sorprendida. No podía creer la agilidad con la que se manejaba ese hombre. Si no lo creería, parecía que alguien lo hubiera ayudado a bajar y ponerse la silla de ruedas. En realidad sus pensamientos estuvieron rondando sobre eso durante todo el viaje. Preguntándose si acaso ella tendría que ayudarlos, si podría con el peso de aquel hombre tan musculoso. No obstante, se había equivocado y él como si fuera un peso pluma, se había manejado con agilidad. Briana, al llegar a la casa, vio a su madre y solamente la abrazó.Ambas llegaron al interior de la habitación, hablando sin parar de lo que habían hecho durante el día. Al día s
—Me dijo que por un accidente. Para cuando yo lo conocí... era un hombre viril. Le encantaba hacer deporte, y nos gustaba caminar. Nos conocimos haciendo ejercicio al aire libre, en ese instante, nos volvimos inseparables. Estuvimos por más de 5 años juntos y antes éramos amigos. —Lo siento mucho. —Está bien, nos conocíamos desde que éramos pequeños y después nos volvimos a encontrar cuando éramos... un poco más grandes. Pero al parecer eso no fue suficiente para esto, se aburrió de mí y se enamoró... De Alguien más.—¿Y Emma es de él?"Si..."—Creo que tengo que irme —comento Briana poniéndose de pie y desapareciendo de la cafetería. Era una pregunta personal, ella nunca contestaría a eso. Sin embargo, la palabra "Sí", rondó una y otra vez en su cabeza. Eduardo era el padre de su hija y después pensó: "no le pregunté el nombre al médico". Si se lo había mencionado con anterioridad como a ella se lo había o
Brianna se detuvo.—No... la descubrirá Melissa, él ¡No! debe enterarse de eso.Continúo la caminata.—Pero si en un rincón único caso, se entera y...—¡No lo sé!, no se me había planteado eso la verdad. Ni siquiera pensé volver a verlo...—¡Ay Bri! Sigió caminando a la par de su amiga. Las cuadras se hicieron bastante largas para ellas, sin embargo no se quejó.Al estar frente a su casa, saludó a Melissa. Ellatenía que seguir el recorrido.Busco a Emma, quién como siempre estaba muy feliz después de haber salido de la guardería y caminó con sus zapatillas cómodas hasta llegar a la casa. Sin embargo, cuando estaba a punto de llegar, un vehículo le tocó bocina. Al girarse un poco enojada, lo vió. Al mismo médico. —Qué casualidad.. ¿tú también vives por aquí?—En realidad no, nos vemos otro día —comentó Briana mientras tomaba la perilla de la puerta. —¿Quieres ir a cenar? te
Eduardo, sin embargo no se durmió, el llegar a su habitación, sigue observando por la ventana, con la esperanza de ver alguna luz que le indique que Briana había llegado. Sin embargo con el paso del tiempo, se resignó, recostándose la cama. No comprendía, lo tarde que podía llegar una persona después de tener una cita.—¡No es una cita! —murmuró molesto."¡Es una cita Eduardo!"—¡No..! Briana, sonreía divertida habían ido al área de juegos, cerca había un shopping. —Le encanta ese dinosaurio que se mueve. Mira la sonrisa que tiene —dijo divertida.—Tiene una bonita sonrisa como la tienes tú —comentó Agustín y ella lo miró un poco sonrojada.—¿Qué dices..? —dijo divertida, quitando mechón detrás de esa oreja. —La verdad, es bonita como su madre.—Pues yo creo que hay más mucho más bonita. Se parece a su padre.—Entonces estás queriendo decir que es más bonita como su padre ¿Aún te
Brianna.Veo muchas personas de un lado al otro. El jefe nos había avisado esa misma mañana; teníamos una convención. No era muy recurrente, pero eran bastante interesantes. Iban muchos representantes de distintas empresas y compartían ideas. No estaba del todo entusiasmada, aunque Melissa... Sí. Daba saltos y aplausos a mi a mi lado. —No te creas que no vamos a trabajar porque lo haremos —dije y ella borró la sonrisa. —No seas agua fiesta. Ya verás cómo nos divertiremos ¿Y si encontramos a alguien guapo que nos saque de la pobreza? Tal vez un importante Ceo, que...—¡Melissa!, yo baja de la nube —la regañé y sacó la lengua.Se dio la vuelta para ir al baño. Suspiré, pronto salió el jefe de la oficina, y todos lo seguimos como si fuéramos un rebaño de ovejas.—Pensé que ya no vendrías —le dije a Melissa quién venía corriendo con sus tacos.—Tenía que hacer lo segundo, y justo ahora...—¡Melissa!, no
—¡Deja de mirar a tu ex esposo...! —me regañó Melisa y yo le di un codazo amistoso. La convención estaba llena de gente. El bullicio se hizo presente en cuando ingresamos. Yo, observé por todas las direcciones posibles. Habían demasiados puestas de empresas, algunos de ciencia y también de libros. Era un lugar bastante amigable, lleno de color y de vida.—Pronto empezará una convención, donde podemos hablar las distintas empresas. Nosotros estamos en el puesto número 3 —dijo nuestro jefe.—¿Y quién hablará..? —preguntó Andrea, una compañera de la oficina.—Pues Briana. —¿Qué..?, ¿por qué yo tengo que hablar? —pregunté asombrada.Encima, me daba mucho pánico que me mire la gente. Además, ni siquiera me había presentado del todo. Mi cabello estaba despeinado; tenía de la peor ropa posible y ahora, encima tenía que estar frente a muchas personas hablando de algo que ni siquiera sabía de qué iba a estar hablando.