Capitulo 27

Un mes había pasado, teníamos una extraña amistad con Eduardo. Yo estaba inmensamente agradecida, por su apoyo durante todo el tiempo que yo lo necesites.

Sin embargo, me engañaba a mí misma diciendo que solo éramos amigos. Porque muy en el fondo, aún lo amaba.

Anhelaba ver sus ojos de cerca, sus manos entrelazadas con la mía, con el pretexto de estar asustada por alguna película de terror.

Pero, yo amaba estar a su lado. No me había dado cuenta lo mucho que me hacía falta, desde el momento que comenzamos a estar más unidos.

Ambos llegábamos al trabajo juntos, comenzábamos a cocinar y almorzábamos. Después yo dormía.

Emma hacía ejercicio, y de vez en cuando salíamos a caminar con el cochecito. A la noche, cocinábamos o comprábamos algo hecho y veíamos una película.

Era la misma rutina cada día, pero a mí me encantaba. Después llegamos a la oficina y simplemente éramos empleado y jefe.

Aunque él, me hablaba de la mism
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