CAPÍTULO 1Cuando conocí a Marcos RussoSiempre tuve curiosidad acerca de los sueños. ¿Por qué algunas personas los recuerdan y otras no? ¿Tendrán algún significado? He tenido pesadillas perturbadoras desde que tengo memoria, y que recuerdo como si hubiesen sido experiencias reales. Algunas con poca lógica, otras que parecen verdaderas vivencias. Entre las que peor sensación angustiante me dejaron al despertar, es sobre una casa abandonada alejada de la ciudad, donde me encuentro buscando a alguien que no conozco. Me urge encontrar a esa persona, pero no sé por qué. De repente, desde adentro, puedo vislumbrar cómo la entrada lateral por donde ingresé comienza a arder en llamas, dificultando mi salida y quedándome atrapada. No queda todo ahí, sino que puedo verme a mí misma desde afuera gritando y golpeando con mis manos las ventanas, inútilmente porque nadie vendrá a rescatarme.Decidí estudiar Biología porque siempre quise entender cómo
CAPÍTULO 2"FUERA DE CONTROL"Entonces entré al aula y comencé a dar mi clase. Mientras pedía a mis alumnos que hicieran las actividades, estaba sentada detrás del escritorio y no podía parar de pensar en las palabras de Raquel, tratando de darle sentido a mi sueño. Se me cruzaban las imágenes de su mirada conjugada con la fantasía que tuve con él, mientras tenía la punta de una lapicera entre mis labios. Mirando a la nada, pensando en todo. Hasta que fui interrumpida por una alumna.Profe ¿Me entendió? – Me preguntó Marina.Sí, sí. Perdón. No. ¿Me lo podrías repetir? – Intenté remediar mi despiste.No sé si hice bien este ejercicio. Las partes de la célula eucariota.Ahí lo miro.Al volver a casa, me recosté en el sillón y continuaba reflexionando en lo que me dijo mi amiga. ¿Será cierto? No lo conocía lo suficiente para saber cómo era con las mujeres que le gustaban. No sabía cuál era la forma más discret
CAPÍTULO 3SUSURRO- No se ve tan mal. Se nota que entrenas duro en el gimnasio ¿No? – Continuó acariciando mi rodilla con su dedo índice y empezó a subirlo hasta la mitad de mi muslo. Los escalofríos me recorrían. Levantó su mirada clavando sus ojos en los míos. – ¿Te puedo dar un beso?Acto seguido sin responderle verbalmente, me agaché hasta ponerme a su altura y lo besé. Me sujetó las piernas para subirme arriba suyo, y continuamos dando rienda suelta a la pasión. Sin dudas química aquí no faltaba. Me tocaba entera, no me molestaba para nada y quería que siguiera. Yo le respondí haciendo lo mismo, luego nos desvestimos y tuvimos relaciones, en ese incómodo sofá.Yo quedé exhausta. Lo despedí y me fui directo a dormir. Inmersa en un sueño profundo, volvió una pesadilla recurrente que hacía mucho no tenía.Me encuentro en una cabaña, en algún lugar campestre. Hay muchos árboles alrededor, la paz está en el aire. Puedo
ZORRAA la mañana siguiente, Mark desayunó conmigo y se fue. Busqué el portarretrato con la foto de mi abuela que estaba en el living y lo contemplé unos segundos. Su rostro era idéntico al que había visto anoche. Ese momento de concentración se vio interrumpido por el sonido de la caída y rotura de algo proveniente de la ventana, afuera. Me acerqué a mirar y era Simba, el gato de la vecina que a veces viene a visitarme. Había roto una maceta.- ¡Qué maldito sos! – Lo reproché. Pero luego lo alcé y lo metí adentro. Le había tomado cariño porque venía seguido a visitarme, a hacerme compañía.A la tarde salí a caminar con Raquel. Le conté lo que me estaba pasando, con mis sueños, y con Mark. Ella escuchó y me daba su opinión.- Qué loco. Yo ni recuerdo lo que hice ayer, mirá si voy a recordar lo que soñé.- Sí, quizás le doy demasiada importancia. Pero son muy conmovedores.- Ese es el problema. Yo seguramente sueño tonterías, no d
EL HOMBRE DE MIS PESADILLAS- Entonces, hacía mucho que no las tenías y desde que empezaste a trabajar en el colegio reaparecieron – Hizo anotaciones en su cuaderno.- Sí, sé que puede deberse al estrés, al comer pesado de noche, o tomar alcohol quizás. Pero no me siento tan estresada, ceno muy poco y tomo sólo cerveza los fines de semana.- Bien, y esos días que soñaste cosas raras ¿Recordás que hiciste antes de dormir? – Escuché la pregunta y lo único que recordaba es que había estado con Mark. No tenía lógica haber pasado tan lindos momentos y luego tener esas pesadillas.- Sí, fueron días dentro de todo normales y estuve con Marcos.- Bueno. Vamos a dejar todo por hoy, y como pendiente para la próxima sesión quiero que pienses qué cosas te inquietan y crees que pueden repercutir mientras dormís. – Quedé pensativa mientras la observaba unos segundos. Creo que me seguía hablando, pero ya no podía prestarle atención, hasta que volví a reaccionar.- Bien, perfec
Primeras pistasLlegó el viernes y me reencontraba con mis alumnos. Los saludé sin rencor, y les pregunté si habían hecho la tarea.- Sí – Respondieron.- Bueno, me las van a dejar en el escritorio mientras empezamos con la unidad nueva. El tema de hoy es la división celular – Observé que se sorprendían de mi capacidad de no guardar resentimientos pese a lo acontecido en la última clase. Es que mi forma de ser era así, y por el error de uno solo, no iba a estar de malas con todos.Pregunté si todos habían entregado el trabajo y me contestaron afirmativamente. Empecé a contarlos y hubo algo raro. Eran diecinueve estudiantes, pero tenía en mi escritorio veinte monografías.- Chicos, ¿faltó alguien hoy?- No profe, estamos todos – Respondió un alumno.Tendría que ponerme a revisar uno por uno para poder dar con el error, pero eso atrasaría mi clase. Así que decidí chequearlo en mi casa. Los guardé en mi maletín.Estaba proyectando unas diapositi
UNA BROMA PESADA¿Qué me inquieta? No lo sé. Los secretos de Mark eran una opción. Ahí encontré algo en común. Tenía un hombre enigmático tanto en la vida real como en mis sueños. Me costaba creer que el hombre del que me había enamorado sea el causante de mis males nocturnos. No me creía capaz de sacrificar mi bienestar psicológico por alguien.Preparé café y decidí sacar del maletín los inéditos trabajos que les había pedido a mis alumnos. Tal como les había indicado, todos tenían llamativas carátulas, a color, con imágenes. Se habían esmerado. Comencé a leerlos y al llegar al número once hubo un detalle que llamó mi atención. Una vistosa carátula como las demás, pero con la palabra “ZOЯЯO”, con la misma disposición espejada en las letras R que tenía la bendita nota que me dejaron en el libro aquel día, más una imagen del animal. De inmediato, comencé a leerlo, pero no encontraba nada raro en el texto. Volví a la carátula y para mi otra sorpresa, era un trabajo anó
UNA DURA HISTORIA- Profe, ahora que recuerdo, si vi alguien salir del aula en pleno recreo ese día.Levanté mi cabeza rápidamente para mirarlo, además de mis cejas, por la sorpresa.- Ah, ¿sí? ¿A quién?- A Paula, pero cuando la vi estaba sacando algo de su mochila y salió. No miré mucho, pero podría ser algún objeto personal porque después fue al baño ¿Entiende?- Claro, sí, entiendo. Bueno, igual te agradezco la información – Y dejé que se vaya.Pensé en Paula. Es una estudiante repitente, se ve más grande que las demás chicas. Su cabello claro levemente ondulado y el peinado semi recogido, me recuerda a mí en la adolescencia. Tiene unos ojos hermosos, cejas perfectas. Y muy buen cuerpo. No tiene las mejores notas, pero tampoco las peores. Está siempre con Ornella.Por la descripción que me dio Genaro, podría tratarse de que estuviese en su periodo y entrase a buscar un apósito. No tenía nada de malo. Si me hubiese dicho que la vio en