Al abrir mis ojos, había perdido por completo la noción del tiempo y del espacio ya que para aquel instante aún me mantenía con los recuerdos muy presentes respecto a aquellos últimos instantes en los cuales aun me encontraba consciente y acomodada en el asiento del copiloto junto a Dominieck, así que al despertar al no saber dónde me encontraba me dispuse a observar todo lo que se mantenía esparcido a mi alrededor. Al hacerlo realmente no pude evitar perderme contemplando los detalles rústicos que en su interior se mantenían y que daban vida a toda aquella recamara, dándole a la misma un aire especial y algo distinguidamente atractiva, pero sin dejar de ser obvio el hecho de que no le conocía, lo que la hacía ante todo un espacio totalmente nuevo para mí. De ella de igual manera, emanaba un aroma muy característico bastante masculino, aroma que no muy bien se adentró en mi olfato hizo que de alguna manera la sangre en mis venas empezara a hervir, la energía empezó por ello a acumu
Luego de que el suspiro de la vida me ha colmado a mí, con un momento tan esperado como era este, ante mi humanidad una la cual es tan parte mía como mi mitad lobuna, me vi sorprendido tras sucumbir ante la tranquilidad que haber disfrutado de su cuerpo me proporciono.Hambriento de ella la recorrí, la hice mía en toda su extensión, pero sin embargo en vez de ella caer rendida a mis pies, fui yo que terminé rendido a los suyos.Yo, que llevo tantos años sin descansar como la palabra completa lo amerita, eh terminado aquí y ahora en este mundo de fantasía, abrazado a Emma como cual roca inmovible, como si ella fuese todo cuanto eh soñado en esta vida, sintiendo me seguro me vencí ante el agotamiento haberme llegado tras haber concluido aquel momento en el que la pasión de ambos se desbordó, ante la locura misma.Sintiendo el aroma de su pelo junto y experimentar el tan jugoso calor de su piel, me vi perder la más grande de las batallas, una que no se pelea con armas y en la cual compit
El olor a jazmín se adentró por mucho en mi olfato, a pesar de que aún no me encuentro despierta puedo especialmente sentirlo como juguetea con algo de intereses cosquilleando la punta de mi nariz. Ahora bien, pese a que no quiero, me limito brevemente a abrir despacio los ojos buscando en mi desconocimiento descubrir donde estoy, pues de la noche anterior tengo meramente algunos escasos recuerdos, evocaciones que no puedo exclamar a la ligera por el contenido tan impropio que dentro de sus extrañas posee. Son apenas las siete de la mañana hora que presupongo es tras dirigir mis ojos hacía la ventana desde donde pude llegar a notar la claridad de la mañana que a través de aquellos espacios se podían contemplar. Al enfocar mi vista me percato no muy bien vuelvo al total presente, que me encuentro por alguna razón medianamente recostada sobre una superficie algo firme, que para nada se asemeja a la suavidad y frescura que una cama proporciona, pues principalmente noto que lo que es,
La risa de los demás que se encontraban junto a nosotros alrededor de aquella mesa no se hizo esperar, al notar más que nada con algo de confusión el comportamiento tan respetuoso que Dominieck drásticamente había tomado y que fue por sobre todo objeto de sorpresa para aquellas dos mujeres. A partir de aquí desayunar se convirtió en una tarea sumamente más cómoda y amena para todos, una que disfrutábamos por igual como si realmente nos encontráramos en medio de una verdadera familia y tanto fue así que incluso Zoe, Leila y Bazili nos acompañaron. Pasado un tiempo tras terminar la ingesta de aquellos alimentos Dominieck me invito a pasear, aparentemente aquel vio como algo bastante agradable el hecho de dar una pequeña caminata alrededor del jardín, pero totalmente solos, cosa que me ofreció hacer tras ver como yo me había quedado contemplando desde hacía unos cuantos minutos el exterior desde el interior de la casa por uno de los ventanales que dan rumbo precisamente en esa dirección
— ¡je, je, je! — una risa nerviosa apareció en mi boca, pues algo me decía muy dentro de mí de que, aquel sin dudas era capaz de hacer eso y más, siempre y cuando fuese lo suficientemente provocado. — Como dije, tú y yo ahora estamos marcados y seremos uno durante todo el resto de nuestras vidas — Dominieck se colocó de pie, de la parte inferior tomo su camisa y elevándola hizo el mismo procedimiento que realizo conmigo, subiendo aquella prenda y descendiendo la cinturilla de aquel pantalón justo del lado izquierdo allí la divise sobre la parte superior de su pelvis reposaba la misma marca que yo ostentaba. Ante aquella imagen contemplándolo tan cerca de mí, sentí el llamamiento de la carne, del deseo y del furor nuevamente ligado un tanto a la esencia de la propia curiosidad, por lo que solo el ver su piel me hacía sentir extrañamente alocada, así que, mirando aquella marca plasmada en su ser, no pude evitar tomar mi mano y dirigirla hasta aquel lugar. Con las yemas de mis dedos,
Ver sus ojos atentos, como me divisaban al proclamar cada una de las palabras que de mi ser salían era casi imposible, su silencio dejaba mucho a la imaginación, pero antes de que ella dijera algo había una cosa en particular que debía de dejar bien en claro. — Espera... antes de que digas algo quiero que entiendas que, sé que parecerá extraño que quiera unirte a los recuerdos que este lugar trae de por medio, cosa que no hago por malicia, ni tampoco por hacerte menos, lo hago porque quiero redirigir a ti ese sentimiento de amor, de ternura, de lealtad y de unión que deja en mí y entregártelo a ti, quiero que hagas de este también tu hogar, quiero que hagas de este igualmente tu mundo, quiero que hagas de esto tu yo, como yo ya lo soy. La tranquilidad que su mirada me proporcionaba me otorgaba la suficiente libertad para expresarme tanto como yo quería, sin sentirme atado, ni mucho menos retenido por nada, me permitía ser lo suficientemente delicado tanto como para no fundir como
Ha transcurrido ya una semana desde aquel día en el que le di el sí a Dominieck, y aunque parece poco tiempo la verdad es que han cambiado muchas, muchas cosas aquí incluyendo yo misma, que me eh visto sin dudas en la obligación de madurar en poco tiempo. Crecer me ha hecho tomar una perspectiva diferente de lo significa la vida como loba y aunque me queda mucho por aprender eh sabido aprovechar el tiempo que tanto Lyall como Dominieck me ofrecen cada día. Todo ha sido a la largo un subidón de emociones uno que no tiene precedentes y que lamentablemente solo iría en aumento. … … … Son más o menos las siete y diez de la noche y a diferencia de todos los días hoy me encuentro dentro de la cocina, sí... en pleno territorio enemigo lugar en el que se me permitió ingresar luego de que Dominieck hablara con la señora Zoe pues realmente algo que quería hacer era ayudarle precisamente a ella pues quería sentirme útil en la residencia y menos sola. Hace ya un buen rato que las tres nos
Ver como Dominieck me abrazaba hizo que su sangre hirviese, sus ojos se tornaron rojos y se podía notar cómo rechinaba los dientes del enojo. Kira gritó mientras miraba hacía todos lados algo enloquecida — no, no... tú tienes que ser mío, solo mío, tú tienes que rendirte a mis pies no a los de ella. Por primera vez me atreví a tomar la palabra y dirigirla contra ella, no era algo que yo quería hacer, pero si realmente me encontraba allí era sin dudas para ofrecerle apoyo a Dominieck, así que no era justo que simplemente me quedase callada. — Lastima que no eres tú la que eliges o te tengo que recordar lo rigurosas que son las leyes de los lobos. — Tu no harás nada inmunda, tú no eres nada ni nadie aquí como para dirigirme la palabra, yo soy la que elijo y para complacerme en lo que quiero, cuando lo quiero tengo al mejor de todos de mi parte, mi padre sin duda acabaría con ustedes en un abrir y cerrar de ojos. Ante sus palabras yo me reí, sabía que sin importar lo que ella dijes