Las horas pasaron una tras otra, cada hora que pasaba significaba que tenían una hora menos de vida, todos en este laberinto de cárceles lo sabían y la lenta espera hacia la muerte los estaba volviendo locos, de hecho si una persona supiera que va a ser asesinado y no tiene forma de evitarlo y solo puede quedarse sentado y esperar su inevitable muerte, eso volviera loco a cualquiera y esa era precisamente la situación de todos los presos en este laberinto de cárceles.
El grupo de Samuel había llevado a Edward a este laberinto de cárceles que ellos llamaban el “ganadero”, después de cambiarlo de ropa lo metieron en una celda la cual tenía a otras cuatro personas metidas en ella.
Cuando los hombres de Samuel, habían traído a Edward a su celda lo habían tirado al
—Me hiciste acordar de él María, ese hombre también era gay como tú, cuando nos ofrecimos a él tuvo el descaro de rechazarnos así que… tuvimos que tomarlo por la fuerza, aunque fue una lástima que los guardias nos interrumpieran —dijo Jazmín, mientras se colocaba su mano en su barbilla.Edward cuando termino de escuchar lo que dijo Jazmín, se levantó de inmediato y le agarro sus hombros con mucha fuerza, Jazmín empezó a jadear de dolor debido al agarre de Edward y casi de inmediato empezó a quejarse con Edward mientras internamente estaba asustada.—Suéltame, me estas lastimando… ¿Tus padres no te enseñaron a cómo tratar a las mujeres?— ¡Cállate! —grito Edward.
—No tiene caso… en vez de tener falsas esperanzas… es mejor aceptar nuestro inevitable fin —dijo David.—Estas personas… ya han perdido cualquier esperanza —pensó Edward.—Entonces… hay que aceptar el final —murmuro María, mientras tenía la mirada pérdida en alguna parte.— ¿Pueden al menos decirme cualquier información que sepan sobre esta prisión? —pregunto Edward.—Claro, aunque no creo que logres mucho de todas maneras —dijo María.—No importa, me va a servir… lo sé.
—No es vergonzoso admitir que no tienes ideas… nosotros lo intentamos por un mes y fallamos siempre —dijo María teniendo la intención de consolar a Edward.—Somos cuatro personas y en un mes no pudimos idear ningún método efectivo de escape, es natural de que una sola persona en un par de horas tampoco pueda idear nada útil —dijo Jazmín.Edward ignoro los comentarios de María y Jazmín, y se quedó pensando con la mirada perdida en alguna parte ante la mirada de sus compañeros los cuales se cruzaron de brazos al ver la persistencia de Edward.Pasó otra hora más y nuevamente los mismos guardias vinieron e hicieron su inspección rutinaria.
—Si tú lo dices… mira esta chica ha estado llorando —dijo el guardia, con la barra negra mientras se acercaba a Jazmín.El guardia con la barra negra agarro a jazmín por el cabello y la obligo a levantarse y mirarlo fijamente.—Dime pequeña rata ¿Tienes miedo?... de seguro estás pensando en lo que te haremos una vez que te subamos ¿Verdad?... déjame decírtelo… a unos cuantos los quemaremos vivos, a otros los descuartizaremos, otros los aplastaremos hasta dejar nada más que un monto de carne, a otros los ahogaremos… y las maneras en que los mataremos son muchas más de las que eh mencionado.— ¿Por qué nos hacen esto? —pregunto Jazmín sollozando. Cuando el grupo de María, escucho estas palabras se quedaron en silencio mientras procesaba lo que Edward había dicho, analizando si él lo había dicho en serio o no.— ¿Por qué vas a liberar a todos los presos? —pregunto María.—Porque será imposible escapar por nosotros mismo… todo el pueblo está en nuestra contra, literalmente hablando… si queremos salir… vamos a necesitar ayuda… mucha ayuda.—Esto —murmuro María mientras pensaba.—Solo lo preguntare una vez… ¿Están conmigo o no?—Nosotros —dijo Jazmín al parecer sin saberLiberarlos a todos
El tiempo paso lentamente al punto de que parecía eterno, Edward se quedó esperando cerca de las escaleras mientras esperaba a los guardias.—Bien, todo se decide aquí y ahora… Jacob, espero volver a verte —pensó Edward, mientras estaba de pie solo.El tiempo continúo corriendo hasta que por fin, los guardias empezaron a bajar por las dos escaleras que llevaban hacia la prisión.Eran varios cientos de guardias los que bajaban según los cálculos de Edward o puede que quizás más, la mayoría iba armado con barras negras que podían electrificarse si surgía la necesidad mientras que una pequeña parte portaba rifles de asalto. Cuando Edward termino de decir este último comentario, el ambiente se quedó en silencio mientras que ambos bandos simplemente esperaban a que el otro hiciera algún movimiento.— ¡Ah llegado la hora! ¡Luchen por su libertad! —grito Edward.Cuando Edward grito estas palabras, la multitud de gente junto a él empezó a gritar y a rugir fuertemente y empezó a correr en dirección hacia Anna.— ¡Maten a esos cerdos inferiores ahora! —grito Anna, la cual empezó a correr escaleras abajo.Los guardias que estaban junto con Anna, rugieron y empezaron a correr escaleras abajo para enfrentarse a los antiguos presos.<Lucha en la prisión
— ¿Quién hubiera imaginado que serias tan hombre para enfrentarme? —dijo Anna con sarcasmo.— ¡Cállate! —grito Edward.Edward con una de las barras negras que tenía en una de sus manos trato de golpear a Anna pero esta ágilmente lo esquivo sin problemas.—Sabes, no sé si felicitarte por haber tenido la valentía de enfrentarme o sentirme decepcionada por el hecho de que un hombre pretenda luchar a golpes con una mujer ¿Cuál de las dos opciones piensas que debo sentir?— ¡Eh dicho que te calles!Edward y Anna cargaron mutuamen