*Andrés y muchos de los que me conocen dirían que soy una completa, mojigato, ¿tienen razón? ¡Claro que lo tienen!Justo ahora estoy camino a casa de Alex. ¡Dios mío, ayúdame! Mis piernas no dejan de temblar y mi corazón ni se diga de la magnitud en la que está latiendo, intento disimularlo porque me avergüenza, ya que se supone que tendría un poco de confianza con Alex. No es que seamos novios, menos comprometidos, peroooo… Si vamos a tener frecuentemente el sabroso significa que debo de dejar a un lado el nerviosismo. ¡No soy una quinceañera!En este instante me estoy aferrando a la ventana del auto, ja, con la supuesta visión de buscar algo en el camino. Ja, ja, ja, es ridículo. Alex va manejando, él lleva su mirada fija al frente.¿Qué pasará por su cabeza?¿Será que se está arrepintiendo?—Hubiese deseado quedarme más en tu habitación, pero mi hermano es demasiado insistente.Y el silencio se ha esfumado. ¡Me ha descubierto! Maldición.Tengo que contestarle, no puedo quedarme c
*—Ya era hora, ¡el desayuno está listo! —bajándome del auto, veo a la amiga de Alex viniendo hacia nosotros con los brazos abiertos—, no se imaginan la angustia de todos nosotros, es que el pan tostado se ha quemado y por más que lo intento, me acabé la bolsa de pan.—¿Pueden usar otra? —le responde Alex con un tono tosco.¿Hmmm?¿Por qué el tono de voz de Alex ha cambiado?Volteo a ver a Alex por unos segundos, ya que luego desvié mi mirada a la entrada de la casa, buscando los ojos de mi hermana.—Sí, sí, sí, entiendo, ¿necesitan ayuda? ¿Dónde está mi hermana? —me dirijo hacia ella, me inquieta no verla—, tranquila nena, no tienes que preocuparte. Ash, de seguro mi hermana se fue a hacer su batido verde.—No quiero ser inoportuno, pero no se preocupen por un par de panes, vamos, les ayudaré —siento la mano de Alex sobre mi hombro.—No, lo que quiero decir es que Amelia debería ayudarle a su hermana con el batido, ya que no encuentra el pepino.Mis ojos se abren de par en par y como
*¡Terror!Mi vida se ha convertido en una fantasía escoltada de mucho terror. Ayer dormí en casa de Alex, no es su habitación y todo porque mi hermana me pidió dormir con ella. “Pijamada de hermanas”.Y justo cuando salió el sol, el novio de mi hermana se ofreció a llevarme a la empresa, ya que Alex había salido muy de mañana, “negocios”, eso fue lo que ambos me dijeron. No sé, pero todo sonó a puras explicaciones, esas mismas de las que yo no les pedí.Era obvio lo incómoda que me sentía. Dejé que mi hermana siguiera con las explicaciones, no tenía de otra. Ellos me llevaron al trabajo y ahora me encuentro mordiendo el borrador del lápiz y con la mirada hacia la puerta de la oficina de Alex, quiero gritar.¿Por qué no me ha llamado? ¿Debería de entrar con alguna excusa?Sé que está dentro porque la señora Rocío me lo dijo y a pesar de que tengo mucho trabajo acumulado, no quiero hacer nada más que levantarme de esta silla y armarme de valor para entrar a esa oficina. Me pica la len
+¡Aburrida!Llevo horas y horas esperando que mi hermana escoja el bendito vestido, no es que me esté quejando, solo que una parte de mí desea estar en la empresa esperando aquel hombre para que me diga de una vez por todas que no soy la chica que esperaba tener.Las imágenes de lo que habíamos hecho ayer no dejan de torturarme. —¿Pensando en él? —me sobresalto al ver a mi hermana a unos centímetros de mi rostro—, cuéntame.No… Esto es lo que no quería, ahora seré la burla de mi hermana. ¡Ahora que le diré!Intento ocultarlo, pero al parecer mi desesperación es demasiado que se nota de primera a primera.Solo ha pasado un día, y siento que es el fin de la felicidad que creí tener.—No —le reprendí con una suave risita—, pero ahora que me lo recuerdas me ha puesto reflexionar muchas cosas—me mordí el labio inferior, para ocultar mi sonrisa. Ella es mi hermana y los sentimientos que tengo ahora no lo puedo ocultar.—Lo sabía y ahora necesito que me cuentes todo —me sentencia con su d
—¡Dios mío! Te lo dije, tenemos que correr —la señora está a punto de desmayarse—, te dije que él es un demonio.Mi corazón está a punto de salirse, mis pies se ha congelado y mi mirada no se aparta de la de él. ¿Quién es este tipo?Luego de unos minutos los gritos de mi hermana me hacen entrar en razón. Mi hermana está aterrorizada y todo por culpa de este imbécil.Esto no me parece gracioso.¡Maldito, dark!—¡Vamos a morir! —grita la señora.Me desespero e inmediatamente obligo a mis pies a correr, voy hacia mi hermana y así con ese enorme vestido le digo que es tiempo de desaparecer.Ella no reacciona, su mirada se ha congelado, su rostro pálido es señal de ayuda.Agarro de su mano y a como puedo la jalo al mismo tiempo gritándole que corra, que ese idiota es un maldito frustrado que solo quiere arruinar nuestra paz mental. Toda esa vestimenta de demonio solo es para aterrarnos.Atravesando la salida del vestíbulo siento una mano en mi camisa, volteo a ver y me tranquilizo, ya que
La señora es una loca maniática, al principio nos hizo creer que un hombre nos quería muerta y ahora… ¡Sé quiere ir! Sí, es evidente que la señora está enfadada, no estoy en contra de que todas las señoras deseen un trabajo honorable, no obstante, esta señora debería estar en un manicomio y no trabajando. ¿Dónde está su familia?Me tranquilizo por mi hermana, agarro valor donde lo tenía escondido y voy hacia la señora. Le pregunto si tiene algún celular escondido, ya que las dos lo dejamos en la tienda.La señora campantemente nos dice que tiene uno en el buche y que si lo quiero usar debo pagarle, ya que es una mujer de pocos recursos.¿Qué?No puede ser, esta mujer sí que tiene pelotas en vez de ovarios. Hace un momento creo que hice el comentario de los celulares, ¿por qué no se ofreció a darnos el suyo?Debido a la sensación de nerviosismo, no tengo conocimiento de sí la señora expresó su opinión.Maldición, como detesto este tipo de personas; ella es una egoísta, primero piensa
Alex… Alex… Alex…¿Qué? ¿Por qué no puedo respirar?No… No… No… Puedo… Respirar.Mis oídos pitan, mi corazón está a punto de salirse, mis manos tiemblan, mi tráquea parece haberse cerrado por completo y lucho por llevar el aire a mis pulmones, pero… Dios, qué es lo que tengo.Estoy viendo a Alex e intento pedirle ayuda, pero no puedo.La mirada se me nubla por las lágrimas que me invaden.¡Ayuda!Mis extremidades pesan, mis brazos se han entumecido y el frío recorre cada centímetro de mi cuerpo.Instantáneamente, me desplomo, mis parpados amenazan con cerrarse por completo, mi cuerpo apenas responde a las exigencias de mi cabeza.¡Voy a morir!Porque siento que mi cuerpo se está yendo… El dolor en mi pecho es insoportable, la sensación de pesadez es cada vez más intensa.El miedo se hace presente, de la nada mi cuerpo se paralizó, el miedo se ha apoderado, como si todo lo que pasé me lo estuviese cobrando en este momento.¡Yo….!A lo lejos escucho la voz de Alex y de mi hermana, ambos
~—¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Dónde estoy?No, no, esto debe ser una pesadilla, nada puede ser real.Frente de mí veo la silueta de un hombre, no puedo apreciar quién es porque nos rodea una oscuridad.¿Será que estoy muerta?—Aparentemente, tu lobo.¿Mi lobo?—Ja, ja, debes estar loco, ya, no estoy para este tipo de bromas, los lobos no existen.Si escucho a una persona significa que no es un sueño, y que por tormenta, mantenimiento o daños la luz electricidad de la casa se ha esfumado, dejándonos a oscuras.—No, realmente soy tu lobo, tu protector y el caballero oscuro —insiste, su voz grave provoca que mi cuerpo entero se erice.Una ola de fatiga me atraviesa y se instala como un peso de cinco kilos en mi pecho. Cierro los ojos lentamente, luchando contra eso. No quiero desmayarme. Quiero que me hable, que responda a todas mis preguntas y que me mire con esos ojos verdes, oscuros.Necesito que me diga quién es la persona que está detrás de todo esto.—No te vayas, tienes que darme