Ok...tranquila Annie. Tal vez escuchaste mal. Tal vez este imbécil no te acaba de llamar putita. Tal vez...no lo sé, todo esto es solo un chiste de mal gusto.
Toca mi culo con fuerza y me pega a su cuerpo. Toma mi rostro con agresividad y me besa con lengua.
Bien...esto es real, no es un malentendido y...el muy imbécil besa bien. Muy bien.
Lo empujo, él me mira confundido, todos en el sofá me miran confundidos. No lo dejo volver a acercarse. Estampo mi mano con todas mis fuerzas en su cara haciendo un estridente ¡Pam! en todo el lugar.
Silencio total.
Sé por el silencio que la música,la fiesta, todo a mi alrededor se detuvo. No se escucha ni una mosca dentro de estas cuatro paredes. Es más¿Saben esas escenas de películas que hay tanto silencio que solo se escucha un grillito? Bueno. En este caso ni el grillito. Todos me miran. Incluso la gente del primer piso. Veo a un gorila que se acerca a mi persona como para tomarme del brazo y sacarme del lugar. El chico encapuchado hace una seña con la mano al gorila antes de pasar por su lado. Él estás mirando el suelo desde que le di la cachetada. No ha levantado su mirada del suelo. Ahora alza sus ojos hasta los míos. Joder...le dí fuerte porque parte de su máscara se ha cuarteado un poco en la zona derecha de la cara. Él suspira y se baja la capucha. Su cabello es rubio claro muy bien peinado. Se queda un instante en silencio mirándome fijamente detrás del antifaz. De pronto... empieza a reír. Comienza a reír contagiando a todos los presentes. Ahora todos ríen divertidos junto al extraño. Él se acaricia el abdomen. Debe ser que le duele de tanto reír.
Detiene la risa. Está serio. Los del sofá se dan cuenta y dejan de reír. Él levanta una mano y se hace una vez más el silencio. Suspira. Lleva sus manos a la parte trasera del antifaz y se lo quita tirándolo sutilmente al suelo. Posa sus ojos sobre mí una vez más.
Instintivamente abro mi boca de par en par. Uno mis cejas en señal de incredulidad.
Es él. El chico de la foto. El rubio hermoso y misterioso de la fotografía en mi habitación. De cerca es...es mucho más atractivo no lo voy a negar. De hecho...si no me hubiera tratado cómo lo hizo, si no perteneciera a este lugar. Si él no fuera un Ícaro...de seguro fuera el tipo de hombre al que le entregaría mi corazón y mi entrepierna.
Me mira de arriba a abajo sonriendo de medio lado. Llega a mis ojos y suspira.
—¿Cómo te llamas?—Pregunta. Silencio total. Miro a mi alrededor y nadie habla. Todos miran la escena.—Acabas de agredirme físicamente...debo saber el nombre que daré a los profesores y a la rectora para que expulsen.
Me volteo a mirar sus ojos.¿Expulsada? Me llamó putita y me besó sin mi consentimiento. ¿Cómo carajos voy a ser expulsada mi primer día de clases? Abro mi boca para protestar.
—¡Zain!
Una voz femenina muy familiar no me deja terminar. Una chica rubia con antifaz de ninfa y vestida como árabe abraza al rubio frente a mí. Se quita la máscara y me mira molesta. Yo la miro en silencio molesta igual. Es Misa, mi compañera de habitación.
—¿Se puede saber qué tienes en la cabeza?— Misa me grita aún abrazando al rubio. No digo nada. Pero he comenzado a hiperventilar para no cometer una locura. Rio mostrando mis dientes y luego muerdo mi labio inferior.
— Este imbécil— digo señalando con un dedo al rubio— me llamó puta y me besó Misa. No entiendo por qué me confundió con...con una cualquiera.
Misa no dice nada, solo me mira. Luego ríe.
— Pensé que querías venir a la fiesta.
— Si¿Y?
Su risa se intensifica. Pero esta vez es más...macabra.
— Una de tu clase solo puede estar en lugares como este de dos formas. O limpiando la porquería.— Se separa del rubio y se acerca a mi rostro. Me susurra al oído.— O sirviendo de zorra.
Lo próximo que veo son los ojos de Misa mirándome fijamente mientras la tomo por el cuello y la pego a la baranda de metal del segundo piso. Escucho a lo lejos murmullos, exclamaciones, incluso creo escuchar a Roxi. Misa agarra mis manos tratando de zafar mi agarre. Unas fuertes manos me toman y me levantan del suelo haciendo que separe mis manos del delicado cuello de Misa. Me agarran con fuerza y me sacan del lugar.
—¡Suéltame!—le exijo al gorila que me agarró—¡Suéltame maldito!—Pataleo pero nada. Me conducen hasta lo que creo que es la parte tracera del lugar. Abren una puerta de metal algo oxidada y me entran aún cargada.— Suéltame— Le vuelvo a exigir a quien me tiene prisionera pero nada. Es como si no me escuchara. Finalmente me suelta y me deja caer sobre un sofá viejo. Me levanto para enfrentar a mi raptor.
Mi boca cae al suelo. Lo miro con incredulidad,sin saber que decir. Andreu me mira respirando con dificultad muy serio. Viste completamente de blanco. Su traje es impoluto y veo una máscara que cubre todo su rostro en su mano. Su pelo negro está perfectamente peinado hacia atrás. Él desentona con este lugar todo viejo y desaliñado. Él luce más bien como un actor de cine que va a un estreno o a la Met Gala, no a una fiesta de disfraces en un lugar como este.
Nos miramos en silencio fijamente por varios segundos. Andreu aprieta su mandíbula con todas sus fuerzas. Cierra sus ojos y deja salir todo el aire de sus pulmones. Traga en seco y me mira con...¿Vergüenza?
—¿Cómo?— Vuelve a tragar el nudo de su garganta—¿Cómo estás Annie?—Dice sin mirar mis ojos. Solo el suelo bajo nosotros todo lleno de polvo.
Bueno...esto no me lo esperaba. Esta noche está resultando ser más interesante de lo que esperaba. Sonrío un poco. No lo sé... él... él me brinda una sensación extraña de tranquilidad y confort.
— Estoy bien Andreu, gracias por preguntar.
Él me sonríe un poco mirando mis ojos. Yo igual, no puedo evitar sonreír un poco.
—¿Dónde está?—La voz chillona de Misa irrumpe en todo el local.—¿Dónde está esa maldita zorra?
Veo a Misa aproximarse hacia donde estamos Andreu y yo toda furiosa. Aún puedo ver su cuello rojo por mi agarre. Misa se acerca y sin esperarmelo levanta su mano para darme una cachetada. Yo cierro mis ojos esperando el impacto de su mano en mi mejilla.
Nada.
Abro los ojos. Andreu le cogió la mano y la sostiene en el aire. Luego la quita de mi ángulo. La mira molesto, su pecho sube y baja.
—¡Ya basta Misa!¡Estoy harto!¿Me oyes? ¡Estoy harto de tus estupideces y las de tu hermano!
¿Hermano?
— ¡Misa!
La voz del rubio hace que me voltee hacia la entrada del local. Se quitó toda la capucha, camina junto a otros tres chicos los cuales se han quitado las capuchas igual. Uno es rubio, otro es mulato y el último es moreno. Él se posiciona frente a mí. Me mira un instante en silencio, suspira. Mira a Misa.
— Explícate.
Misa lo mira nerviosa. Abre y cierra la boca sin saber que decir. El rubio la mira una vez más.
— Misa...
—¡De acuerdo!— Alza sus manos al aire.— Ella no sabía nada.
El rubio la mira molesto. Baja la cabeza y se acaricia la nariz con los ojos cerrados.
— Vete. — Le pide a Misa. Ella lo mira confundida con el ceño fruncido. Él abre los ojos y la mira una vez más.—¿No escuchaste Misa? Te dije que te largaras.— Le vuelve a decir señalando la entrada del local. Misa toma su máscara y se marcha del local sin decir palabra alguna.
Mira a Andreu el cual no ha dicho palabra alguna. Se separan un poco del grupo y hablan de algo muy bajo, no puedo escuchar. Luego Andreu lo abraza y sale igual del local. El rubio se voltea hasta donde estoy sentada, yo no lo miro, pero siento sus ojos sobre mí. Siento que se sienta a mi lado. Toma un mechón de cabello y lo pone tras mi oreja,me volteo a ver sus ojos. Él me sonríe un poco. Mira a sus amigos.
—¿Vienes con alguien?—Está mirando a sus amigos,pero sé que me habla a mí.
—Aaa... si, vine con unas amigas.
Voltea a mirarme.
—¿Cómo se llaman?
No digo nada. Él me sonríe un poco.
— No te preocupes. No las quiero para prostituirlas.
Qué chistosito el niño. Fuerzo una sonrisa.
— Sus nombres son Roxanne y Elisa. Están vestidas de angelitas al igual que yo.
Él mira a los chicos y estos salen por la puerta de metal dejándonos completamente solos. Voltea una vez más a mirarme sentado en uno de los posabrazos del sofá. Alzo mis ojos hasta los de él. Está serio,luego sonríe de medio lado haciéndolo aún más atractivo. Suspira.
— Perdona a mi hermana. Ella tiende a ser... traviesa.
— ¿Her...?
— Si. Misa es mi hermana.
— ¡Oh! No, no me esperaba eso.
Sonríe un poco. Debo aceptarlo. Él es súper mega atractivo. Nos quedamos en silencio. No sabía que decir y por lo visto, él tampoco. Juego un poco con mis uñas.
—También perdón por mí.—Miro sus ojos.—Lo siento de verdad. No sabía que no eras una...una...
—¿Una cualquiera? Descuida.
Las puertas se abren y entran mis amigas. Me levanto del sofá y corro a abrazarlas. Roxi se separa un poco de mí y toma mi rostro entre sus manos.
—¿Cómo estás?— Me pregunta asustada. Sonrío un poco.
— Estoy bien Roxi. No te preocupes.
— Esa Misa. No debiste confiar en ella.— Dice Elisa molesta.— Mejor nos vamos.
— Yo puedo escoltarlas.
Dice el rubio. Las tres volteamos a mi mirarlo.
— No es necesario.— Digo rápido.
— Por favor. Insisto. Maik.
Él llama a uno de los chicos. El mulato de acerca a él y le entrega unas llaves.
—Vamos.
Sin dejar espacio para objetar pasa por nuestro lado y sale hacia un parqueo con varios autos de lujo. Abre una camioneta negra y nos indica para subir. Eso hago. Subo en la parte de atrás junto con mis amigas.
Él me mira mediante el retrovisor y sonríe de medio lado. Enciende el motor y sale del viejo almacén. Nos pregunta dónde dejarnos. Yo no tengo muchas ganas de encontrarme con Misa. Miro a Elisa. Ella entiende. Le indica dónde está su recidencia. Llegamos. Abrimos la puerta y bajamos.— Gracias por traernos.— Le digo y me volteo rápido para entrar.
— Espera.
M****a... Me volteo un poco. Roxi y Elisa se han adelantado un poco.
—¿Si?—Pregunto en tono sarcástico. Él bajó del auto y camina en mi dirección.
—¿Cómo te llamas? Aún no me has dicho tu nombre. El mío es Zain.
Me tiende su mano para que la tome. La miro un instante. Lo pienso un poco pero al final la tomo. Zain me hala hasta su pecho,me toma por mi espalda baja y acerca su rostro al mío. Mi corazón se acelera. Respiro de manera entrecortada. Trago en seco.
—¿No me dirás tu nombre? Créeme. No es para que te expulsen.
Ese comentario me hace reír. Bajo un instante mi cabeza y luego la vuelvo a alzar para ver sus ojos.
— Soy Annie. Estudio en la facultad de química.
Alza una ceja sorprendido.
—¿Química?
Asiento varias veces con mi cabeza.
— Interesante.
Se separa un poco de mí. Toma una de mis manos y deposita un beso en ella. Se aleja de mi y sube al auto.
— Nos vemos Annie.
El auto se enciende y él se aleja dejando en el aire una promesa de un próximo encuentro. Me volteo a entrar a la residencia de Elisa. Camino un poco hasta la entrada. Alzo mi vista. Ellas me miran en silencio fumando cada una un cigarro. Me brindan pero lo rechazo.
—¿Qué te dijo?— Pregunta Roxi dándole una calada a su cigarro.
— Nada. Que nos volveríamos a ver.
Roxi asienta varias veces. Me mira.
— Le gustaste.
La miro en silencio. Ella se da cuenta de mi expresión. Termina de fumar y me mira una vez más.
— Le causaste una buena...primera impresión.
— ¿Tú crees?
— Hombre...lo único que le faltó fue llevarte en brazos hasta la puerta de la residencia.— Dice Elisa terminando de fumar también.
Miro el suelo con la mente en blanco. La verdad...no sé qué pensar.
— Annie.—Miro a Roxi. — Tienes que seguirle el juego.
—¿Por qué?
— Porque él es uno de los jefes Annie.
—¿Qué?
— Si Annie. Estuvimos investigando en la primera planta. Y los tres que estaban sentados en los sofás, son los líderes de los Iκαρος, contando a Zain. El chico que te acaba de dejar en la entrada de esta residencia.
— Los otros dos son Maik y Simon. Son las tres personas más poderosas actualmente en la hermandad.
Miro a Elisa. Pienso en sus ojos verdes.
—¿Qué hay de Andreu?
—¿Quién?— Pregunta Elisa.
— El moreno de ojos verdes que acompañaba a Misa. La hermana de Zain.
— ¡Ah ese!—Elisa piensa un poco mirando el suelo. Me mira.— Nadie importante. Es solo el mejor amigo de Zain y novio de Misa.
— Pero...¿No pertenece a los Iκαρος?
— No,no pertenece. Él es un chico un tanto retraído y silencioso. Lleva mucho tiempo con Misa.
No puedo evitar sentir un salto en el estómago. Roxi me mira extrañada. Pero no dice nada. Elisa sin decir nada más se separa del muro dónde está recostada.
— Bueno...yo me voy retirando chicas.
Nos da a cada una un beso en la mejilla y se despide. La vemos subir por las escaleras en silencio. Suspiro.
— Creo que yo igual me voy. Voy a dormir en un hotel cerca de aquí.— Beso a Roxi en la mejilla y me despido de ella.
—Annie.—Roxi me llama. Me detengo y volteo a ver sus ojos. Ella camina un poco hasta mi encuentro.—¿Qué te pasa?
—¿De qué hablas?
— No lo sé. Pero no me gustó...cómo... cómo...— No termina de hablar, me mira en silencio. Suspira.
— Olvídalo. Tú... tú solo concéntrate en Zain¿De acuerdo?
Asiento en silencio mirando sus ojos. Ella me sonríe un poco con la boca cerrada. Me abraza y la veo alejarse. Me dispongo a seguir mi camino. Llego a la recepción del pequeño hotel y pido una habitación. Joder.... son bien caras. Subo las escaleras y llego a mi puerta.
— ¡Esta vez tus celos fueron demasiado lejos Misa!
Escucho su voz. Viene de la puerta de al lado. Se que está mal escuchar conversaciones ajenas...pero...es más fuerte que yo. Entro rápido a mi habitación. Busco por todos lados. Lo encuentro. Tomo un vaso de cristal y vuelvo a salir al pasillo mal iluminado y apestando a ambientador barato. Miro de un lado a otro. Bien...no hay moros en la costa. Me acerco a la puerta y pego en vaso de cristal. Escucho un llanto.
—¡Siempre es lo mismo contigo!
Es la voz de ella.
—¿Lo mismo conmigo? Misa por favor. Yo no tengo nada que ver con ella. A penas y la conozco menos de veinticuatro horas.
—¡No me importa!¡Ví cómo se miraban!
—¿De qué hablas? Mira. No estoy esta noche de humor para tus celos. Mejor...mejor vete.
—¡No!¡No otra vez Andreu!¡No me vas a dejar otra vez!
— ¡Es que no te aguanto!
Siento un llanto que se intensifica.
— Sabes que no me puedes dejar.
Silencio.
Silencio.
Silencio.
— Si Andreu. No me puedes dejar porque yo...
Siento unas pisadas por las escaleras.
¡Mierda!
Me separo rápido de la puerta. Corro hacia mi habitación y entro. Cierro la puerta lo más rápido que puedo. Escucho la voz de varios hombres por lo bajo. Luego no escucho nada más.
Me doy por vencida y me decido a entrar a la cama. Hoy fue un largo día. Necesito... necesito dormir.
Me levanto sudada y respirando con pesadez. Miro la habitación. Es de día. Los rayos del sol entran por los ventanales de cristal. Miro hacia el frente. Mi reflejo se ve en el viejo televisor. Toco mi rostro, estoy sudada.
Otra vez he soñado con él.
Ray...te extraño. Creo que no podré dormir una vez más hasta que no descubra que te pasó. Que pasó contigo de verdad.
Salgo de la cama. Llevo puesta una bata blanca que encontré en el baño. Salgo hacia el balcón. El aire de la mañana me recibe. Despeina mi cabello rubio. Cierro los ojos y respiro el aire puro.
— Creo que hoy es mi día de suerte.
Abro los ojos. Miro hacia el balcón de al lado. Andreu me sonríe de espaldas a la baranda de metal. Está sin camisa con su cuadriculado abdomen fuera. Él no deja de sonreír mirando mis ojos. Y yo...
Bueno...yo me he perdido en esos hermosos ojos.
Siento una extraña sensación recorrer todo mi cuerpo...¿Por qué?¿Por qué él me sonríe y se me eriza todo el cabello detrás en mi nuca?¿Por qué sus ojos me dejan sin habla?¿Por qué soy capaz de ver cada partícula de luz a su alrededor?Él no deja de sonreír. Yo estoy seria, mirando su rostro. Aún estoy en el balcón y él está sobre este recostado. Cierra por un instante los ojos y deja que la brisa de la mañana acaricie su persona. Lo miro un instante así, en silencio. Él brinda tranquilidad. No puedo creer que tenga una mujer como Misa en su vida. Miro hacia el frente. Varios estudiantes pasan por un parque en dirección a...no lo sé, a dónde sea que vayan.—Lo de anoche...—Me volteo, él abre sus ojos y me mira.— No estuvo bien.—Creo que eso ya lo establecimos.Sonríe con la boca cerrada.—Dime.¿Por qué es que tú tienes en tu vida una persona tan tóxica como Misa?No responde al instante. De hecho, creo que está pensando su resp
— No sé cómo consiguió mi número Roxanne.Estamos aún en la casa de la fraternidad. Esta vez en una enorme sala de estar rodeadas de lujo y champán. Siento la mirada de todas las chicas sobre mí. Yo...bueno, me limito a tomar de mi copa y no parecer tan sorprendida cómo lo estoy ahora mismo.— Debe tener sus...recursos.Me dice divertida. Si, eso no lo pongo en duda. Pero. Aún así, es muy raro.— Señorita Barrymore.Me sobresalto. Me volteo y veo a Mona seguida por otras dos arpías que me juzgan al igual que ella. Me sonríe con ese tipo de sonrisa que es capaz de contaminar el aire de tanta hipocresía. Yo igual sonrío. Total.En el juego de mentir. Yo estoy en una posición superior.—¿Si?— Pregunto con una sonrisa que hace brillar el lugar.—No sabía su... relación con el líder de los Ícaro. Es...toda una sorpresa.Para mi igual cariño. Créeme. Sonrío un poco para discimular.— Si...nos conocimos ayer. Creo que hoy será nue
Salgo del baño un poco más calmada. Me retoqué el maquillaje y me dirigí hacia la mesa una vez más. Andreu me mira de arriba a abajo inexpresivos por un instante. Luego vuelve a desviar sus ojos hacia Misa. Están hablando sobre los eventos y fiestas del próximos fin de semana. Estoy quieta en mi asiento. Termino con las pocas fuerzas que tengo mi postre y un mesero lo retira. Nos quedamos un rato hablando en la mesa luego de ser retirados todos los platos.— Voy a probar suerte en Las Kappk.—¿En serio? Recogí a Annie esta noche precisamente ahí.Misa me fulmina con la mirada. Luego me sonríe de la manera más inocente posible. Aún no entiendo por qué le caigo mal. No le he hecho nada.— Annie podría conseguirme una oportunidad¿No crees hermano?Zain me sonríe. Toma mi mano por encima de la mesa. Siento su mano fría sobre la mía y puedo percibir aunque no lo vea la mirada de Andreu sobre ellas.— Estoy seguro de que si Misa. — Él besa mi mano
Él se aparta de mi rostro sutilmente. Yo abro mis ojos poco a poco cuando no siento sus labios sobre los míos. Nos miramos en silencio detenidamente. Estoy en silencio. Tratando de que mi respiración vuelva a la normalidad.De pronto. Siento vergüenza, mis mejillas se encienden. Lo aparto de un empujón y sin esperar si quiera a que hable salgo por la puerta corriendo.—¡Annie!— Su voz hace que me detenga. Trato una vez más de correr.—¡ Annie detente!Me agarra por el brazo y hace para que voltee a ver sus ojos verdes. Eso hago.—¡Suéltame!— Le exijo.—¿Qué hacías ahí dentro?— Me pregunta,no respondo al instante. Trago en seco.— Ese no es tu problema.Se aproxima mucho más a mi persona. Quedamos a escasos milímetros de cercanía. Una vez más siento su aliento en mis labios. Una vez más la sangre no me llega al cerebro y estoy paralizada en el lugar. Él mira mis labios detenidamente. No mueve ni un músculo de su cuerpo.— No me ven
Ya han pasado varias semanas desde mi última vez en los Ícaro.Las clases comenzaron y soy toda una celebridad en la universidad. Soy la novia oficial de Zain Monsanto. Soy la reina coronada. O eso es lo que dicen de mí. Hay rumores de que está conmigo aún porque no nos hemos acostado. Que nada más consiga lo que quiere de mí me dejará y estará con una chica mucho más bonita que yo.Hay algo que es cierto en todo esto. Él no me ha tocado aún. No es que lo haya visto mucho. Bueno si. Pero no hemos estado solos. He estado en la hermandad de Roxi. Haciendo actividades de iniciación al igual que concentrada en mis clases. Misa logró entrar a la hermandad. Ahora es la mano derecha de Mona. Pero ellas no me miran. Como estoy con Zain de seguro él les pidió que no me molestaran. Por lo menos mientras que esté con él, puedo respirar en paz.Hablé con las chicas sobre lo sucedido en el almacén y lo que escuché. Roxi me reprendió por no haberlo gravado, yo tomé como
Estuve toda la tarde con Andreu. No paramos de reír y de contarnos cosas el uno al otro.Me contó que es becado cómo yo. Que conoce a Misa desde antes de entrar a la universidad. Son novios desde la secundaria. Pero que con el tiempo su relación se a deteriorado debido a las inseguridades de ella. También me contó algo de que su mamá estaba enferma. Pero no quiso entrar en detalles y...yo no insistí.No me gusta hacer preguntas incómodas. Para así evitar que me las hagan a mí. Porque hay algunas que no puedo contestar.Luego de los helados en la cafetería fuimos al cine. Vimos juntos una comedia romántica de los 80. No nos gustó pero lo que menos hicimos fue ver la peli. No hacíamos otra cosa que reír y comentar sobre el terrible filme. De hecho, unas personas nos regañaron y todo. Pero no nos importó.El tiempo pasó v
— Deberías levantarte del suelo Annie.Lo sé. Sé que debería levantarme y ponerme algo de ropa. Pero...Dios.Ver así a Misa me hizo entender algo.El amor puede ser un arma de doble filo.Te puede hacer sentir el ser más feliz y afortunado del universo o...de lo contrario... Te puede hacer cometer locuras.Yo no quiero que el amor me haga daño. Así no. Así no quiero amor en mi vida.Espera.¿De qué carajos estás hablando Annie?Me levanto del suelo. Roxi me mira aún sentada en este. Me paro frente a mi espejo aún algo empañado. Miro mi reflejo.Ahí está.Los efectos del amor.Esto es lo que soy por...por amor. Desde que él salió de mi vida nada volvió a ser igual. No volví a ser...a serElla.Nunca más volví a sonreír o a tratar de hacer algo por mi futuro. Me obsecioné con este lugar. Con encontrar la verdad. Mis ojos ya no tienen vida. De hecho. A veces ni reconozco la mujer que veo en
Dios... Dios...¿Qué hago?¿Qué hago?¿Me dejo llevar?¿Me acuesto con él? ¿Aquí y ahora?No soy virgen. Bueno... Me entregué a Ray en las últimas vacaciones que pasamos juntos antes...antes de que desapareciera.Pero fue solo una vez. Y me dolió porque era la primera vez para los dos y él no sabía cómo hacer para que a mí no me doliera tanto.Luego de eso nunca más nadie me volvió a tocar.Nunca más me sentí excitada o con deseos. Pero él ahora aquí, en la oscuridad. Sintiendo su erección entre mis piernas me hacía sentir...¿Deseo?Puede ser. Pero no. No me puedo entregar a él aquí. Si me voy a acostar con Zain debe ser en la hermandad. Porque de esa forma podré entrar una vez más a su guarida.Sonrío un poco. Miro sus