Llegaron las 8:00 de la noche y muy pronto también llegaron las 9:00 Anna está muy nerviosa. Es muy extraño que aparte de que no ha llegado a casa, tampoco la llame como tiene acostumbrado, para saber de ella, si ha cenado, cómo se siente. Después del mensaje que le respondió durante estaba en el hospital es como si hubiese desaparecido. Ella está sentada en la sala y siente que su corazón se congela, pero también como si estuviese encendido en fuego, toda esta presión en su pecho llega rápidamente a sus ojos y se llenan de lágrimas.

—¿Que le sucede señora? —Adela se acerca casi de inmediato.

—Siento un vacio muy fuerte en mi corazón, es muy extraño.

Ella cae desmayada y de sus ojos no se detienen las lágrimas. En cuánto Sol se da cuenta que su amiga está desmayada corre de inmediato y se acerca a ella. —Espero que Peter ya no tarde más.

—La señora Anna se ve muy débil ¿Qué le ha dicho el doctor? —pregunta Adela ya preocupada por las reacciones que está teniendo Anna.

—Anna le confesó