Dicha etiqueta era horrible, pero eso es lo que había sido y debía afrontarlo, ya que iba a cargar con ese estigma durante todo el juicio, de eso no le cabía la menor duda…
Había sido un cerdo, sí, pero se prometió a sí mismo que se pondría de rodillas y le pediría perdón a su esposa apenas tuviera oportunidad. Ella ya lo había perdonado, sí, pero no podía dejar de pensar que todo esto era culpa suya.
Noah había estado preso 5 años y sabía el infierno que se vivía ahí, sus tres tatuajes le recordaban esa época constantemente.
La ley de la prisión “no escucho, no veo, no hablo” … debías seguir esa ley, sino, amanecías muerto… todos los presos tenían 3 tatuajes de su elección, los cuales simbolizaban esa ley. Nadie, excepto Allegra sabía que los tenía.
El primero, un águila real tatuada en el lado izquierdo del pecho, cerca del corazón, que significaba la valentía y las ganas de luchar. Valentía para soportar todo lo vivido en ese lugar y ser lo suficie
—No puedes dormir, ¿verdad? — Allegra se sobresaltó al oír la voz de su marido —Pensé que dormías— confesó ella —No— respondió simplemente el pelinegro — ¿Te arrepientes? — preguntó él con una voz que ella no supo interpretar — ¿De qué tendría que arrepentirme?... —De conocerme… de haberte casado conmigo… de tener dos hijas conmigo— suspiró— de todo lo que ha pasado entre nosotros —No, claro que no— se apresuró a contestar ella— no me arrepiento de nada y no cambiaría nada— ella se pegó a su torso desnudo y lo abrazó— nuestras hijas son lo más bonito que tengo y eso te lo debo a ti— ella besó su pecho y se aferró a él con más fuerza —No quiero que pases ni un solo minuto en prisión— confesó con temor— estar ahí es horrible, no quiero que tú pases por eso… me moriría si algo te pasara — Tengo miedo… mucho— contestó ella en un susurro— pero si tiene que pasar para que yo vuelva a ser libre y a estar tranquila entonces que así sea… —Haber hablado con Paul esta tarde me ayudó muc
—Si— habló soltando un suspiro— porque quieren hacerme un perfil psicológico para ver si estoy calificada para cuidar a mi hija—Así es— la mujer sonrió— les haré un perfil psicológico a tu marido y a ti… vamos a empezar—Platícame… ¿cómo es tu vida?...—Soy feliz— contestó ella sin vacilación, sin embargo, seguía tensa— llevo casada 3 meses, tengo una hija de 8 años… estoy a pocas semanas de salir de cuentas de mi segunda hija— la pelirroja se sentía presionada…No quería dar demasiados detalles y hablar de más, tenía miedo de dar las respuestas equivocadas… pero también sentía que si no daba suficientes respuestas podría ser contraproducente—Allegra, tienes que relajarte— intervino la mujer al notar la tensión en ella— aquí no hay respuestas correctas o incorrectas, solo háblame de ti…—Ya—Eres muy transparente— comentó la mujer sonriendo— prácticamente puedo ver a través de ti…estás preocupa por tu hija— continuó la mujer— y tienes miedo de lo que tus respuestas puedan ocasionar…
Era el día del careo, Allegra estaba más nerviosa de lo que quería admitir… pero sabía que tenía que enfrentarse a la situación y así podría ser libre… confiaba en Paul con los ojos cerrados — ¿Estás lista? — preguntó su marido— Paul está afuera —Si… —Vamos— la tomó de la cintura y ambos salieron de su casa para encontrarse con Paul Por sugerencia del rubio los 3 irían en su auto, unos minutos más tarde llegaron a la jefatura y fueron recibidos por Eric, los hizo pasar a un cuarto cerrado, era la sala de interrogatorios y le dieron una silla a ella. Paul y Noah se pusieron uno a cada lado tomando postura de guardaespaldas, en frente de ellos había 2 sillas más, suponían que eran para el matrimonio Wagner. Eric también estaba ahí; iba a hacerla de mediador, sin embargo, Paul sabía que el hombre no iba a ser totalmente imparcial. —No se te vaya a ocurrir la boca por nada del mundo— dijo Paul en susurros al pelinegro con gesto serio— ¿escuchaste? —Si —Aunque estés muy enojado ti
—De acuerdo— había cierta resignación en su voz—Es mejor que te quites las joyas que llevas encima— Paul señaló el collar que llevaba ella en el cuello—Pero— tocó su collar—Podría ser peligroso llevarlo… por favor— insistió—Está bien— iba a quitárselo, pero Noah la detuvo—No; yo lo hago— el pelinegro le quitó el collar y luego besó su cuello… —Será mejor que te de mis anillos también— tocó sus anillos—Mañana al final del juicio te los devolveré y no te los volverás a quitar nunca…Despedirse de su marido había sido una de las cosas más difíciles que había tenido que hacer. Estaba muerta de miedo, sin embargo, estaba dispuesta a enfrentar la situación…El teniente Wolf se llevó a Allegra con él dispuesto a meterla en prisión y trasladarla al reclusorio femenil… sin embargo, cuando se la estaba llevando el abogado de los Wagner lo detuvo y lo llevó a otro lado apartado de todos…—Teniente— David hablaba en susurros— cuento con usted para que los custodios y las presas le hagan la
—¡Johanna! — un grito interrumpió su conversación… era la misma mujer que había llevado a Allegra a la celda, otra mujer pelirroja con cara de pocos amigos—¿Ahora qué mierda quieres, Sarah? — respondió Johanna en tono de fastidio—Deberías estar en la cocina en estos momentos— gruñó— y te encuentro aquí platicando como si fuera un domingo por la mañana muy quitada de la pena…—Hoy me toca el patio— la mujer cruzó los brazos— ahora voy… el patio no se va a ir a ningún lado…—Te toca la cocina te dije— ordenó— 5 minutos… ni más… ni menos y a la cocina—Si, a la cocina— Johanna rodó los ojos— ya lárgate, infeliz... ahora voy…Sarah salió de la celda dejándola abierta, Johanna se volvió a ver a Allegra y habló—Usa mi cama… yo me mudaré a la cama de arriba… trataré de no tardar—Gracias…—Ahora vengo— Johanna le sonrió— descansa lo más que puedas— le tocó el vientre y sonrió— pareces a punto de explotar— Allegra sonrió de vueltaHacía apenas unos minutos que Johanna se había marchado… Al
Hecha una furia siguió su camino, pocos minutos más tarde llegó hasta su destino y despertó a la guardia en turno, la cual estaba medio dormida, Johanna dio un sonoro golpe en el escritorio sobresaltando a la mujer —Trabajas muy duro por lo que veo, Drisella— gruñó Johanna —¡Cállate! — respondió la mujer— ¿qué quieres? — ¿Recuerdas mi llamada a la que tenía derecho cuando llegué aquí?... pues quiero hacerla ahora… —6 meses tarde, Johanna —Me importa un bledo— respondió con un gruñido— quiero llamar a mi abogado y quiero llamarlo ahora… La mujer al fin claudicó, sabía que no se quitaría de encima a la pelirroja a menos que hiciera lo que ella pedía… así que marcó el número que le dio ella. —¿Diga? — al segundo timbrazo hubo respuesta del otro lado de la línea —Sophia— respondió Johanna cuando identificó la voz de la esposa de su primo— pásame a Paul en este momento— ordenó con voz firme —Johanna… ¿te ocurre algo? — preguntó Sophia del otro lado de la línea —Si… pon a Paul al
Poco antes del juicio, los Wagner y el abogado Blanchard estaban reunidos buscando su estrategia.—Necesitamos ganar este juicio, Licenciado— comentó Emma con firmeza—Lo tenemos ganado, señora— el abogado hablaba con mucha seguridad—¿Cree que haya sobrevivido? — preguntó Emma al abogado— quiero a mi hija de vuelta y a su bebé también—¿Sobrevivir a qué? —Antón estaba bastante desconcertado—Bueno— la mujer no sabía que contestar—¿Le hiciste algo? — preguntó, molesto con su esposa— puedes meterte en un gran problema si se dan cuenta—¡QUIERO A SUS HIJOS CON NOSOTROS!, NO CON ELLA, ¡ELLA NO LOS MERECE!—Cariño… por favor—No se darán cuenta, señor Wagner… nunca dejo rastros, además, ella no tiene conocido ahí dentro… a las presas que contraté son de las más pesadas del lugar, todas las obedecen—Vamos a meternos en problemas— agregó Antón—grandes problemas—Tenemos ganado el juicio, señor…— ¿Cuál es su estrategia? — preguntó Emma—El esposo de Allegra a pesar de ser hijo de una de l
—Yo… yo lo sabía, desde antes de casarme— contestó la pelirroja con voz titubeante—¿Y aun así se casó con él? — atacó el abogado— casarse con su violador es un comportamiento irracional… de alguien que carece de su sentido común al casarse con su agresor… un trastorno masoquista—¡Las cosas no fueron así! — gritó ella—¿Cómo fue entonces?...—¡Protesto señoría! — intervino Paul levantándose de su lugar— mi clienta no tiene por qué hablar sobre su vida amorosa, no viene al caso en este juicio— antes de que Luther pudiera contestar David intervino—Permítame diferir abogado— comenzó a hablar— claro que es relevante, si la señora Hoffmann no está bien mentalmente, al casarse con su violador… no es seguro dejar a la niña con una madre así… y tampoco es seguro dejar a la niña con un violador… podría dañarla—¡Yo jamás dañaría a mi hija! — intervino Noah—¡Noah, cálmate y cállate! — reprochó Paul nuevamente.—¿Cómo quieres que me calme si este idiota está diciendo todo eso sobre nosotros?