Capítulo 32 — luego puedes investigarNarrador:—¿Porque mejor no nos dejamos de preámbulos y me llevas a la cama que es lo que en realidad quieres?—¿Y tú? —preguntó con sorpresaPero ella en lugar de responderle se dirigió al dormitorio principal, se detuvo en la puerta y se quitó los zapatos—¿Te vas a quedar ahí parado como un tonto o me ayudarás a quitarme la ropa?Sebastián sonrió de medio lado y se dirigió hacia ella. Se acercó muy lentamente hasta pegarse a su cuerpo, ella permanecía de espaldas a él, inmóvil. Entonces apoyó sus manos sobre los hombros desnudos de Janina generándole un espasmo, sintió como se estremecía al tiempo que su respiración se volvía arrítmica. La presión que ejercían las manos de Sebastián sobre la piel de Janina hacía que su cuerpo reaccionara y levantara temperatura, al punto de sentirlo arder. Pero cuando sintió el calor de los labios sobre su cuello, las piernas se le aflojaron y casi cae, a lo que Sebastián tuvo que sujetarla por la cintura—Tran
Capítulo 33 — Una ducha fríaJanina:Una vez dentro comenzó un vaivén acompasado. El ritmo era marcado por sus gemidos.—Realmente te disfruto mucho, Janina —me dijo entre jadeos, pero yo no podía responderle, solo me quejaba, no de dolor sino de placer. Sus manos apretaban mi piel dejando la marca. De pronto me giró y quedé sobre él, se sentó y me abrazó mientras seguíamos acoplados aún, el ruido de nuestros cuerpos sudorosos chocando el uno con el otro y los gemidos, era el único sonido en la habitación. Me estaba llevando al cielo otra vez, así que tiré mi cabeza hacia atrás y grité, grité como una loca mientras me corría por culpa de su miem*bro, una segunda vez. Sonrió satisfecho y volvió a girar en la cama, salió de mí y se me puso por detrás, pensé que iba a meterse por un nuevo lugar, pero no lo hizo, volvió a meterse en mí por el mismo sitio, pero la sensación fue diferente, se sintió muy intensa, quedamos de lado en la cama y, mientras murmuraba un montón de palabras, seguía
Capítulo 34 — hoy no, pero mañana sí…Narrador:Luego de darse una ducha, Janina decide que no quiere tener esa conversación con Sebastián, al menos, no esa noche, por lo que se envolvió en una toalla y se asomó a la cocina, donde él estaba comiendo algo que se había preparado—¿Te sirvo un plato, tienes hambre? —le preguntó con una amabilidad que Janina desconocía en él—No, muchas gracias, si no te molesta preferiría dormir, estoy muy cansada —trataba de huir—Por supuesto, en el primer cajón de la cómoda hay una sudaderas mías, usa la que quieras, pues no quedó ropa tuya en la casa, te la llevaste toda —sonrió —duerme en mi cama, tu dormitorio no ha sido aseado, pues no te esperaba, yo dormiré aquí en el sofá —trataba de ser gentil y sobre todo respetar su espacio—No seas tonto, Sebastián, acabamos de tener se*xo como dos animales en celo y ¿vas a dormir en el sofá? —respondió tratando de ser espontánea y natural—Ok, termino de comer y te alcanzo en la cama—Bien…Janina asintió
Capítulo 35 — ¿Odiarnos?Narrador:Sebastián y Janina se sientan a desayunar en la cocina. El ambiente está cargado de tensión después de la intensa noche que pasaron juntos. Janina mira fijamente su taza de café, perdida en sus pensamientos, mientras él la observa con una expresión entre esperanza y ansiedad. El silencio entre ellos es incómodo, roto solo por el sonido de las cucharas chocando contra las paredes de las tazas. Ella toma un sorbo de café, tratando de disipar la incomodidad que llena la habitación.—Janina, entiendo que te asuste lo que te dije —finalmente fue Sebastián quien rompió el silencio —pero necesito que comprendas que estoy dispuesto a hacer que esto funcione. Podemos aprender a amarnos, a construir una relación real —Janina levantó la mirada hacia él, sus ojos reflejaban una mezcla de incredulidad y asombro—Tú no puedes prometerme amor en el futuro como si eso fuera algo seguro. El amor no funciona así, no se puede forzar ni prever. Además, ¿cómo podría conf
Capítulo 36 — CaprichosaNarrador:Sebastián se despierta lentamente, sintiendo el cálido resplandor del sol del mediodía en su rostro. Con un suspiro, abre los ojos y se encuentra solo en la cama. El lugar donde estuvo Janina antes ahora está vacío, y una sensación de angustia se instala en su pecho. Se sienta en la cama y mira a su alrededor, esperando ver algún rastro de ella, tal vez su ropa o alguna pertenencia. Sin embargo, en la habitación no hay signos de su presencia. Se levanta y comienza a revisar la casa, pero está en su lugar, como si Janina nunca hubiera estado allí, una sensación de tristeza se apodera de él mientras se da cuenta de que ella se ha ido. Aunque sabía que esa posibilidad existía, tenía la esperanza de que desistiera y se quedara con él. Se acerca a la encimera y encuentra una nota allí, escrita en una servilleta con un lápiz de labios rojo, el que llevaba en sus labios esa noche. La nota no decía mucho, solo un “No me llames, gracias por todo” y el sello d
Capítulo 37 — Una sorpresa tal vez no tan grataNarrador:Sebastián, se pone al fin al frente de la empresa familiar y está inmerso en el mundo de los negocios, lejos se encuentran sus años de play*boy irresponsable. Ahora su día a día está marcado por interminables reuniones, llamadas telefónicas y decisiones estratégicas. Como Director Ejecutivo, se esfuerza por mantener el éxito de la empresa, enfrentándose a desafíos constantes y buscando nuevas oportunidades para el crecimiento y la expansión. A pesar de hacer lo posible por llegar exhausto a la noche, entre el trabajo y el gimnasio, no puede evitar sentirse solo en su vida personal, especialmente luego de la partida de Janina, donde se despide con esa escueta nota. Los primeros tiempos trató de retomar una activa vida nocturna, pero al final la encontró vacía y sin sentido, por ello se abocó a lo que se esperaba de él, convertirse en un exitoso CEO.Por otro lado Janina se encuentra inmersa en su vida universitaria. Estudia dili
Capítulo 38 — Por fin una buena noticiaJanina:No había vuelto a ver a Sebastián, si bien, los primeros días, tuve un sinfín de llamadas, que no atendí y mensajes que no respondí, ahora reinaba el silencio entre él y yo. Inclusive supe que estuvo en la ciudad, muy cerca de la universidad, me lo dijo Naty, pero no me buscó, tampoco yo lo hice, creo que fue lo mejor. Había escuchado muchas veces los mensajes dejados en mi buzón “Janina, no crees que ya fue suficiente castigo para ambos, tenemos que hablar, esto no puede quedar así…”, se repetían una y otra vez, sino iguales, muy similares, así como los mensajes de texto o de voz. Yo había tenido muchas veces el dedo en el botón de borrar, pero, por algún motivo que desconozco, no lograba hacerlo, es más leerlo o escucharlo me daba calma. En eso estaba, con mis auriculares metidos en las orejas, escuchando a Sebastián susurrar mí nombre mientras hacía esa especie de súplica, cuando al doblar la esquina del edificio del campus prácticame
Capítulo 39 — La stripperNarrador:Los meses fue pasando y el tiempo que había pasado con Sebastián en la intimidad, y que la habían perturbado tanto en su momento, ahora parecían solo recuerdos lejanos. Janina continuó con sus estudios, abocada a ellos sin reprobar ninguna materia y con excelentes notas y distinciones honoríficas, mientras que Sebastián se había convertido en el pilar de las empresas familiares, convirtiéndose en uno de los CEO más importantes del país. De vez en cuando tenía que viajar a la ciudad donde se encontraba su esposa estudiando y, si bien en algunas oportunidades había tenido la intención de contactarla, lo había desechado, alejándose cada vez más de aquel sentimiento que había nacido en él. Ya casi ni pensaba en ella, tal era así, que cuando tenía que hacer algún tipo de documento que requería saber su estado civil, la mayoría de las veces dudaba y primero decía “soltero” para luego corregir. Janina no había podido estar presente en el nacimiento del hij