Mi vida es un completo embrollo capaz de enloquecer hasta la persona más cuerda.
Yo no tengo familia, ni patria, ni mucho menos manada con la cual convivir, pues todo una vez se me fue quitado.
Yo soy una simple omega solitaria, que viaja de ciudad en ciudad creando historias con las que intento rememorar mi existencia.
Hola me presento, mi nombre es Kreiger mejor conocida como Emma Robinson por los humanos y soy producto de la relación abominable entre mi padre un alfa y mi madre una humana llamada Monit quien murió tras traerme a este cruel mundo.
Mi niñez fue bastante brutal, pues los demás miembros de la manada me trataban como a cuál pelota de pin pon la cual simplemente obedecía, no tenía dignidad, ni derecho a la palabra y por sobre todo carecía de identidad propia, más un muñeco sin voluntad simulaba.
Llegue a pensar que mi trágica vida llegaría a su fin la noche del veintisiete de enero del dos mil seis cuando apenas tenía ocho años.
Todo absolutamente todo se llevó a cabo en medio del tan helado invierno en la parte oculta de los bosques que dividen a Venencia de Belcier y allí por órdenes de mi padre fui torturada y golpeada casi hasta perecer.
Allí en el bosque fui abandonada a mi suerte prácticamente sin vida a la merced de lo que el destino quisiese hacer en base a su voluntad conmigo.
Tirada en el suelo, cubierta de sangre incapaz de mover la más mínima parte de mi cuerpo yacía inerte intentando no perder el conocimiento.
Créeme que luchaba con toda y cada una de las fuerzas contenidas en mi pequeño cuerpo lo hacía a la vez que lloraba intentando resistir, intentando aguantar.
Un buen tiempo transcurrió en el que allí completamente sola me encontraba, el frio era cada vez peor e incluso podía sentir como aquel llegaba a quemar mi piel.
Aquel tortuoso sentimiento lo sentía como se adentraba con rabia por mi cuerpo adueñándose de cada parte de mi a su paso acurrucándome en cual melodía tétrica tocada por la misma muerte la más aterradora jamás escuchada.
Algunos segundos transcurrieron hasta que mis ojos comenzaron a pesar ya cansada y agobiada, deslumbre a lo lejos el poco brillo que se elevaba en el cielo tras aquella noche de invierno, y poco a poco tras sentirme fatigada guiada por el sueño empecé a desvanecerme así que eh de admitir que me encontraba asustada completamente aterrada.
Yo quería vivir, pero temía que ya era tarde para mí y sin esperar recibir mucho en la vida llegué a pensar incluso que no era digna ni de ser escuchada, así que tras respirar profundamente me rendí perdiendo completamente el conocimiento.
La muerte poco tiempo después llego a danzar victoriosa tras pensar que tendría así de forma tan fácil una nueva víctima la cual tomar, pero para ella tal logro no sería tan sencillo de reclamar, pues a pesar de todo viví, mi plegaria había sido escuchada, te preguntaras como más solo puedo decir que tuve suerte.
Y porque digo que tuve suerte, pues por obra de los cielos y sin saberlo en aquel momento yo me encontraba justo en el camino por donde un viejo lobo ermitaño transitiva.
Aquel como cada día nevado había salido a recolectar algunas hiervas junto a algo de leña para encender la hoguera y precisamente se encontraba de camino a casa cargando lo poco que había podido encontrar mientras tiraba enérgicamente de su trineo.
Tal sujeto ya era un hombre bastante mayor por lo que el peso de los años ya había empezado a hacer estragos en su cuerpo, sus piernas ya no eran tan fuertes como antes por lo que las consecuencias de la vida habían empezado a cobrar facturas en ellas.
Así solitario, aquel tiraba y tiraba siguiendo cual sendero perfectamente conocido por su persona hasta que de la nada tropezó con algo en medio del camino.
Al principio pensó que podría ser una roca o quizás un viejo tronco pues cubierto por una fina capa de nieve aquello se encontraba, así que sin pensarlo dos veces se acercó, lo toco y cuando intento levantarlo se percató de que no era para nada parte de la idea que se había formado.
Tremendo susto aquel viejo se llevó al notar mi cuerpo completamente desganado y agonizante.
El miedo lo paralizo no muy bien me contemplo por lo que ante tal imagen no sabía qué hacer y mucho menos como actuar.
Así fue que aquel empezó a batallar contra sí mismo bajo una disputa en la cual ponía en cual balanza el ayudarme o no, pues valla se lo había puesto bastante difícil.
A fin de cuenta término escuchando a la razón y tras confirmar que aún seguía con vida bastante débil, pero con vida, me llevo con él.
Sin dudarlo en su hogar me alojo haciéndome un hueco en su mesa y tanto aquel viejo como su esposa cuidaron de mí.
Ambos sacrificaron su descanso, sus sueños de vivir en la montaña solos y alejados del mundo con la esperanza de morir algún día juntos como un solo ser.
A pesar de que tal sueño era ante todo su mayor añoranza, desistieron de él para en cambio darme un futuro, uno el cual agradezco con toda el alma y al cual honrare eternamente.
Así fue entonces que después de algún tiempo viviendo en aquel bosque que terminamos los tres viviendo en el centro de Venecia ciudad la cual, a fin de cuentas, me vio crecer.
Con ellos aprendí lo que significaba tener una verdadera familia y aunque no llevaba su sangre pude llamarles abuelos ya que llamarles padres con lo mayor que ambos eran se vería un poco extraño.
Así tanto Sonn y Aerdmound quienes eran llamados por los humanos Eliot y Linsey pasaron a ser lo más importante en mi vida.
Los años transcurrieron luego de aquel fatídico día de tal blanca nevada, mi vida tomo incluso otro sentido, uno en donde una vez solo relucía lo gris del abismo empezó a tener otro matiz y con un mayor valor.
Tanto el abuelo como la abuela a pesar de mi condición como omega cosa que no les importo, me entrenaron, me educaron, me llenaron de amor y me formaron de forma tal que fuera capaz de ser completamente independiente por tal razón me volví enteramente una persona diferente.
Gracias a ellos me convertí en una persona en la que no quedaba rastro alguno de debilidad pues ellos habían logrado resaltar tanto lo bueno en mí que no me quedo duda alguna de lo mucho que como persona y como loba podía llegar a dar teniendo ante nada aquellos completa razón.
Tal vez estimo que ante nada me preparaban para afrontar su partida pues aquellos sabían que en el momento justo en el que ya no les necesitara, en el momento justo que ya no dependiera de ellos porque debía de enfrentarme sola contra el mundo se debían de finalmente marchar.
Algunos años después ya en medio de mi vida adulta aquel momento llego, no muy bien había cumplido mis veinte un años, calculándolo claro esta desde el ciclo de desarrollo humano y de la misma forma que llegaron a mi vida Linsey y Eliot se esfumaron.
Despedirse nunca fue el fuerte de ambos así que cuando desaparecieron fue ante todo sin dar palabra o pista alguna y para nunca más volver.
Ahora cuando me pongo a pensar me culpo pues debí imaginar que aquello sucedería.
Las pistas eran muy obvias pues desde hacía unas semanas ambos se comportaban de manera extraña y tanto fue la anormalidad de la situación que incluso a mis manos entregaron su más preciado tesoro un viejo relicario el cual resguardo hoy por hoy con mi vida.
Aquel pequeño objeto era lo único que de ellos se había otorgado junto a un mensaje bastante claro en relación a Belcier pues si alguna vez me dirigía a aquella ciudad aquel pequeño objeto mi vida iba a guiar.
Tal objeto es ante todo singularmente delicado a la vista, en su interior porta una pequeña joya que podía ser visible en el momento justo de este ser abierto la cual permanece sujeta justo en una mitad de aquel relicario un pequeño zafiro perfectamente incrustado.
Ahora bien, del otro lado reluce perfectamente tallada las iniciales BD iniciales que me producían especialmente curiosidad pues desconocía completamente que significaban y junto a ella yacen amarrados algunos mechones de cabello algunos de ellos con un aroma único y diferente de cualquier otro.
Perderles así fue más que doloroso y fue por tal sentimiento que tiempo después a causa de su desaparición que me fui de Venecia alguna temporada para recorrer el mundo por alrededor de tres años donde disfruté de un sinfín de lugares en los cuales algunos tantos fui bien recibidos y en donde en otros se me dio la espalda.
En tanto con prisa aquellos años pasaron sin descanso alguno, sin proporcionar el más mínimo respiro como si ante todo la prisa fuera primordial.
Todo iba bien perfecto ante nada, hasta que llego el tiempo de regresar y a consecuencia de una decisión tomada casi apresuradamente termine desplazándome desde Venecia hasta Belcier ciudades que, aunque continúas se mantienen separadas por algunos cuantos kilómetros.
Tal ciudad figuraba en los pensamientos de mi niñez como parte de mi más grande sueño pues en más de una ocasión llegue a visualizarme recorriendo sus calles mientras disfrutaba de su paisaje gracias a las historias que los abuelos solían contarme y es justo allí donde empieza mi historia de la mano de aquel alfa mal llamado Bastrii.
Hace algunas dos semanas que llegue a Belcier luego de estar viajando por el mundo por algunos años, tiempo después de que los abuelos Linsey y Eliot hayan desaparecido sin dejar razón clara alguna, guiada más que nada por mi imprudencia. Llegué a Belcier un viernes en pleno inicio del mes de mayo alrededor de las dos de la tarde, llegué sola ya que no conocía a nadie y peor aún no conocía nada por lo que tuve que aprender a usar el sentido de la orientación que como loba poseo pero que por lo general no me sirve de mucho en mi calidad de omega. La ciudad en mi plena llegada se encontraba sumamente alborotada tras el fin de semana estar en su pleno inicio por lo que todos los establecimientos a la redonda se mantenían abarrotados. Hacia donde quiera que mirases el cumulo de personas era impresionante, hoteles, plazas, parques, centros comerciales, bares y restaurantes, todos completamente llenos a su máxima capacidad se mantenían, alboroto que empeoro tras llegar la noche,
El tío Martín había conocido a los abuelos hacia muchísimo tiempo ya, por lo que yo sabía que sus palabras venían cargadas de dudas y saturadas de mensajes que no eran del todo comprensibles para mí en ese instante. No obstante, en mi caso conociéndole tan bien como de por si lo hago a pesar de los años que teníamos ya distanciados ante todo sabía que en Lombardi sus palabras acarreaban una razón, así mismo como lo incluso supone su presencia en nuestras vidas. Aunque la verdad pensándolo bien la historia de como los abuelos y él se conocieron es un poco parecida a una película de acción, se me hace incluso imposible no contarla tal y cómo mismo se me dio a conocer por sus personas. Un día los abuelos se encontraban merodeando a las afueras de la ciudad en su forma animal escondiéndose entre la niebla y la escasa luz que la maña proveía, cuando a lo lejos mientras se desplazaban por el bosque llegaron a observar como una jauría de lobos perseguía a un muchacho humano que con m
Hoy es un día como cualquiera otro donde la soledad por momentos me atormenta al notar la ausencia de a quienes amo ya que no les tengo cerca. Allí permanezco de pie desde hace ya un rato junto a la gran ventana corrediza de mi oficina desde la cual observando con atención como el patio de la mansión Bastrii mi casa se encuentra rodeado por la soledad y la desesperanza. La gran residencia Bastrii se encuentra localizada en Belcier ubicada próxima al centro de la ciudad en un costado donde la naturaleza y lo artificial conviven en estrecha armonía. En pocas palabras se trata nada más y nada menos de un pequeño estrecho del bosque que se adentra hasta la ciudad y el cual proporciona un sentimiento evidente de privacidad por lo mismo en medio de tal porción oculto a la vista de los curiosos transeúntes que se encuentra aquel excéntrico hogar. La vedad ya han pasado algunos años desde que esta casa fue tomada por la lúgubre figura de la muerte que parecía danzar con alegr
Como si de cual movimiento brusco se tratara Bazili infirió cual frenado en seco por el gran susto que esta le había propinado, lo que provocó que el interior del vehículo fuera bruscamente sacudido. Valla susto aquella nos había pegado, tanto fue aquel estrepitoso espanto que Bazili no tardo en salir del auto pensando que quizás le habría propiciado algún daño. Su cuerpo estático al frente yacía perpleja dejando ver el miedo en sus ojos; valla aquellos ojos azules tan vividos como el cielo que eran capaces de reflejar la hermosura celestial en lo angosta de sus dimensiones. Yo aún permanecía allí encerrado observando desde mi asiento como todo aquello se iba desarrollando. Así percibí como aquella extraña conversación entre ambos iba fluyendo pues aquel buscaba la manera de descubrir si no le había pasado nada a tal chica tomado quizás por el miedo mismo y la preocupación. Desde donde me encontraba pude llegar a ver como Bazili queriendo confirmar por sus propio
La vida es a veces curiosa eh inoportuna pues nos escucha en los momentos más impropios para darnos lecciones a veces un tanto descaradas. Lo se soy consciente de que hacía poco tiempo que venía quejándome debido a que no era capaz de percibir ni a uno solo de mi especie en esta ciudad, cosa que era extraña. Más que nada parecía encontrase completamente libre de nuestra existencia situación que era imposible pues somos como cual plaga viviente ya que en donde menos lo esperas hay estamos, pero con un simple as del destino todo se vio cambiado fácil y drásticamente. Por un simple descuido en parte a veces por mi torpeza y mi sin igual imprudencia producto de aquel sentimiento de miedo que me sobrecogió tras ver a aquel nombre plasmado en la pared, que mi vida se vio casi pendida de un hilo tras aquel coche casi impactar contra mí. Tal reacción provocando que en una situación tan dramática y por demás decir agobiante terminará envuelta y finalmente me encontrará ante la pr
El mirador el cual no es más que la parte alta de una antigua cascada que desciende en caída libre fluyendo desde el centro de la montaña en los períodos donde mayor concentración de lluvia hay es el sitió justo y perfecto para ir a disfrutar en una noche como esta. De igual forma y ojo también, es un lugar donde lo humano y lo natural congenian en secreto por igual, haciendo de Belcier aún más sorprendente. La naturaleza alrededor, se alza con especial aire de grandeza dominando la mayor parte del espacio. En tanto a un costado sobre la superficie rocosa reluce una larga carretera que va desde el nacimiento hasta lo alto del mirador un tanto estrecha, aunque perfectamente pueden transitar sin preocupación dos vehículos en los carriles circundantes. Al final una vez estas en lo alto tal vía se encuentra unida a un estacionamiento que limita por algunos cuantos metros de la simulación de almacén por donde se ingresa al bar que, aunque su apariencia diminuta es singularmente e
Ya no había salida, estábamos completamente condenados era lo que yo presumía, todo lo posterior a ello resulto sentirse tan incierto y tan alejado de la propia vida que se podía incluso llegar a sentir que era casi seguro que no tendríamos futuro alguno. Por cosas del destino a pesar del evidente miedo yo aún permanecía fuerte y con la cabeza fría pues mirar a Lina temblando de la manera en que lo hacía me obligaba a dar lucha contra lo que fuese que quisiera lastimarle, pues simplemente no podía permitir que terminará herida. Lo que me conmovió aún más fue notar que al igual que yo Lyall tenía el mismo pensamiento preservar la vida de aquella chica era fundamental. La tensión aumentaba cada vez más y junto a ella se podía percibir en el ambiente una inusual pesadez. El aire alrededor se sentía saturado sumamente cargando como si la muerte se hubiera posado encima nuestro y se mantenía cubriéndonos con su velo acercándose quizás como una vieja amiga corriendo a nuestro encuen
Una risa burlona broto de entre sus labios sin dudas mis palabras resultaron ser nada ante su persona y como si nada valga la redundancia, continuo su marcha en dirección fija a donde en definitiva aquel caminaba. Algunos segundos más fueron más que suficientes hasta que llegamos a su destino el cual no era más que un claro en medio del lecho que da acceso al mirador quien encuentra alejado del bar por unos cuantos metros fue a donde me condujo. Una vez allí tras llegar a orillas de un vehículo que en todo caso se encontraba encendido detuvo finalmente su andar. — Lista pequeñuela hemos llegado — aquel increpo mientras me miraba a la cara manteniendo ante todo un aire evidente de pedantería que podía ser fácilmente confundido con caballerosidad. Yo por mi parte guarde silencio y solo me dedique a mantenerme serena sobre todo atenta respecto a lo que él hacía. Así fue entonces como terminé fijando mis ojos completamente en su persona ante su mirada seductora y quien con gr