+Amelia+Espera… Espera…Sin pensarlo me levanto de golpe, volteo a ver al otro lado de la cama. Mi boca se abre en forma de “o” y mis ojos están a unos centímetros de salirse en el instante que veo a ese hombre…¡Está desnudo!Luego de verlo de arriba hacia abajo me veo a mí misma, ¡putísima madre! También estoy desnuda, ¿qué es lo que hecho?Si seré estúpida, me he acostado con el hombre que tiene un récord de mujeriego.Pero qué mierda tengo en la cabeza y la maldita calentura que me cargo. ¿Qué es lo que hice?Niego con la cabeza, mi corazón quiere salirse y el remordimiento me ataca.¡Pensé que era una pesadilla!Veo de un lado a otro, buscando con urgencia mi ropa, ¿dónde la dejé? ¿Por qué no recuerdo nada?Retrocedo lentamente tratando de no despertarlo, ¡no quiero verlo! No quiero que me vea, es que no sé cómo reaccionar o qué decir. Nuevamente, he metido la pata, y todo esto me sucede por ser una calenturienta que no se mide, ¿será que tengo que pedir ayuda?Un… dos… tres y m
—Lamento interrumpir su momento romántico, pero tenemos de que hablar —una voz desconocida se hace presente, desvío mi mirada y me sobresalto al ver a la mujer que conocí en la oficina de Alex, ¡de mi jefe!—, ¡la puerta estaba abierta!—señala la puerta, mi mirada viaja a su dedo índice, comprobando que lo que dice es cierto.—Me parece demasiado…—Nos tomaste de sorpresas, no hubiese sido mala idea llamarme antes, así el café y el croissant estuviesen listos sobre la mesa, ya que me imagino que lo que tienes que decir es de pura muerte —las facciones del rostro de Alex se endurecen, su voz cambió radicalmente—. Amelia, discúlpame un momento, todo parece que es mi culpa que ella se presentará a tu apartamento sin previo aviso—ahora él se dirige hacía mí—. No demoro, solo la acompañaré a su auto.¿Hmmm? ¿Por qué?—No tiendo… lo que quiero decir que no es necesario que ella se vaya, ya se encuentra aquí y sería buena idea que ella desayuné con nosotros —me opongo a su decisión—, voy corr
+Alex+—¿Qué acabas de hacer? —le arrebato el teléfono y lo bajo, terminando de una vez la llamada.A la bruja se le ha ocurrido la tremenda y terrible idea de llamar a Amelia por teléfono, haciéndose pasar por su madre.—Era necesario, entiende que ella es tu reina, la mujer que estará a tu lado para dirigir y gobernar a la manada. Lobo, ella tiene que irse contigo y está, es la única opción, la he empujado directo a tus brazos.—No me digas que para eso apareciste, ¿qué haces aquí?Estoy furioso con ella, no me agrada para nada su aparición, pensé que era importante.—Ella está en peligro y ahora que se ha unido contigo sus poderes oscuros saldrán a relucir.¿Poderes?Hmmm… Esta bruja sabe más de lo que dice: un día me dice una cosa y el otro le agrega más.¿Me estará utilizando? Más le vale que no esté jugando conmigo.—Y crees que con esto ella…—Sí, no solo creo lobo, estoy segura —las palabras que salen de su boca me dejan tranquilo—. Pensaba irme en este momento, pero quiero ve
*¡Dios, ten piedad de mí!Hace un momento me encontraba en una encrucijada, primero porque tenía mucha vergüenza de ver a los ojos a Alex y segundo de que mi hermana me viera salir con él de mi habitación. ¿Qué ejemplo le estoy dando a ella?Me tranquilicé cuando Alex me dijo que mi hermana y su hermano se fueron a su casa. ¡Que no había nada de que temer!El muy sexi me tiene en sus brazos, no quiere que me vaya de su lado, dice que quiere comprobar que no soy ninguna chica de la lista que siempre he mencionado.Waooo… En serio me encuentro en la realidad.El hombre no se quiere ir de mi lado, insiste en quedarse conmigo.¡Me muero!¿Por qué no debería de aprovechar que no tengo la menstruación?¿Será que estoy enferma?—¿En qué tanto piensas? —vuelvo en sí al sentir la mano de Alex en mi pecho.Ambos seguimos desnudos, acurrucado el uno hacia al otro. Sentí la calidez de su enorme... ¡Estoy completamente loca! No hay duda que estoy cayendo bajo su embrujo. —La gente hará suposici
*Andrés y muchos de los que me conocen dirían que soy una completa, mojigato, ¿tienen razón? ¡Claro que lo tienen!Justo ahora estoy camino a casa de Alex. ¡Dios mío, ayúdame! Mis piernas no dejan de temblar y mi corazón ni se diga de la magnitud en la que está latiendo, intento disimularlo porque me avergüenza, ya que se supone que tendría un poco de confianza con Alex. No es que seamos novios, menos comprometidos, peroooo… Si vamos a tener frecuentemente el sabroso significa que debo de dejar a un lado el nerviosismo. ¡No soy una quinceañera!En este instante me estoy aferrando a la ventana del auto, ja, con la supuesta visión de buscar algo en el camino. Ja, ja, ja, es ridículo. Alex va manejando, él lleva su mirada fija al frente.¿Qué pasará por su cabeza?¿Será que se está arrepintiendo?—Hubiese deseado quedarme más en tu habitación, pero mi hermano es demasiado insistente.Y el silencio se ha esfumado. ¡Me ha descubierto! Maldición.Tengo que contestarle, no puedo quedarme c
*—Ya era hora, ¡el desayuno está listo! —bajándome del auto, veo a la amiga de Alex viniendo hacia nosotros con los brazos abiertos—, no se imaginan la angustia de todos nosotros, es que el pan tostado se ha quemado y por más que lo intento, me acabé la bolsa de pan.—¿Pueden usar otra? —le responde Alex con un tono tosco.¿Hmmm?¿Por qué el tono de voz de Alex ha cambiado?Volteo a ver a Alex por unos segundos, ya que luego desvié mi mirada a la entrada de la casa, buscando los ojos de mi hermana.—Sí, sí, sí, entiendo, ¿necesitan ayuda? ¿Dónde está mi hermana? —me dirijo hacia ella, me inquieta no verla—, tranquila nena, no tienes que preocuparte. Ash, de seguro mi hermana se fue a hacer su batido verde.—No quiero ser inoportuno, pero no se preocupen por un par de panes, vamos, les ayudaré —siento la mano de Alex sobre mi hombro.—No, lo que quiero decir es que Amelia debería ayudarle a su hermana con el batido, ya que no encuentra el pepino.Mis ojos se abren de par en par y como
*¡Terror!Mi vida se ha convertido en una fantasía escoltada de mucho terror. Ayer dormí en casa de Alex, no es su habitación y todo porque mi hermana me pidió dormir con ella. “Pijamada de hermanas”.Y justo cuando salió el sol, el novio de mi hermana se ofreció a llevarme a la empresa, ya que Alex había salido muy de mañana, “negocios”, eso fue lo que ambos me dijeron. No sé, pero todo sonó a puras explicaciones, esas mismas de las que yo no les pedí.Era obvio lo incómoda que me sentía. Dejé que mi hermana siguiera con las explicaciones, no tenía de otra. Ellos me llevaron al trabajo y ahora me encuentro mordiendo el borrador del lápiz y con la mirada hacia la puerta de la oficina de Alex, quiero gritar.¿Por qué no me ha llamado? ¿Debería de entrar con alguna excusa?Sé que está dentro porque la señora Rocío me lo dijo y a pesar de que tengo mucho trabajo acumulado, no quiero hacer nada más que levantarme de esta silla y armarme de valor para entrar a esa oficina. Me pica la len
+¡Aburrida!Llevo horas y horas esperando que mi hermana escoja el bendito vestido, no es que me esté quejando, solo que una parte de mí desea estar en la empresa esperando aquel hombre para que me diga de una vez por todas que no soy la chica que esperaba tener.Las imágenes de lo que habíamos hecho ayer no dejan de torturarme. —¿Pensando en él? —me sobresalto al ver a mi hermana a unos centímetros de mi rostro—, cuéntame.No… Esto es lo que no quería, ahora seré la burla de mi hermana. ¡Ahora que le diré!Intento ocultarlo, pero al parecer mi desesperación es demasiado que se nota de primera a primera.Solo ha pasado un día, y siento que es el fin de la felicidad que creí tener.—No —le reprendí con una suave risita—, pero ahora que me lo recuerdas me ha puesto reflexionar muchas cosas—me mordí el labio inferior, para ocultar mi sonrisa. Ella es mi hermana y los sentimientos que tengo ahora no lo puedo ocultar.—Lo sabía y ahora necesito que me cuentes todo —me sentencia con su d