— No sé cómo consiguió mi número Roxanne.
Estamos aún en la casa de la fraternidad. Esta vez en una enorme sala de estar rodeadas de lujo y champán. Siento la mirada de todas las chicas sobre mí. Yo...bueno, me limito a tomar de mi copa y no parecer tan sorprendida cómo lo estoy ahora mismo.
— Debe tener sus...recursos.
Me dice divertida. Si, eso no lo pongo en duda. Pero. Aún así, es muy raro.
— Señorita Barrymore.
Me sobresalto. Me volteo y veo a Mona seguida por otras dos arpías que me juzgan al igual que ella. Me sonríe con ese tipo de sonrisa que es capaz de contaminar el aire de tanta hipocresía. Yo igual sonrío. Total.
En el juego de mentir. Yo estoy en una posición superior.
—¿Si?— Pregunto con una sonrisa que hace brillar el lugar.
—No sabía su... relación con el líder de los Ícaro. Es...toda una sorpresa.
Para mi igual cariño. Créeme. Sonrío un poco para discimular.
— Si...nos conocimos ayer. Creo que hoy será nuestra primera cita oficial.
Mona sonríe de manera...no lo sé. De manera que me hace sentir incómoda. Toma un trago de su copa.
— Bueno...solo espero que seas lo suficientemente inteligente para retenerlo querida. Con él...tu futuro está asegurado. Aunque la verdad...
Me mira de arriba a abajo haciendo un mohin con sus labios. Termina una vez más en mis ojos.
— No sé que tanto te vió.
¡Auch!
Ellas y las arpías se ríen a carcajadas pero me dejan sola una vez más. Roxi me mira con tristeza. Nadie se burla de ella de esa forma porque ella es hermosa, inteligente y rica. Virtudes que yo...bueno, carezco de ellas. Pero no me importa, hay más virtudes que solo esas. Le resto de la velada es sin más encuentros incómodos. Una que otra chica me mira discimuladamente y cuchichean . A las ocho en punto mi móvil suena una vez más. Su número se puede leer la pantalla. Trago en seco y contesto. No digo absolutamente nada. Escucho como le da la calada a su cigarro.
— Estoy afuera esperándote.
¿Qué? ¿Cómo sabe que estoy aquí?¿Cómo es posible que él pueda saber en tiempo real dónde carajos estoy? No sé si es romántico o... pervertido.
Sonrío.
— Ahora mismo salgo.
Cuelgo. Miro a Roxi la cual está comiendo fresas naturales.
— Él está afuera.
Ella alza una ceja mientras traga una fresa.
—¿Afuera?—Asiento en silencio.—¿Cómo sabe dónde estabas?
— No tengo la menor idea.
— Eso es malo Annie. O tienen personas que te vigilan todo el tiempo. O...
—¿O?
— Bueno... son capaces de usar la ubicación de tu móvil.
Miro el móvil en mi mano. Debo tener cuidado con ellos.
— De todas formas no te preocupes hoy. Está haciendo esto para impresionarte. Cómo para mostrar que tiene interés en tí.
Tuerzo un poco mi boca pensativa. Si, lo sé. Él quiere meterme en su cama para demostrar que puede tener a la niña que lo golpeó en la cara.
—¡Cómo sea! Mejor me voy yendo.
— Si. Un beso grande. Cuídate Annie.
Roxi me abraza fuertemente. Me separo un poco de ella y tomo mi bolso. Salgo de la sala y estoy en el vestíbulo de la enorme casa.
—¿Ya te vas Barrymore?
Alzo mi vista del suelo. Mona me mira con sus manos cruzadas.
— Si...ya...mi cita llegó.
No dice nada más. Yo tampoco. Paso por su lado y abro la puerta de madera blanca con cristales de colores en el centro. El frío de la noche golpea mi piel desnuda por el vestido corto que llevo puesto. Zain está fuera de la casa esperándome en su auto. Se baja de este y viene a la entrada de la casa. Alzo mis ojos hasta los suyos seria. No puedo evitar estar nerviosa.
— ¿Lista?— Me pregunta mientras me tiende su mano. La tomo y él la besa.— Vamos.
Sin soltarme la mano me conduce hasta su auto. Abre la puerta del copiloto y me indica para que suba. Sonrío un poco y eso hago. Subo a su auto y él cierra la puerta. Miro hacia la entrada de la casa. Varias chicas están a la espectativa de absolutamente todo lo que está pasando. Zain sube al auto y enciende el motor.
— Al parecer...has hecho muchas amigas.— Miro los ojos de Zain. — Es que nos miran.
— Si...muchas no pueden creer que vaya a salir contigo.
—¿Por qué?— Me pregunta realmente confundido,yo...no respondo. Abro y cierro mi boca sin saber bien que decir.
— Bueno...no...no lo sé. Supongo que como soy una estudiante becada.
—¿Eres becada?—Lo miro detenidamente. Él me mira fijamente con las manos en el volante.
— Pues...si. ¿Por qué?
— Nada. Es que...usas ropa cara.
—¡Ah! Si, pero gracias a mi amiga. Mira es ella.— Señalo a Roxanne la cual sigue comiendo fresas. La saludo con un gesto de mano y ella hace lo mismo. Miro a Zain. Él la mira de arriba a abajo. No puedo creer que la esté chequeando en mis narices. Vuelve a posar sus ojos en mí. Me sonríe.
— Cómo sea. Mejor nos vamos.
Sale del borde de la calle y maneja en silencio hasta un enorme restaurante cerca del lago artificial. Puedo leer un cartel con letras en neón; La favorita. Abren la puerta del auto, veo la mano de él. La tomo y salgo. No aparta su mano de la mía mientras le da la llave del auto al chico de la entrada. Llegamos a la recepción y dice su nombre. Rápidamente una camarera nos indica nuestros asientos fuera del local. Más bien pegados a un muelle a la luz de la luna, es muy... romántico. La mesa es circular,tiene un mantel blanco y unas velas en el centro. Él me ayuda a sentarme y luego se sienta frente a mí. Veo dos sillas más libres.
—¿Esperamos a alguien más?— Pregunto, él no dice nada, solo mira la carta de vinos y le indica el nombre de uno a la camarera, toma la carta y se despide de nosotros inclinando levemente la cabeza.
— Nos acompañarán dos personas más. Espero que no te moleste.— Sonrío un poco. Tomo de mi agua.
— No para nada.
No digo nada más, nuestro vino llega, el sommelier nos lo sirve y luego se retira. Tomo un trago.
¡Puaj! Está muy malo. Es vino tinto. No estoy acostumbrada a beber vino.
—¿Te gusta?
Sonrío un poco. Trago el sorbo de vino y trato de no hacer gestos de asco.
— Si...está muy bueno.
Él me sonríe igual.
— Sentimos el retraso. Misa no sabía que vestido ponerse.
No...no, no por favor. Esa voz, esa voz no puede pertenecer a quien creo que pertenece.
— Llegan tarde.— Zain los mira molestos.
— Por favor Zain. Deja el drama. Ni que fuera el fin del mundo.— Escucho decir a Misa a mis espaldas. Por lo visto, no me ha reconocido.
Ellos se sientan en la mesa. Misa y Andreu reparan en mí. Ella no puede evitar el gesto de disgusto en su rostro. Se voltea a mirar a su hermano.
—¿En serio la invitas a salir luego del espectáculo de ayer?—Zain bebe tranquilamente de su vino, mira a su hermana con sus manos entrelazadas sobre el posabrazos de su silla.
— Es mi manera de disculparme con ella por tu juego de mal gusto Misa.— Ella ríe. Hace una mueca de asco.
— No me mientas Zain. Tú te la quieres follar.
Un golpe seco hace que me sobresalte. Miramos a Andreu. Este está serio mirando fijamente a Misa.
— Te dije que esta noche no quiero problemas Misa.
— Pero...
— Un comentario fuera de lugar y nos largamos.¿Está claro?
Misa aprieta su mandíbula con todas sus fuerzas pero no dice nada más. Levanta la mano para llamar a un mesero. Este llega, ella le pide un menú y le sirve una copa de vino. Bebe de su vino en silencio y no me vuelve a molestar.
— Bueno...— Volteo a mirar a Zain. Andreu está más calmado leyendo su menú y bebiendo de su vino.— Debes estar emocionada por el comienzo de las clases¿No Annie?
— Si, la verdad que esta ha sido una oportunidad única.
— Qué bien. Yo estoy en mi último año, al igual que Andreu.— Lo miro, él está muy serio, desvía un instante sus ojos del menú pero se vuelve a concentrar en él.
—¿Qué carreras estudian?
— Yo estudio Administración de empresas.
No sé porqué no me sorprende.
— Misa Literatura Inglesa y Andreu Psicoligía.
—¿Psicoligía?— Pregunto realmente interesada. Andreu me mira un instante detenidamente.
— Si¿Por qué te sorprende?
— Por...por nada. Solo que es una de las carreras más difícil hoy en día, es todo.
—¿Y?
Abro mi boca sin saber que decir. No entiendo por qué él está siendo tan borde conmigo. Yo...yo no le he hecho nada.
— Nada... olvídalo.
—¿Qué estudias tú Annie?
Me pregunta Misa.
— Química.—Responde Zian por mí.
—¿Química?¡Vaya! Cómo ese chico que era un genio que desapareció hace dos años atrás.
Mi corazón se siente apretado. Mi estómago se cierra por completo. Mis manos comienzan a sudar. Misa se queda pensativa.
—¿Cómo se llamaba?
— No sé de qué hablas Misa.—Zian la mira muy serio respirando con dificultad. Él la mira como con...miedo
— Si Zian sabes de quien hablo. Él estaba en la hermandad. Su nombre era...¡Ah!¡Ya recordé! Ray. Su nombre era Ray.
Zian se levanta de la mesa abruptamente. Las copas tiemblan sobre la mesa. Misa lo mira con los ojos abiertos. Andreu no ha movido un músculo de su rostro. Yo...yo estoy aguantando con todas mis fuerzas las ganas de levantarme de la mesa y salir corriendo. Mi autocontrol está a mil por hora para impedir que ataque a preguntas a Zian. Este no hace más que respirar con fuerza mirando a Misa. La señala con el dedo.
— Necesito que te retractes ahora mismo de tus palabras.
— Pero...
— Escucha bien Misa Monsanto. Esa persona nunca existió¿Quedó claro?— Ella trata de hablar,pero Zain con un gesto de mano lo evita— ¿Quedó claro?— Pregunta mucho más calmado y en voz baja la cual suena más bien como una amenaza. Misa entiende.
— Lo siento hermano. A veces...digo estupideces.
Zian luce más calmado. Se vuelve a sentar en la mesa y retoma su sonrisa brillante.
— Annie. Perdona a mi hermana. A veces, no sabe lo que habla.
Trato de calmarme. La voz no me sale así que solo sonrío y bebo del asqueroso vino.
La cena transcurre con tranquilidad. Nadie vuelve a hablar en el resto de la velada. Se siente una tensión que puede ser cortada con un cuchillo. Mi apetito es cero pero me obligo a comer un poco. En un momento de la noche mi pie choca por debajo de la mesa con el de Andreu. Miro sus ojos. Él no me mira ni un instante. Yo vuelvo a mirar mi plato. Luego de la cena llega el postre. Pido permiso para ir al baño.
Me levanto y camino hacia el lavado. Llego a los lavamanos. Me miro en el espejo. No puedo evitar llorar.
Es...es verdad.
Siempre sospeché de esa m****a de hermandad. Pero ahora que sé que Ray si estuvo ahí duele.
Duele saber que estás sentada en la misma mesa que tu enemigo. Y lo peor de todo.
Es que le debes sonreír.
Salgo del baño un poco más calmada. Me retoqué el maquillaje y me dirigí hacia la mesa una vez más. Andreu me mira de arriba a abajo inexpresivos por un instante. Luego vuelve a desviar sus ojos hacia Misa. Están hablando sobre los eventos y fiestas del próximos fin de semana. Estoy quieta en mi asiento. Termino con las pocas fuerzas que tengo mi postre y un mesero lo retira. Nos quedamos un rato hablando en la mesa luego de ser retirados todos los platos.— Voy a probar suerte en Las Kappk.—¿En serio? Recogí a Annie esta noche precisamente ahí.Misa me fulmina con la mirada. Luego me sonríe de la manera más inocente posible. Aún no entiendo por qué le caigo mal. No le he hecho nada.— Annie podría conseguirme una oportunidad¿No crees hermano?Zain me sonríe. Toma mi mano por encima de la mesa. Siento su mano fría sobre la mía y puedo percibir aunque no lo vea la mirada de Andreu sobre ellas.— Estoy seguro de que si Misa. — Él besa mi mano
Él se aparta de mi rostro sutilmente. Yo abro mis ojos poco a poco cuando no siento sus labios sobre los míos. Nos miramos en silencio detenidamente. Estoy en silencio. Tratando de que mi respiración vuelva a la normalidad.De pronto. Siento vergüenza, mis mejillas se encienden. Lo aparto de un empujón y sin esperar si quiera a que hable salgo por la puerta corriendo.—¡Annie!— Su voz hace que me detenga. Trato una vez más de correr.—¡ Annie detente!Me agarra por el brazo y hace para que voltee a ver sus ojos verdes. Eso hago.—¡Suéltame!— Le exijo.—¿Qué hacías ahí dentro?— Me pregunta,no respondo al instante. Trago en seco.— Ese no es tu problema.Se aproxima mucho más a mi persona. Quedamos a escasos milímetros de cercanía. Una vez más siento su aliento en mis labios. Una vez más la sangre no me llega al cerebro y estoy paralizada en el lugar. Él mira mis labios detenidamente. No mueve ni un músculo de su cuerpo.— No me ven
Ya han pasado varias semanas desde mi última vez en los Ícaro.Las clases comenzaron y soy toda una celebridad en la universidad. Soy la novia oficial de Zain Monsanto. Soy la reina coronada. O eso es lo que dicen de mí. Hay rumores de que está conmigo aún porque no nos hemos acostado. Que nada más consiga lo que quiere de mí me dejará y estará con una chica mucho más bonita que yo.Hay algo que es cierto en todo esto. Él no me ha tocado aún. No es que lo haya visto mucho. Bueno si. Pero no hemos estado solos. He estado en la hermandad de Roxi. Haciendo actividades de iniciación al igual que concentrada en mis clases. Misa logró entrar a la hermandad. Ahora es la mano derecha de Mona. Pero ellas no me miran. Como estoy con Zain de seguro él les pidió que no me molestaran. Por lo menos mientras que esté con él, puedo respirar en paz.Hablé con las chicas sobre lo sucedido en el almacén y lo que escuché. Roxi me reprendió por no haberlo gravado, yo tomé como
Estuve toda la tarde con Andreu. No paramos de reír y de contarnos cosas el uno al otro.Me contó que es becado cómo yo. Que conoce a Misa desde antes de entrar a la universidad. Son novios desde la secundaria. Pero que con el tiempo su relación se a deteriorado debido a las inseguridades de ella. También me contó algo de que su mamá estaba enferma. Pero no quiso entrar en detalles y...yo no insistí.No me gusta hacer preguntas incómodas. Para así evitar que me las hagan a mí. Porque hay algunas que no puedo contestar.Luego de los helados en la cafetería fuimos al cine. Vimos juntos una comedia romántica de los 80. No nos gustó pero lo que menos hicimos fue ver la peli. No hacíamos otra cosa que reír y comentar sobre el terrible filme. De hecho, unas personas nos regañaron y todo. Pero no nos importó.El tiempo pasó v
— Deberías levantarte del suelo Annie.Lo sé. Sé que debería levantarme y ponerme algo de ropa. Pero...Dios.Ver así a Misa me hizo entender algo.El amor puede ser un arma de doble filo.Te puede hacer sentir el ser más feliz y afortunado del universo o...de lo contrario... Te puede hacer cometer locuras.Yo no quiero que el amor me haga daño. Así no. Así no quiero amor en mi vida.Espera.¿De qué carajos estás hablando Annie?Me levanto del suelo. Roxi me mira aún sentada en este. Me paro frente a mi espejo aún algo empañado. Miro mi reflejo.Ahí está.Los efectos del amor.Esto es lo que soy por...por amor. Desde que él salió de mi vida nada volvió a ser igual. No volví a ser...a serElla.Nunca más volví a sonreír o a tratar de hacer algo por mi futuro. Me obsecioné con este lugar. Con encontrar la verdad. Mis ojos ya no tienen vida. De hecho. A veces ni reconozco la mujer que veo en
Dios... Dios...¿Qué hago?¿Qué hago?¿Me dejo llevar?¿Me acuesto con él? ¿Aquí y ahora?No soy virgen. Bueno... Me entregué a Ray en las últimas vacaciones que pasamos juntos antes...antes de que desapareciera.Pero fue solo una vez. Y me dolió porque era la primera vez para los dos y él no sabía cómo hacer para que a mí no me doliera tanto.Luego de eso nunca más nadie me volvió a tocar.Nunca más me sentí excitada o con deseos. Pero él ahora aquí, en la oscuridad. Sintiendo su erección entre mis piernas me hacía sentir...¿Deseo?Puede ser. Pero no. No me puedo entregar a él aquí. Si me voy a acostar con Zain debe ser en la hermandad. Porque de esa forma podré entrar una vez más a su guarida.Sonrío un poco. Miro sus
Doy vueltas en la habitación sin saber que hacer.Zain se despidió de mí y salió por la puerta. Ya han pasado unas dos horas y no vuelve.Miro la hora en mi móvil. Son más de las doce.Mierda...¿Qué hago? Debo hacer algo para averiguar qué es tan importante que prefirió venir antes de follarme por primera vez.Y no es que me crea la más hermosa ni nada de eso. Pero la tensión sexual entre nosotros se palpa desde la luna.Varias veces he escuchado pasos en el pasillo y luego.... silencio total. Me acerco a la puerta y la abro un poco.Nada.En el pasillo no hay nadie.Vuelvo a cerrar la puerta y me dejo caer sobre la cama. Miro el techo con las manos sobre mi estómago.¿Qué hay en esos camiones?¿Hacia dónde lo llevan?¿Qué hacen con él?La cabeza me da vuelta y vuelta. S
Andreu me subió a su auto y me llevó hasta el Motel dónde nos encontramos hace semanas atrás. Pidió una habitación y me condujo hasta ella sosteniendo mi mano.Abre la puerta y me indica que entre. Dentro de la habitación me paro en el medio sin saber que hacer. Andreu me mira y suspira.—Ahora vengo.— Me dice y veo que toma el pomo de la puerta. Rápido tomo su mano. Mira mis ojos.— Por favor. No me dejes sola.— Le imploro. Él me sonríe un poco y me abraza. Amo su olor mentolado. El olor a su loción para después de afeitar. Toma mis mejillas y mira mis ojos.— No te preocupes Annie. Solo...voy a buscar...cosas que necesitas.— Mira mis piernas...y yo entiendo.Dejo que se marche dejándome sola en la habitación. Me siento en la cama un instante mirando hacia el frente. Luego entro al baño y abro la ducha.