— ¿Usted? ¿Qué hace aquí? — Pregunta, frotándose las sienes con los dedos. — ¿Es que acaso Harvey necesita de otros incluso para pedir disculpas? — ¡Es el tío Colton! — Apenas Hari vio la inmensa e intimidante figura en la puerta corrió hacia él, dejando a Michael de lado. — ¿Jugarás conmigo y con Michael, tío? Él vio la mirada ilusionada de la pequeña, respondiendo algo que Kate jamás se imaginó que diría: — Sí, siempre estaré a su lado para jugar a partir de ahora. Kate quedó desubicada. — ¿Perdón? — Echó una mirada a los alrededores, cerciorándose de que Harvey realmente no estuviera cerca y no se tratara de una broma. Luego se dirigió a su hija. — Cariño, dejaste a Michael jugando solo. Tú... Tío irá después. Hariadne reaccionó con sorpresa al darse cuenta de lo que había hecho. — ¡Mamá voy a ir a jugar con Micha o se pondrá muy triste! Kate sonrió viendo a su hija correr, pero esa sonrisa se deformó en una mueca al volverse hacia Colton y la estupidez que había soltado, le
— ¿Qué? Kate se quedó perpleja ante la acusación tan seria que recibió de Harvey. — Realmente has llegado hasta lo más bajo a lo que se puede llegar si tienes las agallas de acusarme de esa manera. — Contestó, riéndose a fuerza. Harvey mostró el mismo tipo de indiferencia. — No estoy haciendo acusaciones, tampoco te estoy contando mi hipótesis ni es una simple idea que se me acaba de ocurrir. — De repente la miró, serio. — Solo te estoy diciendo lo que realmente sucedió: Tú te escapaste con ese hombre, huiste con él. Pero, no me importa más, Kate. — ¿Qué diablos estás diciendo, Daniels? Harvey observó a Hariadne, estaba entretenida jugando a varios metros de distancia. — No me importa si saliste embarazada de él y Hariadne es en realidad su hija, tampoco me importan todas las veces que me viste la cara de estúpido, muchas veces quise matarte, cada vez que te veía sentía tanta rabia que realmente quería matarte, pero no lo hice. — ¿Cada vez que me veías? Harvey se gira hacia e
Sin embargo, por más que tratara de darle sentido a la situación no logró encontrarle pies ni cabeza.Deja el tendido de sábanas paralizado mientras empieza a divagar entre otros asuntos.¿Por qué Harvey tenía tal punto de vista equivocado? ¿Fue la conclusión a la que llegó tras verla con Michael la primera vez? ¿O era obra de alguien más?¿ Quién podía ser de tratarse?¿Por qué siente que está olvidando algo importante?Sus dudas no se vieron despejadas, pero, al echar la vista por encima de las hileras de sábanas blancas sobre el tendedero alcanza ver a Colton de pie, bajo la sombra de un árbol en el que tenía vista completa a toda la casa de su abuela, que era de tamaño modesto en medio de metros y metros de campo.No había tenido ningún tipo de incidente, probablemente porque él siempre estaba allí custodiando, incluso le había cedido una habitación privada para que descansara en las noches.Cuando termina de colgar la última sábana dentro de la cesta y sujetarla con pinzas levanta
¿A qué venían tantas preguntas absurdas?— Eso es algo que no te incumbe, Michael. — A pesar de su mala respuesta está haciendo lo mejor que puede para conservar la paz. — Tenemos prisa, hablemos sobre esto después ¿De acuerdo?Pero él no tenía los mismo planes.— Hablemos ahora. — La toma del brazo mientras ella trata de salir, reteniéndola. — ¿A dónde vas? ¿Dejarás a Hariadne sola?— No está sola, se queda con mi abuela y luego Colton vendrá a cuidarla también.— ¿No es eso peor? Un matón y una señora mayor enferma que no puede vigilar a la niña siempre, ¿En manos de quién la estarás dejando? Es tu responsabilidad, Kate.— No te permito que hables así sobre ellos, mi abuela es una mujer perfectamente lúcida y Colto
— ¿Por qué...? — Pregunta, aunque no sabe a qué referirse exactamente. — ¿Por qué no respondías mis llamadas? ¿Por qué te fuiste en silencio? ¿Por qué accediste a vivir conmigo en primer lugar si me despreciabas tanto?— ¡Las cosas no fueron así! — Se apresuró a explicar. — Siempre que preguntaba por ti me decían que no tenían recados para mí, que estabas muy ocupado o que era peligroso... Hasta que una noche me enteré que llamabas todos los días y que en realidad estabas viendo a otra mujer.— A mí me decían exactamente lo mismo cuando te llamaba... Que no estabas, que no querías hablar, por más que intentara todas las vías de comunicación eran interceptadas, al final creí que era cierto y adelanté mi regreso... Pero ya no estabas ahí, solo q
Michael se sentía ansioso, desde la ventana podía observar el escándalo que se había formado afuera, hasta el punto en que algunos vecinos de los alrededores llegando corriendo con cualquier objeto que pudiera servir como arma tras ser convocados por Carmen incluso antes de que Kate y Harvey llegaran.Tiene el corazón acelerado, no es capaz de sostener la mirada de Kate y se oculta rápido al notarla, rogando que no se hubiera dado cuenta que estaba mirando allí, desde la lejanía.— ¡Buaaa! ¡El hada dio mucho miedo! ¡Da miedo! — Hariadne continuaba llorando en su hombro mientras él la mecía un poco y le daba palmaditas en la espalda buscando darle consuelo.Estaba temblando tan asustada que incluso soltó la muñeca que Harvey le había regalado y que tanto le gustaba solo para aferrarse a él a llanto suelto.Por primera vez Michael
Pero las disculpas de Michael no eran suficientes para arreglar el caos ocasionado, por más que Michael intentara aclararle el malentendido a su abuela ella no quería escucharlo, se había encerrado en su habitación sin dirigirle la palabra ni siquiera a su propia nieta, solamente hablaba con Hariadne, su bisnieta, que no tenía culpa de nada.Además, Michael seguía yendo a su casa para jugar con Hariadne, sin intercambiar muchas palabras con Kate misma.Había decidido que su hija pequeña que tanto le gustaba jugar con Michael y lo adoraba como a un hermano o a su mejor amigo no tenía por qué verse involucrada en aquella discusión, esa era la única razón por la que permitiría a Michael seguirse acercando a ella bajo la promesa de mantener la compostura y no invadir su vida personal.Sin embargo cada vez se sentía más y más incómoda c
Hariadne abrió los ojos, naturalmente sus pequeñas siestas en brazos de otros no pasaban más de cinco minutos, por lo que pronto buscó los brazos de su madre y, luego de eso, quiso que la dejaran en el suelo.Kate vio a su pequeña hija caminar hacia los juguetes nuevos que Colton había dejado en el piso, su mirada parecía especialmente concentrada en el conejo de felpa igual a su mismo tamaño y con enormes y largas rejas blancas y rosas, se sintió esperanzada cuando la vio apretándole la nariz con delicadeza, descubriendo la textura suave de aquel juguete.«¿Tal vez eso era lo que quería...? » Piensa Kate, decidiendo animar un poco a su hija.— ¿Te gustan esos juguetes, Hari? — Preguntó.Pero, Michael se deslizó hacia ellas en cuanto Hariadne estuvo a punto de agarrar las patas del conejo de felpa.— Es muy bonito..