— ¿Qué vas a hacer? ¿Matarme aquí frente a mi propia hija?Harvey levanta una ceja. — Me haría las cosas más fáciles, ella con el tiempo te olvidaría.— Deja la estupidez y guarda esa tontería antes de que mi hija abra los ojos.— Te recuerdo que es mi hija también.En ese momento Kate se detuvo, un pensamiento repentino abordó su mente y la hizo girarse hacia Harvey. — ¿Cómo puedes estar tan seguro de que es tu hija? Llevas repitiéndolo desde que nos encontraste pero ni siquiera te consta porque tú... — Tragó saliva en seco al tener que recordar los asuntos. — Tú ni siquiera estabas en casa cuando yo me enteré que estaba embarazada.— ¿Realmente es importante?— ¡Pues sí, es muy importante! Por culpa tuya tuve que huir estando embarazada, tus hombres siempre me encuentran cuando huyo pero esa vez no lo hicieron porque tú ni siquiera mandaste a buscarme, ¿y CINCO AÑOS DESPUÉS vienes a mí a reclamar a Hari como tu hija y a querer llevártela? No me jodas. — Responde con furia y le avie
Los ojos de Hugo ya estaban más que cegados a los actos de Shanon, muchas veces él mismo había tenido que limpiar su desastre luego de una intensa sesión de juegos con ‘’sus mascotas’’. Solo atina a pasar por encima de los juguetes sexuales y la ropa tirada en el suelo mientras Shanon se acomoda.— Espero que me estés interrumpiendo para algo bueno, Hugo. Sabes que no me gusta que me interrumpan. — Advirtió antes que nada. — ¿Tienes noticias nuevas del informante?— Así es, mi señora. — Contestó. — Al parecer el objetivo se ha movido a un pueblo costero al sur de la ciudad.— ¿Harvey en un pueblo en el sur? ¿Está tratando de empezar negocios allí acaso? ¿Por qué iría en persona sin decir nada? Ese bastardo está haciendo que empiece a perder la paciencia.— No creo que se deba a negocios, mi señora. — Dice Hugo. — El informante parece que le escuchó decir que iría a una juguetería.Shanon lo pensó. — Una juguetería. — Repitió. — Averigua qué clase de código está usando y qué significa
Michael lo sabía: Hay algo peligroso en ese hombre.Siempre tuvo un sexto sentido para identificar a ese tipo de personas de por sí, pero la escena a la que se vio obligado enfrentar en la juguetería confirmó sus sospechas. Pero, ese tipo y lo que hacía con su vida no era la que le preocupaba, sino la pobre e inocente Kate que podría verse demasiado involucrada en asuntos peligrosos.Por eso no puede evitar preguntarse: ¿Será conveniente contarle a Kate lo ocurrido o tratar de averiguar quién era ese hombre?Es incapaz de creer que solo se trata de ‘’Un hombre muy poderoso con mucho dinero’’ Tenía que haber algo más, una razón de peso para que Kate haya escapado de sus garras embarazada y se haya visto en la necesidad de ocultarse a las afueras de un viejo pueblo pesquero.— ¿Michael? — La voz de Kate lo sacó de su trance c
— Esa era, Kate. — Vuelve a decir. — Esa era la casa de muñecas que yo iba a comprar para regalársela a Hariadne, pero él me la ganó en mis propias narices.«Entonces a eso se debe su enojo» Piensa Kate, dándole palmaditas en el hombro.— Un momento, Michael ¿Pensabas comprar una casa de muñecas como esa para regalársela a Hari? ¿Cómo es posible eso? ¿Estás loco? — Lo regañó. — Tú no tienes el dinero para darte ese tipo de gastos. ¿Sabes lo costosas que son esas cosas? ¿Por qué nunca me escuchas?— ¡Eso no es lo que importa, Kate! — La interrumpe. — ¡¿Por qué me dices eso a mí y no a él?!— Porque lo conozco, Michael, quiera o no lo conozco. — Contesta Kate. — Para Harvey esa casa de muñecas es so
Sus escoltas sintieron escalofríos, pero también lástima por la persona que terminaba de ser sentenciada y sufriría una muerte terrible.— Y hablando de la reina de Roma... — El teléfono de Harvey empezó a sonar, Shanon le había marcado. — Hagan silencio.Entonces contestó:‘’¿Harvey?’’— ¿Sí?‘’ Por fin te dignas en contestarme, te he estado llamando durante horas’’«Mentirosa» El móvil de Harvey no había sonado en todo el día.— ¿Qué pasó, Shanon? Nunca me llamas. — Pudo escuchar un silencio abismal del otro lado de la línea.‘’¿Realmente me estás preguntando eso? Hace semanas que desapareciste sin dejar rastro ¿No es lógico qu
A su salón de clases de repente entra un maestro que nadie conocía y se puso de pie frente a sus alumnos.— Hola, clase. Mi nombre es Joshua y voy a ser su maestro sustituto debido a que la anterior maestra ha tenido un problema y tuvo que hacer un largo, largo viaje. — Se presentó primero ante las miradas curiosas de los pequeños. — Espero que nos llevemos bien todos ¿De acuerdo?Hariadne levanta la mirada del dibujo sobre su mesa, de repente el crayón rojo -Su color preferido- cae al suelo y sigue rodando mientras se aleja, ella se levanta de la mesa y trata de seguirlo, pero al final el crayón se ve frenado al chocar contra los pies de alguien.— Oh, esto de aquí debe ser tuyo. — El maestro Joshua recoge el crayón del suelo y le sacude el polvo antes de regresárselo a Hariadne. — Ten más cuidado la próxima vez, pequeña.—
— ¿Qué...?Harvey apretó el volante entre manos. — No reaccionan los frenos del auto, llevo un rato intentando frenar pero no pasa nada. — Volvió a decir. — Así que necesito que cierres la boca mientras pensamos en algo ¿De acuerdo?— ¿Pensamos? — Cuestionó, en cuanto miró por la ventana vio que estaban siendo rodeados por las camionetas de sus escoltas, aun así eso no la hizo sentirse tranquila, mucho menos segura. — Pero- vamos a sobrevivir ¿Cierto? — Harvey no le contestó así que Kate volvió a hablar — ¿Cierto que vamos a sobrevivir? ¿Verdad?— Es... Probable.Fue la peor respuesta que pudo recibir.Kate se sujetó con fuerza al cinturón de seguridad, el vehículo inestable se tambaleaba hacia un lado y hacia otro mientras Harvey esquivaba transeúntes
Harvey no dijo nada al respecto, solo vio a Kate llorar con cierta incomodidad en el pecho. — Llévenlas a su casa, ya deben estar cansadas. — ¿Eh? ¿El hada no viene con nosotras? — Hariadne se fijó en que Harvey se quedaba atrás mientras ellas avanzaban hacia el auto. — No... No quiero, yo quiero ir con el hada- Mamá, mamá el hada- mami... — El hada no vendrá a jugar esta vez, hija... — Pero mami, quiero ir con el hada- por favor — Intentó soltarse del agarre de su mano, lloriqueando — ¡Quiero ir, mamá! — No, no puedes jugar con el hada. — Kate intentaba llevar las riendas de la conversación, pero apenas y podía mantenerse en pie mientras que su hija enérgica forcejeaba, negándose a rendirse. — Pero mam- — ¡Que no puedes quedarte, Hariadne nos vamos a casa ahora! — Kate vio con terror la expresión de susto en la carita de su hija en el momento en que le alzó la voz, cosa que nunca había hecho. — Ha-Hari... Mamá no quiso gritarte, lo siento. Ella tembló, Kate sabía que Hari se e