Una risa burlona broto de entre sus labios sin dudas mis palabras resultaron ser nada ante su persona y como si nada valga la redundancia, continuo su marcha en dirección fija a donde en definitiva aquel caminaba. Algunos segundos más fueron más que suficientes hasta que llegamos a su destino el cual no era más que un claro en medio del lecho que da acceso al mirador quien encuentra alejado del bar por unos cuantos metros fue a donde me condujo. Una vez allí tras llegar a orillas de un vehículo que en todo caso se encontraba encendido detuvo finalmente su andar. — Lista pequeñuela hemos llegado — aquel increpo mientras me miraba a la cara manteniendo ante todo un aire evidente de pedantería que podía ser fácilmente confundido con caballerosidad. Yo por mi parte guarde silencio y solo me dedique a mantenerme serena sobre todo atenta respecto a lo que él hacía. Así fue entonces como terminé fijando mis ojos completamente en su persona ante su mirada seductora y quien con gr
Sali del mirador completamente segado sin saber que tiempo después debería de volver, dominado por la colera como si un extraño hilo de sangre me dominara desde dentro controlando cada uno de mis movimientos. Aun cuando aumentaba mi marcha podía sentir como los gritos de Kira resoplaban sin parar a un costado en mi oído así que el poco trayecto que quedaba antes de llegar a donde Bazili se encontraba lo realice a paso doble aumentando la exigencia en mi andar. Sin prestarle atención a nada ni a nadie más, me acerqué al auto, abrí la puerta y me zambullí en él, dejando caer mi cuerpo con todo su peso sobre aquel asiento. — Esta bien señor — con una expresión de intranquilidad y de miedo Bazili libera aquella pregunta llena de preocupación. — No. — Necesita que haga algo por usted no se ve nada bien. — Solo arranca, volvamos a casa. Como cual orden directa aquel hombre no tardo en obedecer y girando su cabeza coloco la llave en el bombín de arranque instantá
Cuando finalmente regresé hasta donde ellas se encontraban respiré aliviado tras revisar sus cuerpos y no encontrar ninguna herida en ellos; así que finalmente me relajé. Emma al igual que Lina se había quedado inconsciente producto de la sobreestimulación producida en el momento; ambas como cuales cuerpos ajenos de vida en ese instante parecían encontrarse. Eh de admitir y soy sincero en esto que diré pues la idea de salvar a una humana no era del todo de mi agrado cosa que exprese hace machismo tiempo ante Lyall y que recalque de forma directa a Emma una vez que despertó. Ahora bien, soy consciente de que sí no hubiese intervenido estoy casi seguro de que Lyall pondría precio a mi cabeza por no proteger a su amada Lina tras tener la oportunidad. Las escenas que continuaron parecían más que nada sacadas de alguna película romántica donde el fiel caballero salva a su princesa, aunque solo son simples patrañas o al menos eso es lo que figura para mí, pues no soy para nada pa
Ya han transcurrido varios días desde lo sucedido en el mirador, situación la cual evito recordar pues el simple hecho de hablar de ello provoca que mi piel se erice y no precisamente por lo bonito o agradable del recuerdo. Durante este tiempo la intranquilidad ha tomado parte en mi vida a pesar de que constantemente Lina y yo nos encontramos protegidas por Lyall ya que aquel sin mediar palabra u objeción alguna se instaló en nuestras vidas sin siquiera pedir permiso y hemos tenido que terminar aceptado dicha situación. Ahora bien, aunque en silencio me alegra tener a Lyall cerca no dejo de sentir que algo grande mucho más de lo que podamos manejar está sucediendo tras las sombras y me aterra el solo hecho de pensarlo pues soy consciente de que yo no sería capaz de tener tal situación bajo completo control puesto que probablemente ante mi debilidad quedaría expuesta ante el peligro. Así pues, en silencio me veo en la obligación de tragarme en seco mi preocupación y por ello n
Luego de estar un tiempo así rodeado por el misterio mismo, Dominieck por primera vez desde que me arrastro hasta este lugar elevo su cara para observarme. — Hay tantas cosas que necesito que me contestes, necesito saciar mi duda por mi propia cuenta y espero que me des respuestas claras a cada una de ellas. — Y porque crees que te respondería no eres más que un simple extraño para mí. Mirándome fijamente con un evidente tono de amenaza dio algunos pasos para reducir distancia mientras me señalaba de forma inquisitiva. — Mejor evita cabrearme más de lo que ya de por sí me encuentro, te aseguro que no te gustaría ver mi peor cara. — No te prometo nada. — Ok... entonces puedo suponer que me lo harás difícil. — Que bueno que lo has notado, me ahorras el tener que decirlo directamente. Una risa diabólica se formó en sus labios, escucharme pronunciar aquellas tales palabras habían hecho que de tal hombre se fuese derramada la última gota de paciencia, aunque aún n
Le miré, pero como temía aquel movimiento provoco nada en su persona, ni la más mínima reacción, ni el más mínimo gesto, allí aquel se quedó completamente quietó mientras aun su pata yacía justo sobre mi destrozada ropa y cercano a mi pecho expuesto. Ante nada aquel parecía encontrase tomado por la sorpresa temo que no esperaba recibir aquella reacción de mí, pero como siempre su rostro no daba señal alguna para interpretar, salvo su eventual silencio. — Admito que tienes agallas. — Eso agradécelo a mis mentores, supieron prepararme para reaccionar ante cualquier posible idiota como tú y valla que eres ejemplo vivo de ello Dominieck. Clave mis ojos aun con más fuerza en él, retándolo abiertamente y tomando un trozo de valentía de mi alma quebrantada, le replique casi de seguido tras dar un suspiró. — Dime... no te cansas, porque mejor no hablas de una vez y dices de que va este tonto juego Dominieck, ya deja de darle a la larga y haz preguntas que de verdad tengan s
La sorpresa y la emoción no tardaron en hacerse notar en mi rostro aun a pesar de que por un momento había olvidado que le buscaba. — El relicario, pero como. — Hace un momento mientras conversábamos con Dominieck lo vi en un rincón, imagine que era tuyo pues tiene tu aroma, aunque me sorprende que de él salga con tanta fuerza el olor de Linsey y Eliot. Con toda la pasividad del mundo lo tome en mis manos, con la mente tomada de recuerdos e ideas lo contemple, serena y completamente tranquila. Con la yema de mis dedos frote la cara posterior del relicario y abriéndolo casi en el acto recalque. — Es por esto que su olor se percibe en mí. Lo abrí completamente ante los ojos de Lyall y aun con mayor fuerza el aroma de los abuelos salió de aquel objeto. A fin de cuentas, ante él ya no tenía mascara alguna, pues era evidente que tras escucharle que aquellos se conocían y que probablemente tenían una buena relación. Aunque pensándolo bien cabía la posibilidad de que
Ante la curiosidad aquel no pudo evitar acerca su rostro aún más hasta el carrito eh increpo mientras mantenía un leve aire de desconfianza alojado en sí. — ¿Que llevas hay Emma? — Pensé que tendrías hambre, así que aquí estoy, te traje algo de comer, aunque estimo que pueda ser muy poco para ti. — Y que paso con todo eso que dijiste, no se suponía que no me querías cerca, pero sin embargo aquí estás. Le mire con ojos vidriosos, mi voz se volvió quebradiza mientras la seriedad tomaba posesión de mis palabras. El simple hecho de hablar me producía la extraña sensación de que me encontraba batallando directamente contra el dolor y que Dominieck precisamente era aquella puerta abierta de par en par que me conducía directo a mi derrumbe. — Se lo que dije no tienes por qué recordármelo. Respiré profundamente y pasé de mirarle fijamente a desviar mi vista en el acto, así me alejé del carrito que hacia un momento traía a cuesta y mirando un espacio vació próximo me senté j