La vida es a veces curiosa eh inoportuna pues nos escucha en los momentos más impropios para darnos lecciones a veces un tanto descaradas.
Lo se soy consciente de que hacía poco tiempo que venía quejándome debido a que no era capaz de percibir ni a uno solo de mi especie en esta ciudad, cosa que era extraña.
Más que nada parecía encontrase completamente libre de nuestra existencia situación que era imposible pues somos como cual plaga viviente ya que en donde menos lo esperas hay estamos, pero con un simple as del destino todo se vio cambiado fácil y drásticamente.
Por un simple descuido en parte a veces por mi torpeza y mi sin igual imprudencia producto de aquel sentimiento de miedo que me sobrecogió tras ver a aquel nombre plasmado en la pared, que mi vida se vio casi pendida de un hilo tras aquel coche casi impactar contra mí.
Tal reacción provocando que en una situación tan dramática y por demás decir agobiante terminará envuelta y finalmente me encontrará ante la presencia no de uno sino de dos lobos.
Justamente cuando el conductor salió de aquel auto, aquel olor a animal característico nuestro se elevó en el aire con fuerza.
Por cómo se movía, hablaba y olía podía decir que el chofer no era más que un beta el cual se mantenía bajo las órdenes de quien en el auto posiblemente se encontraba.
Ahora bien, cuando el otro pasajero abandono su asiento, un frío recorrió mi espalda.
Su olor era diferente, era imponente y abrumador sensación que solo los alfas pueden producir en nosotras las omegas cosa que usan más que nada para mantenernos a su merced.
Tal aroma suele ser agradable, tentador y sumamente idiotizante salvo en mi caso.
Te preguntaras porque sencillo pues al ser hija precisamente de un alfa debía de estar constantemente luchando contra su aroma lo que más que nada me ayudo a tener control por lo mismo nos volvemos menos propensas a ceder contra él, aunque con facilidad cualquier loba en mi condición caería a sus pies.
Inmediatamente me percaté de ello empecé a preocuparme pues que aquellos dos estuvieran allí no significaba nada bueno ni para mí, ni para nadie.
Así pues, empecé una batalla meramente consciente contra mí misma pues no podía dejar que aquellos me tocasen ni que descifraran por completo quien en verdad era pues con el simple hecho de entender mi identidad como omega aquellos podían intentar capturarme como cual trofeo para hacerme parte de su botín.
Por varios minutos estuve batallando para mantenerme alejada de aquel chofer cosa que no fue sencilla la verdad pues el abiertamente insistía en querer tocarme, pero no lo podía permitir.
Yo ante nada sabía que debía rápidamente de encontrar una forma de huir lo antes posible, pero aquel no me daba ni el más mínimo respiró.
Como pude a fin de cuentas logré escapar sin que hubiesen logrado tocar ni el más mínimo cabello de mi ser.
Sin más logre alejarme y darles la espalda dejándolos allí en medio de aquella carretera para con velocidad esconderme en el edificio que ahora es mi hogar.
Sin descansar corrí, subí las escaleras que dan al primer piso y sin detenerme arribé a las otras dos hasta llegar al tercer nivel.
Así sin descansar tomé el pasillo hasta la puerta del apartamento y tras entrar, cerré aquella compuerta de golpe lo más asegurada posible.
Entre aquellas cuatro paredes me encerré rogando a fin de cuentas por no ser del todo descubierta pues me había ya formado ideas un tanto aterradoras, pues los alfas suelen llegar a ser ante omegas, crueles y dominantes.
… ¡Minutos más tarde! …
Ha pasado alrededor de una hora junto a unos cuantos minutos y desde hace algún tiempo me encuentro sentada en la cornisa de la ventana luego de finalmente calmarme.
Allí busco distraer mi agitado ser contemplando como las calles de Belcier se alzan extrañamente preciosas al encontrarse sumamente iluminadas tras la noche caer, por las lámparas que recorren las aceras llenándola de luz a todo lo largo y lo ancho.
Llevo un buen tiempo ya allí acomodada, rodeada por la nostalgia tras mis pensamientos estar constantemente bombardeados con viejos recuerdos del ayer.
Ante nada permanecía sumamente concentrada cuando de la nada empecé a sentir gracias a mi audaz audición como la perilla de la puerta de acceso estaba siendo particularmente movida de un lado a otro ya que alguien con insistencia buscaba abrir aquella de par en par provocando aquello que de nuevo el miedo se apoderara de mí.
Intente de alguna manera serenarme para darle cabida a la lógica y a la razón, intente pensar quizás que de nada malo se trataría, pero a quien quiero engañar si los nervios que sentía por más está decir que eran bastante traicioneros y super abrumadores.
Sin pensarlo dos veces, con gran velocidad y sigilo me puse de pie para con delicadeza paso entre paso acercarme hasta la puerta.
Una vez ya en posición producto de los nervios empecé a templar, ya que nunca en mi vida había estado ante otro alfa que no fuera mi padre y por alguna razón pensé que quizás aquel se encontraría del otro lado, falsas ilusiones mías probablemente.
Valla sorpresa me llevé tras pegar mi cara a la puerta para observar por la mirilla y darme cuenta de quien era la persona que allí se encontraba aguardando del otro lado pacientemente pues solo se trataba de Lina.
Verle me produjo la mayor sensación de tranquilidad al notar que mis ideas y pensamientos eran infundadas y carecían de realidad, así que con cuidado retiré las cerraduras de seguridad y abrí aquella puerta de par en par.
— Hola.
Con cual sonrisa aquellas palabras son emitidas por aquella chica quien observando a un costado se mantenía tras yo abrir aquella puerta, a la vez que continúa diciendo
— ¿Qué sucede? Porque estabas encerrada de esa manera.
— Lina y tu tan temprano en casa.
Con cual risa de satisfacción pronuncie aquellas palabras intentando ocultar a la vista mis expresiones, mientras replicaba aquella frase pues curiosamente su presencia a pesar de ser una humana me brinda mucha paz luego de vivir este caos.
— El señor Lombardi me pidió que me retirara, me ordeno que no te dejara sola, pero a todo esto no me has contestado ¿Qué sucede?
Por más que lo quisiese no podía decir la verdad respecto a lo sucedido y solo el hecho de mencionarlo me haría probablemente ahondar en detalles, así que la mejor opción era pronunciar una simple mentira.
— Es que como me iba a recostar un rato me daba pesar dejarla así sin seguridad, ahora bien, no comprendo a que viene eso ¿Qué no me dejaras sola? Y eso porque...
Pronuncie intentando cambiar de tema.
— No me dijo, solo recalco que era bueno que ambas pasáramos tiempo juntas.
— Por un lado, se escucha bien y por el otro es extraño podría decirse que es extrañamente halagador viniendo del tío.
Deje salir de mí una risa un tanto juguetona para evitar que el miedo aun presente en mi persona pudiera llegar a ser notado por ella, pero Lina permanecía allí estática observándome fijamente con curiosidad.
Así que aprovechando aquellas circunstancias en medio de tal momento aquella bienvenida paso a convertirse en un intento de huida ya que finalmente tras tenerle allí, cerrar la puerta e inicie mi huida hasta mi habitación.
Pensé, que ya que no quería que aquella notara mi evidente malestar lo correcto sería marcharme y así ocultarme de ella era lo justo más que nada pues ante nada no quería hacerle parte de un castigo no merecido por su persona.
Pasado unos segundos la observé y empecé mi caminata por aquel pasillo que da en dirección a las recamaras, pero Lina tenía otros planes, pues no muy bien me vio dar algunos bagos pasos para avanzar en mi huida aquella chica me detuvo.
— Espera un momento Emma quiero hacerte una invitación.
— ¡Una invitación! De que clase — cuestionó mientras que de seguido me doy la vuelta.
— Es algo sencillo la verdad, porque no nos vamos un rato hasta el bar que está en el mirador.
— Ir hasta allá, ya es un poco tarde la verdad.
— Sí, anda solo será poco tiempo, además aun no eh cenado y tengo muchísima hambre.
— Suena bien, aunque no estoy de humor, no quiero salir.
— ¿Por qué?
— Solo no estoy de humor.
— Tu así, eso sí es realmente extraño hasta ayer siempre que te eh mencionado algún paseo te llenas de emoción.
Aquella risa nerviosa volvió a surgir en mi rostro esta vez cargada de dudas, por más que quisiera no podía decir ni una sola palabra de lo sucedido en aquel día, aunque lo ameritaba y mucho menos podía enfrentarla al peligro que conlleva el saber de nuestra existencia.
— No es nada, solo estoy un poco cansada — recalque intentando que sus dudas fuesen disipadas.
Algunos minutos más transcurrieron donde tuvimos un constante tira y afloja entre las dos.
Por un lado, ella se encontraba intentando con todas sus fuerzas convencerme y por el otro lado yo me encontraba intentando simplemente llevar la contraria para evitar el hecho de salir.
La cuestión extrapolo y antes de siquiera darme cuenta Lina me había finalmente convencido.
Ante nada era sorprendente el nivel de insistencia y convencimiento que aquella era capaz de manifestar aun en su calidad de humana así que por tal razón a fin de cuentas se me hizo imposible el poder negarme ante su pedido.
Pasado algún tiempo una vez ya cuando ambas finalmente nos encontrábamos listas salimos de Vinchenzo.
No muy bien llegamos a la acera un taxi se aproximó, no nos dio tiempo ni de pensar con claridad cuando aquel ya se encontraba a la vera nuestra dando la sensación de que el universo sí o sí nos quería en aquel lugar.
Finalmente le arribamos y tras proporciónale la dirección al conductor aquel hombre piso el acelerador saliendo a toda prisa alejándose de la acera.
Aunque el camino no es relativamente largo hasta el mirador pues no más de diez minutos se toma subir a lo alto, para mí resulto ser más que eterno, y ya una vez en la cima justo al lado del bar aquel nos dejó.
No sé si fue producto de tal impresión de lo vivido por mí en aquel momento o si el malestar que me consumía era significantemente desgastante, pero tras descender de aquel vehículo la sensación de escalofríos se adueñó de mis movimientos una vez más.
Así que por alguna razón nuevamente empecé a sentir miedo, aunque no era capaz de detectar ni el más mínimo rasgo de peligro a la redonda.
El mirador el cual no es más que la parte alta de una antigua cascada que desciende en caída libre fluyendo desde el centro de la montaña en los períodos donde mayor concentración de lluvia hay es el sitió justo y perfecto para ir a disfrutar en una noche como esta. De igual forma y ojo también, es un lugar donde lo humano y lo natural congenian en secreto por igual, haciendo de Belcier aún más sorprendente. La naturaleza alrededor, se alza con especial aire de grandeza dominando la mayor parte del espacio. En tanto a un costado sobre la superficie rocosa reluce una larga carretera que va desde el nacimiento hasta lo alto del mirador un tanto estrecha, aunque perfectamente pueden transitar sin preocupación dos vehículos en los carriles circundantes. Al final una vez estas en lo alto tal vía se encuentra unida a un estacionamiento que limita por algunos cuantos metros de la simulación de almacén por donde se ingresa al bar que, aunque su apariencia diminuta es singularmente e
Ya no había salida, estábamos completamente condenados era lo que yo presumía, todo lo posterior a ello resulto sentirse tan incierto y tan alejado de la propia vida que se podía incluso llegar a sentir que era casi seguro que no tendríamos futuro alguno. Por cosas del destino a pesar del evidente miedo yo aún permanecía fuerte y con la cabeza fría pues mirar a Lina temblando de la manera en que lo hacía me obligaba a dar lucha contra lo que fuese que quisiera lastimarle, pues simplemente no podía permitir que terminará herida. Lo que me conmovió aún más fue notar que al igual que yo Lyall tenía el mismo pensamiento preservar la vida de aquella chica era fundamental. La tensión aumentaba cada vez más y junto a ella se podía percibir en el ambiente una inusual pesadez. El aire alrededor se sentía saturado sumamente cargando como si la muerte se hubiera posado encima nuestro y se mantenía cubriéndonos con su velo acercándose quizás como una vieja amiga corriendo a nuestro encuen
Una risa burlona broto de entre sus labios sin dudas mis palabras resultaron ser nada ante su persona y como si nada valga la redundancia, continuo su marcha en dirección fija a donde en definitiva aquel caminaba. Algunos segundos más fueron más que suficientes hasta que llegamos a su destino el cual no era más que un claro en medio del lecho que da acceso al mirador quien encuentra alejado del bar por unos cuantos metros fue a donde me condujo. Una vez allí tras llegar a orillas de un vehículo que en todo caso se encontraba encendido detuvo finalmente su andar. — Lista pequeñuela hemos llegado — aquel increpo mientras me miraba a la cara manteniendo ante todo un aire evidente de pedantería que podía ser fácilmente confundido con caballerosidad. Yo por mi parte guarde silencio y solo me dedique a mantenerme serena sobre todo atenta respecto a lo que él hacía. Así fue entonces como terminé fijando mis ojos completamente en su persona ante su mirada seductora y quien con gr
Sali del mirador completamente segado sin saber que tiempo después debería de volver, dominado por la colera como si un extraño hilo de sangre me dominara desde dentro controlando cada uno de mis movimientos. Aun cuando aumentaba mi marcha podía sentir como los gritos de Kira resoplaban sin parar a un costado en mi oído así que el poco trayecto que quedaba antes de llegar a donde Bazili se encontraba lo realice a paso doble aumentando la exigencia en mi andar. Sin prestarle atención a nada ni a nadie más, me acerqué al auto, abrí la puerta y me zambullí en él, dejando caer mi cuerpo con todo su peso sobre aquel asiento. — Esta bien señor — con una expresión de intranquilidad y de miedo Bazili libera aquella pregunta llena de preocupación. — No. — Necesita que haga algo por usted no se ve nada bien. — Solo arranca, volvamos a casa. Como cual orden directa aquel hombre no tardo en obedecer y girando su cabeza coloco la llave en el bombín de arranque instantá
Cuando finalmente regresé hasta donde ellas se encontraban respiré aliviado tras revisar sus cuerpos y no encontrar ninguna herida en ellos; así que finalmente me relajé. Emma al igual que Lina se había quedado inconsciente producto de la sobreestimulación producida en el momento; ambas como cuales cuerpos ajenos de vida en ese instante parecían encontrarse. Eh de admitir y soy sincero en esto que diré pues la idea de salvar a una humana no era del todo de mi agrado cosa que exprese hace machismo tiempo ante Lyall y que recalque de forma directa a Emma una vez que despertó. Ahora bien, soy consciente de que sí no hubiese intervenido estoy casi seguro de que Lyall pondría precio a mi cabeza por no proteger a su amada Lina tras tener la oportunidad. Las escenas que continuaron parecían más que nada sacadas de alguna película romántica donde el fiel caballero salva a su princesa, aunque solo son simples patrañas o al menos eso es lo que figura para mí, pues no soy para nada pa
Ya han transcurrido varios días desde lo sucedido en el mirador, situación la cual evito recordar pues el simple hecho de hablar de ello provoca que mi piel se erice y no precisamente por lo bonito o agradable del recuerdo. Durante este tiempo la intranquilidad ha tomado parte en mi vida a pesar de que constantemente Lina y yo nos encontramos protegidas por Lyall ya que aquel sin mediar palabra u objeción alguna se instaló en nuestras vidas sin siquiera pedir permiso y hemos tenido que terminar aceptado dicha situación. Ahora bien, aunque en silencio me alegra tener a Lyall cerca no dejo de sentir que algo grande mucho más de lo que podamos manejar está sucediendo tras las sombras y me aterra el solo hecho de pensarlo pues soy consciente de que yo no sería capaz de tener tal situación bajo completo control puesto que probablemente ante mi debilidad quedaría expuesta ante el peligro. Así pues, en silencio me veo en la obligación de tragarme en seco mi preocupación y por ello n
Luego de estar un tiempo así rodeado por el misterio mismo, Dominieck por primera vez desde que me arrastro hasta este lugar elevo su cara para observarme. — Hay tantas cosas que necesito que me contestes, necesito saciar mi duda por mi propia cuenta y espero que me des respuestas claras a cada una de ellas. — Y porque crees que te respondería no eres más que un simple extraño para mí. Mirándome fijamente con un evidente tono de amenaza dio algunos pasos para reducir distancia mientras me señalaba de forma inquisitiva. — Mejor evita cabrearme más de lo que ya de por sí me encuentro, te aseguro que no te gustaría ver mi peor cara. — No te prometo nada. — Ok... entonces puedo suponer que me lo harás difícil. — Que bueno que lo has notado, me ahorras el tener que decirlo directamente. Una risa diabólica se formó en sus labios, escucharme pronunciar aquellas tales palabras habían hecho que de tal hombre se fuese derramada la última gota de paciencia, aunque aún n
Le miré, pero como temía aquel movimiento provoco nada en su persona, ni la más mínima reacción, ni el más mínimo gesto, allí aquel se quedó completamente quietó mientras aun su pata yacía justo sobre mi destrozada ropa y cercano a mi pecho expuesto. Ante nada aquel parecía encontrase tomado por la sorpresa temo que no esperaba recibir aquella reacción de mí, pero como siempre su rostro no daba señal alguna para interpretar, salvo su eventual silencio. — Admito que tienes agallas. — Eso agradécelo a mis mentores, supieron prepararme para reaccionar ante cualquier posible idiota como tú y valla que eres ejemplo vivo de ello Dominieck. Clave mis ojos aun con más fuerza en él, retándolo abiertamente y tomando un trozo de valentía de mi alma quebrantada, le replique casi de seguido tras dar un suspiró. — Dime... no te cansas, porque mejor no hablas de una vez y dices de que va este tonto juego Dominieck, ya deja de darle a la larga y haz preguntas que de verdad tengan s