Una vez más

El tiempo siguió pasando, y los nervios, continuaban aumentando.

—Debí haberme enlistado en el ejército… de haber hecho eso estaría preparado para este tipo de situaciones.

La espera se volvió una tortura para Edward, mientras que esperaba que uno de sus cazadores abriera la puerta con la intención de capturarlo o matarlo.

Así fue durante un corto periodo de tiempo, hasta que por fin la puerta se abrió lentamente y Edward se preparó con ambos machetes en sus manos desde su posición justo al lado de la puerta de entrada.

—Aquí vamos —pensó Edward.

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