Imprudente

—Sabía que solo usted podía hacerlo señora Anna. Adela ahora es libre.

—Necesito un poco más de tiempo para poder hacer lo mismo contigo.

Ella sale corriendo y entre los arbustos debe vomitar, pues lo que acaba de hacer solo le produjo mucho asco. Quizás fuera sencillo si después obtener la firma que fue a buscar solo se había marchado, pero conoce muy bien a ese hombre y sabe que de esa manera solo podía traerle más problemas.

—Robert necesito que vayas al sótano y le quite las esposas, estas son las llaves.

—¿Lo has dejado amarrado? ¿estaba enojado?

—No. No estaba enojado, todas estas cochinadas a él le encantan.

—No pierdan más tiempo y salgan de aquí, igual debes hacerte una revisión, no te ves muy bien Anna tu semblante es algo pálido.

—Estaré bien, todo esto solo me produjo náuseas, es solo eso. Ahora me iré y llevaré a la señora Adela a un hospital donde la puedan evaluar.

Robert le dice el nombres del hospital a donde estuvo hospitalizada Pamela, pues allí le indicó preguntar
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